Películas 2015

¿Por qué no? Vamos a registrar estas cosas también:

    Enero

  • Sleepless in Seattle, de Nora Ephron
  • Minuscule – La vallée des fourmis perdues, de Hélène Giraud y Thomas Szabo
  • Over Your Cities Grass Will Grow, de Sophie Fiennes
  • Febrero

  • Big Hero 6, de Don Hall, Chris Williams
  • Predestination, de The Spierig Brothers
  • Bob Esponja: Un héroe fuera del agua, de Paul Tibbitt
  • Marzo

  • Ida, de Pawel Pawlikowski
  • Coherence, de James Ward Byrkit
  • Boyhood, de Richard Linklater
  • Abril

  • Escape from Tomorrow, de Randy Moore
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La versión de Downton Abbey que me gustaría ver

En lugar de una serie que va sobre el derecho natural de una clase social a explotar a otra clase social (y encima los explotados tienen que dar las gracias), yo preferiría ver una donde Lord George Oceans Gravity es el que manda y encima lady Violet se desmaya al verle porque… bueno, porque es George Clooney…

(vía Watch George Clooney Make the Downton Abbey Ladies Faint)

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Patience

Me encanta este vídeo de libros dentro de libros, una escultura que se va abriendo y desplegando y luego puedes volver a cerrar. Y me encanta que de los lugares más insospechados, de cualquier hueco, surge la sorpresa y el deleite.

Patience from Glowing Heads on Vimeo.

Es un vídeo sobre la Paciencia. O mejor dicho, sobre el hecho de que el arte no requiere paciencia, o eso dice, porque si estás creando, crear es justo lo que quieres hacer en ese momento.

Más sobre la artista, Randi Parkhurst.

(vía This Is Colossal)

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Libros 2015

Registro de lectura:

    Enero

  1. My Favorite Things, Maira Kalman
  2. Happiness: A Guide To Developing Life’s Most Important Skill, Matthieu Ricard
  3. Febrero

  4. 10% happier, de Dan Harris
  5. The Willpower Instinct, de Kelly McGonigal
  6. Marzo

  7. The Strange and Beautiful Sorrows of Ava Lavender, de Leslye Walton
  8. Marni, de Marni Bates
  9. Hombres sin mujeres, de Haruki Murakami
  10. Barra americana, Javier García Rodríguez
  11. Pandora by Holly Hollander, de Gene Wolfe
  12. Abril

  13. La joven durmiente y el huso, de Neil Gaiman y Chris Riddell
  14. Shoot this One, de Javier Grillo-Marxuach
  15. Tentativa de agotamiento de un lugar parisino, de Georges Perec
  16. Algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible, de John Berger
  17. The Imaginary, de A. F. Harrold y Emily Gravett
  18. Marie Curie and Her Daughters, de Shelley Emling
  19. El zorro ártico (Skugga-Baldur), de Sjón
  20. Mayo

  21. The Utopia of Rules: On Technology, Stupidity, and the Secret Joys of Bureaucracy, David Graeber
  22. Junio

  23. Ethnomusicology: A Very Short Introduction, de Timothy Rice
  24. How to Build a Girl, de Caitlin Moran
  25. Algunos años después, de Jorge Wagensberg
  26. Julio

  27. Why Grow Up? Philosophy in Transit, de Susan Neiman
  28. The Ants, de Sawako Nakayasu
  29. Trying Not to Try: Ancient China, Moderna Science and the Power of Spontaneity, de Edward Slingerland
  30. How to Fail at Almost Everything and Still Win Big: Kind of the Story of My Life, de Scott Adams
  31. Agosto

  32. F (a novel), de Daniel Kehlmann
  33. Why We Love Sociopaths: A Guide the Late Capitalist Television, de Adam Kotsko
  34. Septiembre

  35. Love Your Enemies, de Sharon Salzberg y Robert Thurman
  36. El escudo de Jotán, de Rafael Sánchez Ferlosio
  37. Think Like ad Artist… and Lead a More Creative, Productive Life, de Will Gompertz
  38. Octubre

  39. The Organized Mind , de Daniel Levitin
  40. The Monty Hall Problem: The Remarkable Story of Math’s Most Contentious Brain Teaser, de Jason Rosenhouse
  41. Noviembre

  42. The Great Cat Massacre And Other Episodes in French Cultural History, de Robert Darnton
  43. La Bella y la Bestia, diario de rodaje, de Jean Cocteau
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Cómics 2015

Registro de lectura:

    Enero

  1. How to Be Happy, Eleanor Davis
  2. Febrero

  3. Los profesionales, de Carlos Giménez
  4. Nordés, de Kike J. Díaz
  5. Abril

  6. La volátil mamma mia!, de Agustina Guerrero
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Río lento, de Nicola Griffth

Tuve el placer de traducir Slow River (como Río lento se publicó) de Nicola Griffith hace ya un montón de años. Se trata de una de esas grandes novelas de ciencia ficción que pasan desapercibidas, que nunca logran el reconocimiento que se merece. No sólo juega con los tiempos de la acción, sino que además presenta un conjunto de grandes personajes que logran provocar en el lector la sensación de estar realmente presenciando la vida de otras personas. Y resulta que también trata temas que no eran habituales en la ciencia ficción de la época (aunque han ganado tracción desde entonces).

Pues eso, más que recomendable.

Slow River, Nicola Griffith | SF Mistressworks

In other words, Slow River is quite strange for a science fiction novel: a largely female cast with the plot driven by their individual concerns rather than outside concern driven, which is quite sophistically written with three different viewpoint styles and where the science on display is ecological, environment engineering. It’s no wonder it won a Nebula. A great, satisfying novel by a writer who should be much more well known than she is.

En su día leí también The Blue Place (que forma parte de una trilogía), una novela con detective mujer. Y estas Navidades me han regalado Hild, que pinta estupendamente.

Volviendo a Slow River, esto escribí en 1997, cuando la leí en inglés:

= = =

Los votantes del premio Nebula son personas extrañas: un año le dan el premio a una novela sin interés como The Terminal Experiment (que tiene la profundidad intelectual y artística de un telefilm, es decir, se puede leer, pero darle un Nebula…) y al año siguiente votan una novela de la calidad de Slow River (que también había ganado el Premio Lambda). ¡No hay quién lo entienda!

Nicola Griffith, que es de origen británico, causó su primer impacto con Ammonite, una historia de sociedad futura en un remoto planeta poblado exclusivamente por mujeres. Y aquí es donde suelen empezar los problemas. Los críticos, enfrentados a una novela de este tipo, suelen reaccionar con furia. Si un hombre escribe una novela en la que sólo aparecen hombres la situación se considera normal, pero si una mujer escribe una novela sólo con mujeres, se la considera una peligrosa radical que está dispuesta a derribar el mundo tal y como lo conocemos. Pero Nicola Griffith no se disculpa cuanto trata esos temas y su honestidad le valió no sólo ser considerada como una revelación sino ganar además el Premio James Tiptree Jr. y el Premio Lambda.

La génesis de Slow River es la historia de una persona extraña en un mundo extraño. Una cita de un comentario de la autora sobre la novela quizás lo aclare:

Vine a Estados Unidos desde el Reino Unido por primera vez para un taller literario de seis semanas. Mientras volaba sobre los cúmulos del medio oeste, me vino la idea de que no había ni una sola persona en los Estados Unidos que me conociese. La sensación súbita de no estar sujeta a lo que la gente esperaba de mí, de estar de alguna forma fuera de las reglas, fue estimulante.

Así exactamente se encuentra Lore van de Oest al comenzar Slow River. Completamente desnuda, liberada de un largo y vejatorio secuestro, en una ciudad extraña y con el chip de identificación arrancado. Ya no es nadie y tampoco desea volver con su familia (que aparentemente no pagó el rescate). Aparece en ese momento Spanner, una pirata informática y prostituta del submundo de la innominada ciudad europea en la que transcurre la acción, que la recoge, la cuida y la introduce en el mundo del robo de datos y la prostitución, además de convertirse en su amante.

La novela discurre en tres marcos temporales simultáneos: Lore desde que era niña hasta el momento de su secuestro, toda su vida con Spanner y el momento en que decide cambiar de vida y encontrar una nueva identidad y un lugar en el mundo.

Pero la familia van de Oest es fabulosamente rica, al controlar el conjunto de bacterias que sirven para procesar las aguas residuales. Un negocio complejo, duro, que hay que estar defendiendo continuamente, y que todos lo miembros de la familia están obligados a conocer. Así que cuando Lore va a buscar trabajo, con la identidad de una chica muerta, naturalmente se dirige a una de las plantas de reciclado de aguas residuales. Allí entra en contacto con un mundo del que siempre había estado alejada, el mundo de las personas que deben operar las plantas para que las bacterias que fabrica su familia hagan el trabajo, que ganan su dinero con el trabajo sucio de todos los días.

Poco a poco los acontecimientos de los tres marcos temporales comienzan a explicarse unos a otros. Lo que Lore sufrió de niña a pesar del dinero de su familia, los crímenes que cometió con Spanner y los problemas en la planta cuando comienzan a producirse misteriosos sabotajes. Todo comienza a confluir para construir la personalidad de la protagonista de forma delicada, segura, precisa y detallada. La novela comienza con una decisión importante, dictada más por las circunstancias que por sus deseos, y acaba con otra decisión importante ya producto completo de su nuevo ser. Al principio de la novela la ciudad es un refugio, al final es un hogar. Slow River es la historia de una transformación.

La novela está escrita con exquisito cuidado, y está llena de poesía y sentimientos. En particular, la protagonista central está construida con maestría así como la ciudad que la rodea que está descrita incluso al nivel de los olores. No es una novela de ciencia ficción que se centre particularmente en la acción o en la especulación precisa sobre una hipótesis científica. Esta novela pertenece a la otra ciencia ficción, la que no rehuye el futuro para nada pero que prefiere concentrarse en la descripción de los habitantes de ese nuevo mundo. Es una ciencia ficción también difícil de escribir. Nicola Griffith triunfa maravillosamente. La vida es un río turbulento que recorre silencioso, pero con fuerza, los acontecimientos diarios. Mientras tanto, Slow River no es sino una hermosísima novela.

La única concesión de una autora nada dispuesta a justificarse se encuentra en una nota final. Allí se nos dice que los lectores, especialmente los críticos, tienden a asumir que las novelas sobre abusos físicos están basadas en las vidas de los autores y que eso es una negación de la imaginación del escritor. No, nos dice Nicola Griffith: “Slow River es ficción, no autobiografía. Me lo inventé”. Quizás esa defensa del carácter ficticio de las novelas sea uno de los elementos más importantes de Slow River. Dicho queda.

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La resina

Lo de la resina es algo que todavía me confunde en lo del cello (me confunden muchas más cosas, pero lo de la resina parece tan sencillo…). Nunca sé cuándo tengo que aplicar más y lo habitual es que me confunda: o demasiada o muy poca.

How Much Rosin Should I Use? – The String Club

On average, you should apply a few (about 5) strokes of rosin before each practice session or performance. If you are practicing frequently or for many hours in a day you will find that you need more rosin more often. If you are not practicing much, you will go longer before more rosin is needed. If you are in doubt whether you need more rosin, then you should put some more rosin on the bow. If there is too much, the problem is easily handled by wiping the excess away, but students who routinely play with too little rosin learn bad bowing habits because they are playing with an unnecessary hardship they are not aware of. With too little rosin, the tendency is to squeeze the bow and push it harder than necessary into the string which can cause big problems with bowing in the long run.

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