Y nos dio una sorpresa a todos. Se esperaba, quizá, la pérdida de mayoría absoluta del partido gobernante. Lo que dudo es que alguien esperase la victoria del PSOE, sobre todo cuando el PP partía de una mayoría absoluta. Todo hace pensar que más que ganar el PSOE, el PP ha perdido. Probablemente esa política tan combativa y nada dada al diálogo -junto con la gestión de las crisis del Prestige, la guerra de Irak y el atentado del 11M- pesasen mucho en las urnas, y el pueblo se cobrase todas las facturas juntas.
Una reflexión interesante es considerar que España demuestra una vez más su madurez democrática. Ya se produjo un cambio político que pasó del PSOE al PP, y esta noche hemos tenido otro que ha cambiado del PP al PSOE. La alternancia es posible. Tenemos una democracia que funciona. Es para sentirse satisfecho.
De todas formas, se ha celebrado la fiesta de la democracia, pero debemos recordar que no estuvimos todos en ella.
[Estoy escuchando: «Non, Je Ne Regrete Rien» de Cássia Eller en el disco Acustico]