Código 46 es una película más interesante que buena. Nadie puede negarle que intenta ser diferente y en gran medida lo consigue. Plantea una reflexión sobre un mundo futuro en el que hay zonas interiores y exteriores (interior y exterior de qué jamás se explica), donde hace falta permisos llamados papers- (limitados por días) para viajar a cualquier parte. Y también existe el famoso código 46 que le da título, que prohíbe las concepción entre personas que compartan un 25% o más de su código genético (aparentemente, en ese mundo no existen los anticonceptivos).
Al protagonista, William, lo mandan a Shangai. Su misión es descubrir quién está falsificando papers que te permiten viajar por ese mundo futuro y tener cobertura en el punto de destino- empleando sus habilidades empáticas también se ha inyectado un virus para incrementarlas y rendir mejor. Bien, la falsificadora resulta ser la protagonista, Maria, y el protagonista se enamora instantáneamente (posible efecto del virus empático). Tan es así, que acusa a un inocente y pasa la noche con ella, antes de volver a casa su paper sólo le da cobertura por un día.
Ya de vuelta, le resulta imposible ponerse en contacto con ella. Enviado de nuevo a Shangai, porque las falsificaciones no se han detenido, descubre que ha desaparecido. Finalmente da con ella en el exterior, en una clínica, donde le han practicado un aborto y le han borrado los recuerdos del hombre que la dejó embarazada. Todo debido al famoso código 46.
La verdad es que quería que me gustase esta película. Es un tipo de ciencia ficción distinta, más centrada en la vida dentro del orden futuro, rodada muy bien y con escenas realmente logradas. Trata de los problemas genéticos, de la sumisión del individuo al estado, de la imposibilidad de controlar el propio destino.
Por desgracia, los elementos interesantes no acaban de cuajar en un todo. Transcurre en un mundo muy mal definido. Parece haber un sistema absoluto de control, pero no se explica cómo actúa. Parece haber una diferencia entre unas partes del mundo y otras, pero no se explica qué implican esas diferencias. Cuando los protagonistas huyen al exterior siguen, sin embargo, sujetos al código 46 (ya delito porque lo hacen aposta). Es más, en la clínica parecen capaces de crear un virus que hace que la protagonista sea alérgica a William. Si pueden hacer algo tan específico, ¿no podían haberle localizado y borrado la memoria a él también?
Lo que nos deja con una historia de amor. Que por desgracia es una serie de clichés, con mejores diálogos: amor a primera vista, predestinación, noche de amor que acaba en embarazo. Los personajes no están más desarrollados de lo estrictamente necesarios para esa función (y los actores luchan bravamente con los límites de sus personajes). La historia de amor sirve sólo para exponer los males de ese mundo futuro. Pero sucede en el vacío, sin relación real con nada de lo que se pueda ver en pantalla.
En resumen, Código 46 es demasiado poco para lo que pretende estar contando. Finge ser más profunda de lo que realmente es.Deja sensación de tener un guión poco trabajado, en el que las cosas suceden simplemente porque sí. Me resulta más difícil, sobre todo, porque he leído muchas historias de ciencia ficción que trataban mucho mejor los mismos temas.
Luego he visto otra película de Michael Wintterbottom, The Claim; una mucho mejor. Cuando el mundo estáclaro y definido, y los personajes tienen dimensión, las reflexiones sobre en The Claim la avaricia y la estupidez- sobre ideas adquieren toda su profundidad.