El error, de César Aira
Alguien pasa por una puerta que pone ERROR. Así empieza la historia. Quizá así empiecen todas las historias.
Es la historia de una pareja de visita a un país lejano. Su relación ha tenido importantes problemas y hay detalles de su pasado que son indudablemente misteriosos. Mientras pasean, acompañados de sus anfitriones en el país, se hacen referencias a otras personas y acontecimientos: un escultor que lo perdió todo y su arte le salvó, una asesina que mató brutalmente a su marido, un bandolero de leyenda, una editorial de historias sobre crímenes…
De pronto, en medio de la narración, sin ninguna separación o corte, se empieza a contar otra historia. La del escultor, la de la asesina, la del bandolero.. otra. La novela va pasando así de una historia a la siguiente, sin terminar la anterior, fluyendo con el ritmo de las palabras, introduciéndose en las peculiaridades, rarezas, excentricidades y descarados surrealismos de cada historia. El libro termina como empieza, sin explicación.
El error es el segundo libro de César Aira que leo y les confieso que Parménides me gustó mucho más. El error me resultó más ingenioso que interesante, aunque con momentos muy divertidos y creaciones muy logradas. El procedimiento, pasar de una historia a la otra como si fuesen la misma, me recuerda a una película de Buñuel, aunque admito que cuando se pone borgeano —y hay que reconocer que su invención borgeana, la editorial de historias de crímenes, es excelente— es bastante divertido, pero también me dejó la sensación de que se estaba esforzando demasiado por ser raro, interesado más en acumular piezas oblongas que en unirlas. En el fondo, Parménides me gustó mucho más porque su ironía y su artificiosidad eran mucho más interesantes.