A la caza de vértices geodésicos

Ya Canopus nos había hablado del arte y la ciencia de cazar vértices geodésicos. Ahora nos ha puesto las cosas un poco más fáciles, ofreciéndonos los vértices geodésicos de España en archivos kml (convenientemente separados por provincias) para que podamos verlos y localizarlos con facilidad en Google Maps o en Google Earth. Por ejemplo, estos son los de Las Palmas de Gran Canaria. Lanzarote está a la derecha. Veo que hay uno en Arrecife, aunque tras leer la descripción que da el ministerio, dudo que sea capaz de localizarlo.


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Cosas que han tardado menos que Duke Nukem Forever

Duke Nukem Forever es un videojuego que se comenzó a desarrollar en 1997. Haciendo honor a su nombre, todavía no ha salido. Es decir, 9 años llevan desarrollándolo.

Como en Internet hay listas para todo, pues han hecho una lista para satisfacer una simple curiosidad: ¿qué cosas se han hecho en menos tiempo que el desarrollo de Duke Nukem Forever?

Pues algunos ejemplos:

Toda la vida del iPod como producto cabe en el ese periodo. En 1997 no existía Google. Microsoft ha sacado 5 versiones de Windows. La Unión Europea tiene una moneda nueva. Las tres precuelas de Star Wars. Toda la serie Matrix.

Los hermanos Wright diseñaron y volaron su primer avión en menos tiempo. El viaje a la luna desde el anuncio de Kennedy hasta el primer alunizaje. Las dos guerras mundiales duraron menos.

Y lo mejor.

Los Beatles se unieron, sacaron todos sus discos y se disolvieron en ese tiempo (supongo que depende de qué año uses para su formación).

En realidad es una cuestión de personalidad. Algunos somos de naturaleza lenta. Yo, por ejemplo, empecé a leer En busca del tiempo perdidoantes del anuncio del juego y en esa tarea sigo. Calculo que va a llevar unas décadas más.

Luego está la gente que sabe aprovechar el tiempo, como los Beatles.

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DVD

DVD es un corto buenísimo de Ciro Altabás, que se plantea preguntas como: ¿Cuántos grados de separación hay entre Fernando Esteso y Kevin Bacon? Mucho sentido del humor y con detalles muy bueno (en medio hay una parodia perfecta de las películas asiáticas de amor). Me encanta el personaje del padre.

Con gente capaz de contar tanto en 17 minutos, ¿por qué el cine español es como es?

(vía Pixel y Dixel)

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El liderazgo de Bill Gates

Ahora que Bill Gates se va a desentender un poco más del funcionamiento diario de Microsoft (que no es necesariamente lo mismo que irse), quizá valga la pena leer este texto de Joel Spolsky donde recuerda cuando trabajaba en Microsoft y había que integrar Visual Basic con Excel. Y la forma en que Bill Gates llevaba la compañía:

It was a good point. Bill Gates was amazingly technical. He understood Variants, and COM objects, and IDispatch and why Automation is different than vtables and why this might lead to dual interfaces. He worried about date functions. He didn’t meddle in software if he trusted the people who were working on it, but you couldn’t bullshit him for a minute because he was a programmer. A real, actual, programmer.

Watching non-programmers trying to run software companies is like watching someone who doesn’t know how to surf trying to surf.

(vía Reddit)

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Mi primer regalo

Dentro de unos días es mi cumpleaños, pero ya he recibido mi primer regalo. Se trata del libro Language Death de David Crystal (tengo en cola otro libro suyo sobre lenguaje e internet):

16062006

Por desgracia, el regalo no viene firmado (sólo una nota recordándome que me queda poco para los XL. Cierto, muy cierto). Lo agradezco desde aquí.

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Series de televisión

Un meme que me llega desde Sospechosos Habituales. Pues bien, he aquí alguna series que veo habitualmente (no son necesariamente mis series preferidas, porque mis preferidas de siempre ya han terminado):

Perdidos
Medium
Mujeres desesperadas
Veronica Mars
Aquí no hay quien viva
4400
La zona muerta
Padre de familia
American Dad

Quizá tenga alguna más. Pero estas son las que recuerdo ahora mismo.

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La voz más hermosa es la de los poetas malditos

Ayer vi un trozo de Fahrenheit 451. Leí el libro cuando era muy joven, y vi la película también de niño. Recuerdo sobre todo que me impacto mucho. Una de las sorpresas de volver a encontrarla fue descubrir que no se rodó originalmente en francés, sino en inglés. Como algunos de los actores no hablaban el idioma y los guionistas tampoco, pues el resultado es francamente curioso y divertido. No la vi entera, así que tampoco puedo hablar de la obra en sí -hacia el final salen unos tíos volando, chulo- pero sí me dio la impresión de ser una parodia divertidísima.

A todo grupo le gusta sentirse maltratado y menospreciado. Y los lectores no son menos. A pesar de creerse superiores al resto de la población no lectora, no cesan de repetir las múltiples desgracias que caen sobre ellos. Cada vez se publican menos libros (a pesar de las cifras editoriales). Cada vez se lee menos (a pesar de las cifras de ventas). Ya no se leen libros de la misma calidad de antes (suele ser, sobre todo, un problema de pérdida de memoria). Es difícil mantener el hábito lector ante el ataque del fútbol y la telebasura (como si eso pudiese o debiese afectarte). Vamos, que ser lector es una cruz, una putada más que una suerte. Mantener el hábito de lectura se convierte casi en un sacerdocio, en un martirio, en un arrojarse a los leones con cada página (cuidado, que muerden). Vas con un libro por la calle y las multitudes de trogloditas te persiguen para escupirte.

Pero siempre se puede aspirar a más.

En Fahrenheit 451, en el giro paródico del que hablaba, no ya es que te desprecien, es que leer está prohibido. Es lo máximo para cualquier grupo. La indiferencia es mortal, y la mayor muestra de importancia es que alguien se tome la molestia de declararte ilegal. En el mundo de la película, no importa lo que lees, como si sólo disfrutas de Corín Tellado o Marcial Lafuente Estefanía y jamás te has metido en política, tú a la cárcel y el libro a la hoguera. Y lo más ya es inmolarse con los libros, porque la vida sin tus pequeñines de papel ya no tiene sentido ni interés; es más, en el universo moral de la película, matar a una persona es un pecado mucho menor que quemar un libro (me pregunto si los bomberos son conscientes de que algún día conseguirán quemar todos los libros y se quedarán sin trabajo; ¿no les convendría más hacer dejación de sus funciones?). Eso sí, tanto libro no ha incrementado la inteligencia de sus lectores, que se olvidan detalles importantes como instalar una antena de televisión, cuando todo el mundo sabe que no ver la tele es de peligrosos lectores subversivos.

Mentí, hay algo todavía mejor que quemarse con los libros. Lo más de lo más es olvidar tu individualidad y convertirte en un libro. Aprenderte de memoria una obra y repetírsela al primero que pase, quiera o no quiera. Te olvidas incluso de tu nombre y pasas a ser «La república de Platón» (uno se pregunta cómo se resuelve la situación cuando 100.000 personas deciden simultáneamente ser «El código Da Vinci de Dan Brown»). De hecho, en la película, el protagonista, por sus muchos crímenes, acaba en un infierno donde cada uno sólo habla del libro que más le gustó; el aburrimiento está servido.

Esa manía persecutoria se da sobre todo entre los lectores de ciencia ficción. En cuanto se reúnen varios lectores «serios» -en volumen- de ciencia ficción, acaba saliendo el tema de la difícil vida que lleva el fan, de los miles de sinsabores que ha tenido que tragarse por su elección de género; la sociedad arroja todo tipo de desprecios sobre cualquiera que se atreva a leer ciencia ficción y/o fantasía. Oyendo esas historias, en medio de una convención, uno acaba pensando que hay pandas especializadas de matones que corren por las calles persiguiendo a cualquiera que lleve un libro de ciencia ficción. Es uno de los mitos fundamentales del género, y no sirve de nada sacar a colación los muchos lectores de ciencia ficción que no sólo no se han sentido despreciados nunca, sino que han encontrado una respuesta francamente positiva de lectores de otros género. Un poco como lo de que Walt Disney está congelado. Con un mito así, no es de extrañar, por tanto, que un escritor de ciencia ficción fuese el autor de Fahrenheit 451.

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