De prólogos

Bien, Mauro Entrialgo ya lo ha contado en su propia bitácora, así que yo también lo voy a decir. Hace un tiempo me pidió un prólogo para la nueva recopilación -la tercera- de páginas de Ángel Sefija. Después de recuperarme de la apoplejía, dije que sí con todo entusiasmo. Me encanta todo lo que hace Mauro Entrialgo y estoy encantado de haber colaborado un poco en uno de sus libros. Aparte de eso, el libro está francamente bien. Las páginas son buenas leídas individualmente, pero en secuencia adquieren un ritmo muy curioso.

Y el hombre hace más cosas aparte de cómics y humor gráfico. Por ejemplo, hace también vídeos cortos. Y lo mejor es que se pueden seguir por RSS en plan podcast. La serie se llama Trocitos de mi vida.

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Far from the Madding Gerund and Other Dispatches from Language Log, de Mark Liberman y Geoffrey K. Pullum

Far from the Madding Gerund es un libro surgido de una bitácora. La bitácora es Language Log. Es extremadamente buena y tiene como fin popularizar algo tan desconocido como la lingüística. Sí, todo el mundo sabe hablar, pero muy poca gente sabe de lingüística.

Es el primer libro basado en bitácora que leo. Y meditándolo, me he dado cuenta de que posiblemente sea el último. Se me ocurren varias bitácoras que podrían convertirse en libro… que deberían convertirse en libro, pero es poco probable que llegue a pasar.

(Vale, sienten curiosidad. Perfecto, no hay problema. Aquí van cuatro: La decadencia del ingenio, Tío Petros, Pharyngula y Mixing Memories).

Para leer Language Log, por supuesto, tienes que estar interesado en el tema. A mí me interesa mucho la lingüística, aunque mi único contacto formal con esa disciplina fue hace mucho años en forma de asignatura universitaria. La gran ventaja de Language Log es que las entradas están escritas en forma de miniensayos que aclaran cuestiones, abren posibilidades, elucidan confusiones sobre gramática (la de verdad, no la de los manuales), introducen aspectos que no conocías, te apuntan caminos nuevos y demás. Está concentrada sobre todo en el inglés, pero también realiza excursiones a otras lenguas o regiones. Por ejemplo, el famoso bulo de que los esquimales tienen mogollón de palabras para nieve, o que hay pueblos que no tienen tiempos verbales y por tanto carecen de concepto del tiempo.

Far from the Madding Gerund reúne varias de esas entradas -supongo que las más interesantes y las más parecidas a ensayos- y las ordena por temas. Se pierde la línea temporal, pero se gana en coherencia, lo que facilita la lectura. Un problema curioso en este libro es que por su naturaleza Language Log tiende a referirse a muchos otros textos. ¿Qué hacer con todos esos enlaces? Pues aparecen en los laterales, incluso con explicaciones de su contenido, para que sea más fácil entender qué pasa.

Los grandes grupos tratados son: las falsas afirmaciones sobre el lenguaje, la precisión en el lenguaje, el lenguaje en evolución, fallos lingüísticos, las guías de estilo equivocadas, el lenguaje en la universidad, vocabulario y consejos para escribir.

Y algunos ejemplos de entradas: «The coming death of whom: photo evidence», «Weblogs were invented by… Plato!», «The pointless game of grammar Gotcha», «Reverse sarcasm?», «Pete Rose and sorry statements of the third kind», «The theology of phonology», «Stress and death in Samarra», «Dangling etiquette», «Content clauses are not necessarily complement clauses», «Google-sampling: avoiding pseudo-text in cyberspace», «This is not Middle Earth», «Mad cow words», «Those who are not authorized are not authorized», «The Dan Brown code», «Renowned author Dan Brown staggered through his formulaic opening sentence» y «Thank God for film: Dan Brown without the writing».

Far from the Madding Gerund conserva todos los elementos que hacen de Language Log una gran bitácora. Está escrito por especialistas que conocen su disciplina y están dispuestos a divulgarla. Y además, lo hacen con grandes cantidades de sentido del humor combinadas con hábiles dosis de autoridad. No sólo te dicen cómo creen que son las cosas, sino que además dan las referencias convenientes.

El humor se nota en continuas referencias a otras cosas, en chistes y los epítetos que dedican a periodistas -que no saben nada sobre el idioma pero opinan- y correctores de estilo -que no saben nada sobre el idioma pero corrigen. Y también en los textos dedicados al atroz estilo literario de Dan Brown. Yo no he leído El código da Vinci -ni lo pienso leer-, pero sé lo suficiente para haberme reído.

En suma, si te interesa el lenguaje y no te importa que sobre todo se refiera al inglés, Language Log es un recurso imprescindible. Far from the Madding Gerund es por tanto una genial forma de aproximarse -y dotar de permanencia- a toda una forma de entender la divulgación lingüística y las bitácoras. Mantiene un equilibrio ejemplar entre humor y seriedad; entretiene y educa, y encima se lee de un tirón. Lo único a lamentar es que algo así no exista en español (si lo hay y no lo conozco, por favor, saquenme de mi ignorancia).

[50 libros] 2006

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La receta segura para obtener visitas en tu bitácora

A todos nos gusta el orden. Nos agrada que todo tenga una razón de ser. Nos encanta que todo tenga una explicación. Y adoramos la idea de que exista una receta mágica para lograr el éxito en lo que sea que queremos hacer. Pero la vida, cruel como es, no tiene la misma opinión, y muchas veces las cosas suceden porque sí, sin que uno sepa muy bien por qué.

Sobre todo, cuando uno intenta encontrar el éxito en su bitácora y conseguir más visitas. No va a pasar. No hay lógica. Incluso hablar de sexo no te garantiza nada. Quizá te pases horas y horas contando tus aventuras sexuales con los enanos de jardín y nadie te enlace. Un día dices que has visto una paloma con el cuello rojo y te enlazan desde todas partes. ¿Por qué? Yo que sé. La conjunción de los planetas, el vuelo de las garzas en Sudán, la inmersión de los hipopótamos en las islas Fiji. El universo es caótico, azaroso y no contiene elemento más caótico y azaroso que el ser humano. Y si dependes de los seres humanos para hacer cosas… mejor no planees.

Nada te garantiza nada. JJ lo explica con lucidez:

La entrada a la que más esfuerzo has dedicado, la más original, tiene un par de comentarios y no la visitas nada más que tú (a ver si tienes una pista de qué fue lo que fumaste ese día y/o para buscar inspiración).

¿Existe una receta? Si, pero es de guacamole. La pondré otro día.

Pues eso. Para la langosta thermidor hay una receta, y queda francamente rica. Para escribir una bitácora… la verdad, mejor te guías por el instinto.

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Gueshe Tenzing Tamding

Ayer tuve la oportunidad de conocer a un genuino monje budista. Fue en dos ambientes diferentes. En el primero, una pequeña ceremonia para bendecir el lugar de reunión de un grupo de meditación. En el segundo, una conferencia pública.

La conferencia fue más bien de fundamentos, y no resultaba tan atractiva para alguien que supiese un poco más sobre el budismo. La ceremonia, por otra parte, sí que fue muy interesante, incluyendo mantras en tibetano. Una experiencia que valió la pena.

Tuve la oportunidad de hablar unos minutos con él y me resultó una persona de lo más agradable. Estaba dispuesto a charlar con toda tranquilidad. Un aspecto curioso de oírle -tanto en la conferencia como en la ceremonia- es que sus consejos y comentarios se referían siempre al presente y a la vida ahora mismo. Una filosofía muy práctica.

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Una sorpresa la he tenido hoy al mirar su biografía. He descubierto que sólo tiene dos años más que yo.

PS: Me indicaron que Gueshe es título.

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Joss Whedon: The Genius Behind Buffy, de Candace Havens

Este libro es peligroso. Te dice lo que quieres oír. No hay libro más peligroso que aquel que justo te dice lo que quieres oír. Uno debería tener la precaución de leer exclusivamente libros que le dicen justo lo que no quieres oír. Pero en mucha ocasiones, esa necesaria profilaxis no es posible.

En concreto, este libro te dice que Joss Whedon es un genio. Lo pone incluso en el subtítulo. Por suerte, ya has visto Buffy, con lo que el peligro está algo mitigado. Tienes por seguro que Joss Whedon es un genio, y en el libro se citan a muchas personas diferentes que opinan exactamente eso mismo. Sigue siendo peligroso, pero quizá el consenso indique que al menos tu opinión es compartida.

Por lo demás, el libro está escrito por una fan para fans. Lo que podría considerarse un punto en contra, se convierte aquí en un punto a favor. No se molesta en defender la obra del autor; da por supuesto que todos los lectores la conocen y son conscientes de su valor e importancia. En sus poco más de 150 páginas -con alguna excursión a escenarios de rodaje y más- se concentra única y exclusivamente en contarte cómo Joss Whedon pasó de niño a productor de varias series de éxito, aunque no se trate de una biografía. Un perfil, más bien.

Aprendes cosas curiosas. Por ejemplo, se llamaba Joe, pero se cambió el nombre a Joss -que supuestamente significa algo en chino- al trasladarse a California. También descubres que aprendió a tocar el piano tres años antes de escribir «Once more with feeling», el episodio musical de Buffy. Yo siempre di por supuesto que tocaba desde niño. Como corresponde a su peso en la cultura popular, la parte central del libro está sobre todo dedicada a la génesis de Buffy y, especialmente, a la configuración del grupo de guionistas que dio forma a la serie; un tema interesante que no se comenta a menudo.

El único problema del libro es que se escribió antes del final definitivo de Buffy. Pinta a Joss Whedon con tres series en antena y con al menos dos series más en marcha. De esas tres series, ya no queda ninguna, y las otras dos jamás se materializaron. Ahora Joss Whedon está concentrado en el cine -tras Serenity le toca Wonder Woman– y no parece que vaya a regresar pronto a la televisión.

El libro se lee rápido, y no sólo porque sea corto. Se lee rápido porque está escrito con gracia y con entusiasmo. Y también, porque intenta mostrar al personaje como persona. Aunque no es cualquier persona. Es la persona que creó a Buffy.

[50 libros] 2006


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