De cómo Bob el millonario se tuvo que convertir en pirata
Bob tiene dinero de sobra. Le encanta la televisión, en especial la serie Perdidos. Como vive fuera de Estados Unidos, está sujeto a las veleidades de la cadena de televisión local. Bob acaba de ver el quinto capítulo de la serie y se ha quedado intrigado. Como Bob vive en el siglo XXI, piensa que podrá ir a Internet y pagar para bajarse los capítulos que ya se emitieron en EE UU. Pero sorprendido descubre que eso no es posible. No importa el dinero que esté dispuesto a pagar, los productores no le van a vender la serie que quiere ver. Bob no quiere convertirse en pirata, pero gracias a un amigo descubre que puede bajarse los capítulos que quiera en alta definición.
En suma, un cómic que explica todo lo que anda mal en la distribución de contenidos, con su segmentación artificial de mercados, de este comienzo de siglo. Hay mucha gente dispuesta a pagar por un producto que sin embargo nadie le quiere vender. Por ejemplo, no había ninguna buena razón que impidiese la salida del último libro de Harry Potter en varias lenguas simultáneamente.
(vía Mobhappy)