Mis series de 2009 (III): Paradox

Un grupo de tres curtidos policías deben evitar desastres diversos a partir de fotografías que un científico bastante arisco recibe varias horas antes de que vayan a producirse. Con sólo 5 episodios en su primera temporada, esta serie de la BBC logra no sólo un gran nivel de tensión –se podrá o no se podrá evitar la muerte o muertes programadas para hoy- en su carrera contra reloj, sino que además consigue plantearse cuestiones sobre el libre albedrío, el determinismo y el dilema ético planteado: si sabes que en el futuro próximo se va a producir una tragedia, ¿estás moralmente obligado a intentar evitarla?

Paradox hace varias cosas bien. La primera es que las tragedias van al final del episodio, donde deben estar para producir la sensación de que el tiempo se acaba, de la angustia a medida que el tiempo se acaba y las piezas no acaban de encajar todavía. Además, va variando la fórmula, de tal suerte que unas veces pasa una cosa y en otras ocasiones algo diferente, para que no puedas quedarte con una respuesta fija. Al principio, los personajes parecen simples policías dedicados a su trabajo, incapaces de quedarse al margen si existe la posibilidad de una tragedia. Pero poco a poco, van a evolucionando, y descubren que su implicación en los mensajes del futuro es cada vez más mayor. Saber que es posible conocer el futuro les va afectando de diversa forma, y en al menos a uno de ellos le fuerza a cambiar sus más profundas convicciones. Después de todo, si algo era evitable y no lo evitaste, ¿no eres moralmente responsable de lo sucedido?

Quién envía la imágenes, por qué o cómo son los grandes misterios de la serie. Al final de la temporada, incluso el científico que parecía sobrevolar los hechos como si todo aquello no fuese con él y para el que el único misterio es el mecanismo, acaba implicado totalmente. La razón de los mensajes es más nebulosa, aunque las imágenes son cada vez más personales y más cercanas a los protagonistas. La serie maneja muchas opciones e ideas, elucubraciones que los personajes se lanzan unos a otros a toda velocidad, como si fuesen personas reales que sueltan todo lo que les viene a la cabeza, por tonto que pueda sonar.

Algo que se le da muy bien a las series británica es ofrecer personajes que parecen reales, no sólo en el sentido de que reacciona como personas sino que incluso parecen sacado directamente de la calle, que son personas imperfectas y marcadas. En ese aspecto, el equipo de policías es impecable. Al principio parecen casi robóticos y sus relaciones se transmiten en unas pocas frases. Pero poco a pocos va aflorando el fondo de sus sentimientos, al intentar mantener en equilibro su trabajo con la sensación de que el mundo en el que viven es ahora completamente diferente, de que buena parte de los cimientos de su realidad se ha desvanecido. Destaca la jefa, como una mujer que intenta hacer las cosas lo mejor posible mientras sientes el peso creciente de la responsabilidad.

Paradox juega hábilmente con la inversión de la serie de policías, aquí no se parte de un hecho sino que se trata de averiguar qué va a suceder, con una ciencia ficción que no se escabulle en ningún momento de las preguntas fundamentales que se haría cualquiera. Si alguien te envía imágenes de hechos futuros, entonces tu destino no sólo no es tuyo, sino que probablemente esté controlado por una fuerza secreta. Tal incertidumbre es el origen de una angustia metafísica que subyace agazapada en el corazón de esta serie. El triunfo de Paradox es ser totalmente consciente de la presencia de esa sombra.

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Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 28/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

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Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 27/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

  • My MacBook Pro Goes Multimonitor: 4 Monitors At Once! Hace varios años que uso dos monitores, desde que descubrí lo útil y cómodo que resulta. Ahora mismo, tengo dos de 24»: la pantalla del iMac y otra adicional. Aún así, me encantaría tener algo así y poder usar al menos 3. Eso sí, parece que saldría caro y tampoco sé si mi iMac lo soportaría.
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20 años de  no ficción

Empecé a hacer  no ficción porque deseaba editar un fanzine sobre ciencia ficción. Fue así de simple. Tenía una afición y deseaba compartirla y de ahí nació la idea. Eso fue hace 20 años, en 1989. Fue una demostración de lo mucho que me gustaba el género y también un ejemplo de su época. Hoy en día abriríamos un blog o crearíamos un grupo en alguna red social. Los tiempos cambian pero no necesariamente las cosas que uno quiere hacer.

no ficción se llamaba así porque sólo publicaba artículos y ensayos (todo en unas 40 páginas en formato DIN A5). En aquella época no era algo muy común, porque aunque muchas revistas y fanzines publicaban ensayos y artículos, lo habitual era primar la ficción sobre cualquier otra opción. Yo por aquella época leía  Science Fiction Studies y  Foundation y no veía por qué su contenido no se podía traducir y publicar, de la misma forma que se traducían y publicaban cuentos de autores extranjeros. Pero no sólo encontraba el material en esas publicaciones que he mencionado, sino en cualquier lugar que se dejase; por ejemplo, en el primer número de  no ficción apareció un artículo de Gregory Benford publicado originalmente en  American Journal of Physics. Eso sin olvidar la publicación de material originalmente escrito en español. El primer número de  no ficción costaba 250 pesetas, que debía ser una buena cantidad para la época. El número dos costaba 300 pesetas y ofrecía suscripciones -tres números- a 800 pesetas (nunca hubo muchas).

Me gusta decir que  no ficción fue un fanzine para tiempos menos heroicos. En 1989 la revolución de la edición personal estaba ya asentada y era muy fácil componer y publicar. Y lo que era mejor, resultaba relativamente barato imprimir una publicación de pocas páginas con una tirada muy limitada. Quizá los ordenadores y las impresoras láser no fuesen tan comunes como ahora, pero se podían encontrar, y gracias a varios amigos informáticos de Lanzarote pudieron salir esos números. Comparado con la labor de otros fanzines anteriores –con la ardua tarea de componer textos a mano- el único trabajo de verdad era seleccionar los artículos, escribir para pedir permiso y traducirlos.

Poco después del segundo número, inicié con Ricard de la Casa la aventura de  BEM (a la que luego se unirían Joan Manel Ortiz y José Luis González), que también se sostenía sobre las facilidades que ofrecían los medios informáticos para poder publicar con regularidad (11 números al año durante los 3 primeros años y luego 6 números al año hasta su desapareción), y  no ficción pasó a ser editado por nuestro grupo. No duró mucho. Cuatro números escasos, supongo que porque a nadie interesaba lo que se publicaba. O quizá simplemente porque  BEM (que aguantó 10 años) ofrecía una plataforma en muchos aspectos mucho más conveniente.

Debo decir que me siento especialmente orgulloso del número 3 de  no ficción, dedicado al autor español Rafael Marín (y uno de los objetivos de la publicación era precisamente hablar sobre ciencia ficción española). El número incluía una entrevista, páginas de su obra y un ensayo suyo sobre  Watchmen. Rafael Marín era en aquel momento un autor interesante. Hoy, me alegra decir, sigue siéndolo, y su bitácora, Crisei, me parece un referente para la reflexión cultural sobre cómics, cine o televisión. Además, esporádicamente ha ido logrando publicar sus novelas, lo que significa, por mucho que él diga que no, que sigue siendo leído.

no ficción es una de esas cosas que me alegra haber hecho y que recuerdo con mucho cariño, aunque no estaría dispuesto a hacer hoy. Se que lo veo con mucha distancia, pero no se trata de que lo sienta como si lo hubiese hecho otra persona. No, lo siento como si se hubiese hecho en otro mundo, en un planeta extraterrestre, donde algo así tenía sentido. En nuestro mundo, la web mató a los fanzines y en gran parte a las revistas, o al menos desde mi punto de vista, mató el concepto de un conjunto de material que se publica simultáneamente; simplemente carece de sentido hacerlo así. Hoy, como dije antes, abriríamos un blog o recurriríamos a cualquiera de las herramientas de las que disponemos. Y no creo que sea una pena o un hecho triste. Creo sinceramente que el mundo ofrece hoy oportunidades y herramientas mucho mejores de las que teníamos hace 20 años, y como resultado es un mundo mucho más rico y diverso. Si la web mató los fanzines y las revistas, fue para sustituirlos por algo mejor.

Muchas personas ofrecieron su ayuda y colaboraron en  no ficción, demasiadas para nombrarlas a todas. Sin embargo, no quiero dejar de mencionar a mi amigo Antonio Ara que siempre me ofreció su vasta biblioteca para buscar aquellos datos o referencias que pudiesen interesarme. Antonio Ara falleció antes de editar el número 4, que dedicamos a su memoria.

Y en ultima instancia, eso es lo importante de cualquier actividad humana. Da igual si al final tienes los números impresos o no (yo creo no tenerlos, o si los tengo, no sé dónde están; sólo me quedan unos pdf con los números escaneados), lo que importa realmente es la gente a la que conociste y el camino que iniciaste con esa labor. En ese aspecto, estoy seguro de que mi vida hoy sería completamente diferente de no haber existido ese primer número de  no ficción. El tiempo puede llegar a amplificar los gestos más pequeños, provocando cambios descomunales e inesperados. Y 20 años después, me asombra comprobar que todo empezó aquel día que llevé a la imprenta…

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Con pegamento

Resulta mucho más fácil hacer un castillo de naipes. A los cinco o seis metros apenas se aprecian los chorros de pegamento.

Algunos creen que usar pegamento es hacer trampas. Yo considero que es un claro caso de Kobayashi Maru.

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El concurso Murakami

Hace unos días, Kirai y yo participamos en una iniciativa para promocionar la última novedad de Haruki Murakami en España, la novela El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas: Tusquets nos cedió 15 ejemplares a cada uno para repartir entre nuestros lectores. Lo que hicimos fue organizar un concurso donde entregábamos esos 15 ejemplares a otros tantos comentarios sobre Murakami que nos hubiesen llamado la atención.

Bien, el concurso terminó, las direcciones de envío recogidas (aunque en mi caso hay dos personas que todavía no han respondido a mi correo) y más de un libro ya recibido. Por tanto, ya que Kirai puso una lista de sus seleccionados, aquí va la mía. Y como estoy imitando a Kirai, supongo que eso le convierte automáticamente en uno de mis líderes carismático.

Debo recalcar que la selección es puramente personal. Probablemente estés en desacuerdo con ella. Es más, es posible que estés completamente en desacuerdo con todas mis elecciones. Es lo bonito de estas cosas. Eso sí, la elección fue muy difícil. Fácilmente podría haber entregado el doble de libros. Por lo demás, ha sido el primer concurso en pjorge.com y ha sido todo un éxito.

LaCasaSin

“La Caza del Carnero Salvaje” fue el primer libro que leí de Murakami. A día de hoy… sigo sin entender ni las 3/4 partes de lo que dice y no tengo ni idea de qué representa! (ni nadie en casa). Así que, como no llegamos a averiguar si nos gusta aunque no entendamos nada, si como no entendemos nada, nos gusta; o si es curiosidad esto de leer a un autor pensando a cada paso: qué tío más raaaarooo; nos compramos “Crónica del Pájaro Que Da Cuerda al Mundo” y sabes? tampoco nos hemos enterado de nada!!! jajajajajajaja

Así que, después de ver que Kirai y tú tenéis la opción de regalar unos ejemplares y, como estoy deseando leer “El Fin del Mundo y Un Despiadado País de las Maravillas” -que dicho sea de paso, no creo que entienda tampoco- os he dejado un comentario a los dos porque… Necesito ese libro!!! 🙂

Palomares

Esta historia es real.

Yo había leído ya Kafka en la orilla, de la que me gustaron algunas cosas y me espantaron otras, pero decidí comprar Tokio Blues. Junto a este compré tres o cuatro libros más y los puse en la pila del despacho (que no es una pila sino un montón de libros desordenados, muchos tirados por el suelo). Pasaron los meses sin que me volviera a acordar del libro, hasta que una noche, mientras pensaba qué era lo próximo que iba a leer, me acordé de él. Lo busqué pero no lo encontraba, y ya estaba cambiando de opinión cuando lo encontré (como suele suceder, a la vista; pero hay veces que uno parece no querer ver algo). Bien, lo metí en la mochila y me fui a dormir.

Al día siguiente empecé a leerlo en el Metro. Llegué al trabajo, abrí el Facebook y me encontré un mensaje de estado de una amiga mía que decía: I once had a girl, or should I say, she once had me. Soy beatlemaníaco, así que reconocí el comienzo de la canción: era Norwegian Wood. Justamente el subtítulo de la novela de Murakami. Me sobresalté, claro, sobre todo porque mi amiga dice que ella y yo estamos conectados de una manera extraña, que nos ocurren casualidades que no son casualidades. Pensé que era un mensaje destinado a mí porque nos mandábamos canciones todas las mañanas. Así que le mandé un mensaje que le contaba la historia: mira qué curioso, al final vas a tener razón en lo de nuestra conexión: he visto la canción de Norwegian Wood que has puesto y resulta que yo he empezado a leer un libro llamado Norwegian Wood.

Al cabo de un rato me contestó: ¿A que no sabes qué libro estoy leyendo desde hace dos días?

Pedro González

No he leído nada de Haruki Murakami. ¿Es eso suficiente anécdota?

Sólo considerarlo resulta insoportablemente pedante, así que lo intentaré de otra forma…, wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Haruki_Murakami)…, ah, ya veo que se me han adelantado con el cortar y pegar (ufff, otra vez aflora mi impertinencia, por aquí no llego a ningún lado).

Si este señor gusta de intentar pasar desapercibido, ¿por qué acudir a ese bajo instinto consumista de conseguir algo gratis para darle propaganda a su último libro? ¿Es eso coherente con lo que he leído acerca de este autor? No puedo quitarme de la mente la imagen de Homer Simpson babeando y repitiendo una y otra vez “gratis”, ¿es esa la cultura popular de la que hace uso en sus libros?

¿Cuánto hay de real en la imagen “ideal” que nos tratan de vender de las personas, cuando hay dinero por medio? ¿Estaría de acuerdo Murakami con esta forma de publicitar sus libros?

Desgraciadamente, no soy un ejemplo de nada, que esta campaña me ha podido, ha despertado mi curiosidad y al final seré un consumidor más. Si es que hasta me parece bien y todo, una forma original de publicitar. El sistema me controla.

Julio Ribs Cowarabi

Ibiza, hace cosa de seis meses.

Soy recepcionista y como tal estaba despidiendo a unos clientes del hotel cuando aparece una señora holandesa muy apresurada saludando dando disculpas y preguntando al mismo tiempo por un taxi, procedí saludando pidiendo disculpas a los otros clientes y llamando al taxi, como agradecimiento la señora me da una bolsa con algunos libros que había leído en su visita por estas tierras, se despidió, cogió el taxi y no la volví a ver mas. Reemprendí la conversación con los otros clientes que eran viejos conocidos de nacionalidad Suiza y salió el tema de los libros ya que mi intención era darles a escoger ya que yo no hablo ni flamenco ni mi alemán es avanzado. De todos los que había que eran cuatro uno de ellos era de Murakami y al ojearlo me di cuenta que estaba lleno de interrogantes escritos a lápiz, dibujos en los que se veían siluetas de mujeres, arañas e incluso un gran pene que cruzaba dos paginas con un bocadillo con algo escrito en alemán y a modo de marca-paginas la tarjeta de identificación alemana de la señora.

La historia acabo así, la señora perdió el vuelo y cuando volvió a la recepción yo ya no estaba. Al día siguiente pregunte por la señora y mi compañera de jornada me dijo que justo cuando me había ido llego la señora preguntando por mi y por la bolsa de libros, mi compañera que estaba sobre aviso se los dio y me dijo que cogió un solo libro, miro dentro y salió corriendo por la puerta casi sin despedirse con el libro en la mano y los otros tres los dejo en la barra de recepción, los cuales regale a los clientes suizos que el día anterior encabezaron esta historia. Desde entonces mis tropiezos con este autor son continuos por poner un ejemplo este blog.

Por cierto siempre que veo algo de Murakami no puedo evitar pensar en que le pasaba por la cabeza a aquella señora alemana mientras leía a este autor desconocido por mi, esos dibujos los otros libros no los tenían. Me pica la curiosidad la verdad.

Harry Callahan

He leído casi todo de Murakami, siempre me acompaña en mis viajes: “After dark”, “Kafka en la orilla”, “Tokio blues”, “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, “Sputnik, mi amor”, “Sauce ciego, mujer dormida” y “Al sur de la frontera, al oeste del sol”. El que más me ha gustado ha sido este último. Además he leído varios de ellos varias veces en otros idiomas para practicar.

Pero lo más importante es que gracias a Murakami he conocido buenísimos títulos como “El gran Gatsby” o “El largo adiós”. Desde que “acabé” con Murakami he leído más de Chandler, pero sobretodo más de autores japoneses: Soseki, Nosaka, Kawakami, Yoshimoto, Katayama, Tanizaki, Mori, Oe, Mishima y Kawabata.

Roberland

Es ciencia cierta que Haruki Murakami es un novelista de éxito en Japón como fuera.

Pero la cosa curiosa que descubrí al leer uno de sus libros, en este caso (Sauce ciego, mujer dormida) fue que Murakami prefiere escribir cuentos a escribir novelas. En palabras textuales: «para mí escribir novelas es un reto, escribir cuentos es un placer. Si escribir novelas es como plantar un bosque, entonces escribir cuentos se parece más a plantar un jardín.»

Me parece fascinante que un escritor de éxito en un género, las novelas, él mismo se declara fascinado de los cuentos. ¿Tal vez esta forma de escritura le permite divagar toda su imaginación, mientras que la otra permanece más conservador?. Aunque después de leer casi todas sus novelas no se que pensar.

Desde los comienzos de su carrera como escritor, Haruki entrelaza la escritura de cuentos con la de novelas. Cuando acabo un cuento empieza una novela y viceversa. Pero nunca escribe cuentos o novelas a la vez, no empieza un nuevo proyecto hasta que no finaliza el anterior.

Se podría decir que utiliza los cuentos para experimentar en sus posteriores novelas.

“Me considero esencialmente novelista, aunque muchas personas prefieren mis cuentos a mis novelas”.

Aquí mi pequeño apunte acerca de este fascinante autor.

Carlos

He leído varias de las obras de Murakami. Una de las cosas que llamó mi atención al principio fue la dificultad que tuve al comprender porqué me encantaba su obra. Murakami va más allá de un poderoso argumento o la belleza del lenguaje, es una combinación armónica. Su trabajo podría compararse más a la contemplación de un cuadro del cuál te resulta difícil extraer todo el significado, ya que no es un escritor de explicaciones, es de impresiones.

Por otro lado su trabajo es claramente una mezcla de relaciones y fantasía, de la cuál la última parte me parece perfectamente acoplada. En occidente estamos acostumbrado a una fantasía más mágica que espiritual. Esta magia contiene fuerzas claramente definidas (¿antropomórficas?) con una intención, son seres que controlan poderes para llevar a cabo sus propósitos. En la obra del japonés la fantasía aparece de forma muy diferente, es algo espiritual, en el que deja entrever menos de lo necesario, pero que se conjunta con la historia de una forma maravillosa, como la mejor armonía.

Lo mejor es cualquier otro podría tener una opinión completamente diferente a la mía y aún así me parecería correcta, esa es su magia.

Enrique Sanz

Conocí a Murakami de casualidad: alguien en un foro decía que todo el mundo debía leer “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”.

En esa época, hace ya un año, yo no leía demasiado; cuando era más joven sí tenía hábito de lectura, pero lo había perdido casi por completo leía poco más que un libro por año. Estaba enfermo y salía poco de casa, así que pedí ese libro a una tienda de internet para rellenar las horas que pasaba en cama.

Cuando llegó, una semana más tarde, leí casi doscientas páginas del tirón: quedé atrapado y el libro no me duró más allá de una semana. Desde ese momento, fui comprando y leyendo poco a poco todo lo que había traducido de Murakami, pero, además, fui comprando y devorando otros muchos libros de distintos autores.

Ahora ya estoy completamente sano y he recuperado el hábito de lectura continua. Murakami no solo me atrapó en su mundo, si no que me enseñó el camino al mundo que tenía semiabandonado desde hacía tanto tiempo.

Gracias, Haruki.

Mic

Murakami, como Auster, siempre escribe sobre lo mismo e igualmente eso no evita que me acaba sorprendiendo para dejarme boqueando como un pez en la orilla.

Juliana Oyaga

CRONICA DEL PAJARO QUE LE DIO CUERDA A ESTE MUNDO

Encerrados en un poso en total pocinidad…
Tu y yo, me decís…
además era muy… oscuro…
¿Qué tan oscuro?
como las noches sin luna, como una profunda oscuridad,
como la muerte y es mujer…
¿Cómo?

Tú y yo, me decís…
en un profundo poso,
solos…

Te haría el amor m u y l e n t a m e n t e.
Luego lloraría y te cantaría un blues…
Babe please calls another more…

¿El hombre es una isla?
Y nadar, al ritmo de las olas…
En medio del momento más oscuro de la noche
justo antes del amanecer…
Nadar hacia tu islote
es entrar en un cuarto oscuro… muy oscuro…
Con una rayito de sol que se filtra por cualquier parte…

Listo… esto terminoooooo…
Supongo que el poso se lleno de agua,
Pero nosotros si nos podíamos mover…
Y además flotábamos,
poco a poco…
Mientras el agua se filtraba por una grieta,
Muy lentamente…
El poso se llenaba de agua…
Y tú y yo, me decís…
Flotábamos…

Germán Garrote

Metro Linea 2. Desde Sagrada Familia hasta Pep Ventura. Tres días seguidos, hace dos meses, una chica leía un libro ajena a aquel vagón lleno de inmigrantes soñolientos, eran las 7,30 de la mañana. La tipa era terriblemente atractiva, delgadita, 1,70, cabellos largo rizado, vestimenta a lo hippie, me apeteció echarle 37, que fuera profa de latín, divorciada de un marido aburrido que la dejo al cargo de un niño de cinco años, muy catalana, nacida en algún pueblo de la costa. El libro era de un tal Murakami, Kafka… y algo más. Me lo apunté, no era un nombre fácil de recordar. Eso de Kafka me sonaba a rollo filosofía, algo denso difícil de digerir.

Llego a mi trabajo y pongo en google «Murakami». Me compro el libro y que sorpresa era ligero, digestivo, rico, alegre, simpático, era lo que a mi me diera la gana que fuese.

Sigo coincidiendo con esta chica, he llegado a coger un metro y si no está me bajo en la siguiente parada, y así sucesivamente hasta que doy con ella.

Ella debe flipar, cada día me ve subir en diferentes estaciones.
A ella le debe apetecer que yo tenga 45, sea médico, soltero sin hijos, viajero empedernido y un experto en Murakami.

Jo¡ Si supiera la verdad, lo duro que ha sido estar cinco años encerrado en La Modelo.

Sulicadiz

Yo lo que puedo decir es que al final de “Al sur de la frontera al oeste del sol”, la ambigüedad del final provoca reacciones muy dispares, me explico:

Le he dejado ese libro a 4 personas ya y a todas les ha encantado y 2 de ellas sin yo preguntar me dijeron: “me ha gustado mucho, pero el final…tu sabes…”.

A mi personalmente me encanta el final y pienso que es de las mejores partes (si no la mejor) y que es lo que hace que, una vez que has dejado el libro para pasar al siguiente te quedas el resto del día dándole vueltas ya que a todos nos han pasado cosas parecidas, monotonía, aburrimiento de siempre lo mismo, ganas de escapar por puro egoísmo… y este hombre encuentra una salida totalmente egoísta y egocéntrica (a lo largo de todo el libro). Al final nos damos cuenta que lo que es es un inmaduro egocéntrico y que debemos reflexionar sobre si merece la pena “sufrir” la monotonía diaria o hacer sufrir a otras personas.

Muy recomendable este libro

Portrait

Lo que más me llamó la atención de Murakami (sólo he leído Tokio Blues no sé si en sus otras obras seguirá la tónica) fue la forma en que plasma las emociones más exageradas de sus personajes sin que te sientas avergonzado de ello. Recuerdo a la compañera de Naoko en el sanatorio contando sus ‘cracks’ mentales y la fragilidad que le provocaban cómo algo mío o cómo algo de todos.

Eso me hace sentir ‘normal’ y humano respecto a mis emociones más turbadoras por lo que no puedo más que sentirme agradecido al autor.

Tengo muchas ganas también de leer su obra ‘Que hablo cuando hablo de correr’ o algo así, ya que yo también soy corredor y creo que el asunto del ejercicio (de la épica del deporte ya se ha hablado bastante) merece muchas más líneas de las que se han escrito.

Isensei

El libro “Norwegian Wood” se vendió originalmente en dos volúmenes, uno rojo y otro verde. La idea fue que sus fans se vistieran según el color del volumen que más les hubiera gustado 🙂

BuRaMi

-Haruki Murakami es muy celoso de su intimidad. Un celo que casi raya lo patológico. No acude a fiestas. No recibe premios. No da conferencias. No da charlas, ni firma libros. Prácticamente no concede entrevistas, ni deja que lo fotografíen. ”Tengo pánico a convertirme en una celebridad y tomo todas las medidas posibles para que eso no ocurra”. “Lo que no quiero es que la gente me reconozca en el metro o no poder acceder a las tiendas de discos viejos en Estados Unidos”.

-Escribe usando ordenador.

-Su afición por la música, sobre todo el jazz, puede rastrearse en todas sus novelas. Trabajó en una tienda de discos y regentó un bar de jazz. Todo comenzó cuando a los dieciséis años sus padres le regalaron una entrada para un concierto (Art Blakey & the Jazz Messengers) por su cumpleaños. “Jamás había escuchado una música tan sorprendente, así que me volví un fanático del Jazz y más tarde un escritor al que el Jazz le enseño todo”.

-Aparte de escribir sus propios libros, Murakami, también se dedica a traducir autores estadounidenses al japonés como F. Scott Fitzgerald, Raymond Carver o John Irving.

-No escribió su primera novela hasta los 30 años, Hear the Wind sing. Tuvo la revelación de que podía dedicarse a escribir mientras veía un partido de béisbol. Durante una jugada clave, en el instante preciso en que el bateador golpeaba la pelota se le ocurrió la idea de ser escritor. “ No tenía a nadie que me enseñase a escribir así que tuve que basarme en lo que sabía, que por entonces era la música ” “Incluso hoy en día cuando me siento frente al teclado pienso que estoy ante un piano y me pongo a tocar”.

-Hay numerosas apariciones de gatos en sus novelas. “Soy un amante de los gatos, los perros no me interesan nada”.

-Uno de sus escritores favoritos, aparte de los que traduce, es Manuel Puig y uno de sus libros favoritos es La traición de Rita Hayworth. “La debo haber leído infinidad de veces”.

-Es un defensor de la cultura popular. Le encantan las series de televisión, las películas de terror, las novelas de detectives, la ropa de sport, las canciones pop…, ya que todo ello le sirve como nexo con los lectores. ”Justamente lo que yo quiero es que la gente vea que lo que escribo no es forzado”.

-Murakami presume de no tener de amigos otros escritores y no esta muy valorado dentro de su gremio en Japón. “Soy un mero trabajador, al que le gusta la cultura popular, mientras que la mayoría de escritores son unos snobs que ni yo les gusto a ellos ni ellos me gustan a mí”. “ …Pero creo que voy ganando territorio porque aunque los otros escritores no están de mi lado, los lectores sí”.

-Murakami es avezado corredor y triatleta. Sale a practicar todos los días, lo cual le hace conservarse en una gran forma para su edad. A pesar de que comenzó a correr a una edad relativamente tardía (33 años) ya ha completado varios maratones.

-Tiene pánico a las alturas.

-Una vez terminado un texto se lo hace leer a su mujer. Luego lo va corrigiendo hasta que ella le da su conformidad. “Es una crítica implacable” ”Confío plenamente en ella. Además, si algo le gusta mucho luego cocina cosas deliciosas para mí”.

-Es fan declarado de la serie perdidos (Lost). De hecho se ha comprado una casa en Hawai, cuna del Triatlón, en el mismo lugar donde se rodó la primera temporada de la serie. ”La gente viene de vacaciones a Hawai. Yo vengo a correr y a trabajar, dos de las cosas que más me gustan”.

-Quiere que su epitafio sea “Al menos no caminó nunca”.

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Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 23/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

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Greg Egan sobre Avatar

Greg Egan, el gran escritor de ciencia ficción comenta Avatar. Dos citas:

Some reviewers have noted echoes of the works of Poul Anderson in Avatar, and I’m sure there were also traces of Anne McCaffrey and a hint of Ursula LeGuin. But on reflection, what it really felt like to me was a fourth movie in the Shrek franchise, pipping the yet-to-be-released Shrek Forever After to extrapolate that series’ twin curves of rising technical achievement and plumetting wit to their logical endpoint: a near-immaculate feat of visualisation, accompanied by a staggeringly awful plot in which clunky genre conventions triumph completely over plausibility and originality. Avatar even boasts its very own love story where societal expectations and superficial barriers of size and pastelicity are overcome by generous helpings of pixie dust.

Y ya al final, un consejo:

If you want an emotionally satisfying fantasy about wounded nature, try Princess Mononoke; if you want a whimsical, visually stunning action adventure where the dialogue rises above “Outstanding, Marine!”, rent the Pirates of the Caribbean trilogy. Sometime in the next twenty years or so, the technology that enabled Avatar will become cheap enough to risk employing alongside a moderately intelligent script. But if you want to see the technical state of the art right now, go ahead and pay your share of Avatar‘s nine-figure budget. Think of it less as a piece of entertainment than a glimpse of the kind of day-dreams your not-too-distant descendants might well be scripting and directing in real time themselves.

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Walter Benjamin y el origami

Dos regalos de JJ Merelo, quien, como se ve, es un poco dadaísta.

The Work of Art in the Age of Mechanical Reproduction de Walter Benjamin. Un libro con el que te topas continuamente en cuanto empiezas a leer sobre arte moderno:

Advanced Origami: An Artist’s Guide to Performances in Paper de Micharl G. LaFosse. El libro es muy bonito y además, cosa que no sabía, tiene un capítulo explicándote cómo hacerte tu propio papel de origami:

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