Alicia

Un regalo de cumpleaños que me llegó con retraso. Unos divinos recortables de Alicia y el Conejo Blanco -ése que siempre llegaba tarde- con sus correspondientes vestiditos. Intenté vestir al conejo de Alicia y a Alicia de conejo pero no se puede. Lástima. En cualquier caso, quedan preciosos:

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «Commissioning A Symphony In C» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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El fin del mundo

El domingo nos fuimos de paseo a Finisterre, allí donde terminaba el mundo de los romanos. La zona es realmente muy bonito y la vista está francamente bien:

Como suele suceder en esos sitios, había un puesto de recuerdos. Vi uno que me encantó y estuve a un tris de comprarlo: un perro hecho con las conchas de pequeños animalillos marinos. No veía nada tan genial desde las muñecas muertas.

Ya que estábamos por allí, aprovechamos para ir a la playa. Nos pasamos por la playa de Carnota -que dicen es la más larga de Galicia. Ciertamente es enorme:

E incluso nos quedó tiempo de lavar el coche. Un día completito.

Vaya, parece que Russell pasó por Santiago y no nos llamó. Bad Boy Russ! Bad boy! 🙂

[Estoy escuchando: «Commissioning A Symphony In C» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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Hombres de armas

Se publica en español Hombres de armas, otra de las buenas novelas de la serie del Mundodisco. La leí en inglés hace ya mucho tiempo y me gustó mucho: es una novela que dentro de la serie pertenece a la subserie de la guardia nocturna. Es uno de esos libros de humor que es muy fácil despreciar precisamente por ese detalle, sin pararse a pensar en la carga de profundidad que contienen muchos de los chistes de Pratchett. No es vano, y con muy buen criterio, hace poco Joni Karanka situó a Pratchett en su lista de nueve intelectuales del siglo XX (en la buena compañía de gente como Turing o Kafka). Cuando se lee a Pratchett con atención es difícil considerar que no debería estar en esa lista. Ahora la editorial me ha enviado un ejemplar para El archivo de Nessus y me lo estoy leyendo de nuevo (la traducción es correcta, aunque de vez en cuando se cuelan algunos errores). De la solapa:

«¡Sé un HOMBRE de la Guardia de la Ciudad! ¡La Guardia de la Ciudad necesita HOMBRES!» Hasta ahora, sin embargo, la Guardia Nocturna sólo cuenta con el cabo Zanahoria (técnicamente un enano), el agente Cuddy (realmente un enano), el agente Detritus (un troll), la agente Angua (una mujer… la mayor parte del tiempo) y el cabo Nobbs (descalificado de la carrera evolutiva por hacer trampas).

Y necesitan toda la ayuda que puedan conseguir. Porque hay un asesino suelto en las calles, con un arma nueva y mortífera y, lo más peligroso, un PLAN para devolver a la ciudad de Ankh-Morpork su grandeza perdida. Además, el misterio debe resolverse antes del mediodía, cuando el capitán Vimes devuelva su placa y se case con la mujer más rica de la ciudad.

Comparado con lo que les viene ahora, acabar con aquel dragón que atacó la ciudad hace un tiempo resultó fácil, ¡enfrentarse a un ejército de enanos sería más fácil! Y si la tarea es incluso complicada para un cuerpo de vigilancia normal, para la Guardia Nocturna puede convertirse en un quebradero de cabeza… literalmente.

Y esto fue lo que escribí en la columna de Libros extranjeros (la gente me criticaba por el nombre de la columna y el hecho de que sólo hablase de libros en inglés -la única lengua extranjera que entiendo- pero era una referencia a Borges. Él leía muchos idiomas) que hacía para BEM:

Cuando Sir Thomas Bodley estableció su biblioteca en la universidad de Oxford prohibió expresamente la presencia de libro inútiles, entre los que se encontraban las obras de teatro. Eso sucedía en el año 1602, alrededor del cual vivieron autores de género como William Shakespeare, Ben Jonson o Philip Marlowe. La actitud era lógica; se consideraba al teatro como un entretenimiento popular sin valor literario. Hoy, esta es una historia con moraleja, el teatro de la época se considera entre las mejores obras de la literatura inglesa.

Mucha gente tiene ideas similares sobre el humor. Si una obra es humorística se considera un entretenimiento sin valor; olvidando sin embargo que Shakespeare y Ben Jonson también escribieron comedias. Si te ríes, parece ser la lógica, la obra no debe ser muy buena.

Terry Pratchett comenzó su serie del Mundodisco con El color de la magia (1983). La idea inicial era una sátira de las premisas de la fantasía situada en un mundo plano que se sostenía sobre cuatro elefantes que a su vez se apoyaban en una gran tortuga que nadaba por el universo. Tanto esa novela como su continuación, La luz fantástica (1986), eran obras aburridas sin demasiado interés. Los siguientes volúmenes de la serie –Ritos iguales (1987), Mort (1987), Rechicero (1988), Brujería (1988), Pirómides (1989), ¡Guardias! ¡Guardias! (1989), Eric (1990, con Josh Kirby) e Imágenes en acción 1990)- representaron un cambio: Terry Pratchett ampliaba su campo de intereses y se reía de más cosas. En general eran historias más atractivas, ideas mejor tratadas y libros muchos más interesantes que sus predecesores. Pero fue a partir de El segador (1991) cuando Terry Pratchett dio la sorpresa. De pronto teníamos entre las manos una novela divertidísimas que a la vez trataba con humor temas muy serios. La siguiente, Brujas de viaje (1991), fue aun mejor; hasta llegar a la que posiblemente sea la mejor novela de la serie: Small Gods (1992). Lords and Ladies (1992) representó un pequeño bache, era ambiciosa pero fallida, aunque lo que parecía una carrera descendente se recupera admirablemente en este Men at Arms (1993) -a falta de leer las últimas por el momento: Soul Music (1994) e Interesting Times (1995). Ahora las novelas del Mundodisco son más divertidas porque son más interesantes.

El humor, la ironía y la sátira pueden ser armas poderosas para un escritor. Con algo de humor, con una ligera sonrisa en la boca del lector, es más fácil convencerle, atacarle, transmitir en suma aquello que el autor quiere decir. Lo sabía Swift, lo sabía Henry Fielding (que empezó riéndose de Pamela para acabar escribiendo Joseph Andrews y Tom Jones) y lo sabía Mark Twain (¿quién no queda desarmado ante las reflexiones serio-cómicas en las que se embarca Huckleberry Finn?).

Terry Pratchett pertenece desde hace ya algunos libros a esta tradición en el uso del humor como herramienta para hacer literatura. Parece en su obra que está hablando de una cosa cuando en el fondo está hablando de otra. Te pilla desprevenido y sin darte cuenta te coloca una reflexión muy seria disfrazada de patochada y enunciada por un personaje de nombre absurdo. En cierta forma, podría decirse que un escritor cómico es siempre un moralista porque reírse de una actitud implica tomar otra como referencia.

Y nadie puede acusar a Terry Pratchett de no ser ambicioso. En El segador contaba lo que le sucede a la muerte cuando es despedida de su trabajo, y de paso hablaba de lo que significa vivir. En Brujas de viaje recreaba con maestría los cuentos infantiles para de paso hablar del poder, del poder de no tener poder y del valor que hace falta para no usar el poder. En Small Gods parodiaba El libro del sol nuevo de Gene Wolfe en la historia de un chico con memoria infinita que debía ayudar a sobrevivir a un dios convertido en tortuga, y reflexionaba sobre la intolerancia religiosa y, más importante, sobre sus causas (es además la novela con el mejor final de toda la serie). Todo esto además con un lenguaje preciso, cuidado, escogido y minucioso. Porqué la literatura y el humor no admiten un trabajo a medias: o se hace bien, o se hace el ridículo (por desgracia, las traducciones de sus novelas son bastante pobres y se pierde el uso esmerado que el autor hace del lenguaje).

Y en Men at Arms tenemos una historia de detectives (se me olvidaba comentar que a Terry Pratchett le encanta navegar entre los géneros para sus novelas del Mundodisco) en la vieja Ankh-Morpork cuando una poderosa arma (inventada por Leonardo da Vinci) desaparece misteriosamente y siembra el pánico en la ciudad. Y también tenemos una historia sobre las relaciones raciales, sobre la política de estado, sobre los peligros del nazismo y sobre la naturaleza de los héroes.

Lo más curioso de este libro es que puede leerse dos veces. La primera vez se lee para descubrir la solución del misterio (es decir, ¿quién mató a Beano el payaso?) y como se las arreglará Zanahoria para evitar convertirse en rey. La segunda vez se lee para disfrutar de la maravillosa organización de la trama, para captar las sutiles huellas que adelantan la acción, que construyen el argumento, que apuntalan a los personajes, para disfrutar, al fin y al cabo, de la arquitectura de esta novela. Porque en este libro hay personajes que luchan, sienten y tiene problemas que es urgente solucionar. Los personajes tontos que poblaban ¡Guardias! ¡Guardias! y la hacían una novela aburrida, se convierten aquí en los verdaderos pilares de la trama y en la verdadera, y última, razón para leer esta y otras novelas del Mundodisco. Y todo con humor.

Esta novela demuestra que Terry Pratchett ha aprendido, delante de nuestros ojos, a convertirse en una magnífico escritor.

Creo que se nota mucho que la escribí en la época en la que estudiaba filología inglesa. Algún día contaré esa historia.

[Estoy escuchando: «World Of Two» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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Bruce Eckel y Python

Bruce Eckel, conocido especialmente por su libro Piensa en Java, comenta Python y ante la pregunta de si ese lenguaje es adecuado para la programación orientada a objetos comenta:

I can only say that I like it and use it for OO. Python was designed from the ground up as an OO language, and it’s OO support has been improving in recent releases, including support for private fields and static methods. Also, you can do a lot more OO stuff with Python than with languages like C++ and Java, because Python has metaclasses. Finally, the «latent» or «weak» typing mechanism in Python makes OO programs much simpler to write, which means you can be more productive.

[Estoy escuchando: «Love You Madly» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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Estadísticas de junio

Las visitas de pjorge.com en junio fueron de 42.467. Las de pjorge.net de 11.983. Lo que hace un total de 52.531 visitas en el mes de junio. Una vez más, no sé cómo se calculan esas visitas y en qué medida es una cifra «real» (y, lo más importante, que porcentaje corresponde a arañas y otros bichos). En todo caso, tomando los números como referencia, se aprecia una subida constante en los últimos meses. Pero ha empezado el verano, y el mes de julio ya empieza a registrar visitas menores. Previsiblemente, agosto bajará todavía más. Yo, sin embargo, como no me voy de vacaciones (o siempre estoy de vacaciones, depende de cómo se mire) seguiré en ello.

Por lo demás, gracias a todos los que visitan esta página.

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «Comfort Eagle» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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El cerebro de Microsoft

¿Cómo aspira Microsoft a competir con Google en el campo de los buscadores? Pues contratando a los mejores científicos y matemáticos.

Por otra parte, parece que ya hay gente bloqueando el robot de Microsoft haciendo uso del archivo robots.txt.

[Estoy escuchando: «Commissioning A Symphony In C» de Cake en el disco Comfort Eagle]

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Panorámica de la censura

No, no voy a hacer ningún resumen del estado actual de la censura. Se trata de una fotografía panorámica de un acto de censura. Verán, en Australia, que parece tener un gobierno muy paternalista, la película Ken Park (del director de Kids) está prohibida -no me pregunten por qué, aparentemente retrata con demasiada verosimilitud la vida de los jóvenes- y la gente desafía la prohibición organizando proyecciones de la película en DVD. Proyecciones que la policía se encarga de interrumpir. Pues aquí está, el público cortado y la policía custodiando el reproductor de DVD.

(vía Boing Boing)

[Estoy escuchando: «Saturday Night Sunday Morning» de Madness en el disco Wonderful [UK]]

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¿Es Internet una mierda?

Se pregunta JJ a propósito del sitio Internet is Shit. La respuesta de JJ va por el camino del entretenimiento, es decir, añade una posibilidad de ocio más. Tiene sus aplicaciones comerciales, pero el uso principal es lúdico:

Por eso no hay que darle tantas vueltas. La internet es una revolución, sí, pero en el sentido que añade cientos de canales adicionales y de posibilidades de ocio a la persona que sepa aprovecharlas, con la ventaja de que democratiza el acceso a los «proporcionadores de ocio».

Así, pues, vale, la internet es una mierda, pero, ¡que siga el espectáculo!

Pero a mí me gustaría recorrer otro camino. Decir que internet es una mierda sería como decir que el ferrocarril es una mierda porque puede llevarte a sitios aburridos, que la imprenta es una mierda porque se publican muchos libros malos o la televisión es una mierda porque se emiten muchos programas deleznables. Pues sí, corre mucha basura por ahí, y a casi todos los medios de comunicación y transporte se les puede dar mal uso. Sin embargo, juzgarlos sólo por lo negativo nos haría olvidar que el tren nos puede llevar a muchos sitios agradables, que se publican muchos libros que valen la pena y que la televisión ha dado programas extraordinarios.

Por desgracia, criticar es muy fácil. No hace falta ser muy listo para ver los defectos de las cosas y, curiosamente, te hace parecer más inteligente. Una persona que destaca lo bueno queda como un ser amorfo y sin criterio. Alguien que lo critica todo queda como una persona de gran discernimiento y criterio. Intentar realizar un juicio objetivo, valorando pros y contras lleva mucho más trabajo y no sienta tan bien. En resumen: la crítica te hace parece más guapo, listo y alto.

¿Es Internet una mierda? Pues no dudo que para mucha gente sí. Y no dudo tampoco que para mucha gente habrá cambiado sus vidas. Yo mismo odiaría hoy tener que volver a la situación cuando no podía comprar tan fácilmente todos los libros que ahora puedo comprar y leer. También odiaría tener que renunciar a todos los amigos que he hecho gracias a este medio (puedo decir sin ninguan exageración que Internet transformó mi vida). Tom Coates, sin embargo, me ofrece un ejemplo mucho mejor:

Take for example the case of support groups for gay and lesbian teenagers. Gay teenagers are two to three times to attempt suicide and two to three times more likely to succeed – and why? Because they think they’re completely alone in the world and they have no way of connecting with other gay teenagers. Over the last few years that’s all changed – I’ve seen it happening. Gay teenagers are exploring over the internet first – they’re finding other people like themselves, getting advice and support and connecting to a wider community. Hopefully the result will be less death, less depression and less wasted years.

And here are some other reasons why the internet is not shit and why virtual community is not dead: alcoholism, disabilities, addiction, mental health, prostate cancer, teen health… I could go on all day. Frankly, I don’t care who thinks I’m nuts or an evangelist or whatever, but as far as I’m concerned the internet has improved people’s lives, helped them understand and deal with health problems, eased depression, connected the lonely and the disconnected and been a fount of information on pretty much every subject in the world. I don’t give a damn what anyone else thinks about it – I’m proud of it and proud of my tiny corner of it.

Hay que recordar simplemente que el canal no es el mensaje.

[Estoy escuchando: «Lovestruck» de Madness en el disco Wonderful [UK]]

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Samsung prohibe los teléfonos con cámara

Samsung, que fabrica teléfonos con cámara, los ha prohibido en algunas de sus plantas más importantes para evitar el espionaje industrial. Como dice Dan Gillmor: ¿qué pensarán los ejecutivos de Samsung cuando todo el mundo empiece a implantar medidas similares? Por otra parte:

But it begs a longer-range question. Cameras will soon be impossible to see. They’ll be in our glasses, our clothing and eventually in our very bodies, and will be so small that it’ll take serious effort to see them. The implications for industrial espionage, surveillance and peeping-tom-ism are depressing if you value privacy and security.

[Estoy escuchando: «Drip Fed Fred» de Madness en el disco Wonderful [UK]]

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