A Short History of Progress, de Ronald Wright

Y tan corta. Tanto, que podría resumirse con una frase extraída del final del libro: «Homo sapiens has the information to know itself for what it is: and Ice Age hunter only half-evolved towards intelligence; clever but seldom wise». Ya está, les he ahorrado 132 páginas de lectura.

Y de eso se trata. Con una prosa divertida y certera, nos va contando que somos una especie brutal y criminal, dotada de más inteligencia de la que se merece, pero no tanta como para haber alcanzado la sabiduría. Nuestra capacidad de previsión es bien limitada y no sabemos evaluar las consecuencias de nuestras acciones allí donde nos hemos atrevido a interferir: es decir, en todas partes. En suma, que siempre que hemos construido una civilización hemos logrado derribarla por nuestra propia mano. Y que el progreso científico y tecnológico nos sirve sobre todo para lograr cotas de fracasos mayores que la vez anterior.

No quiere decir con eso que todos nuestros actos sean malvados. La civilización es un experimento genial que merece ser defendido. Pero es también un experimento precario cuyo principal enemigo es precisamente el grupo de los que más se benefician de la civilización. En momentos de crisis cedemos el poder con facilidad y con ello cavamos nuestra propia tumba.

Y ahora hemos alcanzado un sistema como no se ha visto nunca. Un sistema increíblemente generador de riqueza y de creatividad, pero también tan voraz que debería mantenerse bien controlado. Y no parece que lo estemos haciendo.

¿Pesimista? No, creo que más bien un realismo teñido de urgencia. Es sobre todo un advertencia: si no cambiamos nuestros hábitos, volveremos a repetir la historia una vez más.

[50 libros] 2007

Deja una respuesta