Nocilla Experience: La novela gráfica, de Pere Joan

Imagino que la desconexión entre distintas partes de mi cerebro —o de mi mente (dependiendo del punto de vista de cada uno sobre la cuestión)— quedará demostrada al confesar que llevaba leídas varias páginas de este cómic antes de comprender que no estaba leyendo lo que creía estar leyendo.

Verán, por alguna razón que se me escapa, creía estar leyendo una adaptación al cómic de Nocilla Dream.

Cuando leí Nocilla Dream me pareció un libro estupendo, maravilloso, fresco, emocionante y apasionante. Cuando intenté leer Nocilla Experience sentí justo las emociones contrarias. Todo lo que en el anterior me había parecido estupendo, en Nocilla Experiencia me parecía forzado y aburrido. Enfrentado a la posibilidad de destruir el placer recordado del primer libro, opté por dejar de leer en la página 50 o así.

(Por otra parte, mi buen recuerdo de Nocilla Dream [que ya no sé si es justificado] es tan enorme que sigo teniendo gran interés en leer más cosas de Agustín Fernández Mallo. Disfruté mucho de su Hacedor).

¿Por qué creía estar leyendo una adaptación al cómic de Nocilla Dream? Ni idea. Pero leyendo, leyendo, pronto volví a sentir lo mismo que con el libro, hasta que no me quedó más remedio que concluir que en algún punto me había confundido. Tras revisar atentamente la contraportada, fui consciente de mi error.

No hay mucho más. Como no terminé el libro, sería incapaz de decir si se trata de una buena adaptación o no. Aquellos elementos que sí recuerdo, me parece que funcionan mucho mejor en la adaptación. Por ejemplo, el juego con los colores de las fichas del Parchís. Pero claro, tratándose de una obra gráfica, no me sorprende que los elementos más visuales operen de una forma muy diferente y «mejorada». En lo demás, las historias que se cuentan me siguen pareciendo tan forzadas y poco interesantes como en el libro. Pero al contrario que el libro, creo que Pere Joan dota a su adaptación de un dinamismo que la hace mucho más llevadera y que me permitió terminar la lectura (también estaba atrapado en un avión, por lo que las opciones tampoco eran muchas).

Lo que sí me gustó de veras fue el Epílogo, de dos hombres que se encuentran en el desierto para hablar de una mujer, hija de uno de ellos y esposa del otro. Me pareció un buen retrato de dos personajes. Retrato que me sonó mucho más real (con sus problemas y clichés) que el de todos los anteriores. Quizá porque los personajes anteriores están intentando sobre todo dejar claro su postura ante el mundo y actúan más como conceptos con patas que como personajes (y, también, que yo soy más bien bosón y no entiendo muy bien a los fermiones), mientras que estos dos hombres ya han llegado al punto final y pueden expresar lo que sienten con la libertad de no tener que convertirse en alegorías o metáforas.

Cómics 2011