El futuro de los juegos de mesa: Small World para el iPad

Ya comenté las ventajas del iPad para los juegos de mesa. No es una idea novedosa en ningún sentido, es perfectamente evidente para cualquier persona interesada en ese tipo de juegos de tablero. Pero me alegra comprobar que también es interesante para algunos editores, como es el caso de Days of Wonder, que ha presentado una app para el iPad basada en el juego Small World.

Small World es un juego de control de territorio. Como indica su nombre, no hay espacio suficiente para todos (de hecho, el juego físico viene con distintos tableros dependiendo del número de jugadores), por lo que el enfrentamiento es inevitable. Cada jugador intenta expandirse como puede y sacar el mayor beneficio posible, empleando las habilidades especiales de la raza que ha elegido. Pero la gracia del juego está en que se puede cambiar de raza cuando resulte más conveniente.

Muy inteligentemente, debido las limitaciones de espacio, la app para el iPad es un juego para dos que se juega cara a cara. El iPad se encarga de hacer cumplir las reglas y ahorra tener que mover todas las piezas de cartón. En la nota de prensa, la empresa define esta app como “The world of board games and digital gaming will never be the same” y es una de las pocas veces que lo creo. Estoy seguro de que el futuro de los juegos de mesa en dispositivos como el iPad va a ser espectacular. En el caso concreto de este juego, las reseñas hablan de problemas debido a que es una versión inicial creada para coincidir con el lanzamiento del iPad. Pero todo se andará.

Y la verdad, por 3,99 euros, cuando tenga mi iPad Small World será la primera aplicación que caiga.

(vía Boardgame News)

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Lost, 6ª temporada, episodio 9, «Ab Aeterno»

Ante las críticas recibidas por la historia contada antes del conjunto anterior de elucubraciones, sobre todo referidas al final, hemos decidido, siguiendo el espíritu de Fluxus que no necesariamente su letra, optar por la siguiente propuesta:

CREA TU MISMO LA HISTORIA INTRODUCTORIA PARA UN CONJUNTO DE ELUCUBRACIONES SOBRE EL ÚLTIMO EPISODIO DE LOST

  1. Escoge una historia que te resulte especialmente llamativa, interesante o divertida.
  2. Redáctala en pocos párrafos usando un estilo tirando a ampuloso.
  3. Cuenta su moraleja pero asegúrate de contradecirla de inmediato.
  4. Acaba con una nota de cierto cinismo irónico.
  5. Incluye la coletilla «No leer lo que viene a continuación a menos que hayas visto el episodio».

¡Richard Alpert es guanche! Resulta que andaba por Tenerife en 1867. Yo me lo imagino cuidando de los baifos mientras come gofio. O quizá, encaramado a lo alto del Echeyde contemplando a Guayota, acompañado de los tibicenas, asustar a los neveros mientras los dindes juegan allá abajo entre las olas. Aunque, siendo precisos, no se dice nunca que Richard Alpert sea chicharrero, pero voy a darlo por supuesto porque es el único detalle que realmente me sorprendió del episodio y uno atesora las sorpresas cuando las encuentra.

Si me permiten, primero voy a saltar a las explicaciones. Como hay gente deseando tener respuestas a todo, supongo que el episodio la habrá dejado muy satisfecha. Descubrimos de dónde salió Richard Alpert, por qué es inmortal, qué fue de la estatua, cómo el Black Rock acabó en medio de la selva y para qué sirve la isla. Pero la verdad es que a mí la mayoría de esas explicaciones me parecieron puestas ahí para explicar por explicar, sin que realmente tuviesen demasiada relación con la historia. Vamos, que Richard Alpert es inmortal como hubiese podido pedir un plato de macarrones (la verdad es que en ese momento me lo vi como protagonista de uno de esos chistes «me encontré con un genio y…»). El barco de titanio derribó la estatua. Y la isla es el tapón de una botella de alcohol medio vacía (lo que no es de extrañar, porque si estás solo en una isla con otro tío que quiere matarte, ¿tú no te darías a la bebida?).

Vamos, que si el resto de las explicaciones van a tener ese mismo nivel, si van a ser simples tonterías añadidas por contestar, sin que tengan mayor relevancia para la historia que han contado, va a ser mejor que no expliquen nada. Es un poco como eso de estarse callado si no sabes qué decir.

Aunque quién soy yo para hablar de estar callado.

El episodio empieza con un flashback pequeñito, donde vemos que Jacob le contó a Ilana cuál es su misión. Jacob le pide a Ilana ayuda, de una forma muy similar a como el hombre de negro le pedirá luego ayuda a Richard. Cuando vemos a Ilana por primera vez, tiene la cara cubierta de vendas. Luego, al final del flashback, en lo que parece la misma conversación, Jacob le explica la misión a una Ilana que tiene la cara sanada. Da toda la impresión de que Jacob se la arregló sobre la marcha.

Llegamos a la isla. El grupo de Ilana está sentado en plan acampada alrededor del fuego (sólo faltaban esos trocitos de algodón blanco que salen en todas las películas de acampadas y que nadie sabe realmente cómo se llaman en español). Jack hace una pregunta y se produce un suceso extraordinario pocas veces visto en Lost: alguien le responde y le explica lo que pasa. Era lo que ya sabíamos, que casi todos son candidatos para sustituir a Jacob y que ahora hay que preguntarle qué hacer a Richard Alpert.

Richard Alpert, que no está sentado con el grupo sino más bien se hunde en las sombras, se ríe como un loco, en una de las más deliciosas risas dementes que se han oído en la serie. Y estalla.

Descubrimos que Richard Alpert no había recuperado la fe como yo creía. Más bien, lo que hizo fue evitar que Jack encendiese otra mecha, no fuese a ser que el muy idiota acabase volando por los aires. Sigue pensando que Jacob era un mentiroso compulsivo, que le mintió a él, le mintió a Ilana y le mintió a todo el que se le puso por delante. No sólo no tiene ni idea de qué hay qué hacer a continuación para seguir el plan de Jacob –ya que no cree que dicho plan exista- sino que, ala, se pasa al bando de Flocke. No sin antes soltar su teoría.

«Estamos todos muertos y la isla es el infierno». Una declaración muy divertida, porque encaja casi por completo con una de las teorías más populares al comienzo de la serie, según la cual estaban todos muertos y en el purgatorio/infierno. Por supuesto, como esta teoría la expresa un personaje de la serie, ya sabemos que no puede ser cierta. O mejor dicho, quizá estén en el infierno, pero definitivamente no están muertos.

Como Richard declara que se va con el otro, Jack vuelve a preguntar, pidiendo saber de quién habla. Y ganamos la lotería por segunda vez: le responden. Meditemos sobre el hecho: un personaje de Lost hace una pregunta concreta y recibe una respuesta directa. Saboreemos los placeres inusuales. En cualquier caso, el otro es Flocke, que es Locke pero no es Locke, quizá porque el nombre es arquetipo de la cosa y su nombre real no es Locke (más adelante volvemos a este asunto).

Hurley mientras tanto está hablando con un muerto. O mejor dicho, con una muerta. Como Jack sólo cree en la muerte de Jacob, asume de inmediato que ese muerto famoso es el interlocutor. Hurley, que es ahora consejero en lugar del consejero, le dice que se ocupe de sus asuntos, que ese asunto no le concierne en absoluto. Luego descubriremos que la muerta es Isabel, la mujer de Richard. Obsérvese que Hurley ve fantasmas, es decir, manifestaciones que los demás no pueden ver, en lugar de las manifestaciones de Flocke –cuando podía manifestarse- que parecían más sólidas.

Ben suelta su historia de que Richard está loco y que no sabe nada. Considerando que Richard era la línea de transmisión de Ben y que ahora está claro que Ben jamás habló con Jacob, no sé en qué situación queda él. ¿Alguien que sabe todavía menos que el ignorante? ¿El loco que sigue al loco? También comenta que le conoce desde los doce años y demás, lo que lleva a hablar de su aspecto y a que Lapidus pregunte directamente cómo pudo pasar tal cosa. Y el episodio le responda de inmediato.

En cinco minutos tres preguntas que se responden de inmediato.

Esto es jauja.

Todos los seguidores de Lost deberíamos salir a comprar lotería. Estamos en racha.

Conozco a mucha gente a la que le dio un vuelco el corazón al ver lo de «Tenerife, Canary Islands – 1867». No es para menos. Si yo fuese del Cabildo, ya estaría haciendo gestiones para convertir a Richard Alpert en hijo predilecto o algo así. A mí sólo me habría sorprendido más si en lugar de chicharrero hubiese sido conejero. Pero no se puede tener todo.

En cualquier caso, ahí está él corriendo a caballo. ¿De dónde viene? Ni idea. Considerando que entra en la casita en la que yace su mujer enferma y aparentemente no trae nada, supongo que simplemente había que mostrarlo a caballo o algo así. En cualquier caso, la enferma es Isabel, su mujer, a la que claramente ama con locura. Isabel, por cierto, tiene una cruz al cuello y una Biblia entre las manos. La Biblia aparece posteriormente y la cruz es recurrente.

Richard decide ir a por el médico. Lo último que se dicen es un «Siempre estaremos juntos» de ella, que luego veremos que es verdad, y un «Te salvaré» de él, que no está tan claro. Después de recorrer lo que suponemos es medio día a caballo, bajo una lluvia torrencial, Richard entra sin invitación en la casa del médico. Éste, al que claramente pintan como un godo, le ofrece la medicina necesaria a cambio de un buen precio. Al final Richard se lo da todo, incluyendo la cruz que Isabel le había entregado. Sin embargo, el médico decreta que la cruz no vale nada, rechazando todo lo que cruz representa: su fe, su amor por Isabel, su misma dignidad. En la lucha posterior por la medicina, Richard mata accidentalmente al médico. ¿En ese momento muere Isabel? ¿Cuando Richard se condena?

Por cierto, que Richard asegura vivir cerca de «El Socorro». Y es precisamente eso lo que le hace falta al pobre, que alguien le ayude, que alguien le ofrezca socorro. De hecho, le sigue haciendo falta a lo largo del episodio. Por supuesto, las ayudas que recibe siempre son parciales, siempre vienen condicionadas (incluso, me temo, la de Hurley al final, que es agente de Jacob). Ninguna de ellas resuelve de una vez todas sus problemas.

En la cárcel, tras las rejas, ya encadenado como simbólicamente pasará toda su vida, Richard Alpert recibe la visita de un hombre vestido de negro. Es un cura que, tras comprobar que lee la Biblia el inglés, se niega a darle la absolución (y encima le roba la Biblia, para quitarle todo consuelo). Richard, que ahora lleva la cruz de Isabel, sólo pide el «perdón de Dios». El cura le dice que la única forma de lograrlo es por medio de la penitencia, pero que Richard no tiene tiempo para penitencias. Lo que resulta doblemente irónico, primero, porque Richard, sabemos bien, tendrá tiempo de sobra para todas las penitencias de este mundo. Y además, como descubrimos casi de inmediato, Richard no morirá al día siguiente sino que será vendido como esclavo. El cura además le dice que «El diablo te espera en el infierno», lo que podría ser cierto.

A Richard lo venden a un tipo llamado Whitfield. Confieso mi pequeña decepción, porque creía que sería Widmore. Lo hace en nombre del capitán Magnus Hanso. Para los que no conozcan el nombre, suyo es el cuaderno de bitácora que Widmore compra en subasta en el episodio «La constante» (¿cómo llegó hasta la casa de subastas?) y su descendiente, Alvar Hanso, financió la Iniciativa Dharma, que tanto bueno hizo por la isla. Vamos, que es una cosa de familia.

Un detalle curioso. Whitfield se planta ante Richard y lo examina. Un poco como el monstruo de humo lo examinará poco después. Los dos encuentran algo satisfactorio en él y le permiten vivir. Los dos, igualmente, le permiten vivir para usarlo en sus planes.

Lo siguiente es el Black Rock con Richard encadenado, en medio de una tormenta. Está claro que los cambios bruscos en la vida de Richard vienen acompañados de mucha lluvia. ¿El Black Rock es el mismo barco que vimos al final de la quinta temporada cuando Jacob y el hombre de negro miraban al horizonte? Aquel día hacía sol y el barco parecía muy cercano a la isla. Pero ahora tenemos tormenta. Por otra parte, Jacob le dice a Richard que es él el responsable de atraer a su barco. Pero también está claro que ha atraído a mucha gente a la isla. Vamos, que ni idea.

El Black Rock acaba en medio de la isla, donde estuvo siempre. Aceptemos que jamás sabremos cómo pasó tal cosa. Es un hecho de la historia y nada más. Así que concentrémonos en «tu capitán ha muerto y el barco está encajado en medio de una isla y no queda nada para comer y sólo sobreviven cinco oficiales, ¿qué hacemos?». Pues, por supuesto, matar a todos los esclavos que llevas a bordo, ¿qué si no? Cuando el sable le atravesó, el pobre Ignacio, que poco antes había dicho que Dios se había apiadado de ellos, debió comprender en las entrañas el significado de la palabra ironía.

Aunque eso sí, Whitfield le explica a Richard –que pronto descubrirá que se puede sufrir todavía más- que no es por maldad. Nunca es por maldad. Matamos, asesinamos, exterminamos, destruimos y jamás es por maldad. Siempre hay una buena razón: por ejemplo, enseñarle al hombre de negro una lección. Y la masacre que acabamos de presenciar –que recuerda a la masacre de la Iniciativa Dharma y a la de los pasajeros del vuelo Ajira- es pura cuestión de supervivencia, porque esos esclavos son los Otros. Porque los seres humanos somos incapaces de cooperar unos con otros y la confianza mutua es imposible. El hombre de negro tiene razón y Jacob se equivoca, quizá maliciosamente, quizá por estupidez.

Por suerte, el humo negro se está dando un festín con lo que le queda, así que escupe algo de sangre sobre Whitfield –como Isabel escupió sangre, como se desangró el médico- y se lo come. O lo que sea que haga con ellos. No sé, está claro que primero los mata, pero no sé si la cosa acaba ahí o sigue. A continuación, como una larga serpiente negra, el humo negro se planta frente a Richard y le da un buen repaso.

¿Qué ve? ¿Ve a un hombre capaz de la redención, un hombre sinceramente arrepentido de sus pecados? ¿Por eso le deja vivir? ¿O ve a un hombre tan inocente que creerá lo primero que se le diga, al que será fácil manipular? En su momento, el humo negro mató al señor Eko aparentemente no ya por negarse a arrepentirse de sus pecados, sino por incluso negar haber cometido algún pecado. El humo negro parece un gran creyente en «si la haces la pagas» y no acepta bien que se le lleve la contraria en ese punto. Yo me inclino por un poco de todo: potencial de redención y potencial de uso.

Por cierto, Richard ha perdido definitivamente la cruz aunque sigue más que bien encadenado.

¿Cuánto tiempo pasa Richard en la bodega? No sé evaluar si es mucho o poco. Supongo que unos días. En cualquier caso, a falta de cruz bueno es un clavo de la cruz, con el que intenta ir soltando las cadenas, que resultan estar mejor clavadas de lo que parecían. Pero pronto comenzará su extraña versión del suplicio de Tántalo, lo que refuerza la idea de que efectivamente está en el infierno. Primero, una mariposa le niega el agua. Luego, un jabalí le niega la comida. Y por último, ve como el humo negro devora a su mujer, poco después de que ésta repita la idea de que están todos muertos y en el infierno, afirmando incluso haber visto al diablo.

Sólo entonces se presenta el hombre de negro como tal –aunque no dudo que era él en las tres manifestaciones anteriores- y le libera. Sabemos de inmediato que no es Jacob, porque al principio no le vemos la cara, lo que en el lenguaje televisivo significa que no es quien creemos.

Ya hemos visto ese diálogo en muchas ocasiones, interacciones más o menos similares. Es una versión más de la que Flocke ha ido manteniendo con otros personajes, fichas del juego. Básicamente, el hombre de negro le ayuda a liberarse a cambio de la ayuda recíproca, para matar al diablo, para recuperar a Isabel. Como ya es costumbre, el hombre de negro/Flocke no tiene ningún problema para admitir que él es el monstruo de humo. Aún así, Richard parece creerse que el responsable es Jacob, el diablo.

Lo interesante de todo este diálogo es que el hombre de negro confirma que están en el infierno. ¿Lo hace por seguirle la corriente a Richard? Quizá, pensando que esa es una idea que Richard puede comprender. Tampoco dudo que haga referencia a sí mismo, ya que ahora sabemos que la isla es parte de su prisión. Pero podría haber otras opciones.

Podría ser que al hablar de infierno se estuviesen refiriendo a una ciertas situación con respecto al mundo. En este caso, algo subterráneo, por debajo de la realidad conocida. Una región más fundamental, sobre la que se sustenta todo lo demás. Podría ser que la isla fuese un mundo que sostuviese la realidad que conocemos. O, teniendo en cuenta la explicación que vendrá luego, el punto de acceso a esa realidad más fundamental.

Por otra parte, a Richard le vendan los ojos para ejecutarle y le quitan la venda para que Whitfield le examine. Podría ser que muriese en el intermedio, que al quitarle la venda ya hubiese pasado al más allá, que ya estuviese inmerso en el mundo más allá de la muerte de la serie. Es decir, realmente estarían todos muertos y cuando los perdidos salieron al mundo exterior, siguieron viviendo en la isla, porque en esa realidad la isla lo es todo. Lo que explicaría que manifestaciones sobrenaturales de la isla siguiesen actuando en el mundo exterior. Sería una explicación divertidamente irónica, por eso de haberla rechazado hace como mil palabras o así.

Pero volvamos al episodio.

Dependiendo de tu posición con respecto a los Dioscuros, Richard acaba de sellar un pacto con el diablo, o no. Una cosa que me gusta mucho del actor que hace de hombre de negro –cosa que pasa también con Terry O’Quinn haciendo de Flocke- es que logra dar la sensación de sinceridad cuando habla. Está claro que hay detalles en los que miente, pero en general parece estar diciendo la verdad. Parece ser sincero al creer que matar a Jacob es la única salida, y también parece serlo cuando afirma que sólo pretende escapar. Es un hecho curioso del hombre de negro, su disposición a decir la verdad, cuando mentir en todo –como hacía Ben, hombre de Jacob- sería tan fácil.

Aparte de eso, el hombre de negro afirma que Jacob le traicionó y le robó su humanidad. Si asumimos que Flocke/hombre de negro/humo negro es una entidad con ya sus años, podemos suponer que ese «robar humanidad» está relacionado con su longevidad y poderes actuales. Pero considerando que Jacob también parece igual de longevo y tener sus buenos poderes, podemos preguntarnos cómo perdió él su humanidad. Si el hombre de negro es un prisionero precisamente por los poderes que tiene, ¿cómo es que su carcelero parece haber pasado por un proceso similar? Es decir, si el hombre de negro perdió su humanidad, ¿significa eso que también la perdió Jacob? Por tanto, ¿cuál es la diferencia entre ellos? No me parece que sea el comportamiento, porque los dos se me antojan igual de brutales. No serán análogos a Cástor y Pólux, ¿verdad?

Sea como sea, de una forma más o menos verosímil –aquí todos son muy convincentes- Richard se va con su cuchillo a matar a Jacob. No sé si el cuchillo es el mismo que Dogen le dio a Sayid, pero las instrucciones son prácticamente las mismas: no permitir que Jacob hable y no vacilar al atacar. Lo que me lleva a pensar que Jacob y el hombre de negro comparten carácter metafísico.

Allá se va Richard. Y en la playa, recibe primero de todo una paliza por parte de Jacob. Es una cosa que hacen, Jacob y el hombre de negro, porque este último años después le pegará otra. Cuando Jacob comprende que Richard cree estar muerto, le dice que no, que no está muerto. No niega, curiosamente, que estén en el infierno, sólo que Richard no está muerto. Como Richard no acaba de creer que esté vivo, Jacob –recordando lo que Sayid y Dogen pasaron en la piscina de la vida- le hunde la cabeza en el agua en una refutación del idealismo que habría hecho las delicias de Samuel Johnson, una especie de bautizo de realidad. Por supuesto, no demuestra nada: estar en el infierno no significa que no puedas sentir la agonía de la muerte, por mucho que no puedas morir.

En la conversación posterior, Jacob comenta que nadie entra en su casa sin invitación. Cuando alguien lo hizo, la cosa acabó en muerte, como la entrada sin invitación en la casa del médico también acabó en muerte. ¿Qué hay allí? ¿La solución a todo igual que el médico tenía la medicina que salvaría a Isabel? ¿La salida de la isla? ¿Un sacacorchos?

Jacob no vacila en dar su nombre. Eso le distingue del hombre de negro, que no tiene problemas para decir qué es –el humo negro- pero jamás da su nombre. Asumo que es importante, que de alguna forma cifra su ser, y que no se lo da a cualquiera. Al contrario, Jacob no dice nunca qué cargo ocupa. Somos nosotros, o los personajes de la serie, los que le caracterizamos de carcelero, guardián, protector…

Al explicar la naturaleza de la isla -tapón de la botella- Jacob tampoco dice que lo que hay en su interior sea el hombre de negro. Dice que es el infierno, el mal y esas cosas. Lo que dice es que él atrae gente a la isla para demostrarle al hombre de negro que se equivoca, porque el hombre de negro cree que en nuestra naturaleza está hacer el mal. Lo que no se nos cuenta es qué es la botella. ¿Se trata de una región del mundo? ¿Es un universo de bolsillo en el que está concentrada esa esencia del mal? ¿La botella guarda relación con la línea X?

Por cierto, Jacob cuenta que toda la gente que ha atraído la isla ha muerto. Bien hecho, Jacob, totalmente justificado.

Y además, dice que él no quiere intervenir.

No quiere intervenir.

Un momento, que me ha gustado y lo quiero repetir.

No quiere intervenir.

Jacob, que atrae gente a la isla para que se maten entre ellos y así demostrarle al hombre de negro algo que ni le interesa, tiene la desfachatez de decir que no quiere intervenir. ¿Qué parte de atraer gente a la isla considera «no intervenir»? Lo que parece más bien es una burla cruel del libre albedrío: te he metido en una situación en la que no quieres estar, pero ahora te buscas la vida por tu cuenta, pero por favor, hazlo de tal forma que al hombre de negro le quede claro el mensaje que yo no quiero intervenir. No sé si Jacob es tonto o mentiroso cuando pone esa cara después de que Richard le diga que dejar que el hombre de negro intervenga es intervenir.

Y en ese momento le ofrece su puesto. Así son las entrevistas de trabajo en la isla. Richard dará la cara ante la gente de la isla, de forma que él pueda seguir fingiendo ser un ser superior que hace experimentos por el bien de los demás sin provocar desgracias de ningún tipo. De tal forma, cuando ordene la purga de la Iniciativa Dharma, no tendrá que dar directamente la orden de matar. ¡Tendrá jeta el tío! ¡Se puede ser más cínico!

Richard a cambio primero pide a su esposa. Eso no se lo puede dar, al contrario que el hombre de negro, que promete novias muertas como quien promete un donut. Luego le pide la absolución de sus pecados, cosa que Jacob afirma que tampoco puede hacer, con lo que demuestra que como dios tampoco es gran cosa. Y finalmente pide, sin darse cuenta, la vida eterna. Jacob pone cara de «te pillé» y se lo concede. Tres deseos. No serán genios atrapados en una botella, ¿verdad?

Cumpliendo la primera orden de Jacob, Richard le da una piedra blanca al hombre de negro. ¿Por qué blanca? Si el hombre de negro juega con las negras, lo que parecería lógico, la pieza capturada sería negra, no blanca. Es más, en el backgammon la pieza pasaría a la barra central esperando a entrar de nuevo en el tablero. El objetivo del backgammon, por cierto, es sacar todas las piezas del tablero por la salida correspondiente. ¿Significa esto que el hombre de negro juega con las blancas? ¿Está Jacob retrasando la partida en lugar de jugarla?

Y Richard recibe de nuevo su cruz. Que procede a enterrar de inmediato, intentando creer que el pasado no importa nada, porque eso es lo que Jacob le ha dicho que pasa cuando llegas a la isla, que se borra todo lo anterior, enterrando también a su esposa. Sin embargo, si la serie nos ha demostrado algo es precisamente que el pasado es muy importante. Y por mucho que Jacob se empeñe, está claro que su pasado y el de el hombre de negro está detrás de todo lo que está pasando en la isla. Jacob miente o es un ingenuo.

Ya en el presente de la isla, Richard regresa al lugar donde enterró la cruz y la desentierra. Vemos en ese momento que efectivamente no estamos en el infierno, sino en el Paraíso, aparentemente encajado justo encima. La cruz resulta estar enterrada el pie del árbol de la vida, el árbol que es el eje del mundo. El lugar perfecto para enterrar la cruz de Cristo, y para recuperarla, y también el lugar perfecto para un inmortal. Por si no quedaba claro, por ahí anda Beatriz, Dante e incluso un guía orondo. Ya al final, Richard se encadena de nuevo, colgándose la cruz. Pero ahora se entiende que esa cadena le libra de todas las otras, que si alguien podía absorberle de sus pecados era precisamente él mismo. Que ahora toma una decisión a conciencia.

Y para que quede claro, en la lejanía, la serpiente lo observa todo.

El epílogo nos muestra como Jacob va a reírse del hombre de negro. Éste no se lo toma muy bien y queda todavía más decidido a cargárselo. Hay alguna breve referencia a los candidatos y a la necesidad de que Jacob muera para poder escapar. Asumo que en el presente la prisa de Flocke se debe precisamente a que no quiere dar tiempo a que alguno de los candidatos ocupe el puesto (por cierto, si Jacob cambia, ¿cambia también la manifestación del hombre de negro? Es decir, ¿las parejas se sustituyen al completo? ¿De ahí también la prisa?). Por si la humillación no era suficiente, Jacob le regala la botella que es símbolo de su prisión. Ante la posibilidad de quitar el tapón, el hombre de negro rompe toda la botella, supongo que anunciando así lo que está por venir en el resto de la temporada.

Ahora mi pregunta, guionistas, ¿era necesario hacerle esto al pobre Richard Alpert? Era un personaje misterioso, de esos que parecían saber de que iba el asunto. Ahora sabemos que era un perrito fiel, firmemente sujeto por su correa, expiando durante casi siglo y medio su culpa, que en todo ese tiempo no se planteó ni una vez preguntar de qué iba todo este rollo, tan sumiso que cualquier recién llegado sabía más que él. En ese aspecto, su parte me pareció demasiado larga, porque en realidad es muy apresurada. Debemos creernos su amor por Isabel, debemos aceptar que consiguió el puesto de esa forma y así otros muchos detalles. Pero en realidad, no hay tiempo de desarrollar su historia de amor –no como otras que han aparecido en la serie-, y el resumen de cómo consiguió el puesto no es lo suficientemente convincente.

Al contrario, la relación entre Jacob y el hombre de negro me gustó mucho. Los dos personajes siguen envueltos en un aire de misterio y ambigüedad que resulta muy interesante. Además, los dos actores los interpretan muy bien. Su interacción –aunque sea por medio de Richard Alpert- es lo más interesante del episodio. Me pregunto si no hubiese sido posible reescribirlo para ponerlos a ellos en el centro y tratar a Richard como un personaje periférico. Creo que así el resultado hubiese sido más sólido, precisamente porque Richard perdió mucho como personaje y ellos ganaron tanto. Digamos, para resumir, que el episodio da prioridad a lo que tiene menos importancia.

No salen niños en este episodio. Tampoco la línea X. ¿O sí? Es difícil estar seguro, porque no sabemos qué es la línea X. Pero si la línea X tiene su origen en el Incidente, entonces todo lo sucedido antes es parte también de la línea X, por el simple hecho de que la línea X y la línea original comparten pasado hasta ese punto. En realidad, creo lo contario, creo que la línea X se revelará como algo diferente. Quizá la línea X sea la botella. Quién sabe…

Con este episodio, hemos llegado a la mitad de la temporada, quedando otros nueve episodios. ¿Cómo terminará la serie? Pues no lo tengo muy claro, la verdad. Según los productores, con los primeros episodios debería ser suficiente para deducir el final, pero exceptuando la idea del gran reset (que francamente, no me gusta ni un pizco), no se me ocurre nada compatible. Lo que sé es lo que espero del final. Espero un final sorprendente que a la vez encaje con todo lo que nos han contado. Espero un final que dé explicaciones que no reduzcan el alcance de la serie, es decir, una explicación final que nos deje entrever un mundo todavía mayor del que hemos visto hasta ahora. Un poco como fueron los finales de temporada, que de pronto ampliaban la serie: la introducción de Dharma, el pie de la estatua, la desaparición de la isla, Jacob y el hombre de negro en la playa. En suma, me gustaría un final que me deje la sensación de que, puestos a explicar, justifique seis temporadas. En caso contrario, mejor no explicar nada. Lo que creo que no me gustaría nada es una lucha convencional entre el bien y el mal. En ese aspecto, creo que este episodio es uno al que al final de la serie volveremos para decir «aquí se malogró todo» o «aquí se arregló todo».

Pero no soy muy optimista. Por ahora me inclino por «aquí se malogró todo». Si el nivel del resto de las explicaciones es el mostrado, si la batalla resulta ser una lucha convencional entre el bien y el mal, si el proceso final de los personajes va a ser una castración progresiva de sus aspectos más interesantes, creo que la serie acabará mal. Nos tendremos que consolar pensando que el camino ha valido la pena.

Y ahora un comentario sobre Guayota.

No hay que olvidar que en más de una ocasión se ha querido situar en Canarias los Campos Elíseos, las islas de los Bienaventurados, el lugar donde iban las almas de los virtuosos. Un paraíso terrenal, las Hespérides, las islas Afortunadas, más allá de las columnas de Hércules. Lo que conecta de nuevo con el tema del inframundo y la vida más allá de la muerte. Pero también la Atlántida, que tanto recuerda a la isla, también ha caído alguna vez por Canarias. Y no olvidemos que en Canarias hay una isla que aparece y desaparece cuando quiere.

Supongo que cualquier volcán de cierto tamaño tiene asociado mitos similares, lo que no hace sino reforzar lo que este episodio viene a contar. En el caso del Teide, los guanches lo consideraban una puerta al infierno, donde moraba un perro negro llamado Guayota, el demonio. Un día, Guayota secuestro al dios del sol, Magec, por lo que la deidad suprema, Achamán, tuvo que ir a poner orden. Liberó a Magec y luego taponó el cráter del Teide, encerrando a Guayota en su interior. Ya ven, infierno, botella, tampón…

No, claro que los guionistas no saben nada de esto. Ya digo, seguro que muchos volcanes llevan asociados historias similares, aunque no dudo que pasar de una isla volcánica a otra sea significativo. En la versión canaria sólo nos falta Jacob. Podemos decir que era un mago que casualmente pasaba por allí.

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Ingrid

Ingrid es una película, que se estrena este 30 de abril, con un argumento muy llamativo, centrado en la subcultura artística más vanguardista. La sinopsis:

Tras su ruptura matrimonial, Álex se instala en su nueva casa. Allí conoce a Ingrid, una artista de veintitrés años bastante excéntrica que, a partir de ahora, será su vecina.

Conciertos, performances, fiestas y exposiciones son habituales en aquella casa donde impera una fascinante atmósfera de libertad creativa. Muy pronto entre Ingrid y Álex se establecerá una amistad peculiar y llena de complicidad, aunque poco a poco él irá descubriendo que, tras el apasionante mundo de Ingrid, se ocultan misterios imprevisibles.

Otro detalle llamativo de la película es que su guionista, Eduard Cortés, asegura que se inspira en una historia real, donde se entremezclan aspectos de la web más reciente: Flickr, MySpace, DeviantArt y demás. Así mismo, la película cuenta con la colaboración de muchos personajes reales pertenecientes al mundo que describe.

El trailer:

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Lost, 6ª temporada, episodio 8, «Recon»

Cuentan que un emperador chino encargó al mejor pintor de su reino que le pintase un cangrejo excelso. El pintor aceptó, con la condición de recibir un palacio, riquezas y cinco años de tiempo. Cumplido el plazo, el emperador se dirigió al palacio para recoger su encargo. El pintor se disculpó y aseguró no haber tenido tiempo, solicitándole cinco años más. El emperador aceptó y esperó pacientemente. Pasado el tiempo, el emperador se dirigió de nuevo al palacio. El pintor, al verle entrar, cogió el pincel y de un único trazo pintó el mejor cangrejo que se hubiese visto nunca.

Algunos dicen que la historia manifiesta la necesidad de la preparación, la conveniencia de pensar las cosas antes de hacerlas. La verdad es que yo creo que demuestra que el hecho de que un individuo sea un charlatán y un aprovechado no significa que no sepa pintar un cangrejo espléndido.

¿Qué tiene que ver esto con Lost? La verdad es que nada. Simplemente, quería entretenerte antes de soltarte la consabida cantinela de: no leer lo que viene a continuación a menos que hayas visto el episodio en cuestión.

Es precisamente Miles el que plantea la pregunta: ¿Quién es Sawyer? Miles siempre tan perceptivo, aunque sea de casualidad, aunque sea para descubrir dónde hay diamantes enterrados. ¿Tienes poderes Miles X? Asumo que no. Hasta el momento, la línea X ha sido como cualquier otra serie de televisión que aspire al realismo, es decir, que omita cualquier elementos fantástico por rocambolescas e increíbles que sean las peripecias de los personajes: por ejemplo, acostarse con una sospechosa minutos antes de detenerla (predigo que en el juicio la defensa se lo va a pasar de fábula). Uno podría argumentar que la línea X es Lost sin la isla y que eso demuestra su carácter totalmente ficticio (que efectivamente lo es, al menos en nuestro mundo).

Volvamos con Miles.

Parece llevarse bien con su padre. Lo último que supimos de él fue que seguía en la isla, rodando esas extrañas películas de orientación donde se hacía de todo menos orientar a nadie, agarrándose el brazo prostético. Como es evidente que en el mundo X la isla está sumergida, y como sabemos que la iniciativa Dharma existió, podemos asumir que si el padre de Miles trabajaba en la isla, le dio tiempo a salir de allí. Eso, claro, si su padre es el mismo Pierre Chang que conocimos, ya que el apellido de Miles es otro, aunque es posible que simplemente use el apellido de soltera de su madre.

Miles se lleva tan bien con su padre que éste no duda en recomendarle chicas para que las junte con sus compañeros de trabajo (¿Miles ya tiene novia?). Es otra relación padre e hijo resuelta en la línea X, cuando en la isla era un absoluto desastre. Aunque en la isla esa relación se arregla un poco. Es decir, en la línea X Miles parece tener con su padre –si se trata de la misma persona- la relación que podría haber tenido en la isla si el Incidente no se hubiese interpuesto.

Lo que resulta llamativo, porque algo similar sucede con el resto de la línea X. Miles y Sawyer convertidos en policías es algo que ya habíamos visto, algo que ya había sucedido en la isla. Enviados al pasado, integrados en la iniciativa Dharma, Sawyer y Miles se convierten en policías, en protectores de la pequeña sociedad levantada en la isla (quizá la última de muchas). Y parecía incluso que se les daba bien, que sus instintos de criminales habían dado paso a un cumplimiento razonablemente estricto de las normas. Por tanto, es interesante que la línea X decida mostrarnos algo que ya había aparecido en la serie. Sawyer policía no es muy diferente al Sawyer jefe de seguridad de la Iniciativa Dharma. Tal es así, que ya desde el principio se referencia el nombre del sheriff de Dharmatown.

Excepto por un detalle crucial.

El Sawyer de la isla se convirtió en policía cuando ya había cumplido con su misión. Libre para reinventarse una vez más, liberado de la carga de Anthony Cooper y de lo que sucedió con sus padres, Sawyer se metamorfosea en LaFleur, se transforma en un hombre cumplidor de las leyes, riguroso en el procedimiento, en un hombre reflexivo. Incluso es capaz de establecer una relación estable con Juliet. En cierta forma, Sawyer había muerto, porque no era más que una máscara para un propósito, una máscara que se podía desechar sin problemas; después de todo, una vez cruzado el río no tiene sentido cargar con la barca. Sólo fue el regreso inesperado de los otros perdidos lo que obligó a LaFleur a morir y forzó el regreso del Sawyer que ya conocíamos. Un regreso fatídico, porque precipitó una cadena de acontecimientos que hizo que Sawyer perdiese todo lo que LaFleur había logrado.

El Sawyer de la línea X no lleva ese nombre, usa su nombre real de Ford, pero sigue siendo Sawyer: un hombre obsesionado con un hecho del pasado. Un hecho que implica a sus padres y representa un profundo trauma de infancia. En la línea X, Sawyer, como explica él mismo, es policía como podría haber sido un criminal, lo que da a entender que esos papeles no son más que máscaras –como ser jefe de seguridad de Dharma- convenientes, perfectamente intercambiables si las circunstancias lo exigiesen. El Sawyer real, el núcleo de su personalidad, vive en una carpeta llena de fotos y recortes de periódico y es un niño que a los 11 años perdió a sus padres por una razón insensata y brutal.

Y es un Sawyer que sigue buscando a Anthony Cooper. ¿Es el padre de Locke? Es interesante, porque en la línea de la isla el padre de Locke le robó a su hijo un riñón y luego lo tiró por una ventana. Sin embargo, en la línea X, Locke parece llevarse la mar de bien con su padre e incluso tiene una foto suya en su cubículo (claramente visible cuando le despiden). ¿En qué momento abandonó Anthony Cooper su vida de criminal? Y si no lo hizo, ¿en qué momento decidió que era hora de tratar bien a Locke? En cualquier caso, la búsqueda de Sawyer le llevó a Australia, aunque no queda claro si allí mató a alguien o no. Pero, ¿es Anthony Cooper como Sawyer, un criminal capaz de convertirse en persona respetable si es necesario?

Miles no tendrá poderes, pero mira que es insistente. No sólo descubre que realmente Sawyer fue a Australia sino que encima obliga a su compañero a mirarse a un espejo (otro más). ¿Qué refleja el espejo? Pues refleja a Sawyer, un hombre tan marcado por su trauma de infancia que expulsa de su vida a todo el que se acerca a su yo real. Que es lo que le pasa a la pobre Charlotte, cuando la noche antes se puso a rebuscar -¿deliberadamente?- en una gaveta y dio con la carpeta, dio con el Sawyer de verdad (y con alguno de sus libros, entre ellos, Watership Down). A la pobre la echan a la calle en plena madrugada, lo que suele ser un impedimento para mantener relaciones posteriores.

¿Por qué Charlotte, por cierto? ¿Qué hace ella en esta historia? No tengo ni la más remota idea. No sé qué hace ese personaje en la línea X. En la realidad original, Charlotte es niña de la isla, igual que Miles, aunque no parece tener poderes. Si los perdidos estuvieron también en el pasado de la línea X –si intervinieron en el Incidente- entonces Charlotte conoció también a LaFleur, lo que da un tono algo siniestro a su relación en la línea X. Por otra parte, si ése es el caso, y el padre de Miles es Pierre Chang, entonces éste también conocía a LaFleur. ¿Es pura casualidad que enviase a Charlotte? ¿Sabe que Ford y Sawyer son la misma persona? Quizá sea demasiado elucubrar. Lo más probable es que simplemente fuese una de las pocas mujeres con las que Sawyer no se había ido a la cama. Lo que me hace temer cualquier futuro episodio con Rose y Sawyer.

¿Quién iba a pensar que Sawyer aceptaba consejos vitales de La casa de la pradera? Pero ahí le tenemos, sólo en su piso, preparándose una ignominiosa cena de microondas (la cena de microondas es la metáfora que se emplea en las series de televisión para indicar que una persona vive una vida solitaria y alejada de cualquier conexión real con otro ser humano; se emplea habitualmente cuando los guionistas no tienen tiempo de dejarlo claro de alguna otra forma), habiendo perdido a su compañero, mira como una niña habla con su padre. No es que diga nada especial, sólo que la vida no se puede vivir atrapado en un momento del pasado, pero parece ser más que suficiente para Sawyer. Con una girasol en la mano -¿por qué un girasol?, ¿es otra referencia a Apolo?- y cerveza, vuelve a hablar con Charlotte. Y Charlotte le manda a donde se merece, porque ha perdido su oportunidad.

Pero no la ha perdido con Miles, así que se lo cuenta todo. Le da la carpeta. Y es cuando Miles hace la pregunta, que se responderá casi de inmediato. Sawyer es un tío que aspira a matar a Anthony Cooper en cuanto lo tenga delante, cosa que Miles –policía que es ahora- no puede permitir. Es curioso como la revelación de Sawyer, cuando muestra quién es en realidad, el núcleo fundamental de su persona, le coloca automáticamente en oposición a Miles. Es un acto de confianza, de sinceridad, que le crea no necesariamente un enemigo, pero sí un antagonista inmediato. Un poco como Jacob y Flocke, donde uno quiere impedir que el otro haga algo. Jacob había definido a Flocke como su amigo y sin duda Miles sigue siendo amigo de Sawyer. Pero eso no quiere decir que tus amigos siempre hagan lo correcto.

Aparece Kate por cierto, en una persecución de serie de televisión. Y Sawyer acaba reteniéndola contra unas rejas. Considerando que en la isla se toman la molestia de mostrarnos a Sawyer visitando las jaulas de los oso de la iniciativa Dharma y le vemos acariciando el vestido que llevaba Kate, asumo que debemos apreciar el paralelismo: Kate ahora está retenida y también está en manos de Sawyer. Hay cosas que nunca cambian en el multiverso.

El episodio se llama «Recon», es decir, irse por ahí a ver qué hace el enemigo. Y algo de eso hay, porque Flocke le envía a la isla Hydra a mirar qué fue de los pasajeros del vuelo Ajira (o eso le dice). Después de pasar por las jaulas, Sawyer llega hasta el avión (¿realmente el plan es hacer volar esa cosa?) y se los encuentra a todos muertos en una especie de fosa común, de una forma que recuerda a la fosa común donde reposan los restos de Dharma. Todo apunta a que alguien más está más que dispuesto a matar a todo el que se ponga por delante. Podría ser Widmore, que convenientemente anda por ahí con su submarino y sus machotes armados. Podría ser Jacob, habiéndoselo ordenado a Widmore. Aunque yo más bien me inclino por los guionistas, que así se libran de un montón de personajes potencialmente molestos con los que habría que lidiar en algún momento. La serie ya tiene demasiadas bolas en el aire como para preocuparse de cien más.

A Sawyer lo capturan, o se deja capturar, y lo llevan al submarino a conocer a Widmore. Es curioso que siendo un individuo aparentemente tan importante, tan pocos personajes de la serie le conozcan. Sus apariciones han sido esporádicas, pero cada vez más importantes. Hasta ésta, en la que parece ser uno de los factores claves de la serie. Pero, ¿de qué lado está? Considerando que sus hombres parecen estar levantando una verja sónica muy similar a la que usaba la Iniciativa Dharma, podemos asumir por ahora que no está del lado de Flocke. Es más, incluso Flocke parece sinceramente sorprendido de su presencia. ¿Significa eso que es parte del grupo de Jacob? Estaría bien, porque eso volvería más grises a los principales actores de este drama. Vamos, después de Keamy, es difícil creer que Widmore sea uno de los buenos.

¿Qué hay en la habitación cerrada? No se me ocurren más muertos que se puedan sacar de la chistera; o mejor dicho, hay muchos muertos a recuperar, pero ninguno lo suficientemente importante para tenerlo guardado bajo llave. Quizá Desmond vivito y coleando. Aunque probablemente sea un objeto extraño, muy importante, que hemos visto un par de veces a lo largo de la serie y al que jamás prestamos atención. O quizá sea un cargamento de chocolatinas Apollo. Hurley quedaría encantado.

«Recon» se llama, pero yo prefiero leerlo «engaño, reengaño y contraengaño», porque a eso se dedican Sawyer y Flocke, sobre todo el primero. Los dos mienten diciendo la verdad, porque recordar las mentiras es mucho más complicado. Sawyer probablemente engañe más, diciéndole a cada uno lo que quiere oír. Claramente ha entendido que Widmore y Flocke están en oposición y planea enfrentarlos. Sin duda Widmore tiene un plan, pero su lugar en la jerarquía parecía ser el mismo que el de Ben, y Ben no se enfrentó demasiado bien a Flocke. Quizá tras esa puerta cerrada se encuentre algo que ayude a reestablecer el equilibrio, algo que pueda enfrentarse a Flocke en igualdad de condiciones.

El plan de Sawyer, digo, es enfrentar a los bandos entre sí, para lograr así la oportunidad de escapar. Y escapar por medio del submarino, y sacar a Kate de la isla. Es deliciosamente irónico y quizá incluso romántico. Al no dejar que Juliet subiese al submarino, Sawyer fue indirectamente responsable de su muerte. Ahora, está dispuesto a salvar a una mujer subiéndola a un submarino. Quizá piense que salvando a alguien, a cualquiera, redimirá parte de su culpa.

Estoy convencido de que Terry O’Quinn se levanta todas las mañanas dando gracias a los dioses de la isla por haber hecho que los guionistas le diesen la increíble oportunidad de interpretar a dos personajes diferentes en la misma serie. No a una versión alternativa del mismo personaje, sino alguien con una personalidad diferente, con objetivos diferentes y con un pasado diferente. Lo mejor que le pudo pasar a ese actor fue que su personaje Locke muriese para que Flocke pudiese adoptar su apariencia.

En este episodio, lo mejor son las intervenciones de Flocke. Qué personaje tan genial y qué bien lo lleva Terry O’Quinn, con esa combinación de vulnerabilidad, seguridad absoluta, pasado remoto y poder bajo la superficie. Un personaje enigmático muy difícil de situar. Cuando arranca este episodio todavía está fresca la matanza del templo, pero, como me han señalado en comentarios anteriores, esa masacre no es más que un paralelo a la que los Otros –presumiblemente por orden de Jacob- ejecutaron sobre la Iniciativa Dharma. Pero a continuación Flocke promete proteger a los supervivientes. ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene matar a unos y dejar vivos a otros? ¿Hay algo en su mera existencia, en sus filiaciones y fidelidades, que afecte a la isla? ¿Plantea alguna diferencia que una simple persona esté o no de su lado? Digamos, ¿un efecto psíquico sobre la isla?

Lo más interesante de Flocke es que parece ser sincero. Es decir, no dudo que mienta –como mintió a Sawyer- cuando le conviene, pero en general parece estar diciendo la verdad, incluso admite sus mentiras cuando es evidente que no contó la verdad y lo hace con tranquilidad (al contrario que Ben, que siempre se pone nervioso al reconocer que miente). También parece sincero cuando salva a Kate de la furia de Claire –mientras Sayid mira impasible como quien ve pelearse a dos gatos- y confiesa sin problemas su parte de culpa en el asunto: le mintió a Claire, y claro, esas cosas tienen consecuencias. De hecho, Flocke es un alivio en una serie donde la gente tiende a no contar nada. A veces incluso da la impresión de que Flocke cuenta incluso de más, como si estuviese algo desesperado por comunicarse, como si la necesidad de guardar algunos secretos luchase con el deseo de charlar con alguien. ¿Cuánto tiempo estuvo retenido? ¿Pudo comunicarse durante ese periodo?

De hecho, Flocke da la impresión de ser el personaje más persona de la serie. Es posible que esté traumatizado por su pasado, es posible que haya pasado por períodos muy duros, pero nada de eso parece haber afectado a su capacidad de juzgar a los demás y comprenderlos. Quizá sea un engaño o quizá sea su habilidad como juez de los muertos –que podría ser- o quizá simplemente es que –como no deja de insistir- en el fondo sea un hombre.

Las escenas con Flocke y Kate son interesantes porque parecen desarrollarse en un plano de igualdad. Es decir, comprendemos que Flocke es una entidad de otro tipo, pero no parece tener reparos en relacionarse con simples mortales. Contrasta marcadamente con lo que hemos visto de Jacob, que parecía más manipulador, más distante, como un monarca dirigiendo las piezas de un ajedrez gigantes. Aunque claro está, podría ser simplemente que a Flocke se le da todavía mejor eso de manipular a la gente.

La escena final con Kate en concreto me gustó mucho. Primero, porque retoma el tema de Aaron. Volvemos a ver a Claire con su cráneo en la cuna -¿he dicho ya que esa chica está como una cabra?-, la vemos atacar a Kate presa de la furia, vemos a Flocke impedirlo y contar la verdad y luego vemos a Claire disculparse. Todo un poco demasiado rápido, pero vamos a aceptarlo. Segundo porque Flocke se compara con Aaron al relatar la historia. Se señala a sí mismo y dice que antes de ser como es tuvo una madre loca, como Aaron tiene ahora a una madre loca. ¿Se refiere a antes de ser Flocke? Creo que se refiere más bien a antes de ser la entidad que es ahora. Antes de todo, cuando era un niño, sufrió un trauma importante. Lo que, curiosamente, lo relaciona con Sawyer, quien también sufrió una traumática experiencia de niño.

Si has leído mis comentarios anteriores, sabrás que he destacado en varios episodios la presencia de niños. Hasta ahora, aparecían con regularidad en las historias de la línea X. Creo que es un tema importante, que la serie está recalcando con decisión. Sin embargo, en este episodio de Sawyer, si algo destaca es precisamente la ausencia de niños. Se trata en varias ocasiones el tema de la paternidad y los problemas con los padres, más incluso que en otras ocasiones. Por ejemplo, Kate y Claire se pelean por Aaron, Flocke cuenta su infancia y lo de su madre loca, Miles hace un comentario sobre su padre y, por supuesto, la experiencia de infancia de Sawyer subyace en todo el episodio. Pero exceptuando a Laura Ingalls en la tele (¿es Laura?), no aparece ningún niño.

Quizá la ausencia se deba simplemente a que en la realidad de la isla, Sawyer ya tiene una hija, a la que incluso vimos. Hubiese sido un poco extraño verle con esa hija en la realidad X, considerando que su hija de la isla es el resultado de sus actividades criminales. Además, la niñez de Sawyer es ya lo suficientemente dramática como para sostener el episodio. Después de todo, pocos personajes de la serie pueden superar el «mi padre mató a mi madre y luego se suicidó» (quizá Locke con su «mi padre me robó un riñón y me tiró por la ventana»).

Me llama mucho la atención el paralelismo con Flocke. Al igual que Sawyer, Flocke puede ponerse varias máscaras. Ahora tiene el aspecto de John Locke y le hemos visto manifestarse como al menos otro hombre. Así mismo, puede convertirse en una nube de humo con muy malos humos (lo siento, si no lo digo reviento). Sin embargo, Flocke, al igual que Sawyer, parece también estar condicionado por un hecho de su infancia, por lo que da entender en su conversación con Kate. No quedan claras las consecuencias que se derivan de tener una madre loca, pero no suena nada bien. Explorar su identidad, comprender la persona que es a pesar de los cambios que ha sufrido, implicaría ir al pasado y explorar sus orígenes. ¿Tiene también Flocke el equivalente a una carpeta donde ha apuntado los detalles traumáticos de su niñez? De la misma forma que Sawyer pudo decidir casi arbitrariamente entre ser policía o criminal, ¿Flocke podía haber sido Jacob sin alterar en nada su forma de ser? El puesto que ocupa en la mitología de la isla ¿será resultado de una decisión arbitraria que fácilmente podría haber sido otra? Como diría el semiólogo, a la infancia hay que volver para realizar la anamnesis.

La pregunta es más amplia. A pesar de las apariencias externas, que son ilusorias y cambian con facilidad, ¿un único hecho basta para definirnos por completo? En el universo de Lost parece que es así.

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[Recibido] Aliento a muerte, de F. G. Haghenbeck

Es curioso, hasta no leer este Aliento a muerte (Salto de Página. ISBN: 978-84-937181-3-8. 220 pp. 18 €) de F. G. Haghenbeck no sabía que México no sólo había tenido un imperio, es que tuvo dos (para que luego digan que leer no sirve para nada). Esta novela brutal de venganzas transcurre tras la caída del segundo imperio.

De la contraportada:

Tehuacán, México, 1868. El emperador Maximiliano ha sido fusilado. Las veleidades imperialistas francesas han sido arruinadas por el ejército republicano del presidente Juárez. Tras regresar de la guerra y del campo de prisioneros, Adrián Blanquet, oficial mexicano del derrotado ejército imperial e hijo de un rico hacendado, vuelve a contemplar el pueblo que abandonó y donde ahora lo dan por muerto.

Todo se ha perdido: su padre se quitó la vida tras verse traicionado; su mujer Victoria, ha desaparecido, y la fortuna familiar ha sido usurpada. Blanquet tendrá que enfrentarse a todo un pueblo dominado por sus enemigos, con la única ayuda de un cocinero enano de origen francés, antigua atracción de feria, dos prostitutas siamesas… y unas alforjas llenas de monedas de oro, de origen incierto.

Éstas es la historia de una venganza: la de Adrián Blanquet, un hombre que escapa de la muerte para castigar a todos aquellos que traicionaron el mundo que él conocía, y que está desapareciendo. A través del recorrido por una imaginaria exposición de pinturas y piezas históricas, Haghenbeck recrea el cambio del México imperial al republicano, y nos atrapa con la fuerza de su prosa y sus diálogos en una lectura sin respiro hasta la última línea.

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