Viaje al fondo de la mente: Neurocomic, de Dr. Matteo Farinella y Dr. Hana Roš
Siguiendo evidentemente, tanto que incluso aparece en la lista (breve) de lecturas recomendadas incluida al final, el ejemplo del Understanding Comics, de Scott McCloud, Neurocomic, publicado en España con el título de Neurocómic, es un comic de ensayo donde la intención última es explicar algunos aspectos (pocos y brevemente, por el formato) del funcionamiento del cerebro. Para ello hacen uso de una historia sencilla: un hombre cae en un cerebro, que debe ir recorriendo para salir de él, encontrándose por el camino con famosos científicos (todos hombres) cuyas investigaciones ayudaron a entender su funcionamiento. El primero de esos científicos, por cierto, es Santiago Ramón y Cajal.
¿A quién pertenece el cerebro al que ha caído este desdichado? Pues bien, eso es parte de la historia y la revelación final es otra muestra más del funcionamiento del cerebro; uno de sus trucos más impresionantes. Es un giro divertido que obliga al lector plantearse de nuevo buena parte de los leído.
Estructurado como un viaje, el protagonista recorre el cerebro como Alicia el País de las Maravillas, conociendo a personajes como los neurotransmisores o los inhibidores. Atraviesa las neuronas, sale por las sinápsis y acaba en regiones de la memoria. El destino final es, como no podía ser de otra forma, la sede del yo, el misterio fundamental del cerebro y su secreto mejor guardado. Los capítulos cubren la morfología, la farmacología, la electrofisiología, la plasticidad, la sincronicidad. En cada caso se van dando explicaciones sobre el funcionamiento del cerebro desde casa una de esas formas de verlo. Por ejemplo, Ramón y Cajal es el responsable de explicar su teoría neuronal, mientras que Eric Kandel habla de la memoria.
La verdad es que el planteamiento de Neurocomic no era nada sencillo. Es verdad que el cerebro se presta a la explicación porque es extremandamente interesante y atractivo, pero aún así, me asombra el equilibro logrado entre las explicaciones, que no escasean y que llegan a ocupar varias páginas, y los elementos más chistosos y cómicos (Ramón y Cajal peleándose con Golgi, o el calamar gigante que ataca el submarino de Alan Hodgkin y Andrew Huxley). Incluso la idea de alguien perdido en el cerebro, y que por tanto desconoce todo lo que le rodea, sirve como mínima justificación para la aparición de científicos que deben ilustrar al lego interesado. E incluso en una ocasión se atreven a mostrar una, pequeña, gráfica. Inevitablemente, como en cualquier obra de divulgación, habrá enormes simplificaciones, pero la verdad es que lo esencial parece estar presente.
Hay dos cosas que me gustan especialmente. La primera es toda la parte dedicada al funcionamiento de las neuronas y la comunicación entre ellas. El proceso en sí es complicado, pero creo que han logrado simplificarlo haciéndole justicia. La otra es que no rehuyen para nada el misterio final de la conciencia y de hecho planean el “viaje” con ese destino, el encuentro final con el hombrecillo tras la cortina.
Mi único punto negativo es que este cómic, que hace tantas cosas bien y logra su objetivo de una forma tan excelente, caiga en el prólogo y el epílogo en el cliché de encajar la obra en el marco de “la búsqueda de una mujer”. Un poco más de originalidad habría sido el punto perfecto.
A destacar la portada, con preciosos detalles en oro y plata, mostrando algunas de las criaturas y lugares que aparecen en la historia. Una portada así lo convierte además en un regalo ideal.