Una mutación patológica del capitalismo

El capitalismo es una fuente impresionante de innovación. Eso, nadie puede dudarlo. Uno de sus grandes logros consiste en permitir compaginar los diversos egoísmos individuales en una cooperación que nos beneficie a todos. En ese sentido, el capitalismo es una herramienta poderosa, y como toda herramienta, puede usarse muy mal. Hay que aprender a controlarlo. Por esa razón, no creo que la libertad absoluta económica sea positiva.

Los últimos escándalos financieros son la demostración de que cuando el capitalismo se desboca, se vuelve voraz y codicioso, las cosas van muy mal. Vale, algunos de los responsables de esos escándalos irán a la cárcel, ¿pero qué pasa con las miles de personas que lo perdieron todo?

Este editorial del IHT argumenta que ese capitalismo tan voraz es una creación nueva, una mutación patológica, en el que las empresas se transforman en instrumentos para enriquecer a los administradores de esas empresas, y a nadie más: «Their purpose seems to have been to get out in time, with a fortune acquired at the expense of stockholders and employees.».


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