Uno es un dios del cómic. El otro quizá un semidiós. A los dos se les recordará por algo. A uno posiblemente por la visión que supo imprimir a toda su obra, por la profunda humanidad de sus creaciones. Al otro por haber producido obras con gran impacto en su momento (alguna incluso memorable). Los dos claramente aman su profesión.
Y cuando dos personas que aman lo que hacen se juntan para hablar, naturalmente hablan de las herramientas del oficio. Y vaya sin hablan. Prácticamente no dejan un detalle del oficio sin tocar. Del estudio. De cómo obtener según qué efecto. De la intencionalidad de la obra. De los premios. De las películas. De las técnicas del color. De la libertad del autor. De los editores. De la profesionalidad. De Nueva York. De la cobardía y la vergüenza. De la historia. Lo práctico se combina con lo filosófico, la mirada al pasado se compensa con las esperanzas del futuro.
Miller y Eisner son dos hombres muy diferentes, a los que no sólo separan años de tiempo, sino también concepciones del mundo muy opuestas. Sólo podrían ser más distintos si uno de los dos fuese marciano (ahora que lo pienso, quizá uno de los dos sea un marciano). Eisner lo articula muy bien indicando las diferencias entre sus lectores respectivos:
I’m talking about, in A Contract with God, man’s relationship to God. The guy who’s reading your stuff doesn’t give a shit about man’s relationship to God. He wants to see whether Marvin kills that son of a bitch or doesn’t kill that son of a bitch or whoever it is he’s adopted to assassinate or kill or beat up. We’re talking to different people. You’re aware of it.
Y ya casi al final, comentan:
MILLER: Also, when I did [the first] Dark Knight, for instance, much of the satire in that book was my own perverse portrait of the Reagan era. The new one is my portrait of the current era. I like to interact with the current culture a great deal. I enjoy the tension here.
EISNER: And my work is steeped in the past. It is, and I’d frankly rather write about the past, because it’s there. It won’t change. What’s happening now is questionable. It may alter right under my hand.
Y sin embargo charlan durante más de 300 páginas, iluminando el mundo del cómic y su obra. Consiguiendo que te entren ganas de releer sus tebeos cuando comentan que con tal detalle o tal efecto pretendían una cosa u otra. Hace un tiempo hablé de un libro de entrevistas entre Borges y Sábato. En ese caso, eran dos escritores, y dialogaban de tal forma que parecía más bien dos monólogos superpuestos. Un diálogo que bien podría haberse celebrado con cada participante en una habitación diferente. El de Eisner y Miller es completamente diferente; es un diálogo entre profesionales que ante todo se respetan y, sobre todo, respetan el medio en el que decidieron trabajar.
[50 libros] 2005.