Objectos desobedientes

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Si hay algo que al arte se le da mal es no ser arte. El arte admite muchos apellidos, siempre que éste modifique la forma de crear el arte, pero no su función. Cuando se trata de hacer que el arte sea otra cosa ya no funciona nada bien. Razón por la que “arte político” es una de esas expresiones que me parecen contradictorias, un intento de unir actividades que se llevan mal entre sí.

(Lo que no quiere decir, claro, que el arte no sirva para ver el mundo de otra forma. Eso es diferente).

Razón por la que al empezar a leer, Now is always a good time to protest, sobre la exposición Disobedient Objects, con ese planteamiento que invita al escepticismo (“examines the powerful role of objects in movements for social change”) y ese nombre del que la autora se ríe con alegría, pensé, al igual que ella, que sería la típica exposición que es más escaparate de moda que otra cosa.

Pero no, parece que es de verdad:

This is a show about activism with a capital A, a show inhabited by artefacts that had never graced the venerable rooms of a museum or art gallery until now.

Vamos, suena a una de esas exposiciones donde la obra de arte es la exposición en sí, la relación que se establece entre los elementos, pero donde a cada objeto se le permite ser él mismo (dentro del contexto, claro, de estar en un museo):

Disobedient Objects focuses on the period from the late 1970s to now, a time that has brought new technologies and political challenges. The items displayed range from the very rudimentary to the sophisticated, from a slingshot made from a Palestinian child’s shoe to mobile phone-powered drones for filming demonstrations or the police, from textiles sewn by women to communicate the atrocities they have experienced under the Pinochet regime in Chile, in particular the ’disappearance of their children to a robot that spray paint slogans on the pavement.

I entered the show ready to sneer at V&A’s grand attempts to glamourize popular protests and turn evidences of genuine and at times violent dissent into food for cool hunters. My fighting mood quickly vanished. Disobedient Objects is a show that invites visitors to get out and raise their heads, to be inspired and fight for their rights. And that’s what matters to me.

Lo triste en mi caso es que pasé por delante de ese museo, de camino a la performance de Marina Marina Abramović, sin percatarme de que había una exposición tan interesante. Tampoco es que tuviese tiempo para todo, que es lo malo de ir a Londres durante un par de días. En cualquier caso, siempre me puedo consolar con el catálogo.

Por cierto, que en la web del Victoria and Albert Museum se pueden encontrar guías PDF para fabricarse algunos de los objetos de la exposición. El escudo en forma de libro me llama mucho la atención.

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