Gepurtura
En mi cabeza la palabra «gepurtura» se refiere a algún tipo de transformación. No sé exactamente cuál; supongo que alguna transformación al estilo deconstrucción o similar. O quizá, mejor, como referencia a algo que me resulta difícil de explicar. Por esa razón, cuando me da por hacer algo raro o sin sentido –o que a mí me lo parece- tengo la tentación de usar esa palabra. Por ejemplo, un vídeo que he titulado «Lata en gepurtura» y que es puro fruto del «voy a hacerlo así».
Efectivamente, el párrafo anterior no está nada claro. Porque verán, hay un problema. Como comprobarán si buscan en Google, yo soy el único que usa la palabra «gepurtura», detalle que razonablemente te hace concluir que no existe y no ha existido nunca (hasta ahora).
Sin embargo, tampoco puedo decir que la haya inventado. Sé exactamente donde la oí por primera vez. Fue en un episodio de la serie Banacek –el detective polaco-americano- llamado «No Stone Unturned»: una enorme escultura de arte moderno –en piedra y muy pesada- desaparecía casi imposiblemente. La escultura se llamaba «Hombre en gepurtura» y de ahí me quedó la palabra y su asociación con las transformaciones.
Es decir, no es que la escultura ficticia se llamase realmente así –probablemente fuese «Hombre en sepultura» o cualquier cosa ura; tampoco me he molestado en buscar el episodio para ver qué decían- sino que eso oyeron mis oídos infantiles y de ahí pasó directamente a mi memoria a largo plazo. Se me quedó grabada y es una palabra que me ha asaltado periódicamente desde entonces.
Ya está. Admito que es una historia sin moraleja.
(Si no recuerdo mal, la escultura no era realmente de piedra, sino un enorme hinchable. Para robarla sólo hacía falta pincharla y llevársela desinflada. En otro episodio robaban un ordenador con un método similar.)