Del saber y de la ignorancia

Uno de mis momentos tristes fue comprender que la cultura lejos de ser algo a compartir, a celebrar, a difundir, era en realidad un martillo con el que golpeamos a los demás. Son muchos los elementos que usamos para colocar a los otros en «su lugar» —la ortografía es uno muy habitual—, así que en realidad no es tan extraño. Pero sigue siendo triste que la cultura, sobre la que tantas declaraciones grandilocuentes hacemos, se use de una forma tan contraria a ese espíritu, para reírnos de los demás y para dejar clara nuestra superioridad.

Por ejemplo, hace poco se dio el caso de gente que no sabía que el Titanic había sido un barco de verdad, que se había hundido de verdad. En general se trataba de gente joven que como mucho tenía referencias de una película tan famosa que ha acabado eclipsando el hecho real. Evidentemente, las burlas y las risas fueron generalizadas, en una combinación de «mira que tontos son» y reírse de los jóvenes por el simple hecho de serlo (merecería la pena examinar la tendencia de nuestra sociedad a despreciar a los más jóvenes).

Sin embargo, es un hecho evidente que nadie nace sabiendo, que aprendemos las cosas a medida que nos hacemos mayores. Hay algo que llamamos «cultura general» que está lejos de serlo, porque incluso lo general hay que aprenderlo, que incluso algo que nos parece tan evidente como el hundimiento del Titanic fue algo que alguien nos contó por primera vez. Es más, tan grande es todo lo que desconocemos, que para cada uno de nosotros con seguridad habrá alguien que podría mirarnos con suficiencia y reírse de nuestro desconocimiento de esto o aquello.

Pero el gran Randall Munroe nos dice, en uno de sus geniales cómics, que reírse de los demás no sólo no es lo mejor para ellos, sino que tampoco es lo mejor para nosotros:

Ten Thousand

Primero, porque no te contarán que no saben lo que no saben. Segundo, porque perderás la oportunidad de compartir conocimientos y cultura. En consecuencia, recordemos dos cosas. Primero, hubo una época en la que no sabíamos nada de lo que sabemos ahora y, lo más importante, hay todavía muchas más cosas que no sabemos. Segundo, la cultura y el conocimiento son mejores cuando se comparten, y que podemos pasarlo bien compartiendo y difundiendo.

Actualización: Versión traducida (y adaptada) de la misma tira (gracias a johansolo) en Xkcd en español.

Mil trescientos

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Entrevista a Kenneth Goldsmith

Me impresiona la capacidad de Kenneth Goldsmith (el creador de esa gran web Ubu) para decir tantas cosas en menos de siete minutos. Una gran entrevista:

Me quedo con su comentario final: hay que tener claro que la cultura digital es efímera y que es un error dar por supuesto que la web siempre estará ahí.

(vía ./mediateletipos)))))

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Primer

Siendo algo que se repite habitualmente, no es menos cierto que la imaginación y las ganas pueden suplir con crecer la falta de dinero. Tal cosa sucede con Primer, una de las más grandes películas de ciencia ficción, brillantemente ejecutado sin apenas presupuesto. Comenzando con un simple planteamiento de viajes en el tiempo, la película va ganando progresivamente en complejidad hasta perderse ella misma en el laberinto que ha creado. Al final, no sólo está confuso el espectador, sino que los propios personajes ya no saben dónde están o quienes son. Un triunfo.

Y aquí está, toda entera:

(vía Kottke.org)

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Un tocho anacrónico, inútil y poco interesante

Si la sociedad está cambiando apresuradamente, el idioma le sigue a cierta distancia y el Diccionario se queda aún más retrasado, este último corre el riesgo de convertirse en un tocho anacrónico, inútil y poco interesante.

Quedan dos años para que la institución publique sobre papel su vigésimotercera versión, y los recursos de edición y revisión que proporciona la tecnología harían posible una cirugía reparadora importante y necesaria. Pero para eso hacen falta voluntad y mentalidad, y no tengo claro que la institución ande sobrada de ninguna de esas virtudes; ya saben: “…de poco ánimo y esfuerzo”.

En Libro de Notas: El diccionario anacrónico, androcéntrico, inútil..

Eso.

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Yo, Claudio

Thirty-five years on, though, the question is: how does the show hold up? The short answer: splendidly. The slightly longer answer: splendidly, but you know, it’s 35 years old.

This is most apparent in the staid and static staging. Like many BBC programs of the era, I, Claudius was shot on sound stages and looks like it. The sets have an airless sense of flimsy unreality to them, and the color palette is washed out, in part a result of shooting on videotape, not film. Most importantly to young audiences used to Rome and Spartacus, there are no exterior shots; few street scenes and no free-for-all melees. A whole lot of people die, but there isn’t a great deal of fighting to be seen. Crowds are thin on the ground, suggested by offstage sound effects, while burning buildings are indicated by lighting effects and horrified expressions. It all looks rather like a filmed stage play, because that’s more or less what it is.

The good news is that little of this matters. If there were ever a need to argue that excellent dialogue and on-target acting can trump big-budget spectacle, this series could function as Exhibit A. Jacobi and company rattle through Jack Pulman’s excellent screenplay with gleeful energy, and the viewer is taken along for the ride as plots are hatched and carried out, victims are eliminated and power is gained and lost. Claudius himself, crippled and stuttering, is seen by his own family as too simple and unthreatening to be concerned with, which turns out to be his salvation. That, and his brains, which are considerable.

En ‘I, Claudius: 35th Anniversary Edition’ Is a Top-Drawer Re-Release of a Classic.

Tengo un recuerdo de infancia de la serie. Quizá debería volver a verla.

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El nuevo Lost

La fiebre por buscar el nuevo Lost, la serie que capture la imaginación de un buen montón de personas durante años. Como era de esperar, la apuesta consiste en imitar aquellos elementos de la serie que parecían ser sus mejores bazas: la compleja mitología o las continuas vueltas de tuerca.

Pero:

Central to the success of both Lost and The X Files was the creation of a compelling, knotty "mythology", a detailed backstory fed to the viewer on a drip-by-drip basis, which allowed for seemingly endless theorising. Post-Lost, mythology became televised drama’s buzz word. Every show required one – the more tortuously complex, the better – a legend that would be teased out over the course of the series or, more likely, left unresolved due to a premature axing. Yet what a lot of the creators of these Lost copyists missed was that Abrams’s show had far more to it than that. For Sepinwall, this is the crucial distinction between the success of Lost and the failure of its clones. "Take all the mysteries and the weird, freaky sci-fi stuff away [from Lost] and you still have a bunch of interesting characters, played by a strong ensemble, with tremendous direction, production values, music etc," he argues. "All the Lost copycats tried to duplicate was the mythology, and while that was certainly part of the appeal, if that’s all there was, nobody would’ve watched. And those shows had incredibly lame, one-dimensional characters running around in a plot no one understood. "

En Why Alcatraz, Rubicon and all the other clones got Lost in translation.

Tiene toda la razón. En el caso de Lost, realmente eran los personajes lo que te hacía volver una semana tras otra (de hecho, se decía que un episodio que consistiese en ver a los personajes desayunando seguiría siendo más interesante que la mayoría de las series de televisión). Incluso cuando los misterios parecían más exasperantes, cuando todo era de lo más confuso, los personajes estaban ahí para servir de punto de referencia. Es más, cuando la serie ampliaba sus misterios, cuando expandía su mitología (cosa que sucedía regularmente en los finales de temporada), lo hacía de tal forma que los personajes seguían estado de forma natural en el centro de todo, de forma que su presencia como razón de ser de la serie siguiese siendo lógica. Hasta en los peores momentos de la serie (la desastrosa quinta temporada, por ejemplo), los guionistas se cuidaban mucho de justificar la atención que se dedicaba a las aventuras de los perdidos.

Y como dice al final del artículo, lo único seguro es que la próxima serie que tenga el impacto de Perdidos será una que no se pueda prever. Una serie que combine elementos de una forma diferente, no una que simplemente imite. Una serie inesperada.

(vía rrey)

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