[Faster Than the Speed of Light] Very Silly

Siempre me resulta curioso comprobar cómo la seudociencia no se equivoca nunca. Por muy tonta que suene una idea, «Trasmigración cuántica del alma de la cucaracha macho», o por muchas pruebas que se tengan en contra, siempre habrá alguien que la defienda como la verdad más clara y evidente.

Sin embargo, al contrario de lo que se cree habitualmente, la ciencia se equivoca continuamente. Tanto es así, que incluso teorías útiles, razonables y explicativas, son erróneas. Sé que puede sonar sorprendente que algo tenga usos prácticos y sin embargo esté fundamentalmente equivocado, pero eso es precisamente lo que sucede con la dinámica newtoniana. De hecho, toda la actividad científica se fundamente en la idea de que incluso las mejores teorías actuales son de alguna forma fundamentalmente erróneas y las hay mejores ahí fuera esperando a ser descubierta.

Pero hay más, la historia de la ciencia está repleta de ideas equivocadas, defendidas por científicos serios durante la ejecución de su trabajo. Y esas ideas, son tan importantes como las que se demuestran, al menos parcialmente, como correctas. Si un conjunto amplio de posibles hipótesis, es imposible escoger aquellas que mejor funciona y podrían aspirar al estatus de teorías.

Todo eso queda claro en las 10 fascinantes páginas del primer capítulo del libro Faster Than the Speed of Light de Joao Magueijo, páginas que por sí sola ya justificarían comprar y leer el libro. Tratan de una idea «herética» desde el punto de vista de la relatividad: la idea de que en el pasado del universo la velocidad de la luz era mayor. El autor se explica:

From the way the term speculation is so frequently used to dismiss ideas with which one disagrees, one might be led to believe that speculation has no role in science. In fact, the opposite is true. In theoretical physics, especially cosmology, the branch in which I work, my colleagues and I spend a good part of each day trying to punch holes in existing theories and considering speculative new theories that may as well o better accommodate empirical data. We are paid to doubt everything that has been proposed before, to offer crazy alternatives, and to argue endlessly witch each other.

Comenta que en Cambridge era habitual reunirse simplemente para discutir aquellas ideas que se te pasasen por la cabeza. En ocasiones, esas discusiones se volvían cargadas de emoción.

Sometimes these sessions would just be general discussions, perhaps focusing on a recent paper someone had just put out. Othe times we would go around the room and, rather than talk about new ideas derived from experiments, mathematica calculations, o computer simultations, we would speculate. That is, we would discuss ideas based on no prior experimental or mathematical work, ideas that simply played out in our heads based on broad knowledge of theoretical physics.

It is a lot of fun to do this, particularly when, after arguing and arguing and finally convincing those around you that you are right, you suddenly slap your forehead and realize that some embarrassingly simple flaw mars your speculation, and that you have just been stupidly misleading everyone for the past hour -or vice versa: You have been childishly taken in by someone else’s flawed especulation.

En particular, la idea de la velocidad variable de la luz, VSL, se enfrenta a la inflación, por el momento, el modelo más aceptado para los primeros instantes del Big Bang:

Inflation, which argues that the baby universe expanded unimaginably faster than it does today (so that its size «inflated»), is currently the best answer to these cosmological problems, and to why the cosmos looks the way it does today. There is reason to believe it might be the correct answer; however, there is not yet experimental proof for inflation. And by the most rigorous scientific standards, this means that inflation is still a speculation.

Curiosamente, a los británicos -ya sea por snobismo, chauvinismo o ciencia- no les gustaba demasiado la inflación. En ese ambiente, el autor desarrolló su idea, para encontrarse, según él, con un frío silencio. Lo de variar la velocidad de la luz era demasiado. Después de todo, la relatividad einsteniana es una de las teorías mejor verificadas de la historia de la ciencia. Pero él la plantea la VSL como una posibilidad más, que podría resolver grandes problemas cosmológicos e incluso ayudar en otros campos. Evidentemente, el autor cree tener razón, pero simultáneamente es muy consciente del valor del libro que ha escrito:

But even if this idea is discredited -always a possibility, if not a likehood, with any intellectual breakthrough- there are several reasons why this story is still worth telling. First, I want people to understand the scientific process for what it really is -rigorous, competitive, emotional, and argumentative. It is people endlessly debating each other, often shouting their disagreements. I also want the nonscientist to understand that the history of science is littered with speculations that sounded great but ultimately did not demonstrate explanatory power and ended up in the garbage bin of scientific inquiry. The process of trying out new ideas, and the accepting or rejecting them, is what science is all about.

Eso es, no se puede decir mejor. El interés de Faster Than the Speed of Light es precisamente ese, contar la experiencia humana de crear una teoría, desarrollarla, conseguir que la gente la tome en serio, luchar por publicar los primeros papers y luego defenderla ante la comunidad científica mundial. Que la VSL llegue a verificarse correcta o no, es lo de menos. Faster Than the Speed of Light es más la autobiografía de una idea que un libro de divulgación.

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España en el espacio

Habiendo terminado la fiesta mediática del viaje de Pedro Duque a la estación espacial internacional, regresado el héroe a la tierra, José Manuel Sánchez Ron, «Ciencia y política», nos invita hoy en El País a reflexionar sobre esta aventura espacial.

Y la reflexión, aunque expresada con suavidad, no puede ser sino crítica. Ha sido más bien un espectáculo en el que se combinaba más la ciencia que la política, con resultados más bien discutibles. El fenómeno no es nuevo, y ya nos señala los casos de la NASA, de la que se sospecha que ha exagerado sistemáticamente la importancia práctica y científica de sus misiones:

No conozco de estudios rigurosos que hayan evaluado posteriormente en qué medida tales promesas se cumplieron, teniendo en cuenta, por supuesto, como un elemento a considerar el coste por resultado, porque, naturalmente, de programas de la magnitud de los de la NASA u otros organismos aeroespaciales siempre se obtiene algún rédito para la sociedad y para el avance del conocimiento.

En el caso de la misión que nos ocupa, el grueso se concentra en un único párrafo, que a pesar de su longitud cito completo:

Sobre el precio (13 millones de euros), hay que decir que es bastante elevado si lo comparamos con lo que reciben muchos grupos de investigadores de primera línea de nuestro país: con lo que España ha desembolsado se podría dotar generosamente un buen laboratorio, de esos que tanto y con tanta frecuencia reclaman nuestros científicos. En cuanto al argumento de que el gasto merece la pena ya que así nuestro país se suma a un proyecto internacional de enorme interés, aumentando de esta forma tanto su prestigio como su potencia científico, se puede señalar bastantes cosas. La primera, que el atractivo científico y tecnológico de la Estación Espacial Internacional no es tan grande como algunos defienden. Su origen está claro: una iniciativa de cooperación entre Estados Unidos y Rusia, en la que los intereses políticos fueron determinantes; intereses como el deseo norteamericano de favorecer, tras la desaparición de la Unión Soviética, al complejo político-militar-industrial ruso, que desde el abandono y destrucción de la estación Mir carecía de objetivos (y de recursos) claros. Se trataba y trata, en definitiva, de convertir al viejo enemigo en amigo y colaborar en que mantenga algo de su autoestima. De manera sistemática, la NASA ha destacado la importancia de los experimentos en condiciones de microgravedad que se llevarán a cabo en la ISS (experimentos a los que Pedro Duque se ha sumado), pero muchos científicos distan de compartir tal juicio. Catorce años de casi continua ocupación de la estación Mir ofrecieron muy poco a la ciencia, mientras que el robotizado telescopio espacial Hubble ha aportado y continúa aportando un inmenso y valiosísimo caudal de resultados. «Años de investigación en el transbordador espacial y en la Mir», manifestaba hace unos años ante el Comité de Ciencia y Subcomité del Espacio y la Aeronáutica del Congreso estadounidense el físico Robert Park, miembro destacado de la American Physical Society, «no han producido en absoluto evidencia de que un medio de microgravedad ofrezca alguna ventaja para procesar o manufacturar. De hecho, existen fundadas razones científicas, para dudar de que la ofrezca», tras lo cual añadía: «Existen unos pocos experimentos básicos en áreas tales como la turbulencia y las transiciones de fase en fluidos que pueden beneficiarse de un medio de microgravedad, pero no son experimentos de alta prioridad y podrían llevarse a cabo de cualquier modo en plataformas no tripuladas o en el transbordador espacial».

En cuanto al argumento del prestigio científico, sentencia: «El prestigio en ciencia y en política se gana en otros foros». Y poco después:

Los tiempos en que la exploración del espacio constituía una poderosa arma de propaganda política están muy disminuidos, si no es que han pasado, a la espera de un futuro hoy por hoy lejano.

Curiosamente, hace poco la BBC se hacía eco del poco interés que había despertado en Hong Kong la visita del primer astronauta chino.

Por lo demás, para que no lo acusen de criticar sin ofrecer nada a cambio, presenta el proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) que mezcla también ciencia y política, y que podría instalarse en Vandellòs, pero con la posibilidad de ofrecer prestigio y resultados. De las implicaciones adicionales de ese proyecto promete hablar en otro momento.

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Cuida la calidad de tus memes

No todos los memes son iguales. Algunos sobreviven con gran facilidad y se extienden por el mundo en unas horas, mientras que otros apenas superan el cráneo de su creador. JJ nos ofrece una guía de calidad de memes:

Teóricamente, el número de copias de un meme, reflejadas en el número de veces que aparece una idea determinada, o bien por el número de veces que se enlaza a una historia o página determinada, debería de estar correlacionado con la calidad de ese meme.

Pero la calidad es algo tremendamente subjetivo, y, en la práctica, no es cierto que el número de veces que se hable de algo, o el número de enlaces que recibe una historia sea proporcional a su «calidad» (o ausencia de ella). Mi impresión, tremendamente subjetiva, y que quizás habría que probar, es que depende de:

Y a continuación relaciona como factores: «quien lo diga», «relación medio-mensaje», «claridad y concisión», «componentes ideológicos» y «número de copias de un meme».

[Estoy escuchando: «Experience» de Alan Moore & Tim Perkins en el disco Angel Passage]

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Martian Soil

Para los fanáticos de la exploración espacial y la colonización de otros planetas, Martian Soil. La verdad es que parece muy bueno.

Lo de la colonización espacial me recuerda una máxima que he encontrado por ahí: «¡Primero la Tierra! Luego ya destrozaremos los otros planetas».

[Estoy escuchando: «Heaven» de Rule of 5 en el disco Angel Passage]

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POA

Canopus y yo comentábamos, en el canal #blogalia de irc, el asunto de la programación orientada a aspectos. Como yo sólo conozco recursos en inglés, él localizó esta una página con información sobre el tema. Creada por Bernardo Contreras y Fernando Asteasuain, incluye toda una tesis de licenciatura dedicada a la POA.

[Estoy escuchando: «Heaven» de Rule of 5 en el disco Angel Passage]

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CGLIB

CGLIB suena francamente interesante:

cglib is a powerful, high performance and quality Code Generation Library, It is used to extend JAVA classes and implements interfaces at runtime.

[Estoy escuchando: «Experience» de Alan Moore & Tim Perkins en el disco Angel Passage]

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Generador de enlaces seguros para The New York Times

Sé que no mucha gente en España enlaza a The New York Times, pero en cualquier caso, aquí hay un generador de enlaces seguros para ese periódico. Se introduce el enlace normal, y produce una versión que se puede emplear en bitácoras y permite el acceso al archivo.

[Estoy escuchando: «Innocence» de Alan Moore & Tim Perkins en el disco Angel Passage]

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Apocalípticos e integrados ante el móvil con cámara

En realidad no, pero no me resistí a poner el título. Lo que sí tenemos son dos puntos de vista diferentes sobre el móvil con cámara.

David Coursey en Why camera phones are so darned popular explora el porqué de la popularidad de esos dispositivos, después de señalar que los móviles con cámara son ya la tecnología de más rápida aceptación de al historia. En gran parte, porque hoy día es casi imposible comprarse un móvil de cierto nivel que no venga con cámara.

Pero no se muestra nada entusiasmado con la posibilidad de hacer fotos con el móvil:

I’ve played with camphones and had fun, but I wouldn’t go out of my way to use one. If I know I want to take pictures, I use a «real» digital camera. If I get in a situation where I wished I’d brought a camera, the camphone usually won’t do the job. And on those rare camphone-appropriate occasions, I usually forget that I have one.

I’m not exactly calling camera phones a fad, but I’m not exactly not calling them a fad, either. My bet is there will be a relatively small number of people who shoot lots of camphone pics–in the U.S., we have a special term for these people: «12- to 24-year-olds.» A much larger group will have a camphone but never click the shutter; we call those people «adults.»

No me molesta en absoluto la referencia final a niños y adultos. Todo el mundo sabe que tengo efectivamente la edad mental de un niño de 12 años y sólo lamento no tener esa edad cronológica. Eso de crecer y hacerse mayor no tiene la más mínima gracia, y encima te siente viejo.

Pero volviendo al tema. Creo que Coursey comete el error habitual de considerar que un móvil con cámara es una cámara digital. Nada más lejos de la realidad. Si alguien quiere una cámara, lo mejor que puede hacer es comprarse uno de los buenos modelos que corren por ahí. Un móvil con cámara es otra cosa muy diferente: es un dispositivo digital que puede conectarse a internet y se lleva en el bolsillo. Y su cámara sirve para un tipo de fotografía efímera que se puede compartir de inmediato y cuya utilidad no tiene que trascender más allá de las necesidades inmediatas de comunicación.

Desde ese punto de vista, estoy más de acuerdo con Phonecams: Beyond the Hype. Empieza diciendo:

Even the phonecam manufacturers don’t seem to have a clue what people will really use these things for, judging from the foolish scenarios they portray in TV commercials. But that’s typical; new technologies are never born fully-formed. Nobody knows how networked cameras will evolve, and nobody knows just how we’ll grow to use them. But special properties of networked cameras have convinced me that these tools won’t be abandoned any time soon. Some of these capabilities haven’t emerged yet but I think they’re all on the way.

Y luego destaca cinco características que parecen exclusivas de las cámaras en red. Entre ellas, la posibilidad de compartirlas de inmediato y también anotarlas de inmediato.

Una cámara en red es un dispositivo diferente. No dudo que en el futuro tendremos cámaras digitales que estarán conectadas sin ser necesariamente telefónos. Pero por el momento, los teléfonos están y es posible explorar su capacidad para la fotografía efímera. O como dicen en Camera phones changing the definition of picture-worthy:

Unlike the traditional camera, the camera phone is an intimate and ubiquitous presence that invites a new kind of personal awareness, a persistent alertness to the visually newsworthy that makes amateur photojournalists out of its users.

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La ética en la era de la información

Three Systems Of Ethics For Diverse Applications describe tres sistemas éticos. Guardián y Comercial son los dos más conocidos. Cada uno trata con un conjunto diferente de problemas. Guardián con aquella situaciones de suma cero, y Comercial con situaciones de suma no cero. Pero el artículo señala que la invención del ordenador ha propiciado la aparición de un nuevo sistema ético, Information, que trata con situaciones de suma ilimitada.

The invention of computers has created unlimited-sum situations. Anything that exists in the form of computer data can be copied and e-mailed at remarkably low cost. And a wide range of things–music, news, blueprints, books, recipes, scientific papers–can be represented as computer data. Of course, some things are valuable only because they are rare, so too much copying would actually reduce their value. But some information becomes more valuable to its creators the more it is copied. Many hobbyists would like their creations to be widely appreciated–as long as the viewer knew who had created it. The authors of scientific papers and the programmers of Open Source software(2) want as many people as possible to use their work–as long as they get appropriate credit. The more such information is copied, the more benefits accrue both to the inventor and to the users.

No se trata, por supuesto, que un sistema ético suplante al otro, sino que cada uno se mueva en su terreno.

Interesante.

Del mismo autor, otro artículo que también parece interesante: Ethical Administration of Nanotechnology.

(vía 0xDECAFBAD)

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