Los falsos documentales

war_game.jpg Increíble pero mentira: una historia de los falsos documentales (parte 1) es una más que interesante introducción al mundo de los falsos documentales, es decir, producciones de ficción que se ruedan como si tratasen de un hecho real que la cámara se limita a registrar. Esa objetividad supuesta da mucho juego ideológico o estético. Espero ansioso la continuación:

Ahora que el formato está en su apogeo, con obras que van desde la falsificación contrafactual de C.S.A. hasta la provocación con cámara oculta de Borat, pasando por la sitcom de The Office y el testimonio en video de The Blair Witch Project y seguidoras, REC y Cloverfield incluídas, no cabe duda de que el género del falso documental ha sido uno de los grandes hallazgos de la narración audiovisual de los últimos años. Favorecido por una estética que permite presupuestos bajos (y que progresivamente se ha hecho más popular gracias a la era del Youtube) y, de rebote, por el auge en popularidad conseguido por los documentales desde el boom mediático de la serie Cops y de Michael Moore y su Bowling for Columbine, el género vive una Edad de Oro que está dando algunos frutos realmente brillantes.

(Vía Libro de notas)

Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. JJ

    Hay algunos muy buenos, sobre todo los de Christopher Guest. Spinal Tap es divertidísimo; A Mighty Wind está bien, pero Best in show lo supera con mucho. Y todavía tengo pendiente Waiting for Guffman…

  2. José Manuel

    Yo me quedo sin dudarlo con Forgotten Silver, de Peter Jackson. Muy muy recomendable.
    Por otra parte, calificar como falso documental a Rec o a Cloverfield, es pasarse un poco…

  3. Cattya

    A mí me impresionó el documental «Operación: luna» que da todo tipo de datos sobre que el aterrizaje de la luna fue un montaje orquestado por el gobierno de EE.UU., que contrató a Stanley Kubrick para crearlo. Está hecho con tanto cuidado, cuenta una historia tan coherente (por lo menos, para la mente de un conspiranóico), muestra entrevistas a gente famosa y metraje de la época, que parece que lo que te están contando en serio. Hasta los créditos del final no te ponen una nota diciendo que es todo ficción. ¡Impresionante!

    Y me gustaría menciona otro clásico: el documental de 1983 de Woody Allen sobre el hombre camaleón «Zelig». Para partirse de risa 🙂

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