Masterpiece Comics, Sikoryak

Grandes obras clásicas de la literatura trasladas a no menos clásicas obras del cómics. Eso es Masterpiece Comics, de Sikoryak. Un sugerente y fascinante choque de mundos.

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https://www.youtube.com/watch?v=dwbvq6WygVo

TRANSCRIPCIÓN

Hola. Hoy te traigo Masterpiece Comics, de Sikoryak. Clásicos de la literatura trasladados a las versiones más exageradas, chillonas y extravagantes del cómic. Es una parodia. Pero no está nada claro qué está parodiando.

Te lo cuento.

Masterpiece Comics no es una adaptación al cómic de clásicos de la literatura. No es tan simple. Es más bien como si dos planetas hubiesen chocado. Eso. Es una catástrofe. Una catástrofe sugerente e interesante, una hibridación fascinante y llamativa, formas mutantes que recorren las páginas.

Verás, se trata de tomar una obra clásica. Por ejemplo “La metamorfosis” de Kafka, y adaptarla al estilo de un cómic también famoso, por ejemplo, Peanuts de Schulz. El resultado es “Good ol’ Gregor Brown”, donde los personajes de Schulz interpretan el cuento de Kafka casi sin cambiar de personalidad.

Así tenemos la Divina Comedia adaptada a tiras para vender chicles, Fausto convertida en una aventura donde el gato Garfield hace de Mefistófeles. Qué apropiado. Dorian Gray combinado con El pequeño Nemo o Cumbres Borrascosas adaptada como un Cuento de la Cripta.

No estaría mal como broma si no fuese por el pequeño detalle de que todo está al borde mismo de tener sentido. No puedes evitar la insistente sensación de que todo es adecuado. De que es lógico que Cumbres Borrascosas sea ese cómic macabro de colores chillones. O que Beavis and Butt-Head interpreten Esperando a Godot.

¿Entiendes lo que quiero decir? Es como que encaja.

¿Qué podría ser más perfecto que Dostoyevski Comics? Crimen y castigo como si fuese una historia del Batman más clásico, el de Bob Kane ¿Batman como Raskolnikov…?

¿No? ¿No es perfecto?

¿Y qué es esa idea que se forma al leerlo? Quizá sea que los clásicos de la literatura no son tan elevados como se dice. O quizá sea al revés, quizá los cómics no sean una forma tan baja como se dice. Quizá lo humano, todo el rango de nuestras emociones acepte cualquier plasmación. O podría ser que el lenguaje del cómic sea tan eficiente que no precise tantas páginas para expresar lo mismo. Incluso los cómics más exagerados, más claramente infantiles, se basten.

O podría ser simplemente que se esté riendo de todo. Como cuando Moby Dick sale representada como el típico anuncio de los cómics de la época, ofreciéndose a venderte el barco ballenero Pequod, prometiendo horas de aventuras y años de reflexión.

O la sección de cartas de los lectores, que parece parodiar la obsesión de los fans por los detalles y la continuidad más tonta. ¿O estará parodiando la obsesión de los estudios literarios por los detalles y la ansiedad de la influencia?

De todo lo que hay en este libro, la versión más brillante es Action Camus. Cuenta toda la trama de El extranjero como una serie de portadas del Superman de los 60.

Las portadas de Superman siempre prometían una posibilidad demencial y extravagante que contradecía de alguna forma lo que sabías del personaje.

Hay algo perfecto en colocar los elementos claves de El extranjero en forma de portadas. Las ocho portadas van siguiendo la progresión de la narración, cada una ofreciendo su propio comentario, para acabar con Superman de camino a una guillotina indestructible. Superman como protagonista de El extranjero es perfecto, porque es un alien. Y cada una de las portadas podría haber sido perfectamente una portada de Superman casi sin cambiar nada.

¿Qué opinas? ¿Crees que la literatura alcanzaría algún día las grandes cumbres del cómic? Deja tus opiniones, consejos y comentarios.

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Gracias y hasta la próxima.

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Los Cinco y yo, de Antonio Orejudo

Antonio Orejudo ofrece, en Los Cinco y yo, una original y divertida visión de toda una generación, la que pudo crecer leyendo a los famosos personajes de Enid Blyton.

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https://www.youtube.com/watch?v=d-ZFqdEA2W8

TRANSCRIPCIÓN

Hola. Hoy te traigo Los Cinco y yo, de Antonio Orejudo. Una divertida novela sobre la primera generación de españoles que pudo leer las historias de Los Cinco. Un derroche de ingenio e inteligencia que usa los personajes de Enid Blyton para hablar de lo que se pudo hacer y no se hizo en la historia reciente de España. Lo publica la editorial Tusquets.

Te lo cuento.

Mi nombre es Pedro Jorge Romero. Y en este canal hablo de lecturas que me resultan interesantes y que creo que podrían interesarte a ti. Suscríbete para no perderte ninguna.

Los Cinco y yo es uno de esos libros que no hubiese leído de no tener este canal. Se me ocurrió comentar que ahora leer novelas ya no me sorprende tanto y me dijeron “no tan rápido, vaquero, tienes que leer Los Cinco y yo”. Recibí el ejemplar, lo abrí, leí unas frases y lo terminé antes de que acabase el día.

La razón es muy sencilla. Es una novela tan inteligente como divertida, tan desconcertante como seria, tan dispuesta a pegarte un puñetazo en la boca del estómago como a darte una caricia. Vamos, que es un prodigio y una de mis grandes lecturas de 2017.

Y ahora te voy a explicar por qué.

En este punto es donde normalmente comentaría un poco el argumento, pero en este caso es más fácil empezar por el tema.

El punto de partida es muy sencillo. Las novelas de Los Cinco, los famosos personajes de Enid Blyton, se empezaron a publicar en España en el año 1964. Por tanto, hay toda una primera generación de españoles, que hoy supera los 50… es decir, mi generación… que pudo crecer leyendo las aventuras de Los Cinco.

Es una gran definición, es un gran corte generacional. Primero, porque es perfectamente cierto y objetivo. Segundo, porque es una locura delirante. Como dice un personaje más adelante, las generaciones son entes artificiales diseñados para sobrevivir en terreno hostil… Habla de generaciones literarias, pero la idea viene siendo la misma.

Pero aquí estamos, los que nacimos en los sesenta. Un numeroso grupo de personas que creía que iba a cambiar las cosas, pero que llegó perennemente tarde a todas partes y al final dejó el mundo tal y como estaba.

La verdad es que Antonio Orejudo demuestra un enorme ingenio para inventar nuevas formas de dar unas buenas patadas a su propia generación.

Bien, ahora ten el tema presente mientras pasamos a cómo está hecho. Que es justo la grandeza de la novela y su fantástica muestra de talento.

Empieza así:

«Para explicar el influjo que las aventuras de Los Cinco han ejercido sobre mi generación hay que hacer referencia al precio que alcanzó el trigo en la posguerra española: así empecé mi presentación de After Five en la Blyton Foundation, remontándome a la catástrofe que había sufrido el sector agrario en los años cuarenta, recién terminada nuestra Guerra Civil.»

Guau. Qué grande. Qué forma de empezar. Arranca confundiéndote, empieza combinando niveles, reflexiones y elementos. ¿Qué tienen que ver entre sí? ¿Quién está hablando? ¿Qué es After Five? ¿Qué conexión hay entre el precio del trigo y las novelas de Los Cinco?

Y el ese mismo tono se mantiene. Seguimos a Toni Orejudo, el trasunto del autor, su versión que representa a toda la generación. Sabemos de sus amigos de infancia. Nos cuenta su pasión por invertir en bolsa. Ya no está tan interesado en escribir novelas. El fervor revolucionario solo se le despierta ante los desmanes de las telefónicas.

Siguiendo a Toni aprendemos de su generación. La educación sexual, el mundo intelectual. Conocemos a sus amigos. Uno de ellos es Reig, el autor de After Five, el libro del que se hablaba al principio.

Y Los Cinco. Perfectos ellos. La imagen especular de una infancia ideal, tremendamente activa. Una infancia de adultos casi inexistentes. Además, cuando empiezas a leer sus aventuras, ellos tienen justo tu edad.

Pero de pronto, en un enorme ejercicio de parabiosis, Los Cinco también van creciendo, también van siguiendo sus propias experiencias vitales. También van volviéndose adultos.

De tal forma, los personajes “reales” de la ficción comienzan a interactuar con los personajes “ficticios” de la ficción. Los niveles narrativos se entremezclan. Tanto es así, que personajes de niveles diferentes llegan incluso a casarse y montar negocios juntos.

Y la novela Los Cinco y yo sigue cambiando y mutando, sigue combinando elementos y críticas. Comentarios sobre el capitalismo. Reflexiones sobre los estándares industriales. Empieza con lo que parece un ensayo, pasa a crónica sentimental, tiene momentos de análisis literario con las novelas de Enid Blyton. De pronto se vuelve casi un thriller biomédico. Para luego hablar de los refugiados.

Los elementos se van revolviendo entre sí, te van transportando por la propia fuerza del desconcierto que producen. ¿Qué estás leyendo? ¿De qué va todo esto?

No puedes parar.

Hasta llegar al final, donde todo encaja. En ese punto podrías releer la novela y sustituir el desconcierto inicial por la comprensión.

La acusación final contra la generación de los nacidos en los sesenta se vuelve mucho más devastadora. Transciende los simples cargos de desidia o dejadez, el haber sido siempre una generación acomodaticia.

No. Hay algo más. Algo más importante. Pero también algo más complejo y ambiguo.

Los Cinco y yo es una brillante novela que aspira a mantenerte continuamente desconcertado. Mezcla formas y elementos sin piedad, con unas ganas de pasarlo bien que desbordan las páginas. Te arrastra con su ritmo y sus cambios continuos. Mezcla mundo narrativos y niveles diferentes de ficción. Convierte en ficción el mundo real y en real el mundo de la ficción.

Pero todo eso lo hace con un propósito concreto. Todo su virtuosismo con la forma misma de la novela tiene una razón de ser. Por eso es una de las grandes novelas que leí en 2017.

¿Has leído más libros de Antonio Orejudo? Yo no. Este es mi primero. Pero ya puedo garantizar que no será el último. Por lo demás, deja tus opiniones, consejos y comentarios.

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Gracias y hasta la próxima.

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