Finalistas JdA 2009

El premio Juego del Año en España se concede al mejor juego de mesa publicado en el periodo comprendido por el premio. Hoy mismo se ha hecho pública la lista de candidatos para el premio Juego del Año 2009:

  • Alta Tensión, de Friedemann Friese (Edge)
  • Dice Town, de Bruno Cathala & Ludovic Maublanc (Matagot – Asmodée Ibérica)
  • Dixit, de Jean-Louis Roubira (Morapiaf)
  • Dominion, de Donald X. Vaccarino (Devir)
  • GiftTRAP, de Nick Kellet (Morapiaf)
  • La vuelta al mundo en 80 días, de Michael Rieneck (Devir)

Alta Tensión y Dominion son dos juegos excelentes que merecen mucho la pena. La vuelta al mundo en 80 días es un juego familiar muy entretenido. Tanto es así, que durante la primera vez acabé jugando cinco partidas seguidas (y obligué a los demás a jugar cinco partidas seguidas). Me temo que los demás sólo los conozco de oidas.

Mi favorito personal de esta lista es, claramente, Dominion que me parece especialmente notable y que debría ganar. Mi favorito que no aparece en la lista es Battlestar Galactica, un juego realmente bueno rebosante de paranoia y que se puede jugar aunque no hayas visto la serie (o no te guste).

El ganador se conocerá el 10 de octubre, durante el Festival Internacional de Juegos Córdoba 2009.

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Al fin los monstruos reciben su merecido

Y ha sido en la entrega de los premios Emmy.

El primero, Michael Emerson por ser Benjamin Linus en Lost. Nadie más podría pedir leche para los cereales de forma más amenazadora. Más vale tarde que nunca.

Y el segundo, Dr. Horrible, por su asombrosa horribilidad. Y aquí va su vídeo:

(vía DocArzt’s Lost Blog)

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Lecturas

Un lector me deja una serie de preguntas en la entrada que contiene la lista de libros que he leído este año (el reto de los 50 libros). La respuesta habría sido demasiado larga para un comentario, así que he decidido convertirla en una entrada.

Las preguntas:

¿De verdad leíste 12 libros en Julio?
Me pregunto; ¿lees increíblemente rápido o estas tan acomodado económicamente que puedes dedicar todo tu tiempo a esa sola actividad, incluso teniendo la niña?
¿No te duelen los ojos? ¿La espalda?
Y si lees rápido ¿de verdad te enteras de lo que lees? ¿Como consigues mantener la atención en el libro durante tantas horas?. No estaría de más un post sobre este asunto, tu experiencia lectora.
¿Crees que mantener el reto de los 50 durante todo este tiempo, (¿cuántos van, 5 años?), te ha permitido desarrollar una mayor capacidad como lector? ¿Alguna vez pensaste que llegarías a ser capaz de leer tanto?
Cuéntanos porfa, es interesante!

La lista

Antes de nada, debo explicar cómo se incluye un libro en la lista. El libro se añade cuando termino de leerlo, lo cual no quiere decir –por supuesto- que lo leyese sólo en el mes en que aparece. Un libro añadido en julio, digamos, puede haber sido leído durante un periodo de meses (o en algún caso, años). Simplemente, el lugar en la lista indica cuándo lo terminé, nada más.

Por lo demás, sí, terminé 12 libros en julio. En caso contrario, no los habría incluido en la lista. Hay que entender que ante todo el ejercicio es personal y no tendría mayor sentido engañarme a mí mismo. Por otra parte, varios de los libros de julio son muy pequeños y los leí en un día. Creo que ninguno de mis libros de julio supera las 300 páginas, lo que simplifica mucho la cuestión. Además, estaba de vacaciones durante ese mes, lo que siempre ayuda.

Velocidad de lectura

No leo especialmente rápido. De hecho, cuando he hecho alguna de esas pruebas de velocidad de lectura, siempre salgo tirando por lo bajo. Tampoco tengo una posición acomodada que me permite dedicar todo el día a la lectura. Lo que sucede, y es así de simple, es que tiendo a aprovechar todo tipo de momentos, aunque sólo sean unos minutos y vaya a avanzar una sola página. Me he acostumbrado a leer un poco de un libro, dejarlo y seguir más adelante, a leer cuando voy en el coche (de pasajero) e incluso caminando por la calle (no, lo de la farola no me ha pasado nunca; pero he estado a punto alguna vez). Así, poquito a pocos, uno se va leyendo los libros.

Mi estado físico

Por ahora, los ojos y la espalda no me duelen más de lo normal y, en general, mucho menos que bastantes conocidos. Gracias por preguntar.

Comprender lo que lees

No creo que la velocidad de la lectura tenga nada que ver con la capacidad de comprender lo leído. No dudo que hay gente capaz de leer un libro entero en una hora que comprende todo lo leído, y gente que no entendería nada ni aún dedicándole un año a leer 100 páginas. La lectura es un ejercicio complejo con muchos factores y cada lector es único e individual y lo que vale para uno no necesariamente se aplica a otros. Como ya he dicho, no leo especialmente rápido. Pero si leyese rápido, lo haría porque podría seguir comprendiendo y disfrutando como lo hago ahora. No se trata de contar por contar.

Por lo demás, creo entender razonablemente bien lo que leo.

El hombre que fue jueves

Me resulta llamativa la pregunta sobre la concentración. Si el libro que te estás leyendo no te invita a concentrarse en su lectura, ¿para qué lo lees? (vamos a asumir que no lees por obligación académica o similar). Si un libro no me pone fácil sumergirme en su lectura durante horas, simplemente dejo de leer y paso a otro, porque ese libro, como decía Borges, no está hecho para ti (lo que no quiere decir, como he descubierto en muchas ocasiones, que no esté hecho para una versión futura de ti). Leer libros no es obligatorio ni tampoco es obligatorio terminar un libro cuando uno los empieza.

Impacto

Lo bueno del reto de los 50 libros, y la razón por la que me resisto a abandonarlo, es que me permite disfrutar de un afición que me encanta. La lectura es como cualquier otra actividad y si quieres practicarla, lo mejor es organizarse y dedicarle algo de tiempo, buscar los momentos y aprovechar las oportunidades. Conozco a gente que va en bicicleta o que corre, y para mantener el ritmo de sus actividades debe organizarse. Si uno quiere ir al gimnasio, lo mejor es ponerse unas metas y plantearse un horario. Con la lectura pasa exactamente igual. Si no fuese por el reto, no leería todo lo que leo, porque simplemente olvidaría hacerlo (y la realidad ofrece muchas distracciones no todas igualmente interesantes). El reto me mantiene atento y la verdad es que creo que también me convierte en mejor lector y me deja recordar mejor lo que he leído.

De como ahora leo menos

50 libros no son muchos. Es simplemente una cifra que he descubierto que me resulta cómoda. Hay gente que lee 80, 100 o más libros al año. Cuando era niño, recuerdo algún verano de leer un libro al día (y aparentemente, los lectores voraces de infancia recuerdan experiencias similares). Vamos, que en todo caso ahora leo menos.

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El caso del cliente de Nouakchott de Jaime Mir

Jeque, Carlos Alonso Rico para los enemigos, es uno de esos detectives privados que sabe que es detective privado. Se ha leído las novelas, ha visto las película, y es consciente de que si los clichés del género se le aplican es de pura casualidad (lo que sucede, por cierto, más de lo que debería ser habitual). Además tiene su despacho en Santa Cruz de Tenerife, por lo que si conoces la ciudad, el placer de leer la novela se incrementa.

Y en suma, de eso se trata, de encajar al protagonista típico de una novela policiaca (por ejemplo, es un antiguo policía reconvertido en investigador privado, perennemente sin un chavo y con una secretaria que le resuelve todas las papeletas, al que le dan una paliza, que se lía con una sospechosa, etc…) en una geografía urbana poco habitual y alejada de las metrópolis, en un territorio que el lector más habitual (en una novela editada por CajaCanarias) reconozca como cercano.

La trama es la habitual y fácil de reconocer. Una corruptela en el puerto de Santa Cruz hace que el protagonista sea contratado por un transportista para averiguar qué llega al puerto de contrabando en unos barcos que él mismo fleta. Ese punto de partida la permite recorrer Santa Cruz desde los peores barrios, en busca de pista, hasta los mejores, para informar, y, por supuesto, contrastar la vida entre unos y otros. Curiosamente, el libro cambia ligeramente de tono y el protagonista abandona algo de su cinismo cuando tiene que viajar a Mauritania a completar la investigación. La descripción de la cultura del país es cálida y cercana.

Anclada en un momento histórico determinado -finales de los ochenta-, la novela hace muchas referencias a la historia reciente de España en ese momento, con el gobierno del partido socialista, pero el pasado franquista todavía lo suficientemente cercano como para ser una presencia palpable. El caso del cliente de Nouakchott es novela negra en el sentido más social del término, y claramente Jaime Mir pretendía aprovechar todos los recursos del género -perfectamente adaptados- para dibujar una ciudad en un momento concreto. Lo dicho anteriormente: probablemente se disfrute más si conoces un poco Santa Cruz de Tenerife.

[50 libros] 2009

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La realidad supera a la imaginación

A veces digo, en plan broma absurda, que un día de estos harán un remake de 2001: una odisea del espacio a (el remake tendría peleas entre naves espaciales a base de rayos láser y un ordenador que se vuelve loco e intenta matar a toda la tripulación), como ejemplo de película imposible de rehacer. Es decir, ¿qué sentido tendría hacer un remake de 2001? ¿Quién tendría tanto valor?

Jo, qué poca imaginación tengo. Ahora descubro que Robert Zemeckis quiere hacer un remake de Submarino amarillo de los Beatles. Una película generada por ordenador con captura de movimiento de los actores. La realidad supera a mis fantasías. Yellow Submarine es una impresionante película de animación, una fábula social que puede horrorizarte o encantarte -a veces simultáneamente-, y ahí radica precisamente su encanto. Además, está tan anclada en su época como una flota de portaaviones en una base naval.

Bien, queda claro que la industria cinematográfica americana se ha quedado definitivamente sin ideas. Parece además de uno de esos casos de: “metiendo mucha tecnología las películas nos quedan mejor”. La experiencia a veces es la contraria.

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El gran órgano de piedra

The Great Stalacpipe Organ, o litófono, como lo llama la Wikipedia. Se encuentra en una cueva de Virginia, EE UU, y está formado por una consola que activa unos pequeños martillos eléctricos que al golpear ciertas estalactitas escogidas va emitiendo las notas correspondientes. Lo diseñó Leland W. Sprinkle en 1956 y tardaron tres años en montarlo.

Sprinkle created the Great Stalacpipe Organ over three years by finding and shaving appropriate stalactites to produce specific notes. He then wired a mallet for each stalacite that is activated by pressing the correct key on the instrument’s keyboard. The stalactites are distributed through approximately 3.5 acres (14,000 m2) of the caverns but can be heard anywhere within its 64-acre (260,000 m2) confines.

A pesar de la extensión –dicen que es el instrumento musical más grande del mundo- cuentan que las notas se oyen con toda claridad y no atenuadas por la distancia, como podría esperarse.

Este vídeo es un poco excesivamente televisivo, pero sirve para hacerse una idea:

Siguiendo los enlaces de la Wikipedia he dado con esta otra página, que da algunos detalles interesantes y además permite escuchar una grabación, aunque aclaran que una grabación no transmite la sensación de oírlo en directo.

(vía ../mediateletipos))))

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Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, de Rafael Sánchez Ferlosio

Si Rafael Sánchez Ferlosio no existiese, alguien tendría que inventarle. Creo recordar que alguien hacía esa descripción de él, allá por la época en que publicó ese espléndido ensayo contra la idea de progreso, Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado, que debería ser lectura obligada para todos aquellos que creemos en el progreso. Después de todo, ¿de qué vale una convicción si no puede aguantar la disección racional, meditada, profunda y sardónica de Rafael Sánchez Ferlosio, o su refutación incluso? Un cierto nivel de escepticismo nunca viene mal.

Y si algo se desprende del conjunto de fragmentos, aforismo, meditaciones varias, frases felices, comentarios a vuelapluma, fábulas crueles y versos es un profundo escepticismo. Escepticismo, incluso, del escepticismo. Un deseo tan descarnado de examinarlo todo, de comprobar la validez de lugares comunes y frases hechas, de situaciones cotidianas y de soluciones a problemas, que no se puede evitar leer con satisfacción y alegría. Es así de simple: alguien tiene que decir lo que aquí se dice, alguien tiene que razonar a la contra, y tenemos la fortuna de que lo hace un hombre tan dotado.

Vendrán más años malos y nos harán más ciegos está escrito contra las simplificaciones, es un recordatorio continuo de que la realidad es más compleja de lo que consienten los esquemas previos de pensamiento. En última instancia, cada situación es única, cada interacción social es ella en sí misma, cada revolución es nueva. Es un conjunto de textos contra la claudicación, la rendición ante máximas, preceptos u otros anquilosamientos. Contra convenciones y acuerdos que se toman como naturales e inalterables (ejemplo, el calendario). Nos recuerda de continuo que el observador hace lo observado (la historia) por lo que es preciso adoptar una sana desconfianza de la verdad (p. 181).

No me resisto a poner un ejemplo:

La tolerancia es un pacto perverso en el que cada parte renuncia a la pasión pública de sus razones y las convierte en estólidas e impenetrables convicciones, o sea en verdades encerradas en un ghetto, a cambio de una paz que no es concordia sino claudicante empecinamiento y ensimismada cerrazón. Ante lo que inevitablemente ha de sentirse como sinrazón ajena cabe moverse, en todo caso, entre una impaciente indulgencia y una paciente agitación, nunca pararse en esa indiferencia o desdén definitivo que es la tolerancia. (p. 139)

Libro contra las ideologías, es ante todo, motor de pensamiento e incitación a la reflexión. Se lee, y se disfruta, por la calidad de la escritura, por el dardo certero o la observación ingeniosa. Se recuerda, mucho después de su lectura, porque siembra la semilla de la desconfianza hacia todo lo que sabemos cierto a priori.

Publicado originalmente en El archivo de Nessus, 2001

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