Nadie recuerda cuándo empezó a llover en la ciudad. Ahora, bajo el manto continuo del agua, algunos personajes se aventuran a moverse por ese paisaje evocador y algo inquietante. Es sobre todo atmósfera, con una historia —en ocasiones deliciosamente desconcertante por su estructura— de compasión y amistad. Un corto de Hiroyasu Ishida:
(vía Twitch)
Gracias por compartirlo Jorge, me ha encantado (: