El miércoles por la mañana, durante el desayuno, empezamos el día hablándole a nuestra hija de la sonda que ese mismo día llegaría a la superficie de un cometa. Le contamos el increíble desafío tecnológico que implicaba que una nave lanzada antes de que ella naciese llegase a su destino tras diez años de viaje. Le hablamos de todo lo que hace falta saber sobre el mundo para lograr algo así.
Queríamos transmitirle que se trataba de un logro espectacular.
Yo terminé el día avergonzado de Europa. Avergonzado de la ESA y de una comunidad científica centrada en lo suyo e incapaz de pensar que sus actos tienen un impacto en el mundo que va mucho más allá de lo puramente científico. Una comunidad incapaz de ver que hay formas y formas de comunicar.
Y entre las cosas que no puedes hacer, es permitir que tu proyecto, como hizo Matt Taylor ese día, salga ante el mundo representado por esta camisa:
No me puedo imaginar la mentalidad de una persona que en uno de los días más importantes de su carrera decide ponerse una camisa así. No puedo concebir cómo alguien puede creer que ésa es la forma adecuada de presentarse ante el mundo, de permitir que la humanidad –incluyendo a alumnos de primaria– le vea así para hablar de un logro de ese calibre. Que tus ganas de parecer guay se traduzca en esa muestra de desprecio. Porque una cosa es lo que haces en privado, donde cada uno se pone lo que quiere, y otra muy diferente lo que haces como representante de un logro científico.
El palo del día fue encontrarme con una foto que me daba vergüenza mostrar a mi hija.
Y lo peor no es que esa persona decidiese ponerse esa camisa. Lo malo es que el hecho de que esa camisa diese la vuelta al mundo demuestra que la actitud de todo un entorno y un grupo de trabajo. Un buen montón de personas vieron esa camisa ese día. Si alguna de esas personas se atrevió a decir “Ésa no es la ropa adecuada para mostrar nuestro éxito al mundo”, está claro que nadie le hizo caso. Pero peor aún es pensar que a nadie le importó realmente, que uno tras otros la vieron y les pareció vestimenta adecuada. Que nadie se pregunto, “¿Quiero que ésa sea la imagen de mi trabajo en la tele?”.
Sí, lo que sucedió el miércoles fue un gran triunfo.
¿Y saben cuál hubiese sido un triunfo mayor?
Un triunfo mucho mayor hubiese sido que esa actitud sexista no se hubiese colado con ese descaro en la comunicación de lo que debería haber sido la celebración de una gran hito. Un triunfo hubiese sido dejar claro de una vez que el avance científico y el avance social pueden ir de la mano.
Ya lo expresó PZ Myers en The memorable image of the day of the Philae landing will always be…:
It would be nice if we could just blame Taylor’s crudity on Taylor, but it’s also depressing that no one at the ESA stopped him and said, “Jesus, Matt — we’ve got a continuous live webcast and a series of one-on-one interviews to do. You can’t go on looking like some cheesy stud who strolled out for a beer and a lad mag!”
He did change out of it later. I hope it’s because some higher-up slapped him silly and shamed him for embarrassing the organization.
O como dice Chris Plante en I don’t care if you landed a spacecraft on a comet, your shirt is sexist and ostracizing:
This is the sort of casual misogyny that stops women from entering certain scientific fields. They see a guy like that on TV and they don’t feel welcome. They see a poster of greased up women in a colleague’s office and they know they aren’t respected. They hear comments about “bitches” while out at a bar with fellow science students, and they decide to change majors. And those are the women who actually make it that far. Those are the few who persevered even when they were discouraged from pursuing degrees in physics, chemistry, and math throughout high school. These are the women who forged on despite the fact that they were told by elementary school classmates and the media at large that girls who like science are nerdy and unattractive. This is the climate women who dream of working at NASA or the ESA come up against, every single day. This shirt is representative of all of that, whether Taylor meant it to be or not.
Y también a S.E Smith en A Philae Researcher Wore An Unbelievably Sexist Shirt On A Livefeed and Women in STEM Are Pissed:
When you tell women that they’re objects, it’s a pretty big turnoff. And wearing a shirt covered in naked women is a pretty classic example of objectification. It doesn’t really matter if you’re “not that kind of guy” or you “totally respect women” or if you were wearing it as some kind of joke. It hurts the women in your workplace, and, in this case, it reflects poorly on the scientific community as a whole.
Tengo más.
New requirement for scientists: You cannot be a sexist pigdog:
His shirt says to girls watching from their elementary classrooms: Science is not for you. You shouldn’t be an engineer sending robots into space.
Y añade:
This form of pigdoggery doesn’t belong in this century. If we mildly tolerate his behavior, as we tolerated Feynman, we are passing the responsibility for gender equity to the next generation. Taylor is not only guilty of a fashion crime; he is harassing his colleagues by creating a climate antithetical to equity in the workplace. Taylor just failed in his duty as an ambassador for science.
Sometimes, a shirt is not just a shirt donde Terry A. Wheeler concluye:
Science took a huge step forward today, and, thanks to one dumb fashion choice, one step back.
Confessions of a teenage dirtbag: Thoughts on shirtstorm explica que hay que tener mucho cuidado cuando intentas provocar:
Matt Taylor was being presented as a working class hero, and that’s important. With Britain the most unequal society in Europe, we need to encourage people from non traditional backgrounds into science, and we need to break the snobbery that makes people think that scientists look and sound, well, like me. But that doesn’t mean we get to give Matt Taylor a pass. Today he failed as an ambassador for science. In doing so, he failed not only young women, but young working class children too. The solution is not to gloss over Matt Taylor’ mistake. The solution is to find more working class people, men and women, to speak for science in the public eye. The solution is to expect more.
When you stick it to the man, be careful that you don’t throw women, or anyone else under the bus in the process. And when you become the head of a major international space project, remember that you are no longer quite the underdog you once were. In fact you have power, and visibility, and a platform. You will be judged on how you make use of them.
Que el cambio social es mucho más complicado que el simple cambio tecnológico queda expresado en Why women in science are annoyed at Rosetta mission scientist’s clothing:
ESA can land their robot on a comet. A comet! It’s amazing. But they still can’t see misogyny under their noses. It’s painfully ridiculous. Pointing this out is not a distraction to the science. It’s part of it. It’s time science finally realised that.
En resumen, brillantemente expresado en un tui de Rose Eveleth:
Una cosa es el comportamiento privado, donde cada hace lo que su conciencia le deja y otra muy diferente es la comunicación, donde hay que tener mucho cuidado con el mensaje que se lanza sin querer. Incluso con las mejores intenciones, nadie es perfecto ni ningún hombre se libra de caer en el sexismo (porque recibimos la educación que recibimos y superarla requiere enormes esfuerzos). Por eso hay que tener especial cuidado cuando vas a presentar algo que te trasciende. Hay que pensar que la presentación de un logro común no es el mejor momento para mostrar tu “personalidad”. Que hay momentos que no van de ti.
Pero volviendo al desayuno.
Yo fui un niño enamorado de la ciencia y la tecnología. Mi hija me pregunta en ocasiones si yo cuando era pequeño ya sabía lo que quería ser de mayor y siempre le respondo lo mismo: desde que tengo uso de razón quería ser físico. Y es lo que estudié (no me dedico a la ciencia porque una cosa es estudiar la carrera y otra tener lo que hace falta para convertirla en tu trabajo diario), porque crecí absolutamente enamorado de la ciencia, leyendo todas las revistas de divulgación de mi época y quedándome embobado frente a la tele con cada capítulo de Cosmos.
Toda persona quiere transmitir a sus hijos aquello que a ella le fascinaba a su edad. Para unas es Star Wars, para otras es la música. Yo quiero que mi hija aprecie la maravilla que es el conocimiento científico del mundo, en toda su enorme complejidad, sin dejar de lado sus aspectos sociales y filosóficos. Y quiero que sienta, ante todo, que no hay limitación de ningún tipo a lo que ella personalmente puede elegir hacer.
Por suerte, el jueves me encontré con “Stop flirting, I’ve still got a job to do here.” Heard at comet landing donde Zen Faulkes, tras comentar la limitada representatividad en la presentación de la ESA enlaza a una foto que lamento no haber visto en su momento:
Es una fotografía de la misión de la India a Marte.
Que es la foto que al final le enseñé a mi hija.
Su respuesta, a los nueves años, fue: “Por fin”.
Actualización: En un gesto que le honra, Matt Taylor se ha disculpado pública y directamente.
A destacar la reflexión posterior de PZ Myers.