Despedidas
No sé, algo me lo ha hecho recordar. Propongo mi párrafo como alternativa; tiene como ventajas el ser corto y decir básicamente lo mismo que sus hermanos multiparrafados.
No sé, algo me lo ha hecho recordar. Propongo mi párrafo como alternativa; tiene como ventajas el ser corto y decir básicamente lo mismo que sus hermanos multiparrafados.
El antiamericanismo es una cosa muy curiosa. Ese odio brutal hacia Estados Unidos -que como país poderoso hace muchas cosas muy malas y otras muchas muy buenas- hace que muchos pierdan el sentido. Cualquier cosa vale, incluso un mito que corre por ahí y que se da por bueno simplemente porque demuestra que… sí, que Estados Unidos es un país donde pasan muchas cosas malas (lo raro sería lo contrario, más bien).
Ya hace unos meses Javier Marías nos «deleitaba» en El país semanal con una serie de casos legales americanos totalmente absurdos… que además eran todos falsos (como señalan, hubiese sido fácil encontrar algunos auténticos). Hoy los informativos Telecinco ofrecen otra buena muestra en un artículo sobre las demandas supuestamente frívolas tan habituales en Estados Unidos, donde repiten la historia de la ancianita quemada por el café de McDonalds:
Los restaurantes de comida rápida han sido en múltiples ocasiones blanco de denuncias, de las que por cierto aprenden para no volver ser juzgados por lo mismo. Y si no, que se lo pregunten a la popular cadena Mc Donald’s, protagonista de sorprendentes denuncias que han terminado con cuantiosas -y sorprendentes- indemnizaciones.
Verbigracia. En 1994, una anciana de 79 años iba en el coche con su hijo, con un café de Mc Donalds en las manos. Cuando el automóvil frenó, parte del líquido se desparramó entre las piernas de la mujer. La anciana recibió quemaduras de tercer grado en el 16 por ciento de su cuerpo, y estuvo ingresada ocho días en el hospital.
Un incidente, que tras pasar por los tribunales se convirtió en la nada desdeñable cifra de 160.000 dólares (más de 123.000 euros). La sentencia sostenía que la empresa no había avisado en ningún momento de la temperatura del café. Mc Donals pagó, pero a partir de entonces en los vasos de papel puede leerse una nota que advierte -para el que no se lo imagine-, que la bebida del interior está caliente.
Sin embargo, si uno lee los detalles del caso, la demanda en cuestión parece estar muy lejos de ser frívola y que, al menos en este caso, la empresa era responsable y la sentencia se sostenía en algo más que la no advertencia de la empresa. Y luego son las bitácoras las que no tienen rigor.
(vía Escolar.net)
Conjunto de utilidades para Python en los teléfonos de la serie 60. Te permiten hacer cosas que de otra forma serían muy difícil o imposible desde Python. Por ejemplo, hacer una foto con la cámara y recibir el resultado como un JPEG.
Miso is a Python for
Series 60 utility library, which was developed in the PDIS project at HIIT.
The idea of the library is to provide simple utility
functions and classes that are easy to implement
using native Symbian OS resources, but which would
be difficult or impossible to implement in pure Python.
(vía: PythonForSeries60)
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Por la descripción que hace Kottke, este libro parece interesante a la par que divertido.
Electric Universe : The Shocking True Story of Electricity by David Bodanis (kottke.org)
The first mobile phone was developed in 1879? Thomas Edison, inventor of the light bulb, «had a vacuum where his conscience ought to be»? Alexander Graham Bell, in part, invented the telephone to impress a girl (well, acutally the girl’s parents)? Samuel Morse stole the telegraph from a guy named Joseph Henry and patented it, but not before he ran for mayor of New York City on an anti-black, anti-Jew, and, most especially, anti-Catholic platform? None of that was in my high school science textbook and such is the authority of the textbook that I have a hard time believing some of it. You’re thinking maybe Bodanis is embellishing for the sake of making a more exciting story (history electricity? wake me when it’s over!), but then you get to the 50 pages of notes and further reading on the subject and realize he’s shooting straight and science is more strange, exciting, and sometime seedy than your teachers let on.
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En el especial de nuevas tecnologías de El Jueves había un par de comentarios sobre bitácoras. En Nosoloblogs se pueden ver. Yo me siento identificado con el de «recopilatorias».
Mi amigo Xavier me escribió preguntándome: «¿No era Gila el que tenía un teléfono ‘especial’ para hablar directamente con la guerra?«.
Como ya comenté, la cadena SER tiene podcast. Permiten la descarga de algunos contenidos en archivos MP3. La iniciativa es muy loable, y es de desear que otras radios hagan lo mismo.
Lo que es podido escuchar es muy variado y por el momento muy limitado. Una cosa de cine, algo de mundo digital, mucho fútbol. La amplitud se resolverá con el paso de los días, cuando haya muchas cosas para bajar. Pero el problema principal es que viene todo junto, y si no te interesa una cosa pues te la descargas igual. Es un problema que se resolvería fácilmente con varias fuentes RSS independientes para cada tipo de contenido (una para cine, otra para cocina, otra para entrevistas… fútbol pa quien lo quiera) cosa muy fácil de hacer -una líneas de código- contra una base de datos. Fácil, digo, a menos que estén generando el RSS a mano (un poco bestia, pero podría ser).
Para el problema de bajarse sólo lo que te interesa se han propuesto varias soluciones. Sin embargo, todas tienen el problema ir contra el aspecto automático del podcast. Lo interesante del podcast es que los contenidos pasan de Internet a mi iPod (o cualquier otro reproductor) sin tener que hacer nada excepto suscribirme (e incluso ese paso podría simplificarse más). Las soluciones, por lo que entiendo, exigen al receptor seleccionar manualmente las cosas o crearse algún tipo de filtros.
Un ejemplo a seguir es IT Conversations, que oferta fuentes diferentes para todos sus tipos de contenido (yo estoy suscrito a la fuente global, pero claro, en ITConversations no hay fútbol).
Curiosamente, hoy el archivo RSS de la SER da varios errores. Esos errores impiden a Doppler (bastante quisquilloso para otras cosas) el bajarse los archivos. Y Doppler es precisamente el agregador de podcasts recomendado por La Tejedora, la bitácora del grupo Prisa (Doppler, por cierto, referencia hoy el excelente manual de Doppler que se han montado en La Tejedora).
Yo no suelo oír la radio. Precisamente, porque me obliga a oírla a una hora determinada y cuando el programador quiere. La gracia del podcast es precisamente poder oír lo que quieres cuando te apetece. Por esa razón, espero que la iniciativa de la SER tenga mucho éxito y que sea muy imitada.
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Michael W. Geoghegan es el responsable de Reel Reviews (RSS), un podcast sobre cine. En cada cápsula, Michael W. Geoghegan analiza una película que le parece especialmente digna, explicando detalles y aclarando qué aspectos la hacen merecedora de atención. El hombre consigue transmitir entusiasmo por el cine, y deja tantas ganas de ver según qué películas que ya conseguido que compre varias de ellas (muy baratas, gracias a Amazon.co.uk). No va de actualidades, así que no sirve para decidir qué ir a ver, pero en mi caso sí me sirve para descubrir cosas que me había perdido. Y la verdad, se lo pasa uno bien oyéndole hablar de cine.
En El Jueves de la semana pasada -no el de ésta, dedicado a las nuevas tecnologías- la página de Ángel Sefija -que dibuja Mauro Entrialgo– estaba dedicada a cómo se refleja habitualmente la ciencia en la prensa. Muestra tres situaciones caricaturescas que, tristemente, son ligeras exageraciones con respecto a lo que sucede habitualmente. Mi favorita es la siguiente:
Sé de al menos un laboratorio de investigación donde tienen la página colgada del tablón de anuncios.