Dilbert

Soy un fan de la tira cómica, pero hace poco me he vuelto un incondicional de la serie de televisión. Dilbert la serie es absolutamente destructiva y descarada. En 20 minutos tienen tiempo de sobra para desarrollar una idea tras otra y no dejar títere con cabeza. En el episodio que vi ayer (canal Fox en la plataforma -una, grande y libre- Digital+) la empresa de Dilbert aceleraba los planes para su nueva máquina de ejercicio porque según la revista de información sobre su sector, la competencia -una compañía llamada NIrvana- preparaba su propia máquina. En realidad, esa información es falsa y la prepara Dogbert según lo que le cuenta Dilbert (nunca me ha quedado claro si Dogbert es la mascota de Dilbert o Dilbert la mascota de Dogbert) más lo que luego genorasamente inventa por su cuenta. Finalmente, la empresa de Dilbert establece tales controles de seguridad, para evitar las filtraciones, que se convierte en un estado fascista. Dilbert es despedido -acusado de intentar escapar cuando iba al baño- y gracias a Dogbert consigue trabajo en Nirvana. El problema es que Nirvana es una empresa perfecta, donde todo funciona de maravilla, te dan bolígrafos sin problemas y a los empleados se les respeta y se les trata como seres humanos. ¿El secreto? No tienen departamento de marketing. «¿Quién destroza vuestras ideas? ¿Quién os dice que no valéis nada y aplasta vuestros sueños?» pregunta Dilbert. Por desgracia, el Vicepresidente Encargado de Poner Inmediatamente En Marcha Todas las Ideas Absurdas lo escucha y monta de inmediato el departamento en cuestión. La empresa no tarda en quebrar; apenas unas horas.

Dilbert aparece en la revista de su industria como el responsable final. Pero curiosamente, haber causado la destrucción de una empresa le convierte en un empleado más valioso y por tanto más digno de contratación, por lo que no tiene problemas para recuperar su empleo.

El sentido de la sátira que despliegan en la serie es alucinante. Se han metido igualmente con el mundo del arte -una mafia dirigida por Leonardo da Vinci. «Inventé el helicóptero, el submarino y el tanque. ¿Piensas que no tuve tiempo para conseguir la vida eterna»- o la religión, cuando Dilbert y sus compañeros crean al trabajador perfecto pero que no existe y en el que todo el mundo acaba creyendo, por lo que al final «No creo en Tod» o «Tod no existe» se convierten en gritos de herejía. Y los fans de los cómics caerán muertos de risa ante el final de la saga del hijo de Dilbert (se queda embarazado y tiene una combinación de vaca, androide, ingeniero y alienígena).

Vamos, que la serie es destructiva, descarasa, vitriólica y satírica. Y está totalmente dirigida a los adultos. Los niños son capaces de mirarla fijamente, pero no se ríen ni un solo momento. Todos los chistes requieren dos, tres o cuatro niveles de indirección. Vamos, que no me sorprende que la cancelasen. Yo no me reía tanto desde Futurama.

[Estoy escuchando: «Una canción para la Magdalena» de Joaquin Sabina en el disco 19 Días y 500 Noches]

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The mind doesn’t work that way

Leí este libro hace unos años. No entendí nada. No sé si no estaba preparado y me faltaba background para entenderlo o Fodor emplea un lenguaje tan enrevesado que es difícil enterarse. En cualquier caso, es una crítica de la idea computacional de la mente y su título es una evidente referencia a Cómo funciona la mente de Steven Pinker. Quizá el título sea un poco injusto, porque Pinker admitía ya desde el principio que no iba a explicar el funcionamiento da la mente en su libro (muy largo, por cierto) sino más bien lo que se sabía y que quizá algún día ayude a explicar el funcionamiento de la mente.

Ahora he vuelto a encontrar una referencia a este libro leyendo Nature via Nurture de Ridley y he decidido volver a leerlo. Quizá esta vez tenga más suerte.

In this engaging book, Jerry Fodor argues against the widely held view that mental processes are largely computations, that the architecture of cognition is massively modular, and that the explanation of our innate mental structure is basically Darwinian. Although Fodor has praised the computational theory of mind as the best theory of cognition that we have got, he considers it to be only a fragment of the truth. In fact, he claims, cognitive scientists do not really know much yet about how the mind works (the book’s title refers to Steve Pinker’s How the Mind Works). Fodor’s primary aim is to explore the relationship among computational and modular theories of mind, nativism, and evolutionary psychology. Along the way, he explains how Chomsky’s version of nativism differs from that of the widely received New Synthesis approach. He concludes that although we have no grounds to suppose that most of the mind is modular, we have no idea how nonmodular cognition could work. Thus, according to Fodor, cognitive science has hardly gotten started.

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «Canon per Augmentationem in contrario moto» de Juilliard String Quartet en el disco Bach — Die Kunst Der Fuge, Vol. II]

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Retrato del artista adolescente

El inigualable Rafael Marín allá por el año 85.

Ahora que lo pienso, ya no debía ser tan adolescente entonces. En cualquier caso, aprovecho la oportunidad de que le van a publicar su gran Lágrimas de luz en Polonia (nada menos) para poner una fotito suya que le debía. ¡Felicidades Rafa!

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «Jungle Telegraph» de eels en el disco Souljacker]

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the curious incident of the dog in the night-time

Christopher, de quince años, se ha encontrado un perro muerto. El perro se llama Wellington y pertenece a una vecina. ¿Quién lo ha matado? Christopher decide emular a su héroe Sherlock Holmes e investigar ese cruel acto. Pero Christopher tiene un pequeño problema.

Christopher padece de síndrome de Asperger, o quizá una forma de autismo. En cualquier caso, tiene una inteligencia normal (quizá incluso extraordinaria) y se expresa con total corrección. Por desgracia, carece de una teoría de la mente y por tanto, es incapaz de interpretar lo que pueda estar pasando en el interior de las cabezas de otras personas. No comprende las expresiones humanas aunque con el tiempo ha aprendido a relaciones el hecho de que alguien grite con el enfado. Tampoco soporta que le toquen. Se enfada cuando le cambian las cosas de sitio. No le gustan nada los extraños. Y está francamente dotado para la matemática.

En the curious incident of the dog in the night-time Mark Haddon ha creado una obra que sólo puede ser novela. Es decir, hay películas sobre personajes autistas y con otros desórdenes, pero por desgracia el cine siempre nos muestra las cosas desde fuera. La literatura permite meterse literalmente en la cabeza del personaje y seguir sus procesos mentales. De tal forma, la novela está narrada en estricta primera persona, sin ningún elemento que el protagonista no haya visto o presenciado. Los demás no pueden más que expresarse por lo que dicen o hacen. Por suerte, el Christopher no puede mentir y sabemos que nos dice siempre la verdad. Nosotros sin embargo, debemos reconstruir lo que sienten los demás a través de un relato frío y casi clínico. Es decir, tal cual como si nosotros tampoco pudiésemos interpretar bien las emociones de los demás.

Una sección particularmente interesante del libro se produce en un viaje en tren a Londres. Por diversas razones Christopher tiene que realizar el viaje solo y las más simples acciones -comprar el billete, subir al vagón- se convierten en su caso en aventuras dignas de una odisea. Asistimos a todos su procesos mentales, a sus agonías por los mínimos detalles, a sus trucos para tranquilizarse (calcular potencias de dos) y su fascinación con los problemas matemáticos.

Pienso en novelas con protagonistas que padezcan alguna condición de ese tipo. Recuerdo Huérfanos de Brooklyn (Jonathan Lethem) protagonizada por un detective con síndrome de Tourette, The Man of Maybe Half-A-Dozen Faces (Ray Vukcevich) con personalidad múltiple y el guerrero protagonista de Soldado de la niebla (Gene Wolfe) sufre una forma de síndrome de Korsakoff. Aunque quizá esta novela recuerde sobre todo a Flores para Algernon (Daniel Keyes), aunque en ese caso se trataba de un viaje desde la deficiencia mental a la inteligencia y vuelta.

Me ha parecido fascinante.

[Estoy escuchando: «Blackbird» de Jeff Beck en el disco You Had It Coming]

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¿Engaño o realidad?

Vean este titular de El Mundo: Un joven sin título universitario revoluciona a los científicos con una nueva teoría sobre el tiempo. El artículo empieza:

Un estudio publicado en la revista científica ‘Foundations of Physics Letters’, desarrollado por Peter Lynds, un neocelandés de 27 años sin titulación universitaria, ha impresionado a algunos de los físicos más destacados del mundo al cambiar la forma de pensar sobre la naturaleza del tiempo y su relación con el movimiento y la mecánica clásica y cuántica.

Que ya contiene todos los elementos que hacen vibrar el sentido arácnido de cualquier escéptico. La referencia a la carencia de educación universitaria, que deja impresionado incluso a los físicos más destacados y el hecho de que se diga que cambia la forma de pensar sobre algo tan profundo como el tiempo. Además:

Peter Lynds apenas ha pisado la universidad durante seis meses, pero sus reflexiones alcanzan niveles de exactitud científica comparables a las de Albert Einstein y están haciendo cuestionarse muchas teorías a eminentes físicos y medios científicos del mundo.

La comparación con grandes científicos del pasado suele ser también un indicador de seudociencia. La referencia a Albert Einstein (que sí tenía una educación universitaria) es sospechosa. Además, parece haber «resuelto» la paradoja del movimiento de Zenón, que si no recuerdo mal me explicaron y solucionaron en el instituto sin ningún problema.

Sin embargo, en Internet no hay prácticamente ninguna referencia. ¿Es un engaño de verano o realmente el artículo es tan importante como dice la noticia? ¿Algún periodista se ha molestado en verificarlo? Es que suena sospechosamente al mito del tipo sin educación que pone en su lugar a un montón de pomposos profesores.

[Estoy escuchando: «Minor Impulse» de Ike Quebec en el disco Blue and Sentimental]

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Salvado por la cámara

Un supuesto intento de secuestro, y el supuesto secuestrador detenido gracias a un teléfono con cámara:

The teen, whose name was not released by police, was walking home about 7 p.m. Tuesday when a man, later identified by police as William MacDonald, pulled up in a older model white Ford, Rowan said.

«He offered to drive the boy to Passaic to look for girls,» said Rowan. «He then started engaging in a sexually explicit conversation. The kid naturally didn’t want to have anything to do with the guy, but he kept following him. The juvenile told him he wasn’t interested and had to go home.»

At that point, the boy took the pictures, and MacDonald got out of his car and grabbed the teen by the arm, Rowan said. A struggle followed, but the boy was able to break free and run away.

No iba a ser todo malo.

[Estoy escuchando: «no quise hacerle da o» de Albert Pla en el disco supone Funollosa]

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El problema de Monty Hall

Un concurso de televisión. Hay tres puertas y tras una de ellas está el premio. Eliges una puerta. Una vez escogida el presentador abre una de las dos puertas restantes y muestra que el premio no está allí. Ahora te ofrece la oportunidad de cambiar la puerta que has elegido por la puerta que queda por abrir. El concurso es siempre así. El presentador siempre abre una puerta sin premio y siempre ofrece la posibilidad de cambiar (para simplificar el problema). Bien, la pregunta es, ¿debes cambiar o quedarte con la puerta que has elegido?

La respuesta no es demasiado intuitiva. La mejor estrategia es cambiar, porque la probabilidad de que el premio esté tras la puerta que has escogido es de 1/3, mientras que es de dos tercios en el caso de la puerta que queda por abrir.

Para verlo, basta con imaginarse el problema con un millón de puertas. Eliges una, el presentador abre 999.998 puertas y muestra que el premio no está allí. Te ofrece cambiar la puerta que has elegido por la que ha quedado. Es evidente que la mejor opción es cambiar.

Lo curioso es que el problema se lo plantearon en una columna llamada «Ask Marilyn». Cuando ofreció la respuesta, muchos matemáticos escribieron diciendo que era incorrecta, que las dos puertas eran equiprobables. Es un problema delicioso que confude a la intución.

Ya conocía el problema, pero me lo he vuelto a encontrar en una novela muy buena que acabo de terminar llamada the curious incident of the dog in the night-time de Mark Haddon. Aquí hay una explicación más detallada del problema.

[Estoy escuchando: «Iberia Suite (orchestrated by Arbos from ‘Iberia’ for piano): Triana» de Guzman, Enrique Pérez De en el disco Albeniz: Concierto Fantastico/Iberia]

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The Encyclopedia of Buffy Studies

The Encyclopedia of Buffy Studies. Una referencia online, completa y con hiperenlaces sobre Buffy cazavampiros. Planean «estrenarla» durante la Slayage Conference on Buffy the Vampire Slayer en mayo de 2004, pero estará disponible mientras la van compilando. He estado dando vueltas y me he metido en la sección bibliográfica: no sabía que había tantos libros de estudios sobre Buffy (11 en total). A comprar los que faltan.

[Estoy escuchando: «Mixed Bizness» de Beck en el disco Midnite Vultures]

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El libro de los cráneos de Robert Silverberg

El libro de los cráneos es una de esas novelas absolutas y maravillosas de Robert Silverberg, una obra maestra indiscutible. La historia de un viaje por carretera en busca de la inmortalidad que bien podría ser la historia de una complicada trama de asesinato o la versión de Silverberg de Revenge of the Nerds. A las pocas páginas de empezar el autor ya te dice cómo va a terminar, pero eso no importa, porque lo realmente interesante es el proceso. De la contraportada:

Cuatro estudiantes descubren un manuscrito, El libro de los cráneos, que revela la posible existencia de una secta en el desierto de Arizona, cuyos miembros ofrecen la inmortalidad a aquellos que completen su rito de iniciación. Para su sorpresa, descubren que la secta existe en realidad y que, si lo desean, está dispuesta a aceptarles como acólitos. Pero por cada grupo de cuatro que acceda al rito, dos tienen qeu morir para que los otros tengan éxito.

Esta novela es la clase de ciencia ficción inteligente, provocativa, que el género siempre amenaza con hacer pero tan raras veces logra. En El libro de los cráneos no encontrarás un futuro brillante con naves espaciales y planetas que conquistar, pero sí drama, misterio y ancestrales secretos con personas caracterizadas de manera magistral.

Hace un tiempo, escribe un artículo sobre varias novelas e incluía El libro de los cráneos entre ellas. Aquí está el texto correspondientes. Advierto que hay spoilers (no sé por qué lo hice, la verdad), así que será mejor no leerlo si se quiere leer la novela.

Comencé esta nota con un montón de novelas apiladas al lado del ordenador. Eran más de diez, pero esperaba hacer la selección teniéndolas delante y releyendo algunas páginas seleccionadas. Curiosamente este Liber Calvarium no parecía tener demasiadas posibilidades de ser escogida. Sin embargo, cuando la tuve delante no pude resistir la tentación de leerla, y casi sin darme cuenta la había terminado. Habiendo superado esa difícil prueba no tengo más remedio que incluirla.

El libro de los cráneos es una de esas novelas de viaje iniciático de Silverberg, un poco en la onda de Regreso a Belzagor pero donde el cambio final, la obtención de la inmortalidad, no es explícito como lo era en la otra novela. Aquí lo importante es el viaje en sí, no la llegada a la meta. Es más, me atrevería a decir que se trata de un viaje a ninguna parte.

Timothy es un rico aristócrata de Nueva Inglaterra, millonario, de gran éxito y vividor. Eli es un judío del ghetto obsesionado por su masculinidad y apasionado de la lingüística. Ned es un poeta homosexual. Oliver es un aspirante a médico, venido de la granjas de Kansas (como Superman) obsesionado por la muerte. Este heterogéneo grupo se embarca en una excursión de Semana Santa en busca de un misterioso monasterio donde se supone que puede obtenerse la inmortalidad. Los aspirantes deben ir en grupos de 4 y las reglas imponen que uno debe suicidarse y otro ser asesinado para que los dos restantes puedan obtener la inmortalidad. Así, Silverberg deja libres las mentes de sus personajes para que estos interaccionen de todas las formas posibles. Una vez más se manifiesta la habilidad de este autor para crear personajes complejos y sutiles, y su maestría en desnudarlos y mostrarlos como son: grises y humanos.

Como puede verse, la novela tiene una propuesta sugestiva: Ponemos cuatro personajes en busca de la inmortalidad. ¿Cómo reaccionarán? ¿Qué pensarán? ¿Cómo actuarán? Ese es el verdadero fondo de la novela, no la obtención de la inmortalidad -que es algo que sucede, si sucede ya que no está claro que los misteriosos mojes puedan dar realmente la inmortalidad, después de acabar la novela. Aquí lo importante es tener esos cuatro personajes juntos en un viaje en busca de la vida eterna.

Como sería de espera de Silverberg, la acción es puramente emocional. Los interesante aquí es ver como cada personaje reacciona ante los otros. El pecado, como siempre en la obra de Silverberg, ocupa un lugar importante en esta novela. El punto climático se produce cuando los aspirantes a la inmortalidad deben confesarse los unos a los otros su peor pecado para así estar limpios. Ned resulta ser responsable de la muerte de dos personas, Thimothy había violado a su propia hermana, Oliver había tenido relaciones homosexuales a los catorce años y Eli había cometido el peor de los pecados que podía concebir, sus logros en la lingüística se basaban en un plagio. Lo curiosos del caso, es que estos pecado sólo lo son para el pecador, los que escuchan la confesión no comprenden como alguien podría avergonzarse de eso. Finalmente, dos mueren y dos sobreviven, pero no hay perdedores ni ganadores: Los que obtienen la inmortalidad no son necesariamente más dichosos que los que han muerte. En cierta forma, lo importante es el camino.

[Estoy escuchando: «Fifteen Feet Of Pure White Snow» de Cave, Nick And The Bad Seeds en el disco No More Shall We Part]

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