Banana Yoshimoto

Curioso seudónimo el de esta escritora. Afirma que le gustan los plátanos. A mí me gustan los melocotones… quizá debería cambiarme el nombre a Melocotón Jorge. Siempre sería una buena forma de iniciar una conversación.

Ya me estoy yendo por las ramas otra vez.

A veces, aunque parezca lo contrario, termino los libros. Es decir, ya sé que siempre hablo de los que compro, pero los voy leyendo lentamente; no obstante mis hábitos de lecturas son caóticos hasta lo extremo. Se guían más bien por fuerzas aleatorias, referencias encontradas aquí o allá con respecto a algo que despiertan mi curiosidad y me lleva a querer saber más. Un buen ejemplo es este caso. Empecé a leer a Haruki Murakami (del que he leído todo lo que tiene en inglés y español, exceptuando Underground) ?quien por cierto, algún día ganará el Nobel, pero ése es otro asunto- y eso me lleva a fijarme más en los autores japoneses, sobre todo los más modernos.

Banana Yoshimoto es uno de esos nombres que me saltan del estante de la librería. Vi su novela Amrita y decidí que podría ser más interesante leer algo de ella. Como el libro me pareció un poco caro, sobre todo para probar un autor nuevo, me decidí mejor por Kitchen. Un buen descubrimiento, sí.

El libro está compuesto por dos historias: «Kitchen» y «Moonlight Shadow». Aunque en realidad no están relacionadas, ambas giran alrededor de un tema común: la muerte. La muerte que altera el universo personal, la muerte que deja en soledad, la muerte que destaca la soledad en la que siempre hemos vivido. El estilo de Banana Yoshimoto es simple hasta el extremo, casi totalmente infantil. Pero es extrañamente efectivo. Desprovisto de artificios, ni siquiera los más básicos y naturales, el libro se ofrece desnudo e ingenuo al lector, de suerte que el tumulto interno de los personajes ?rara vez explícito- se manifiesta más bien por el espacio vacío, por lo que no hay.

Es como si nos encontrásemos el molde de una escultura, en lugar de la figura en sí. Esa forma negativa, desechable, se transforma en el elemento principal. Y el hueco que deja la ausencia se vuelve hipnótico y fascinante.

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Quantum Computation and Quantum Information de Michael A. Nielsen e Isaac L. Chuang

De la contraportada:

This text is a comprehensive introduction to the main ideas and techniques of the field of quantum computation and quantum information. Until now, the rapid rate of progress and its cross-disciplinary nature have made it difficult for newcomers to the field to obtain a broad overview of the most important techniques and results.

Michael Nielsen and Isaac Chuang ask the question: what are the ultimate physical limits to computation and communication? They describe in detail such remarkable effects as fast quantum algorithms, quantum teleportation, quantum cryptography, and quantum error-correction. A wealth of accompanying figures and exercises illustrate and develop the material in more depth. A special feature is the tutorial introductions to quanum mechanics and computer science included in Part I of the book, ensuring that the subject is accessible even without a background in physics or computer science. In Part II, the authors present quantum computation, and describe what a quantum computer is, how it can be used to solve problems faster than familiar ‘classical’ computers, and the real-world implementation of quantum computers. Part III concludes the book with an in-depth treatment of quantum information, explaining how quantum states can be used to perform remarkable feats of communication, together with a discussion of how it is possible to protect quantum states against the effects of noise.

This exciting text will be of interest to beginning graduate students and researchers in physics, computer science, mathematics, and electrical engineering with an interest in quantum computation and quantum information, and may be used as a text in courses on the subject.

Es un libro de texto universitario, pero el nivel matemático no parece ser excesivamente alto y por suerte recuerdo razonablemente bien, no se por qué, la mecánica cuántica de la carrera.

Ya había leído Minds, machines, and the multiverse: the quest for the quantum computer de Julian Brown que despertó mi interés en el asunto. Libro que por cierto es una buena introducción y recomendable.

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A veces Flash sirve para hacer arte… creo

La cosa se llama Moderm Living. Es una serie de viñetas en Flash que van de lo macabro a lo surrealista, pasando por lo divertido o lo simplemente inquietante. Al principio parecen un poco tontas, pero luego, al avanzar en ellas, van causando una impresión hipnótica. ¿Serán realmente metáforas sobre la vida moderna?

(vía Boing Boing)

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WebSphinx

Tengo el proyecto de escribir una araña para unos sitios de Internet. Con esa idea, me bajé WebSphinx una librería para escribir precisamente arañas que parece muy completa. Y la verdad, me he puesto a probarla hoy, intentando crear el mínimo programa que recorriese un sitio, y es tan fácil como esto:

import websphinx.*;
public class TestCrawl {
public TestCrawl() {
}
public static void main(String[] args) throws java.net.MalformedURLException {
Crawler myCrawler=new Crawler();
myCrawler.setDomain(Crawler.SERVER);
myCrawler.addLinkListener(new MyLinkListener());
myCrawler.setRoot(new Link("http://www.pjorge.com/"));
myCrawler.run();
}
}

class MyLinkListener implements LinkListener {
int i;
public void crawled(LinkEvent event) {
String hola=event.getLink().getHost();
if(!hola.startsWith("www.pjorge.com"))
{
System.out.println(i+": "+(event.getLink()).getHost());
i++;
}
}
}

Parece contener todo lo que necesito. De hecho, añadir funcionalidades más complejas no parece en absoluto complicado.

Seguiré probando.

Y por cierto, este sitio contiene más de 15.000 enlaces. Haciendo una estimación rápida, pues efectivamente las cifras van por ahí.

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Russell

La bitácora de Russell Beattie, un americano que vive en Madrid, programador en Java y del que he hablado en varias ocasiones, ha desaparecido. La cosa me tenía un poco preocupado, pero ahora, gracias a Blogging Roller me he conseguido enterar de qué ha pasado. Su compañía de hospedaje ha cancelado su cuenta, y tiene que realizar complicados trámites con el presidente de la misma para recuperarla. Lo más curioso es que le dicen que se trata de «police reasons», aunque Russell espera que quieran decir «policy reasons». En cualquier caso, espera poder volver pronto a estar activo.

¡Ánimo Russell!

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C.S.I.

Acabamos de ver los dos primeros episodios de la segunda temporada de C.S.I. en AXN. No han sido especialmente brillantes, pero tampoco han estado mal. Siguen los mismos atractivos básicos de la serie: casos enrevesados y mucha explicación científica. Es divertido ver a dos personas explicándose unas a otras lo que se supone que ya deberían saber para edificación del espectador.

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MIT OpenCourseware

Ya sabía que el MIT había empezado a poner online el material de sus cursos. No me había pasado a mirar, pero Víctor Ruíz me ha obligado a ir y en cinco minutos he encontrado ya un curso que me interesa: Laboratory in Software Engineering:

Introduces concepts and techniques relevant to the production of large software systems. Students taught a programming method based on the recognition and description of useful abstractions. Topics: modularity; specification; data abstraction; object modeling; design patterns; and testing. Several programming projects of varying size undertaken by students working individually and in groups.

Pues nada, a estudiar.

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Elogio de la tiza

Qué agradable es encontrarse con un profesor que no sólo sabe de qué está hablando, sino que también sabe dar la clase de forma amena y entretenida. Hoy he descubierto ese placer asistiendo a mis primeras dos horas de clase de «Fundamentos y aplicaciones de la criptografía» -me interesa mucho el asunto, sobre todo desde que traduje Criptonomicón y me quedé fascinado con el tema, y estaba deseoso por empezar. Pues el profesor es uno de esos matemáticos ya algo entrado en años, que se mueve por toda el aula, cambia el tono de voz, cuenta anécdotas, cambia de expresión, sabe transmitir el interés por la materia, se explica con claridad y… usa la tiza.

Es decir, escribe lo que necesita. Se va moviendo, va construyendo una argumentación en la pizarra y en ocasiones tiene que borrar. Qué diferencia.

Ahora, la moda es dar las clases usando Powerpoint. No voy a entrar en lo absurdo del asunto, en la aberrante idea de que el conocimiento humano de alguna forma puede resumirse en tres puntos en una transparencia y alguna raquítica animación. Porque no me hace falta, las transparencias de Powerpoint son odiosas por muchas otras razones.

Son frías, asépticas. El profesor se limita a estar de pie mirando a la pantalla de proyección leyendo lo que ya se ve. No mira a los alumnos, en muchas ocasiones simplemente mira a la proyección. No cambia el tono de voz, porque está leyendo lo que escribió. El guión está decidido de antemano y el alumno lo sabe. No hay interacción, ni movimiento, ni gracia, ni nada.

Que contraste con la clase de hoy. Dio dos horas como si sólo fuese una. Convenció a al menos un compañero para matricularse en esa asignatura (a pesar de que se prevé matemáticamente compleja). He sido profesor y sé lo que cuesta mantener la atención de los alumnos.

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