De frikis

Alvy de Microsiervos me lanza un meme: mostrar el objeto más friki que tengo. Todo se debe a que alguien ha decidido que hoy es el día del orgullo friki. Pero tengo un problema: yo no soy un friki.

Tengo varias pruebas. De la nueva trilogía, sólo me gusta la primera película. No vi la dos siguientes de Matrix; las críticas eran muy negativas, así que pasé. Nunca he visto un episodio completo de Stargate. Star Trek me resulta sólo vagamente interesante. Hay muchos escritores de ciencia ficción a los que no he leído (ni leeré). Fui incapaz de terminar El señor de los anillos a pesar de llegar hasta la página 400. No llevo ningún dado de 20 en el bolsillo (ni siquiera tengo un dado de 20, sólo varios de 10). Y la prueba definitiva, cuando veo Revenge of the Nerds me caen más simpaticos los Alfa Beta.

Me encuentro un poco en la situación de Álvaro de La cárcel de papel. Sólo que él prefiere definirse como gafapasta y yo no sé si no será peor el remedio que la enfermedad. Después de todo, los frikis no merecen morir.

Todo lo que en mi persona se podría considerar friki, me parece simplemente cultura general. Por ejemplo, llevar en el coche la banda sonora de The Rocky Horror Picture Show y cantar «Don’t judge a book by its cover» me parece simplemente buen gusto, como lo es bailar Time Warp (tuvimos una época es que lo bailábamos en todas las fiestas). ¿O quién no ha llevado nunca un Malkavian? Y un duelo a espada con insultos forma parte de la educación sentimental de todos.

Pues eso, que en vano he buscado mi friki interior y no he dado con él. Quizá lo asesiné en su momento, pero la verdad es que ahora soy un señor normal y corriente al que le gusta ver la tele y aspira a ser funcionario. Y en vano he buscado también un objeto raro y friki. No tengo ninguno. O al menos, ninguno que no se pueda comprar en cualquier tienda sin problemas. Me gustaría tener, por ejemplo, una granada de mano firmada por Centurión Chape y Capitán Sevilla, pero no. O incluso la cadera de Ficus Pandorama cuando el pobre tenía 12 años para enseñarles.

Lo único que tengo curioso no es excesivamente friki. Se trata de una edición en seis volúmenes -pero sólo tres tomos- bastante bonita de las 1000 noches y una noche traducidas por Richard F. Burton. La compré hace muchos años, guiándome por mi pasión por el personaje. Incluso contiene el famoso Terminal Essay. Afirma ser edición de una edición de la edición de 1885 y no contiene las noches adicionales. No, no la he leído. Pero si alguien siente curiosidad, pueden leerlo aquí.

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Hace muchos años, en Cambridge, estuve a punto de compra la traducción de Lane. Pero me eché atrás en el último momento.

Por supuesto, doy puntos extras de frikismo si descubren el origen de mi interés por Richard F. Burton (leí como cuatro biografías). Vamos, que es muy fácil. Una pista, NO fue el ensayo de Borges.

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Las risas de la mañana

No nos íbamos a quedar sin vídeo gracioso para empezar el día en este valle de lágrimas que es nuestra patética existencia. Weird Al Yankovic le echa más imaginación al asunto que todo el tríptico inaugural (no era tan difícil):

¿El que toca el piano es el emperador? «Soon I am gonna be a Jedi» 🙂

Recuerdo que este hombre hizo hace algunos millones de años una versión buenísima del Bad de Michael Jackson. Todavía me río de una escena.

(vía Psicofonías)

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¿Qué se veía?

La chica de la tele habla de Classictvhits, donde puedes ver qué era éxito en televisión -americana- el año de tu nacimiento (por ejemplo). En mi caso, triunfaba Bonanza (sexto puesto) o El virginiano (14). El show de Jackie Gleason andaba por el puesto noveno.

En los comentarios se apunta a ¿Te acuerdas?, donde puedes enterarte de que en ese año TVE daba Historia de la frivolidad de Narciso Ibáñez Serrador o que en España se estrenaba Planeta prohibido.

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Juegos y escritores

Juegos y escritores es un muy curioso artículo sobre videojuegos basados en obras de escritores. Ya me suponía que Stephen King tendría varios. Conocía el No tengo boca y debo gritar de Harlan Ellison, me ha gustado recuperar Gabriel Knight y me alegré al saber que Koji Suzuki también tenía videojuego (la novela The Ring me gustó mucho; la película menos).

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El imperio contraataca

Un vídeo de Los Nikis cantando esa canción tan divertida de El imperio contraataca:

El vídeo, por cierto, aparentemente está sacado de un programa de La bola de cristal. Curiosamente vi, en TVE 50, uno hace poco; me reafirmo en mi idea de que hay cosas que uno no debería volver a ver (o leer).

(vía Hegemonía)

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El único país del mundo del que vale la pena ser nacionalista

Y ya lo sabían bien los Monty Python hace ya muchos años cuando le cantaban a Finlandia:

Finland, Finland, Finland,
The country where I want to be,
Pony trekking or camping,
Or just watching TV.
Finland, Finland, Finland.
It’s the country for me.

Y un país que lo tenía todo -por cierto, recomiendo Star Wreck: In the Pirkinning– tiene ahora además su primera victoria en el festival de Eurovisión. Y tras años y años de no lograrla, la han conseguido mandando al grupo más raro que pudieron encontrar. Pues eso, que Lordi ganó Eurovisión, y por un buen montón de votos. Y lo ha hecho -para más nivel- con un delicioso toque de tostadora valiente, con eso de que la televisión de su país no les quisiese pagar los efectos pirotécnicos y tuviesen que hacer una colecta entre sus fans (me imagino a los componentes del grupo vestidos con esta camiseta mientras negociaban con la televisión finlandesa; qué gusto cuando las tiradas salen bien).

Dentro de algunos años, la gente seguirá hablando de esto y alrededor de las mesas preguntarán: ¿tú a quién votaste? Igualito que el día de san Crispín.

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