A Shortcut Through Time: The Path to the Quantum Computer de George Johnson da un repaso rápido (menos de doscientas páginas, incluyendo notas) a las posibilidades de la computación cuántica. No pretende ser una visión profunda de ese campo (para eso recomienda Quantum Computation and Quantum Information de Nielsen y Chuang) sino más bien una aproximación para el lector curioso.
En ese aspecto, el libro es intachable. Las explicaciones son claras, el uso de las metáforas e imágenes aproximadas siempre se señala como tal, se dejan claras las limitaciones de lo que se está diciendo, e incluso se trata la posibilidad de que la computación cuántica sea finalmente imposible (lo que lleva a un par de párrafos interesantes sobre la naturaleza de la ciencia y el conocimiento científico).
El libro cubre bastante terreno habitual (una introducción a la mecánica cuántica, una aproximación a la computación como fenómeno abstracto no unido a ningún arquitectura o material en particular, algo de criptografía…) pero lo hace desde una perspectiva bastante fresca, como si uno lo fuese descubriendo sobre la marcha. Se aleja del punto de vista de las personas concretas (se nombra a los científicos, pero no se les trata como individuos concreto más allá de sus descubrimiento. Lo de hablar del bigote del científico es algo que está muy de moda en la divulgación científica más periodística) y se acerca más al problema en sí. Aunque el toque personal no desaparece por completo, aunque sí se traslada casi totalmente al lector y en ocasiones al autor (quien no tiene reparos en describir su primera aproximación a la computación).
El último capítulo, «The Hardest Problem in the Universe», es especialmente interesante. Se habla en él de la asombra habilidad de las proteínas para saber cómo plegarse (¿serán ordenadores cuánticos?), de los problemas NP y de otros problemas matemáticos de difícil solución, y de la interpretación de muchos mundos de la mecánica cuántica. En particular, toca hacia el final un aspecto muy interesante sobre la relación de las teorías científicas con la realidad.
¿Y si los ordenadores no pasasen jamás de ser un sueño? ¿Y si llegase a demostrarse que son al final imposibles? Pues del fracaso podría aprenderse cosas muy importantes, si algún experimento dejase clara la imposibilidad:
What could emerge is a deeper understanding not just of subatomic physics but of computation and its role in the basic workings of the natural world. That may be more valuable that salable machines.