El poder de las metáforas
JJ habla de las metáforas y de lo inadecuadas que pueden ser para describir nuevas realidad, como internet o las bitácoras:
Y sin embargo todavía se sigue hablando de las superautopistas de información, sobre todo por parte de periodistas, políticos y demás gente de mal vivir. Pero la introducción de malas metáforas no se limita a ellos: la del hormiguero, como una representación de la web, desde mi punto de vista, es especialmente mala. La cosa viene de este artículo de Joi Ito que ha sido comentado en esta entrada del blog de Steven Johnson y de refilón en esta entrada de blogalia: en fin, ya sabéis, eso de que los bitacoreros van colocando miguitas, no se sabe muy bien dónde, ni qué son las miguitas, y además Steven Johnson añade aún más confusión al tema diciendo que las hormigas no son las personas, sino ¡el software! Y es lo que pasa con las metáforas: cuando nos vemos inmersos en ellas, tendemos a identificar cada pedacito de la metáfora con algo que estamos metaforeando, y acabamos hechos un taco completo. Pero peor es identificar un blog con una conversación, y decir que escribir en un blog es «más como hablar a gente que hablar con gente» (encontrado en este artículo (citado en este artículo, Influences, de Pilgrim (mencionado en esta historia de fernand0))). Un weblog no es una conversación, aunque en él haya preguntas y respuestas. Pero todos los mecanismos que intervienen en una conversación no intervienen: el lenguaje corporal, la formación espontánea de grupos; y a la vez, hay otros mecanismos que no aparecen en una conversación: el trolling, por ejemplo. Un weblog, diablos, es un weblog, y así hay que entenderlo.
En el caso de Steven Johnson, autor de Emergence que estoy leyendo ahora mismo, creo entender a qué se refiere: no es tanto identificar qué partes del sistema real corresponden a partes de la analogía como comparar al software con las hormigas por un hecho simple: de la misma forma que las hormigas individuales, sin saber lo que hacen, van dejando sus rastros químicos, el software, en muchos casos de forma muy automática, es el que va dejando su propio rastro en forma de trackbacks o enlaces similares. Sigue siendo analogía, pero en este caso, la agrupo dentro de aquellas analogía que quizá no sean exactas pero que estimulan a reflexionar sobre el fenómeno. Por lo demás, estoy muy de acuerdo con que el uso indiscriminado de metáforas puede ser muy peligroso. Pueden empañar la reflexión y confundir más que aclarar.