Midnight Days de Neil Gaiman

Pues hete aquí que quedaba un regalo rezagado sacado de mi lista de los deseos (los otros, por cierto, fueron éste, éste y éste). Se trata del cómic Midnight Days de Neil Gaiman (gracias, regalador, gracias), donde se recopilan algunas de sus historias cortas, sobre todo del inicio de su carrera, cuando todavía era un novato, ante de demostrar su genio con Sandman.

La cosa, por supuesto, es en ocasiones muy novata, aunque realmente tiene mucho interés. Ver a este guionista defendiéndose por primera vez entre viñetas tiene mucha gracia. Se le nota ya, por ejemplo, las pocas ganas de contar una historia que tiene. O mejor dicho, lo que le gusta es contar historias que en realidad suceden en la cabeza de sus protagonistas. Así es por ejemplo, en la primera, «Jack in the Green», una historia de La cosa del Pantano que transcurre varios siglos en el pasado durante la plaga. No pasa en realidad nada, pero le da la oportunidad de convertir al elemental verde en un emulo de la criatura de Frankenstein y dejarlo meditando por ahí. O en «Shaggy God Story» se inventa toda una teología vegetal y hace que el Hombre Florónico (Floro para los amigos) se la cuente a lo que parece una planta carnívora (incluyendo una aparición estelar del Parlamento de los Árboles).

«Brothers» lo que demuestra es su amor por recuperar personajes no ya oscuros, sino oscurísimos, de los que ni sus propios creadores se acuerdan, para darles la vuelta e intentar contar otra cosa. En «Brothers» ya se lanza al vacío y recupera a un bicho llamado Brother Power que no es más que una marioneta, a la que un rayo dotó de vida, y que Reagan lanzó al espacio en un intento de librarse de ella (se había presentado a presidente la marioneta en cuestión). Brother Power es un hippy total y completo, y ahora ha regresado a la Tierra poniendo muy nervioso a los serios miembros del gobierno. Gaiman mezcla jiperio, elementales y tipos siniestros en una historia que no tiene ni pies ni cabeza, y que tampoco está demasiado lograda, pero que me resultó muy graciosa como concepto.

Pero no todo en novel en esta recopilación, porque también tenemos dos historias extraordinarias. Y también, por cierto, extraordinariamente bien dibujadas. La primera es «Hold me», una historia de John Constantine (nuestro mago favorito). Y la segunda es una historia de Sandman Midnight Theatre donde el Sandman original, Wesley Dodds, se encuentra con Sueño de los eternos en la Inglaterra de 1939. Muy buenas las dos. Contar no es que cuenten mucho, pero son muy buenas exploraciones de los respectivos personajes. La segunda contiene además una impactante página en la que Sandman y Sandman se encuentran cara a cara (con una capa de vidrio de por medio).

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «(YOU’VE GOT A) SHAOLIN KUNG-FU DEATH GRIP ON MY SOUL» de Lee Press-On and the Nails en el disco El Bando En Fuego]

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Memorias. 1915-1965 de Alan Watts

Nos fuimos a la librería a comprar Historia del pensamiento chino de Anne Cheng. Por desgracia, ya lo habían vendido. Pero como somos incapaces de salir de una librería sin comprar nada, pues nos llevamos un par de cosas, entre ellas esta biografía de Alan Watts, el mítico, orientalista, filósofo, epicúreo y demás…

Ya en la introducción promete. Como no cree en el tiempo lineal, pues no va a contar su vida de principio a fin siguiendo el orden. Y efectivamente, empieza saltando de recuerdos de un lado a otro, aunque razonablemente se ciñe a un orden. Eso sí, en una pocas páginas de introducción se las arreglas para lanzar pullas contra la filosofía, la teología y hasta la psicología; a defender la experiencia mística (aclarando que no tiene nada de sobrenatural); a comentar el lamentable estado de las prácticas deportivas y la falta de asignaturas de jardinería y sexo en las escuelas; y terminar dando los datos exactos de su nacimiento incluyendo la posición del sol y la luna en el zodiaco en aquel momento. Y va luego y pone una nota al pie que dice:

Doy todo estos detalles para complacer a mis muchos amigos que creen en la astrología, una primitiva ciencia teóricamente exacta aunque realmente impracticable. No me cabe duda de que estamos estrechamente ligados al lugar y el momento que ocupamos en el universo. Pero el mapa (o el horóscopo) no es el territorio -¿o acaso debería decir el celestiario?-, y el Cielo es un asunto inmenso.

Estaba en un bar, pero no pude evitar reír.

[Estoy escuchando: «BAI MIR BIST DU SCHOEN» de Lee Press-On and the Nails en el disco El Bando En Fuego]

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