La semana pasada, la revista El Jueves dedicó tres páginas de Mauro Entrialgo a la blogosfera. Además, se permitía la libre reproducción de esas páginas e incluso se daba una dirección en la que se podían descargar los archivos gráficos. Es una iniciativa muy interesante, de un hombre que ha demostrado en más de una ocasión conocer bien el mundo de las bitácoras, por lo que decidí reunir unas preguntas (con un poco de ayuda del canal #blogalia) y enviárselas. Éste es el resultado:
¿Cómo surge la idea de unas páginas sobre la blogosfera que los miembros de la blogosfera puedan descargar y reproducir libremente?
En realidad, la idea de dedicar esas páginas a los blogs es del grupo de la redacción de El Jueves. Ellos, más allá de las páginas específicas de cada personaje sobre las que los autores tenemos total poder de decisión, idean contenidos para el resto de páginas y los sugieren a aquellos dibujantes que creen más adecuados para cada asunto. Es una forma de coordinar todo de manera que no se repitan temas y no se olviden otros. En el prólogo del álbum Historietas a la carta describo un poco más esta forma de trabajar. El caso es que a partir de ese encargo, delegan en el autor por completo, que puede enfocar el encargo difuso -«tres páginas sobre los blogs con distintos apartadillos, que no sea una historieta seguida»- como mejor lo considere. En este caso concreto consideré que lo de la reproducción libre era muy procedente, así que lo propuse y les pareció bien.
El Jueves es evidentemente una publicación de tremendo éxito que no necesita a la blogosfera. Por tanto, ¿cuál es el punto de vista de la publicación? ¿Es un acercamiento? ¿Un reconocimiento? ¿Un experimento?
La publicación pretende ser un reflejo de la sociedad contemporánea y su intención es comentar siempre la actualidad social, política y cultural. Y la blogosfera es una parte importante de la comunicación y cultura contemporánea con lo que es lógico que se hable de ella en las páginas de la revista. Pero más allá de ello no hay ningún interés promocional o de imagen por parte de la revista. En ella también se hacen chistes con la tele, los libros o los partidos políticos y no se tiene intención ni de que les hagan la pelota en la tele, ni que le dediquen libros ni de que nos ofrezcan alguna concejalía.
Por mi parte, al hacer una historieta sobre algo tan interactivo y de libre difusión como son los blogs, me pareció lógico y divertido que la historieta también lo fuera. Como experimento, también me ha resultado interesante comprobar la impresionante velocidad de propagación de un contenido por este medio.
Por lo visto, ya navegabas hace años por el mundo de las BBS. ¿Encuentras muchas diferencias y similitudes entre aquel mundo y la blogosfera de hoy que retratas en tus cómics?
Las diferencias entre navegar por internet o BBS privadas hace diez años y ahora darían para un libro de historietas entero (que sólo entenderían los que lo hacían también hace diez años). Pero se resumen en que en aquel entonces, al ser todo más pequeñito, nos conocíamos (o al menos, nos podíamos conocer) todos con nombres y apellidos. El anonimato no existía en las BBS con lo que, por ejemplo, el troleo era mucho menos problemático. Pero se parecía también mucho a la blogosfera actual en que había un 90% de ayuda desinteresada al compañero e información útil y un 10% de piques absurdos.
Leyendo tu bitácora, parece que te ha sorprendido la repercusión de las páginas. Pero en retrospectiva, la combinación de buenos chistes y libertad de reproducción parece totalmente irresistible para un mundo como la blogosfera.
Desde luego que me ha sorprendido. Alrededor de cien blogs han hecho referencia o han reproducido ya esas historietas, la mayoría de cuyos responsables ni me conocían ni suelen leer habitualmente historietas. Desde luego, para alguien que quiera dar a conocer sus trabajos, el medio equivale a lo que eran antes los fanzines, pero con unas posibilidades de distribución infinitamente superiores.
Pareces tener una idea asombrosamente ajustada de qué son las bitácoras y cómo se mueve la blogosfera, lo que te distingue de otros muchos que escriben en publicaciones generales, que parecen siempre tratar el tema desde la óptica más superficial. ¿Cómo describirías tu relación con las bitácoras?
Afortunadamente, en El Jueves, como te decía antes, tienen la virtud de saber delegar y dejar que aquel que sepa más de algo sea el encargado de tratar un tema. No hay nadie como Tony para estar al día de la actualidad política y reírse de ella, como Vera para cachondearse de la chusma televisiva o de Lalo para comentar el frikismo nostálgico, por poner sólo tres ejemplos.
En las publicaciones consideradas más serias, extrañamente, sólo en deportes, televisión y política los periodistas están verdaderamente informados de lo que hablan. En ciencia, tecnología y cultura se suele escribir de oídas y todos los días se sueltan inexactitudes, verdades a medias y barbaridades a puñados.
Soy bastante adicto a la información, así que mi relación con las bitácoras como consumidor es estrecha. Además, ya no soporto los medios de información cuyo acceso no es inmediato por su estructura narrativa temporal. Me parecen anacrónicos. Por eso no veo tele desde hace cinco años, he dejado de escuchar radio en directo y sólo me alimento informativamente de publicaciones escritas (libros, periódicos y revistas) e internet (blogs, podcasts, publicaciones online).
¿Hay ya una valoración de la iniciativa? Tanto desde tu punto de vista como el de la revista. ¿Se repetirá?
Todos los meses produzco muchas cosas con derechos de distribución libres (toda la serie de «Trocitos de mi vida», la mayoría de las canciones de «Esteban light», ahora estas historietas…) con lo que seguro que en el futuro «liberaré» más historietas. Y en la revista se seguirá hablando de blogs -y creo cada vez más- ya que la revista habla de la sociedad y en la sociedad cada vez tienen más importancia los blogs.