Mezcla de monedas

Víctor Ruiz

ha dejado un interesante comentario a mi noticia sobre el euro. Dice:

Viviendo aquí en Canarias, no les resultará extraño la cantidad de euros que pasan por nuestras manos con anverso «extranjero» (alemanas, sobre todo).

Lo que me ha recordado parte de una noticia sobre el euro aparecida en Newsweek hace un par de semana. La apunté en su momento con la intención de escribir un comentario, pero luego se me fue de la cabeza.

Parece se que un matemático alemán llamado Dietrich Stoyan ha realizado una predicción sobre la futura mezcla de monedas:

the coins will be evenly mixed across the continent -with proportions the same everywhere that corresponds to each country’s share of the 52 billion coins minted.

Parece ser que sólo se requerirán 5 años para que la mezcla alcance el 99%. Pero hay un problema:

the relatively rare coins from the Vatican and Monaco are already disappearing under collectors’ and speculators’ mattresses: «destroying [the] beautiful statistical model.»

Sic transit…


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Confusión

Sigo confuso con el asunto de los juegos en Grecia. De hecho, he realizado una búsqueda en Google y mi confusión persiste. No parece haber nada claro sobre el asunto. O mejor dicho, parece haber muchas interpretaciones.

Por ejemplo, tenemos esta noticia (creo que hay que registrarse para leerla) en The New York Times relativa a algunos escándalos con el juego dentro del propio gobierno Griego. Aparentemente, ése sería la razón última de la ley. Luego, tenemos a C:Net con otra noticia donde se da una visión algo tremendista de la situación. Ya el titular de la noticia -In Greece, use a Game Boy, go to jail- ofrece una posición muy clara. Según esa versión, lo que ha pasado es:

The Greek government has banned all electronic games across the country, including those that run on home computers, on Game Boy-style portable consoles, and on mobile phones. Thousands of tourists in Greece are unknowingly facing heavy fines or long terms in prison for owning mobile phones or portable video games.

Y luego, posteriormente, añade:

Greek Law Number 3037, enacted at the end of July, explicitly forbids electronic games with «electronic mechanisms and software» from public and private places, and people have already been fined tens of thousands of dollars for playing or owning games.

Lo que se dice, es que el gobierno aprobó la ley en un esfuerzo por evitar el juego con apuestas, pero que creó una ley muy ambigua al ser incapaz de distinguir un tipo de juego de otro.

Pero luego me encuentro con esta versión en español de la historia donde se dice:

La ley de prohibición general de los juegos electrónicos con monedas en lugares públicos, excepto en casinos, fue aprobada por el Parlamento el pasado 11 de julio, y con ella se intenta luchar contra la conversión de juegos electrónicos en juegos económicos.

Una versión más tranquila en la que no parece haber ningún problema para ciudadanos que no sean dueños de cibercafés, o al menos no estén jugando en ellos.

Claro, lo lógico ahora sería buscarse la ley y leerla. Por desgracia, no hablo griego y de todas formas, aunque lo hablase, ¿cómo podría estar seguro de haber encontrado el texto real de la ley?

Por ejemplo, Ovidiu Predescu se hace eco en su bitácora de la noticia citando la misma fuente de C:Net. Pero el añade un enlace a gamelan.gr que ofrece una traducción al inglés de la ley (también se puede leer en el caché de Google ). Los dos primeros artículos dicen:

Article 1

Game categories

According to notion of the commands of the current law:

a. Mechanical games are those, that depend on one’s muscle force.

b. Electrical games are those, that depend on electrical mechanisms.

c. Electromechanical games are those that depend on electrical mechanisms and the use of one’s muscle force.

d. Electronic games are those, that depend on both electrical-electronic mechanisms and software.

e. Entertainment technical games are those, whose result depends exclusively on the ability and skill of the player, and are used solely for entertainment.

The category (e) also includes all card games which had been characterised as «technical» games, according to the statement of law F.E.K A21.

Article 2
Game prohibition

1. Operation and installation of any game of type (b), (c) and (d) of Article 1, including computer games, placed in public places such as hotels, cafeterias, organization halls and in any other public or private place, is prohibited.

2. Operation of games of type (e) is allowed in devices of type (a). Regarding these games, it is prohibited to place bets. Such bets will attract penalties described in Articles 4 and 5.

Supongamos por un momento que esa traducción sea razonablemente exacta. En ese caso, parece que no estamos ante un caso de prohibición real de todo tipo de juegos, sino ante una ley tan mal redactada que su lectura inmediata da a entender esa prohibición. Desde ese punto de vista, aparentemente las dos versiones de la historia podrían ser correcta: una se basaría en la intención de la ley (prohibir los juegos con premio en metálico) y otra en su lectura estricta.

Pero sigo igual. Y es de ese problema del que realmente quería hablar. Tanta búsqueda no me ha aclarado nada y sigo sin poder señalar a una fuente y poder decir: «aquí pone exactamente lo que pasa».

Curiosamente, paseándome por Libertonia me encontré con este comentario de Javier Cantero muy irónicamente titulado: «Curso de ética webloggística». En él habla precisamente de ese tipo de problemas; de las dificultades con las que se encuentra uno para verificar las noticias que lee en Internet en general y en las bitácoras en particular. Expone muy bien el problema, y ofrece un par de consejos para mejorar la calidad de las noticias.

Pero lo realmente curioso es que leyendo lo comentarios a esa reflexión me encontré con uno, firmado como runlevel0, en el que se comentaba el caso griego y donde decía, comentando la versión más fuerte de la noticia, que:

El parlamento griego quiere vetar las máquinas recreativas y que los cibercafés instalen juegos (es malo, pero no tan «braindead» como parecía)

Pues eso, que habrá que poner más esfuerzo para confirmar las cosas. O al menos, para que confirmarlas sea un poco más simple. Yo mientras tanto, esperaré, que seguro que me acabaré enterando definitivamente de lo que pasó, pasa o pasará en Grecia.


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Sección Criptonomicón

Javier Cantero , en su muy interesante jcantero.org se ha rendido a la evidencia y ha decidido crear una sección dedicada exclusivamente a Criptonomicón. El número de entradas dedicadas al libro empezaba a ser importante.

También anuncia que ha tenido una buena idea con respecto al libro (¿qué será?) y nos dejá con interesantes datos sacados de la enciclopedia.

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¿Es cierto esto?

He leído en The Register que Grecia ha prohibido los videojuegos. O mejor dicho, que pretendiendo luchar contra la ludopatía han prohibido los juegos de azar de una forma tan ambigua que puede entenderse como una prohibición de los videojuegos.

Sin embargo, he sido incapaz de encontrar ninguna confirmación de la noticia. En Barrapunto también se han hecho eco, pero la sensación de ambigüedad no desaparece. Me he quedado tan confundido como antes.

¿Es un bulo? ¿Es verdad? ¿Qué parte es cierta y qué parte es falsa?

—–

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Mi nombre

Tengo un pequeño problema con mi nombre. Mi primer apellido, Jorge, es idéntico al nombre de pila Jorge, por tanto, habitualmente se da por supuesto que tengo un nombre compuesto: Pedro Jorge. Pero no es el caso, mis padres nos creían en esas cosas y me llamo Pedro a seca. Y mis apellidos son Jorge Romero (lo de mi padre es aún peor: su segundo apellido es también un nombre de pila).

El error es, por supuesto, comprensible. Pero la verdad es que llevo toda mi existencia adulta añadiendo a mi nombre completo la coletilla «Jorge es apellido». A veces tengo la sensación de llamarme «Pedro Jorge Romero Jorge es Apellido».

Ahora que lo pienso, sería hasta chulo.

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Sigo con Enoch Root

No pude dejar de pensar en Enoch Root y decidí hacer una búsqueda en grupos de news usando Google (lo que antes era Deja.com). Después de leer el chorro de mensajes sobre el asunto, estoy empezando a considerar seriamente que mi lectura «realista» de Criptonomicón me jugó una mala pasada.

Con las ideas contenidas en esos mensajes (demasiados para citarlos individualmente) creo que he conseguido obtener una versión «fantástica» de lo que sucede en la novela.

Empecemos por la «realista»: Enoch Root finge su muerte, con la ayuda de sus amigos conspiradores, con el fin evitar el divorcio y dejar una pensión después de haberse casado con la chica finlandesa. Hasta aquí bien. El problema es que Enoch Root no parece tener una edad definida, parece tener poderes curativos y parece tener una cierta habilidad para estar en el sitio adecuado en el momento justo.

Veamos ahora la lectura «fantástica». Enoch Root fallece en la consulta del médico. Éste sale de la habitación y Rudy hace salir también a Shaftoe diciéndole: «Ve ?dice ?y asegúrate de que el doctor presenta el certificado de defunción».

Rudy originalmente no estaba allí tampoco. Había salido, Shaftoe considera brevemente que ha huido: «Pero de pronto aparecen junto a Root sosteniendo una vieja caja de puros cubanos, toda cubierta de palabras en español». Poco antes, cuando Shaftoe llevaba a Root en coche, se decía: «Root entra en coma, murmurando algo sobre puros».

Bien, Shaftoe ha salido y va a la oficina del médico. Y en ese punto se forma el extraño triángulo del soldado, la muerte y el médico. Shaftoe, el médico y los fineses salen de la consulta y van a tomar café. Pero Shaftoe se rezaga un momento y ve salir a Rudy de la consulta del médico acompañado de un hombre cubierto por una manta.

Es decir, Root murió. Rudy lo resucitó con la ayuda de lo que sea que había en la caja de puros (¿la piedra filosofal?) y Shaftoe lo descubre todo al verlos salir. Hay que recordar que ya se había dado a entender que había una estrecha relación entre las familias de Root y Rudy:

-Enoch y yo nunca nos habíamos visto. Pero hay ciertas viejas conexiones familiares ?dice Rudy-, y ciertos intereses compartidos.

Bischoff murmura algo en alemán.

-Las conexiones serían una historia muy larga. Tendría que escribir un puto libro ?dice Rudy irritable.

Presumiblemente, el libro a escribir es el siguiente volumen de la serie.

Hasta ahora bien. Pero hay más.

Bobby Shaftoe llega al café y dice:

-Al final del día me voy a meter en ese puto Mercedes y voy a conducir hasta Estocolmo como un puto murciélago salido del infierno ?dice Shaftoe. Aunque los fineses nunca lo entenderán, ha elegido la expresión «murciélago salido del infierno» por una buena razón. Ahora comprende por qué desde Guadalcanal se ha considerado un hombre muerto-.

Es decir, lo que Bobby Shaftoe descubrió en realidad al ver salir al Enoch Root resucitado es que él mismo murió en Guadalcanal y que Enoch Root, presumiblemente usando el contenido de la misma caja, lo resucitó. Lo que sucede inmediatamente antes de ver a Root por primera vez es:

¡Eh, un segundo! Por alguna razón Shaftoe vuelve a estar de pie, agarrado a su Springfield. La jungla no quiere dejarle marchar; en el tiempo que llevaba allí tendido han empezado a crecerle enredaderas sobre los brazos y piernas. Cuando sale, arrastrando follaje a su paso como una carroza en un desfile, el sol se derrama sobre su cuerpo como el sirope caliente sobre un helado. Puede ver que la tierra viene hacia él. Da una vuelta al caer ?apreciando momentáneamente a un hombre grande con un rifle- y luego tiene la cara hundida en la arena fría. Las olas rugen en el interior de su cráneo: una agradable ovación en pie por parte de un público de ángeles, que, habiendo muerto todos ellos, saben reconocer una buena muerte cuando la ven.

¿Es ésa la descripción de la muerte de Bobby Shaftoe? ¿Qué versión pretendía transmitir Stephenson, la fantástica o la real? ¿O no será la versión fantástica simplemente los desvaríos de lectores con mentes demasiado calenturientas?

Sí, la espera va a ser muy larga.

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Más Enoch Root

Javier Cantero

reflexiona sobre el personaje de Enoch Root. Apunta la posibilidad de que no resucite, sino que sea inmortal.

Estoy totalmente con él en que Neal Stephenson es demasiado puntilloso como para haber cometido un error (narrativo o de otro tipo).

Lo ven, ya sabía yo que la espera se me iba a hacer larga.

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Bitácoras en Newsweek

Hace una semana o así, Newsweek publicó un artículo sobre blogs firmado por Steven Levy. Se centra sobre todo en las pequeñas bitácoras, como la del joven Zack ?leída por 28 personas- que cambió su vida (no para mejor). Llama a esa masa de bitácoras desconocidas «la materia oscura» de la blogosfera. Aunque su estimación de medio millón de bitácoras en activo parece ser muy conservadora.

Los motivos que aduce para montar una bitácora son: «a blogger’s need for attention, a mania to share information and, above all, a desire to be a participant and not a potato». Y reproduce la graciosa cita de David Weinberger: «In the future, everyone will be famous to 15 people on the Web», que tiene todo viso de ser cierta.

Me resultan especialmente interesantes su reflexión sobre como tu personalidad va apareciendo lentamente en la bitácora:

By you comments and links, you eventually define your interets and ally yourself to the cluster of the Blog-osphere where you’re likely to find others like you.

Y un comentario final de Barbara Fletcher: «It connects me to people I would neve meet, and I guess people feel the same way about my blog».


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Más Criptonomicón

Eduardo Larequi ha escrito un magnífico análisis/reseña de Criptonomicón para su página Lengua en Secundaria: «La criptografía o los límites de la ciencia ficción: Criptonomicón, de Neal Stephenson». Me atrevo a extraer una cita:

Lo cierto es que en esta novela hay materia suficiente para justificar casi cualquier filiación, cualquier parentesco, por muy aberrante o cogido por los pelos que en un principio pudiera parecer. Se trata de un relato oceánico, muy complejo desde el punto de vista narrativo, y no sólo porque su estructura se sustenta en la continua alternancia de dos líneas temporales ?situadas, respectivamente, en la Segunda Guerra Mundial y los años finales del siglo XX?, sino también por el número y variedad de historias secundarias, temas (los excursos y digresiones son tan frecuentes como, por lo general, estupendos), personajes y escenarios. No es mérito pequeño del autor el haber sabido conectar todos estos elementos con una densísima e intrincada maraña de relaciones, que por una parte confiere unidad a la novela, aunque a cambio exige una lectura muy atenta que no siempre el lector está dispuesto a conceder (y no digo esto como un reproche, sino más bien como alabanza, porque a menudo la narración resulta tan apasionante que es difícil resistirse a la tentación de devorar sus páginas). Resumir el argumento de un modo congruente con tal riqueza resulta una tarea imposible; no obstante, no es difícil rastrear bajo la tupida fronda de sus más de mil páginas un esquema argumental tan tradicional, añejo y delicioso como el de la búsqueda de un tesoro enterrado.

Y enlaza también el comentario de José Cervera: «Criptonomicón, de Neal Stephenson, y qué nos cuenta de hacia dónde va nuestra sociedad» que se centra más en los aspectos «geek» de la obra:

Neal Stephenson es ‘geek’, y Criptonomicón es el arquetipo de la novela ‘geek’; con sus virtudes y defectos. Poca lírica hay en Criptonomicón, y ninguna descripción de sentimientos. Stephenson parece ciego ante los sentimientos ajenos o propios. Pero los describe mediante una aguda observación que consigue que los personajes nos cuenten cosas que ellos mismos desconocen, o no sabrían nombrar. Criptonomicón no habla de sentimientos, pero nos permite deducirlos.

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