A The New York Times le gusta Joss Whedon… y Buffy, y Angel y…

A The New York Times le gusta Joss Whedon. ¿Y por qué no? Es uno de los mejores escritores que ha dado la televisión y ya había conseguido tener simultáneamente dos series de gran calidad: Buffy y Angel (ésta última no es tan buena como Buffy, insuperable, pero para entendernos es como Forever Knight bien hecho: detectives de lo sobrenatural con estilo, encanto e ingenio ?en el primer episodio, se atreven a matar a la protagonista a la mitad). Y ahora, va a por la tercera: Firefly.

En este artículo (advertencia, se trata de uno de esos sitios tontos en los que hay que registrarse para poder acceder a él) se cantan las maravillas de Firefly, el propio Whedon y, por supuesto, Buffy:

[…]Whedon has created one of the most intelligent, and most underestimated, shows on television. Like the Serenity, «Buffy» might look at first sight like a disposable toy, something cobbled from materials that most adults dismiss out of hand: teen banter, karate chops and bloodsucking monsters. Before the show went on the air in 1997, executives at the fledgling WB network begged him to change the whimsical title, arguing that the show would never reach intelligent viewers. But it did. «Buffy» is about a teenage girl staking monsters in the heart, but her true demons are personal, and the show’s innovative mix of fantasy elements and psychological acuity transcends easy categorization. Despite being perpetually snubbed at the Emmy Awards, «Buffy» has become a critics’ darling and inspired a fervent fan base among teenage girls and academics alike. The show’s influence can be felt everywhere on television these days, from tawdry knockoffs like «Charmed» to more impressive copycats like «Alias.»

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Over time, the show’s mythology has become as rich and multilayered as any work of literature — eternally complicating its own notions of morality, allowing characters to grow up in a way rare for television and generating enough internal allusions to fuel its own media-studies department. Indeed, several academic anthologies focus on the show; other high-flown analyses appear on «Slayage: The Online International Journal of Buffy Studies.» The show’s daring and complexity have earned it many smarty-pants fans, from those who contribute to the show’s insanely challenging Internet discussion groups (some of which feature posts from Whedon himself) to Ira Glass, the host of the radio program «This American Life.»

(me gusta citar este artículo, dice todo lo que me gustaría decir).

Según el artículo, Firefly (que empezó a emitirse el viernes pasado) es la serie más experimental de Whedon. Situada en una especie de mundo post-imperial, después de que China y los Estados Unidos hayan formado un supergobierno. Una especie de combinación de space-opera y western. Con toques de la guerra civil americana. La autora caracteriza al personaje protagonista como un hombre de acción paralizado por la convicción de que nada importa. ¡Qué existencialista!

Por cierto, que la nueva temporada de Buffy empieza a emitirse mañana. ¿No tengo ningún lector en Estados Unidos que esté dispuesta a grabarme la serie? Juro que compraré la edición en DVD en cuanto salga (incluso en VHS, lo que sea primero). Es que cuando me impiden el acceso a la cultura me pongo muy nervioso.

(vía Follow Me Here).

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