Lost, 6ª temporada, episodio 16, «What They Died For»

¿Sabes, Lost? Nunca pensé que una serie de televisión me volviese a emocionar hasta este punto, a interesar tanto como para pensar en ella tan intensa y fructíferamente, para tratarla como una obra de arte. Muy pocas veces he visto una serie de televisión tan intensamente literaria como tú y hay más de una novela –un género que se cree tan importante- que no te llega ni a la suela de los zapatos. Se me ocurren algunas otras series que comparten esas características, pero no las voy a mencionar, porque hoy es tu día y mereces todos los focos.

Han sido seis años estupendos. Desde el momento en que Jack abrió los ojos supe que eras una serie especial. El viaje, como dice una amiga, ha valido la pena. Y el secreto es ése, que el viaje fue siempre más importante que el destino, que las preguntas siempre fueron más valiosas que las posibles respuestas. Saber plantearse las preguntas correctas es el primer paso hacia el conocimiento.

Y ahora llega todo a su fin. Y no dudo que será un gran final. Lindelof y Cuse jamás consentirían que terminases de otra forma. Han sido buenos padres, y todos sabemos que para ti la maternidad y la paternidad son muy importantes.

Gracias.

De disponer de tiempo y mundo suficientes, el retraimiento de Lost no sería ningún crimen. Por desgracia, para nosotros, la serie terminará muy pronto y lloraremos porque ya no tendremos isla que explorar. Por tanto, un episodio como éste no sólo era obligatorio, sino que yo diría que era incluso ineludible e inexcusable.

En el episodio anterior nos contaron el origen de la situación actual. Vimos a Jacob, a su hermano y la madre (loca o no). Sabemos lo que pasó y sabemos qué estableció el patrón que se repite ahora. Por tanto, revelado el secreto más secreto de las personas en la isla (que no de la isla en sí, claro, que queda por revelar, taimados y ladinos guionistas) no hay ninguna razón para no tener una escena como la siguiente: personajes reunidos alrededor de un fuego alimentado por las cenizas de Jacob a los que el propio Jacob explica la situación. En particular, responde a la pregunta de Kate: ¿por qué murieron?

Siendo poco caritativos, la respuesta podría resumirse en «fui un inútil celoso y ahora ustedes deben cargar con las consecuencias». Porque sí, el propio Jacob confirma que él fabricó al monstruo de humo. Lo hizo arrojando a su hermano a la luz de la isla. Entiendo, o quiero entender, que si entras en la luz sin haber muerto, tu esencia se transforma de algún modo que no queda del todo claro. Queda el cascarón vacío, pero eso no significa que hayas muerto. Todo lo contrario, sigues más que vivo y muy, muy cabreado.

Y quién no lo estaría. Por lo que vimos en el capítulo anterior, bastante aguantó el hombre vestido de negro.

Jacob define lo sucedido como un «error». Deseo informarte, amigo Jacob, que eso no fue un error, fue una perrería con mayúsculas. Un error es pedir Coca Cola normal cuando quieres Coca Cola Light. Fabricar un monstruo sobrenatural capaz de destruir el mundo está a un nivel que pocos pueden alcanzar.

Pero debemos admitir, en defensa de Jacob, que algo ha aprendido en sus miles de años dando tumbos por ahí. Sí, ahora el problema es de la humanidad y en particular de los perdidos, que deben ocuparse de arreglar el desastre. Pero al menos Jacob tiene la decencia de dejarles elegir. En eso Jacob mejora a su madre.

Cuando él se convirtió en protector, su madre empleó todos los trucos pasivo agresivos para lograr que dijese que sí. Incluso le dijo que no tenía elección, lo que ahora podemos entender en el sentido «o tú, o nadie». Cuando le toca a Jacob, después de su suicidio, éste se cura en salud y encarga un buen montón de posibles sustitutos, gente a la que la vida no le va muy bien, gente solitaria, de esas personas a las que les vendría de maravilla cuidar de una isla sobrenatural. No era cuestión de tener a un favorito y a un suplente para que luego el favorito decidiese cambiar de bando.

Quizá confundida por la escasez de mujeres en el grupo de candidatos, o temiendo que ser tachada con tiza implique algo más que haberse quedado fuera de la selección final, Kate pregunta qué pasa con lo suyo. «Fuiste madre», le responde Jacob. Quizá porque la vida de Kate ya está completa por haber cuidado totalmente de Aaron o quizá porque Jacob recuerda la última vez que una madre tomó el control de la isla y no le apetece repetir.

Y luego les dice que uno debe dar un paso al frente y ocupar su puesto.

Debemos entender que ninguno de los presentes iba a decir que no. Después de las vicisitudes pasadas, de años lidiando con la isla, de años cuidando de sus amigos y compañeros, era seguro que uno diría que sí. De habérselo preguntado individualmente, Jacob habría obtenido cuatro guardianes. Es el efecto beneficioso de la isla. Como bien dice Jacob, eran seres solitarios y encerrados en sí mismos, que apenas eran capaces de contarse unos a otros lo que habían visto o habían descubierto. Pero vivir en la isla los transformó. Ahora serían capaces de aceptar cualquier responsabilidad.

Por suerte para los otros tres, Jack dice que sí primero. ¿Alguien lo dudaba? Ya dice Jacob, cuando le cuenta dónde encontrar el corazón de la isla, que estaba a poca distancia del bosquecillo de bambú donde despertó en el primer episodio (y el Christian Shephard que andaba por allí ¿era realmente el monstruo de humo? ¿Qué interés podría tener en despertar a un futuro candidato?). Además, Jack jamás dejaría pasar la oportunidad de ponerse a arreglar algo. Jack es de esas personas que en un atasco se pondrían a dirigir el tráfico.

Tiene complejo de dios, dice Sawyer, con razón. Me alegra no haber sido yo, dice Hurley, también con razón. Son las cosas que pensaríamos nosotros. Kate no dice nada. O la situación le parece muy solemne o suspira aliviada al saber que lo de tachar su nombre era una mera formalidad.

No se aclara por qué Jacob llevaba una doble contabilidad, por qué tenía una lista de nombres en el faro y otra en la cueva. Además, listas tan diferentes, una tan pulcra y la otra que parecía el producto de un frenesí dionisíaco. Supongo que nunca lo sabremos. Quizá fuese parte del proceso. O a lo mejor a Jacob le gustaba la espeleología.

Tal y como yo lo veo, Jacob está expiando su culpa. No se deja matar porque esté cansado de su trabajo –como fue el caso de su madre-, sino porque es parte del plan para anular la amenaza del humo negro. Era inevitable, como dice, que algún día diese con la forma de matarle, por lo que era mejor estar preparado y adelantarse un poco. Su vida es el precio que paga por resolver finalmente la situación. Los pocos minutos que gana con la ceniza –ceniza que, curiosamente, solicita un Jacob niño- los invierte en los preparativos finales.

(Por cierto, que Jacob se consumiese por completo en el fuego central que dominaba su estancia me recordó el mito de Fénix. Ahora compruebo que sus cenizas le permiten renacer brevemente, usando de nuevo el fuego –que ya comentaremos-, para poder hablar con todos los perdidos a la vez.)

Si cuando Jacob bebió el vino y aceptó su puesto nos recordó la eucaristía, Jack bebiendo agua bendita no sólo recuerda al cristianismo, sino a tradiciones todavía más antiguas, donde el agua es un elemento purificador. Y como medida adicional de precaución, los perdidos han estado entrando y saliendo del agua continuamente a lo largo de esta temporada. Lo que encaja muy bien con uno de los temas principales de Lost: la culpa.

Los candidatos, y la mayor parte de los personajes, habían cometido errores graves en el pasado. Algunos eran asesinos, otros no supieron aprovechar la oportunidad de ser felices, otros empujaron a seres queridos a un final desgraciado. Eso les marcó hasta tal punto, que vivían sus vidas bajo el peso de esos hechos. Algunos sentían la necesidad de redimirse mientras que otros se conformaban con escabullirse como podían. En cualquier caso, les marcaba la incapacidad de compartir y comunicarse.

Desde el episodio anterior sabemos por qué. El propio Jacob había cometido un error enorme, tan grande, que hacía pequeño el error de cualquier otro. Los perdidos, y los candidatos en concreto, son como Jacob. Supongo que piensa que si él se ha vuelto un poco sabio después de 2.000 años, bien puede servir el mismo truco para los demás. Analizar y corregir las culpas del pasado ha sido uno de los temas de la serie, y es agradable ver el proceso completado aunque sea en algunos casos.

Pero, ¿no se hubiese podido mantener la misma reunión un poco antes? Allá en el primer episodio, haber dicho: «miren, tengo este problema y necesito ayuda». La verdad es que no lo creo. ¿Se imaginan a Kate, Jack, Hurley y Sawyer en el primer episodio prestando tranquilamente atención a lo que fuese a decirles Jacob? El propio Jacob necesitó muchos años para cambiar –siempre fue un poco lento. Incluso el comportamiento de los Otros no era más que un reflejo del comportamiento del Jacob original.

Para bien o para mal, o eso debemos creer, las seis temporadas en la isla eran necesarias.

Además, hay un factor adicional.

El Jack original posiblemente hubiese dicho que sí. No sé, de habérsele presentados pruebas suficientes, podría haber aceptado. Porque él es así y tiene complejo de dios. Pero ésa tampoco es la cuestión. No tiene sentido aceptar el puesto como quien acepta una responsabilidad. No, es preciso creer. Y ahora Jack cree más que nadie. Posiblemente sólo Locke le superaría en fe. Pero Locke está muerto.

No es tanto que Jack beba agua bendita, sino que al beber reafirma su fe. Y así se convierte en el guardián de la isla. Su camino ha sido duro. Empezó siendo el escéptico más absoluto, por lo que fue el que a más renunció –incluso a su dignidad de médico, en los tiempos de la iniciativa Dharma- para llegar a donde está ahora. Locke estaba dispuesto a creer. Kate, Sawyer y Hurley deben, a estas alturas, creer más o menos. Pero sólo Jack ha dejado de creer en las coincidencias para pasar a creer definitivamente en el destino.

Si alguien se merecía ser guardián, era él.

Y, francamente, nadie más quería el puesto.

Una cosa es ayudar y eso, pero otra…

Aunque el pobre Sawyer empieza a dudar. Si Jack tiene razón… y bien, la verdad, cómo podría no tenerla si acaban de hablar con un muerto y Jack ha adquirido poderes… entonces Sawyer es el responsable, o al menos lo es parcialmente, de que estallase el submarino. De haber creído a Jack, de haber tenido fe suficiente, no habría pasado nada. Es otra persona que ha cometido un error con terribles consecuencias. Le queda perdonarse a sí mismo.

Mientras tanto, Flocke sigue con su tarea. No tengo muy claro cuál es o en todo caso, parece cambiar a lo largo del episodio. Cuando dijo que iba a terminar lo que había empezado, podría referirse al asunto de salir de la isla. Adicionalmente, podría ser que quiera matar a los candidatos supervivientes, lo que estaría relacionado con la primera opción. Cuando termina el episodio, se le ha ocurrido una idea mejor: destruir la isla. Todo por culpa de Widmore.

Pensemos en Widmore y observemos la contradicción. Si Flocke escapa, el mundo se acaba. Parece muy simple, una relación fácil de entender. Por tanto, la opción es no dejarle escapar bajo ningún concepto. Por tanto, ¿qué importa que prometa o deje de prometer no matar a Penny? Si Flocke escapa, Penny está muerta por efecto de «el mundo se acaba». Luego aquí hay algo que no encaja. O Widmore está muy confundido o la huída de Flocke no implicaría necesariamente la destrucción del mundo. De hecho, pocas veces han hablado de la destrucción del mundo, y casi siempre se han referido a las consecuencias como la desaparición de los seres queridos. Es más que posible que el asunto tenga complejidades que no hemos comprendido.

En cualquier caso, la consecuencia del acuerdo es que Widmore susurra al oído de Flocke algún secreto relativo a Desmond y su función en todo esto. Jacob le dijo –como supongo que también le dio la lista de candidatos- que le trajese a la isla como recurso final. Pero Ben mata a Widmore cuando todavía no parece haber terminado de hablar. ¿Le reveló el secreto a Flocke? No creo que importe. En el episodio 15 vimos que el hombre vestido de negro poseía conocimientos innatos sobre la isla. En ese caso, es más que posible que «Desmond» y «electromagnetismo» sea todo lo que precise oír para entender de qué va la situación. Quizá le miente a Ben sólo para que Ben no se alegre en exceso.

Ben ha vuelto, por cierto, ¿lo había dicho? El cabrón absoluto y total que tanto nos gustaba, no el llorica que vimos por última vez. Le dispara a Widmore para garantizar que Flocke mate a Penny, la misma Penny que el propio Ben dejó vivir al descubrir que era madre, escena que el Ben de la línea X recuerda cuando Desmond le golpea. Es más, por si no lo recordábamos, al entrar en el poblado ya se aseguran de dejar claro que Alex está allí enterrada (cortesía de Richard Alpert, al que luego Flocke lanza contra un árbol sin contemplaciones en un contundente «es hora de machacar»). Supongo que eso fue lo que pasó. Habiendo recordado la muerte de su hija y enfrentado a la humillación de que Widmore entrase en su casa, el viejo Ben no se pudo resistir.

La verdad es que la muerte de Widmore y la de las gafas fue un poco anticlimática. Uno esperaba más. De ella, porque salía mucho, y uno presentía que se revelaría como la hija secreta de Vincent, o prima hermana por parte de padre de Jacob, no sé, algo. Y de Widmore sí que esperaba mucho más. Al menos esperaba que estuviese presente en el enfrentamiento final. Pero cuatro tiros de Ben parece que lo impedirán.

Parece, porque en la isla, estar muerto no significa que no puedas intervenir. Es más, a veces parece que algunos personajes recuperan la vitalidad después de volver a la luz.

Flocke es como aquel personaje de Achille Campanile que sólo discute contigo si previamente aceptas estar de acuerdo con él. Si no estás de acuerdo, te corta el cuello o amenaza con matar a tu hámster. Ben, que es perro viejo para estas cosas, lo sabe y dice sí a todo lo que Flocke le suelta. Que hay que matar gente, se mata. Que hay que regar el ficus, se riega. Lo que sea. Ben simplemente quiere salir de allí con el pellejo intacto. Al principio Flocke le ofrece la isla. Pero la verdad, a estas alturas, ¿para qué quiere Ben la isla? Aunque la quisiese, una vez qué Flocke le dice «me la voy a cargar entera», ¿qué sentido tendría pestañear y llevarle la contraria? Lo mejor, sabe Ben, es darle la razón y esperar sobrevivir.

En cuanto a Flocke. Bien, se le ve tenso al hombre. Tanto tiempo queriendo escapar y ahora se encuentra con todo el mundo en contra. Y encima Widmore le cuenta para qué sirve Desmond –aparte de como padre y esposo, se entiende- en el marco de la isla. Es un arma de último recurso, aunque cuál es exactamente ese recurso queda para el final de la serie.

Yo la verdad es que comprendo muy bien a Flocke. No tengo claro que su salida de la isla sea tan perniciosa como dicen. Sólo tenemos la palabra de Jacob y no está claro cómo lo sabe él. Es decir, Jacob parece saber muchas cosas –parece saber dónde dar con los perdidos en el mundo exterior- pero eso no significa que sea omnisciente. Además, la reacción de Widmore, su rapidez en aceptar las condiciones de Flocke para salvar a Penny, dan a entender que hay algo más. Aunque tampoco sería la primera vez que los guionistas juegan con nosotros.

Es la línea X la que me confunde, la que conserva los mayores misterios de la serie.

Esta claro que Desmond y Hurley en la línea X recuerdan. Recuerdan hasta tal punto que Desmond se aprovecha de Ana Lucía y Hurley comenta que podría haberle avisado de que era ella. Sin embargo, el Hurley de la isla no parece recordar nada, mientras que el Desmond de la isla bien podría estar trabajando en concierto con el Desmond X. Además, Desmond se refiere a Ana Lucía indicando que no está preparada, un comentario similar al que hizo Eloise con respecto a él mismo. ¿Qué son por tanto Eloise, Desmond y Hurley? Personajes iluminados que han despertado para comprender la naturaleza real de su mundo, es mi hipótesis. Pero ¿de qué les sirve la iluminación? Siguen existiendo en el mundo X. Quizá sean iluminados que han decidido permanecer en el mundo para ayudar al despertar de otros, Boddhisatvas. ¿A cuántos deben iluminar? ¿A toda la humanidad o sólo a los perdidos?

Hay una familia que se reúne. O mejor dicho, está en proceso de reunirse. Jack –quien, por cierto, se refleja en el espejo-, David y Claire viven ahora juntos y ella es una mujer embarazada, sacando de nuevo el tema de la maternidad. Además, otra vez se hace referencia a la madre de David, a la que veremos en el concierto. También, cuando Locke va al despacho de Jack vemos una foto de Christian, por si nos habíamos olvidado de él. Padres, madres, hijos, nietos…

Así mismo, Locke y Jack recuperan brevemente sus lugares. Después de la paliza a Ben –y de que Ben se reflejase en el espejo- y el mensaje de Desmond, Locke empieza a pensar que las casualidades ya son muchas. Ya sabemos que para Locke de una multiplicidad de casualidades a una fe no hay más que un paso. Y es Jack el que le suelta aquella frase habitual de la serie, la que advierte que no debes confundir las casualidades con el destino. Sin embargo, en la realidad X Jack y Locke están fundamentalmente de acuerdo y si están en desacuerdo es en los detalles. En lo demás, podemos dar por seguro que en la línea X Locke volverá a caminar si eso depende de Jack.

¿Recuerda Ben cuando llora en casa de Alex? ¿Recuerda cómo fue su vida? ¿Recuerda la muerte de Alex? Considerando que la referencian y la discuten, hablando incluso de dónde está enterrada –convenientemente colocada para que Miles la encuentre- es inevitable pensar que sí. Y toda la escena, como cuidan de él, señala la posibilidad de un destino feliz para Ben, un Ben que en la isla salvó a Alex de una muerte segura a manos de Widmore. Aunque, como advertencia, Alex referencia a Napoleón, lo que nos recuerda la isla y los delirios de poder del otro Ben. Da la impresión de que Ben tiene una posibilidad de arreglar su vida si está dispuesto a aprovecharla, pero que el margen de actuación es muy estrecho y definido. Durante la confrontación final, ¿en qué bando estará Ben al final?

¿He dicho ya que Desmond X se sale (el otro Desmond se sale de un pozo, pero no es exactamente lo mismo)? Pues si no lo he dicho, debería haberlo hecho. Es más, lo voy a decir. Desmond X se sale. Qué tío. Con qué absoluta seguridad lo está haciendo todo, con qué aires de suficiencia. Además, con qué despreocupación. Le pega una paliza a un tío delante de un colegio lleno de gente. Se planta delante de la policía declarándose culpable. Y es capaz de convencer a dos criminales –aunque Kate niega serlo- para que vayan con él. E incluso tiene a Hurley de su lado con toda esa pasta (Hurley le debe un favor, que Desmond lo juntó con su chica).

¿Y a dónde van a ir? Pues al baile de Cenicienta, donde todos se revelarán tal cual son y la bruja intentará su último truco. Bueno, no, casi, a un concierto en el museo. Incluso Desmond le da un vestido a Kate, como aquella vez que Ben le dio a Kate un vestido nuevo sólo para desayunar con él. Y se suben al Camaro de Hurley, porque si vas a un concierto sin invitación, al menos hazlo con estilo.

Al concierto, por cierto, van también Jack, David y la madre ausente. Posiblemente Claire también. Supongo que Desmond hará una de sus llamadas y conseguirá que Sawyer también se presente al fin. No dudo que allí conseguirá reunir a todos los posibles. Van Miles, el padre de Miles, Charlotte… Vamos, que ni siquiera me extrañaría nada ver aparecer a Christian Shephard (curiosa la llamada de Desmond sobre el ataúd). Sí, ya sé que está muerto, pero como dije antes, no parece que en Lost eso importe en exceso.

El final de la serie, evidentemente, está relacionado con la suerte de Flocke y con lo que pase en ese concierto. Y esos dos hechos, evidentemente, están relacionados con la cueva de la luz.

La presencia continua de agua en esta temporada y luego esa luz me hicieron pensar en mitos del fuego y agua, agentes purificadores los dos, y en particular en los mitos persas, que son fundamentalmente dualistas, con la existencia de un bien y un mal, u orden y caos, enfrentados. Son dos polos opuestos representados por Ahura Mazda y Arimán. De Arimán, el maligno, se dice que contaminó el fuego añadiéndole el humo. Hasta ese momento, el fuego ardía puro. Así mismo, intentando alguna de sus bandideces –mientras Ahura Mazda iba creando las cosas buenas del mundo, Arimán iba creando lo negativo-, Arimán se quedó atrapado bajo la cúpula celeste. En particular, el fuego es importante porque emite luz, y la luz es la representación de lo bueno y emana directamente de Ahura Mazda.

Es más, durante el conflicto final, con la destrucción de Arimán, todas las almas regresarán a la luz, se producirá la resurrección y la renovación del mundo, que ahora será bueno. Sin recurrir a los mitos persas, por lo que he estado leyendo, en las tradiciones gnósticas se pueden encontrar ideas similares.

Es difícil no creer que algo de eso hay en la línea X. Incluso personajes que no parecían ser felices están logrando su felicidad, como Ben. ¿Es la línea X el mundo renovado tras el conflicto final?

Yo no lo tengo claro. Porque hay un detalle de la línea X que no acaba de cuadrar.

En la línea X la isla está bajo el agua.

Es como si Flocke hubiese cumplido con su propósito de destruirla. Pero eso sucedió en el pasado, muy posiblemente durante el incidente. Es como si la línea X y la línea de la isla se hubiesen tocado en ese punto, los perdidos hubiesen detonado la bomba y la isla se hubiese ido al fondo. Entonces, ¿qué fue de la luz? ¿Se apagó? Si se apagó, ¿por qué la gente vive tan feliz en la línea X cuando dicen que es tan importante para la supervivencia de todos? Si no se apagó, ¿está en algún otro lugar?

¿Qué hay en ese museo? ¿Hay un resto de la isla que no hemos considerado? Antes de que se hundiese, ¿lograron sacar algo de allí? ¿Ésa es la razón para que un astrofísico como Pierre Chang trabaje en un museo?

Alternativamente, ¿podría ser que la luz no fuese necesaria?

Quizá la forma de derrotar a Flocke no sea acabar con él, sino provocar la destrucción del concepto en sí, es decir, de la idea de una isla, una fuente y demás, del mito fundamental. Quizá la serie termine con la destrucción del viejo mundo y el nacimiento de un mundo nuevo y renovado donde la isla no sea necesaria. Es evidente que Flocke pretende usar a Desmond para destruir la isla, pero es posible que consiga un resultado inesperado. Una posibilidad es que en esta segunda creación, el demiurgo -¿el propio Desmond?- lo haga mejor que la primera vez y no haya una fuente a corromper.

Quedan algunas preguntas. ¿Por qué la línea X transcurre en 2004? En cierta forma, la respuesta es trivial: en ese momento empieza la serie. Aparte de la posibilidad de que la muerte de Jacob esté sincronizada con el momento en que Jack mira por la ventanilla del avión, es posible que no lleguemos a tener ninguna otra respuesta. ¿Qué importancia tiene que los perdidos recuerden la isla? Es el misterio final, claro, que depende, íntimamente, de la naturaleza de la línea X. Se ve que la línea X se aproxima cada vez más a la línea de la isla. Todo apunta a su falsedad fundamental, pero no sería la primera vez que una falsedad resulta ser verdadera en el contexto de la serie.

Una última posibilidad, una que no hemos considerado. La serie acabaría con un enfrentamiento final y con la muerte de todos los personajes en la línea de la isla. De alguna forma, surgiría la línea X (asumamos por un momento que no es preexistente y que se limita a interaccionar con la línea de la isla, asumamos que nace como consecuencia del final) y en ella los personajes alcanzarían la felicidad que no tuvieron en la línea original. Una especie de cielo, una especie de recompensa. Da igual.

¿Qué hay del hombre vestido de negro?

¿No se merece la vida que primero su madre y luego Jacob le negaron?

¿No merece también ser feliz?

Cabe la posibilidad de que veamos un baño de sangre y a la vez un final feliz, en dos líneas distintas. Un final feliz para todos.

Incluso para el hombre vestido de negro.

Yo me alegraría por él.

En pocos días lo sabremos.

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