Si la sociedad está cambiando apresuradamente, el idioma le sigue a cierta distancia y el Diccionario se queda aún más retrasado, este último corre el riesgo de convertirse en un tocho anacrónico, inútil y poco interesante.
Quedan dos años para que la institución publique sobre papel su vigésimotercera versión, y los recursos de edición y revisión que proporciona la tecnología harían posible una cirugía reparadora importante y necesaria. Pero para eso hacen falta voluntad y mentalidad, y no tengo claro que la institución ande sobrada de ninguna de esas virtudes; ya saben: “…de poco ánimo y esfuerzo”.
En Libro de Notas: El diccionario anacrónico, androcéntrico, inútil..
Eso.