Hoy Me Gusta, tercer episodio
En este caso, dedicado a La línea de fuego, un cómic de Manu Larcenet.
El episodio:
Las notas del episodio puedes encontrarlas en: 003: La línea de fuego o el viaje a la vanguardia
En este caso, dedicado a La línea de fuego, un cómic de Manu Larcenet.
El episodio:
Las notas del episodio puedes encontrarlas en: 003: La línea de fuego o el viaje a la vanguardia
Son los mejores podcasts que tengo en mi colección. A ellos vuelvo una y otra vez. Escucho más, pero estos son imprescindibles.
The Memory Palace es un podcast narrativo sobre distintos aspectos del pasado. También es el mejor podcast que escucho. Creado por Nate DiMeo, cada episodio está espectacularmente bien escrito. Trata tema fundamentalmente históricos, pero lo hace con unos niveles de reflexión y poesía absolutamente espectaculares. El autor es ahora mismo el artist in residence del Metropolitan Museum of Art: A Podcast Finds a Home, Delving Into Met History. No sé si los podcasts en general son arte, pero este sí que lo es. Un episodio para empezar: Butterflies.
Lore es un podcast de miedo y terror. Pero la gracia es que lo que cuenta sucedió de verdad (aunque la explicación que se le daba en la época no era necesariamente verdad). Asesinos en serie, pueblos atacados por los vampiros, hombres lobo, asesinos en serie especialmente crueles, ladrones de tumbas que deciden que sale más a cuenta asesinar a gente que desenterrarla. Cada dos semanas Aaron Mahnke te cuenta una historia escalofriante que explora lo ilimitado de la crueldad humana. Un episodio para empezar: Episode 25: The Cave.
99% Invisible va sobre diseño. Pero diseño definido de una manera tan amplia que encaja todo. Ya puede contarte cómo restauran un castillo escocés, cómo un gurú intentó crear una comunidad en medio de Estados Unidos o el sistema de cifrado usando discos de vinilo empleado durante la Segunda Guerra Mundial. Si lo pueden conectar con el diseño de alguna forma, les vale, lo que deja un podcast exquisitamente producido y temáticamente muy variado. Un episodio para empezar: Structural Integrity.
Benjamen Walker’s Theory of Everything ya lo dice en el título. En el podcast, la personalidad de la persona que lo crea suele ser fundamental. Pero eso es todavía más evidente en el caso de Benjamen Walker, con su tono de intentar descubrir y su actitud ligeramente cascarrabias. Trata todo tipo de temas, pero siempre desde la óptica de su interés personal. Y como le interesa todo… Eso sí, no se trata de un podcast de respuestas, sino de exploración, de conectar los puntos para ver qué imagen sale. Un episodio para empezar: You are so Pretentious
Futility Closet es creación de Greg y Sharon Ross. Sobre todo curiosidades históricas y hechos olvidados. Por ejemplo, la mujer que se dedicaba a llevar el tiempo por Londres o la historia del oso soldado en la Segunda Guerra Mundial. Este podcast es una gigantesca acumulación de curiosidad y hechos interesantes. Si lo escuchas, tienes garantizados muchos temas de conversación. Un episodio para empezar: Podcast Episode 119: Lost in the Taiga
Hidden Brain sobre el funcionamiento del cerebro. Pero en realidad, lo toca todo en cuanto lo pueda conectar. Por ejemplo, la naturaleza de la coincidencia o la mente de las personas que administran (sin poseer) grandes fortunas. Su presentador, Shankar Vedantam, hace de representante del oyente, tan desconcertado como tú, mientras intenta descubrir cómo entendemos el mundo y a nosotros mismos: Un episodio para empezar: Stroke of Genius: How Derek Amato Became a Musical Savant
Note to Self sobre el impacto de la tecnología moderna en nosotros. Manoush Zomorodi explora y reflexiona con inteligencia sobre la relación que mantenemos con nuestros dispositivos. Lo bueno y lo malo para intentar preservar nuestra humanidad en un mundo digital. No es ni apocalíptico ni integrado, sino que intenta elucidar con inteligencia y sabiduría. Un episodio para empezar: 6 Algorithms That Can Improve Your Life.
Radiolab es muy variado. Ciencia, sociedad, cultura. Todo cabe dentro de este podcast. Las historias (la gamba pistola, el origen de los programas de cámara oculta) están contadas con un nivel narrativo impresionante. Escuchar este podcast es ante todo, dejarse llevar por una buena historia. Un episodio para empezar: The Girl Who Doesn’t Exist.
Arrvls. Gente que nace. Gente que muere. Gente que se desplaza. El chico que perdió completamente la memoria en un viaje al Himalaya, por ejemplo. Un podcast que explora cómo somos en el momento del cambio, en el flujo de nuestro ser. Un episodio para empezar: Cosmic Wind.
In Our Time. Un programa de BBC Radio 4 que se distribuye en forma de podcast (para beneficio de todos). Es probablemente el más variado de todos los de esta lista. No hay tema cultural que se le escape: religión, ciencia, filosofía, literatura… la matemática de la India, Hildegarda de Bingen, Matteo Ricci y la dinastía Ming. No soy capaz de contar la de temas que he descubierto gracias a este programa. En cada episodio, Melvyn Bragg reúne a varios académicos y los guía expertamente. Un episodio para empezar: The Needham Question.
Todos valen la pena.
Y ahora la petición: ¿me puedes recomendar podcast de este estilo en español? Si sabes de alguno, cuéntame en Twitter.
Ando leyendo Sapiens: A Brief History of Humankind por recomendación de María Castro (lo estoy leyendo en inglés, pero está publicado en España con el título: Sapiens. De Animales A Dioses. Una breve historia de la humanidad). Llevo muy poco, pero está resultando una lectura muy interesante.
Por supuesto, la historia de la humanidad está muy íntimamente relacionada con la tecnología. De hecho, el autor señala hace unos 70.000 años como el punto en el que se produjo una revolución cognitiva, lo que él llama la mutación del Árbol del Conocimiento. Pero incluso antes, es evidente que controlar el fuego fue un momento muy importante.
Pero controlar, poder crear o manipular el fuego es ya una tecnología. Aunque inicialmente no lo sepas crear y tengas que esperar a un fenómeno natural, el simple hecho de poder conservarlo y usarlo es ya tecnología. Una tecnología que ya por sí sola aumenta considerablemente lo que un ser humano puede llegar a hacer. Y todo eso sucede mucho antes de la aparición de la ciencia (que siendo generosos podemos situar hace unos 2.500 años, aunque la verdad es que la ciencia tal y como la conocemos ahora es más bien algo inventado en los últimos 200 años).
Lo digo porque ese ejemplos (y casi cualquiera desde hace 70.000 años hasta hace muy poco) invierte nuestra creencia habitual sobre la relación entre ciencia y tecnología. La realidad es que la tecnología es muy anterior a la ciencia y que es precisamente la tecnología la que acaba permitiendo la aparición de la ciencia (por supuesto, la tecnología exige conocimiento, pero conocimiento no es lo mismo que ciencia). Hoy en día, por supuesto, ciencia y tecnología son tan increíblemente dependientes una de la otra que resulta muy difícil decidir dónde termina una y donde empieza la otra. Por cada ejemplo de tecnología imposible sin ciencia podríamos dar otro ejemplo de descubrimiento científico imposible sin tecnología.
Pero al principio, en el origen de todo, la tecnología fue primero.
https://www.youtube.com/watch?v=zLckHHc25ww
Creo que simplemente voy a plantearme invertir unos días en YouTube y dedicarme a ver vídeos de obras de Steve Reich, porque cada vez que encuentro algo suyo me encanta.
(Sí, la de cosas que le quedan a uno por descubrir).
En este caso, se trata de “Music for 18 Musicians”, compuesta entre 1974–1976. A pesar de su nombre, por lo visto no es aconsejable usar solo 18 músicos. Digamos que 18 es un número mínimo.
La estructura de la obra es un ciclo de 11 acordes. La obra se inicia y se cierra con unas partes llamadas “Pulsos”, que repasan esos 11 acordes. Entre las dos, 11 secciones, cada una de ellas una pequeña composición usando cada uno de los acordes. Más detalles los da el propio compositor. De fondo, un ritmo constante.
El resultado es sencillamente fascinante. Una combinación extraordinariamente sutil de sonidos.
El verdadero Batman es, por supuesto, el de la serie de televisión de los años 60 (que, aparentemente, cumple 50 años) que también tuvo una película en su momento. Fue el Batman divertido, alegre, ingenioso y simpático, antes de que esos esfuerzos por hacer que los superhéroes fuesen duros, “realistas” y demostrasen los mucho que sufrían arruinasen el género para siempre.
Pero alegría de las alegrías, ahora hay nueva película del Batman bueno, una continuación animada de la serie, con Adam West, Burt Ward y Julie Newmar. Se llama Batman: Return of the Caped Crusaders. E incluso anuncian segunda parte.
El trailer:
Una anécdota que aparece como uno de los ejemplos a analizar en Fluke: The Math and Myth of Coincidence, de Joseph Mazur. El libro trata justo sobre eso, como la coincidencias que parecen monumentales y cargadas de significado son realmente una consecuencia a esperar del mundo.
Por cierto, el libro lo descubrí gracias en el episodio 45 de Hidden Brain, donde también cuentan esta misma anécdota, porque es bastante chula. Aparentemente, sale en L’Inconnu del astrónomo Nicolas Camille de Flammarion, un libro que aparentemente está lleno de coincidencias como esta.
Básicamente, Émile Deschamps, un poeta, le contó a Flammarion que cuando era niño en un internado conoció a un emigrante inglés llamado M. de Fortgibu. Este le propuso probar el pudin de ciruela, que en esa época era un plato desconocido en Francia.
Diez años después, iba por la calle y dio con un restaurante que lo servía. Deschamps se acordó y entró a pedir un poco. Resulta que ya habían servido el último, pero el encargado muy amablemente le preguntó al cliente si estaba dispuesto a compartirlo. El cliente resultó ser M. de Fortgibu.
Años después, invitan a Deschamps a una cena. La anfitriona anuncia que va a servir pudin de ciruela, que traen a la mesa. Deschamps cuenta su historia y bromea diciendo que espera la llegada en cualquier momento de M. de Fortgibu.
Llaman a la puerta y anuncian efectivamente la llegada de M. de Fortgibu. Resulta que a él también le habían invitado a cenar, pero no a esa cena. Se había confundido y se había equivocado de puerta.
Tres veces había comido pudin y tres veces se había cruzado con el mismo hombre. Su reflexión era “¿qué habría pasado una cuarta vez?”
La vida misma, vamos.
He aquí un vídeo de CGP Grey (si no conoces los vídeos de CGP Grey, probablemente te estés perdiendo algo interesante. Una recomendación: Humans Need Not Apply (Inglés, 15’)). Va de unas posibles implicaciones de la comisurotomía, una operación en la que se corta el cuerpo calloso que une los hemisferios cerebrales, impidiendo la comunicación entre ellos. Desde ese momento, los hemisferios actúan de forma casi independiente.
Por supuesto, lo que cuenta el vídeo es conocido desde hace mucho tiempo (la primera operación fue en 1962) y ya lo sabías si leías divulgación científica en la época en la que esos casos se comentaban mucho (es curioso como los temas de divulgación científica fluctúan con el paso de los años. Se habla mucho de ellos durante un tiempo, desaparecen y luego vuelven).
También es verdad que la conclusión del vídeo no se deriva necesariamente de lo que cuenta. Es decir, la tesis del vídeo de que eres dos personas, porque cada hemisferio realiza la mitad del trabajo de ser tú, cada uno es autónomo y cada uno tiene funciones y preferencias propias podría ser un simple efecto de la operación. Quizá ese estado sólo se manifiesta cuando has cortado el cuerpo calloso.
Es decir, lo que el vídeo cuenta es sugestivo y da a entender la tesis, pero está lejos de demostrarla. Lo cual no deja de resultarme curioso, porque creo que tiene toda la razón.
¿Dos cerebros autónomos?
Probablemente no.
¿Pero dos personas?
Ni de lejos.
Muchas personas.
O sistemas, o agentes o como te apetezca llamarlos.
Eso sí, debo admitir que lo que dice el vídeo es una posibilidad y que mi impresión personal es completamente errónea. Quizá efectivamente nuestros dos hemisferios sean razonablemente autónomos, cada uno con sus preferencias y cada uno con sus habilidades (uno sabe hablar, mientras que otro reconoce las caras), pero que se comunican entre sí, de forma que rara vez notamos las discrepancias.
Mi problema con la idea es que dos me parecen pocos.
Yo concibo más mi mente como aspectos o sistemas cada uno haciendo de las suyas y ocupándose de sus tareas, cada un con sus preferencias y deseos. Voy a decir que son “inteligencias” que están ahí, de fondo, cuya actividad sólo es evidente si prestas mucha atención, pero cuyas acciones acaban llegando a la mente consciente en momentos determinados. Es decir, la parte de mí que cree ser yo no es más que uno de los muchos sistemas que hay corriendo por mi mente, y no es necesariamente el más capaz ni el más listo de todos ellos.
A veces, sin embargo, el proceso se manifiesta de una forma mucho más evidente.
Por ejemplo, en el caso de Historia de dos laberintos.
Para empezar, mi sensación es la de no haber escrito ese texto. Mi sensación es la de haberlo copiado. Copiado directamente de mi cabeza, a donde llegó prácticamente como está ahí, palabra a palabra. Me ha pasado varias veces y es siempre extraño y desconcertante. Pero imagina que algo así te sucede continuamente. ¿Te puede extrañar que alguien acabe creyendo en las musas o en entidades sobrenaturales? Si crees que tu mente es todo lo que tú puedes percibir de ti mismo, ¿de dónde ha salido ese texto?
Para mí es evidente que salió de una parte de mi cerebro que claramente decidió escribirlo. O mejor dicho, asumo que simplemente creó su estructura y luego, en el proceso de llegar a mi consciencia, fue recogiendo las palabras o quizá eso sucediese en el proceso de “leerlo”. El efecto es similar al de tener una hoja mental de papel colgando en la cabeza y tú simplemente vas leyendo y transcribiendo lo que pone. Mi “única” aportación fue añadir las referencias a Borges, porque no puedes escribir sobre laberintos sin referenciar a Borges. Está prohibido o algo…
Voy a intentar una imagen.
Mentalmente yo vivo en un salón muy bien iluminado. Hay un montón de cosas y si no lo pienso mucho, da la impresión de que no hay más. Pero en realidad, si presto atención soy consciente de que vivo en una casa mucho mayor, de la que el salón no es más que una zona muy reducida. El resto está totalmente a oscuras, o quizá sea invisible, pero de vez en cuando surgen cosas de otras zonas de la casa que llegan hasta mi salón.
Aquí dentro no estoy solo.
El poema narrativo The Hunting of the Snark es mi libro preferido de Lewis Carroll. Me gustan los libros de Alicia (sobre todo A través del espejo), pero The Hunting of the Snark tiene algo… Por esa razón me fastidia que no sea más conocido y que sus ediciones queden casi siempre a la sombra de los libros de Alicia.
Hasta ahora.
Me alegra enormemente hablar de La caza del Carualo, la excelente edición de The Hunting of the Snark que ha hecho Nørdica Libros: tapa dura, muy buen papel, unas maravillosas ilustraciones de Tove Jansson (autora de los libros de los Mumin), una traducción excelente (de Jordi Doce), maravillosamente fluida, que se toma alguna libertad cuando debe y, por si el conjunto no pudiese ser mejor, el texto completo en inglés al final, por si te apetece comparar.
Vamos, una edición para comprar y para regalar.
En cuanto al poema en sí. Pues he hablado tantas veces de él que no me apetece repetirme. Es más, incluso grabé un episodio completo de mi podcast Hoy Me Gusta dedicado al poema: (002: La caza del Snark o el vértigo del mapa en blanco).
Las ilustraciones de Tove Jansson para *La caza del Carualo* son muy diferentes a las originales de Henry Holiday, pero juegan estupendamente con el tono extraño y delirante del poema. Además, su estilo cruce entre lo geométrico y lo figurativo añaden una deliciosa dimensión al poema.
Es un podcast, otro más, llamado Hoy Me Gusta que va, pues eso, de cosas que me gustan. Es corto (por ahora no pasa de los 20 minutos) y es así en plan un poco elucubrar sobre libros, cine, televisión, etcétera, y comentarlas un poco. Espero tener un episodio nuevo cada dos semanas.
Si tienes un gestor de podcasts, para suscribirte probablemente solo necesites buscar Hoy Me Gusta en la app. Si no lo tienes, aquí van los dos primeros episodios.
Quiero dar las gracias especialmente a Máximo Gavete, que diseñó este logo espectacular:
En Shaking Hands With Death se publica una conferencia de Terry Pratchett, a raíz de su enfermedad, sobre la muerte digna o, mejor dicho, sobre una vida digna que acabe con una muerte digna.
Por suerte, no hay que comprarse el libro, porque la conferencia, leída por Tony Robinson porque el autor no podía, se puede ver en vídeo.