Cloth Lullaby: The Woven Life of Louise Bourgeois, de Amy Novesky e Isabelle Arsenault
Me asombra el tipo de libros para niños que se hace hoy en día (una categoría casi inexistente en mi infancia). Me asombra y me alegra que haya un mercado lo suficientemente grande para soportar este tipo de esfuerzo editorial: toda una enorme selección de libros para niños exquisitamente ilustrados, imaginativamente compuestos y deliciosamente bien escritos. Me gusta en particular el subconjunto de biografías de personas con vidas que merecen contarse, cuya creatividad merece difundirse, pero que se salen del conjunto de personajes realmente célebres y que todo el mundo comenta. Un buen ejemplo, es este precioso Cloth Lullaby:
En este caso el personaje es la extraordinaria artista Louise Bourgeois. Usando la tela como hilo conductor, material que usó en distintos momentos de su carrera, va encajando detalles autobiográficos conectándolos también con su historia: su familia tenía un negocio de restauración de tapices en el que sobre todo trabajaba su madre.
Así madre, tapices, telas e hilo van conformando una historia vital, donde el amor de la madre, el cariño entre ellas y la devoción a su recuerdo se plasman en una serie de hermosas ilustraciones que se corresponden con el tono poético del texto.
La muerte de la madre le hace abandonar los estudios de matemática y la convierte en artista. Se inicia así todo un proceso de creación que tiene uno de sus grandes momentos en la famosa escultura Maman, donde la araña tejedora se convierte en representación de la madre que repara lo que está roto.
Por supuesto, el libro pasa por alto muchos detalles de la vida de Louise Bourgeois. En concreto, la difícil relación que mantenía con su padre, reducida a un par de referencias muy vagas. Al estar dirigido a niños muy pequeños, es una omisión comprensible.
Cloth Lullaby no es sólo un libro hermoso, con su maravillosa serie de ilustraciones que reflejan tan bien algunas de las preocupaciones de Louise Bourgeois (el orden y la simetría aparecen, así como el uso de ciertos colores y, por supuesto, la maleabilidad de la tela), es también un estímulo para la creatividad. Me gusta pensar que hay niños que disfrutarán de este libro y no sólo descubrirán a una persona fascinante, sino que también se deleitarán con el rico mundo cromático empleado para contar su historia.
If you bash into the web of a spider, she doesn’t get mad. She weaves and she repairs it.