Méliès y Hugo

Dos buenos artículos sobre la figura de —The Making of Georges Méliès y The Re-making of Georges Méliès— ese genio pionero del cine, que ha vuelto a la actualidad tras la película La invención de Hugo. En el segundo de ellos encontré una referencia que me llamó la atención:

Georges, meanwhile, began filming with two cameras side-by-side, creating a negative for European distribution and one for Gaston. The mind boggles at these elaborately timed tricks being captured on one camera, much less a matched set of two. Recently, archivist Serge Bromberg realized that the distance between the cameras might be just right for creating a stereoscopic print observable through 3-D glasses. He located European and American prints of The Oracle of Delphi, The Infernal Cauldron, and The Mysterious Retort, and presented them stereoscopically at film festivals worldwide. It’s hard to imagine what would have pleased Méliès more: learning he’d inadvertently made 3-D films, or that he’d one day be the subject of an award-winning 3-D adventure film.

Es mi principal razón para que Hugo me decepcionase. No es que Hugo esté mal. Se trata de una aventura bastante decente, aunque demasiado larga y con cierto regusto al autobombo de «qué guays somos por hacer cine». Lo que me decepcionó fue que se tratase de una película tan convencional, poco imaginativa, tan normal en su uso de los medios técnicos (el libro, la verdad, es a su modo mucho más original. Aunque hay que admitir que el libro parte con ventaja, porque la película es demasiado explícita). Algo chocante cuando precisamente celebra la imaginación y la creatividad representándolas en la figura de un individuo que de haber dispuesto de los mismos medios habría hecho cosas mucho más asombrosas. De hecho, los mejores momentos de Hugo me parecieron sobre todo aquellos en los que se recrea la experiencia de las primeras películas, como si ahora fuésemos incapaces de provocar el mismo nivel de asombro (que no es cierto). Como dice mi amigo Víctor Ruíz, es como si todo lo que sucediese antes de ese punto fuese un largo prólogo a la historia real, que la película realmente empieza cuando arranca la historia de Méliès.

Digamos que mi decepción es que Hugo se rinde ante Hollywood en lugar de rendirse ante Méliès.

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Cindy Sherman

Una fotógrafa extraordinaria.

Sherman’s “magic powers” reveal the moment when facades drop and unguarded sadness, revulsion and aloneness seep through the anticipated promise of perfection. She gazes, metaphorically speaking, into the mirror of Narcissus and Echo, cracks it wide open, takes the shards, insets them into her skin, glues them up, pisses and shits on them and finally shines her glaring light onto the rigor and vanity of aging. There is a little bit of everywoman in her denouement, which is why the emotional ricochet shapes so effectively.

En Being Cindy.

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El presente futuro

La bitácora de fernand0, Reflexiones e irreflexiones, cumple 10 años (a pjorge.com le quedan unos meses, por cierto). Varias personas (muchas, porque fernand0 tiene sobre todo amigos) le han escrito textos para conmemorar la ocasión. El mío se llama «Nacer en el Renacimiento» y empieza tal que así:

Envidio a mi hija porque ella vive en el futuro. Ella con sus seis años vive en el mundo en el que me hubiese gustado vivir a mis seis años, vive en un mundo con el que yo podría haber soñado de haber sabido que era posible.

Reflexiones e irreflexiones – X Aniversario. Pedro Jorge.

Y felicidades, fernand0. 10 años son un buen montón.

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Adiós a La cárcel

Álvaro Pons ha anunciado que la excelente labor que durante nueve años ha realizado en La cárcel de papel ha llegado a su fin. Han sido nueve años hablando de cómics. Nueve años haciendo recomendaciones y, ya en lo personal, descubriéndome muchas obras y autores. En suma, que La cárcel de papel ha sido una de esas bitácoras que hacen que los blogs merezcan la pena existir.

Ante su final siento un poco lo mismo que sentí cuando la desaparición de Tío Petros. Por un lado, la tristeza de no poder disfrutar de un recurso que me resultaba casi imprescindible y que realizaba una labor tan importante. Por otro, la alegría de haberlo tenido (aunque, por suerte, nos queda su cuenta de Twitter: @alvaropons) durante tantos años.

Por tanto, al final lo mejor es simplemente dar las gracias.

Gracias.

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