the curious incident of the dog in the night-time

Christopher, de quince años, se ha encontrado un perro muerto. El perro se llama Wellington y pertenece a una vecina. ¿Quién lo ha matado? Christopher decide emular a su héroe Sherlock Holmes e investigar ese cruel acto. Pero Christopher tiene un pequeño problema.

Christopher padece de síndrome de Asperger, o quizá una forma de autismo. En cualquier caso, tiene una inteligencia normal (quizá incluso extraordinaria) y se expresa con total corrección. Por desgracia, carece de una teoría de la mente y por tanto, es incapaz de interpretar lo que pueda estar pasando en el interior de las cabezas de otras personas. No comprende las expresiones humanas aunque con el tiempo ha aprendido a relaciones el hecho de que alguien grite con el enfado. Tampoco soporta que le toquen. Se enfada cuando le cambian las cosas de sitio. No le gustan nada los extraños. Y está francamente dotado para la matemática.

En the curious incident of the dog in the night-time Mark Haddon ha creado una obra que sólo puede ser novela. Es decir, hay películas sobre personajes autistas y con otros desórdenes, pero por desgracia el cine siempre nos muestra las cosas desde fuera. La literatura permite meterse literalmente en la cabeza del personaje y seguir sus procesos mentales. De tal forma, la novela está narrada en estricta primera persona, sin ningún elemento que el protagonista no haya visto o presenciado. Los demás no pueden más que expresarse por lo que dicen o hacen. Por suerte, el Christopher no puede mentir y sabemos que nos dice siempre la verdad. Nosotros sin embargo, debemos reconstruir lo que sienten los demás a través de un relato frío y casi clínico. Es decir, tal cual como si nosotros tampoco pudiésemos interpretar bien las emociones de los demás.

Una sección particularmente interesante del libro se produce en un viaje en tren a Londres. Por diversas razones Christopher tiene que realizar el viaje solo y las más simples acciones -comprar el billete, subir al vagón- se convierten en su caso en aventuras dignas de una odisea. Asistimos a todos su procesos mentales, a sus agonías por los mínimos detalles, a sus trucos para tranquilizarse (calcular potencias de dos) y su fascinación con los problemas matemáticos.

Pienso en novelas con protagonistas que padezcan alguna condición de ese tipo. Recuerdo Huérfanos de Brooklyn (Jonathan Lethem) protagonizada por un detective con síndrome de Tourette, The Man of Maybe Half-A-Dozen Faces (Ray Vukcevich) con personalidad múltiple y el guerrero protagonista de Soldado de la niebla (Gene Wolfe) sufre una forma de síndrome de Korsakoff. Aunque quizá esta novela recuerde sobre todo a Flores para Algernon (Daniel Keyes), aunque en ese caso se trataba de un viaje desde la deficiencia mental a la inteligencia y vuelta.

Me ha parecido fascinante.

[Estoy escuchando: «Blackbird» de Jeff Beck en el disco You Had It Coming]

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Jorge M.

    Buena explicación del libro. Definitivamente la novela es una obra maestra. Sin embargo, no coincido contigo en eso de que el cine no podría representarla. Yo sí sé cómo se podría realizar una película con Christopher como protagonista…

  2. Jorge M.

    Por cierto, acabo de leer que ya están preparando la película, el guión ya está escrito… Jjaja, mira qué casualidad!

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