La lectura está tan sobrevalorada…

Pocas veces se reconoce que uno de los grandes éxitos del marketing de los últimos cinco siglos es haber logrado convertir un simple objeto, el libro, es una especie de bálsamo de Fierabrás, dotado de una cualidades prácticamente sobrenaturales. Un extraterrestre que no hubiese visto jamás un libro, creería, al oír algunas de las cosas que se dicen sobre él, sobre la lectura e incluso sobre la industria editorial, que estamos ante una suerte de ente mágica y con seguridad dotado de los atributos de la divinidad. Intento imaginarme su decepción cuando le enseñasen un taco de hojas de papel (o un Kindle).

Es la bobería del libro, que ha elevado un objeto a los altares.

Lean si no:

Take this, for example. Maxim Gorky once claimed that "everything which is good in me should be credited to books". You find this quoted a lot, as if it carried some generalisable weight. Yet I don’t believe it can be true, quite, even of Maxim Gorky, who led an intermittently miserable life. It’s a blind and callous thing to say. What about the influences of his family (particularly his grandmother), or his many friends? Nothing good whatsoever emanated from them? If I were his father I’d give him such a slap. You good-for-nothing thankless Gorky you, you book-ridden ingrate, you louse…

But, of course, one recognises this sort of overstatement. You have to feel passionately about a subject to talk this foolishly about it. An astonishing number of "lovers" of books and of reading frequently say similarly questionable things, at least if you quote them out of context – which is what people tend to do. I’m doing it too.

Let’s take the following, by way of almost random example, from Charles Kingsley: "Except a living man, there is nothing more wonderful than a book." Gosh. Any living man? Any book? Nothing else can compete? Flowers? Sunsets? Palladian villas? Pastrami sandwiches with extra pickles? Rubbish. One remembers Norman Mailer’s definition of a "conservative" as one who, given a choice between saving the life of a man and that of a tree, will ask to view the tree and to meet the man before making his decision. You have to look at what is in front of your nose, after all. It’s not too much to ask.

En Reading is overrated | Books | guardian.co.uk.

(visto en 3 Quarks Daily)

Esta entrada tiene 7 comentarios

  1. manuel

    Pero Jorge!, todavía no has leido a Nicholas Carr en su libro «Superficiales – ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?» editado por Taurus,…pues no sé a qué esperas.

    Ahí se expone que cada vez nos cuesta más leer libros pues el uso de la red afecta a nuestros procesos neuronales, adquiriendo hábitos de lectura superficial y de picoteo rápido que nos hace cada vez más difícil una lectura profunda, lineal y concentrada.

    Y no, no creo que esté sobrevalorada, la lectura (de libros) transforma la conciencia, su ética intelectual es parte importantísima del fundamento de nuestra cultura.

  2. manuel

    Entiendo que tu caso sea un poco especial, quizá por tu trabajo y personalidad no te sientas demasiado abrumado ante tal cantidad de información que tenemos que procesar, pero sinceramente creo que para la mayoría sí hay algo de verdad en su exposición.

  3. Pedro Jorge Romero

    Debemos recordar nuestra tendencia a considerar nuestra época como especial, cosa que piensa todo el mundo del mundo en el que vive. Es un error tan grande, creo que era Borges quien lo decía, como considerar que es igual a cualquier otra. Todo el mundo cree vivir al final de los tiempos. La sobrecarga de información ha existido siempre. Cuando se inventó el libro, de lo primero que se quejaron es que ahora resultaba imposible leer todo lo que se publicaba.

    El libro cambió nuestra forma de hacer las cosas. Internet también lo hará. No tiene nada de malo, ni de extraño.

  4. Ariakas

    No me ha quedado claro si es ironía,
    o si piensas de verdad que la lectura
    está sobrevalorada. Yo creo que sí es
    verdad que los libros crean esas sensaciones
    en bastante gente, no en todo el mundo, claro.

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