Lost, 6ª temporada, episodio 13, «The Last Recruit»

Hace muchos años, paseaba por Manhattan –iba de estudiante de intercambio- y vi algo singular. Me encontré con un tipo enorme, sin camisa y que llevaba una serpiente al cuello que le iba de una rodilla a la otra. Un grupito de unas 10 personas le seguía, como esperando que la serpiente lo devorase en cualquier momento.

Era posiblemente lo más raro que hubiese visto en mi vida. Sin embargo, reflexionando posteriormente, he llegado a la conclusión de que esa impresión no es más que un reflejo de mi provincialismo. Por lo que yo sé –nada- bien podría haber algún lugar en el mundo donde la gente no sale de casa sin su serpiente, donde los desfiles de moda consisten en exponer ofidios de distintos tamaños y donde renovar el vestuario implica adquirir también una granja de conejos.

Raro es realmente un concepto de lo más subjetivo, en la medida de que lo raro para ti es casi con toda seguridad normal para otra persona. Pero en ese caso, toda sorpresa no sería más que un reflejo de nuestro desconocimiento. Después de todo, no nos sorprende aquello a lo que estamos acostumbrados, aunque, quizá precisamente es eso lo que más nos debería sorprender.

Ah, sí, no lean lo que viene a continuación a menos que hayan visto el episodio. Ya saben…

Uno de los aspectos que más me han fascinado de Lost, de siempre, es la capacidad de los guionistas de escribir en los intersticios de lo que ya han contado, encontrar esa grieta en el pasado y meter en ella detalles adicionales, disponiendo así capas adicionales sobre la historia y en ocasiones redefiniéndola por completo. Como hacen con los finales de temporada, pero con hechos que ya han contado.

Abundan los ejemplos.

En el primer episodio en el que se cuenta el pasado de Claire, ésta habla de su madre como si no estuviese en coma, como si su madre pudiese entrar por la puerta en cualquier momento. Es más, le preocupan detalles de la reacción de su madre, una reacción que luego descubriremos que no se podía dar. Mi interpretación es que al ser uno de los primeros episodios, el estado de la madre de Claire no estaba definido en la mente de los guionistas. Lo que se dice en el episodio no es exactamente incompatible con una madre en coma, pero algunas cosas sí que suenan muy extrañas.

Pasa lo mismo con la relación entre Penny y Desmond. Los primeros episodios de Desmond cuentan una historia que parece mucho más traumática de lo que luego se revela. No es que la historia que se cuenta posteriormente no tenga grandes momentos de tensión emocional, pero tampoco es la separación total y absoluta que se daba a entender en los primeros episodios. Los guionistas volvieron atrás, mostraron de nuevos escenas y cosieron muchos elementos adicionales a la narración, dotándola de muchos más matices, pero en ocasiones, si uno ve con atención los episodios dedicados a Desmond, se aprecian las costuras.

Pero también es Desmond el que tiene el mejor ejemplo del tipo de recurso narrativo al que me estoy refiriendo.

Jack y Desmond se encuentran en un estadio. Es la primera vez que se ven. Desmond se está entrenando para dar la vuelta al mundo, mientras que Jack cree haber fracasado en la operación de la que luego será su mujer. Es el típico encuentro entre personajes que tanto usa Lost, para luego reflejarlo de alguna forma en la isla (de hecho, lo hará minutos después). Hasta ahí bien.

Pero varios episodios después, revisitamos esa misma escena. Antes de entrar a correr, Desmond se encuentra con Penny que, siendo una mujer de recursos, dio con él –de la misma forma que había dado con la isla. Ese añadido carga de emoción la escena del encuentro de Jack y Desmond, porque ahora sabemos –es decir, los guionista lo acaban de conjurar- lo que sucedió escasos minutos antes. Recuerdo ver ese episodio y pensar en lo brillantemente ejecutado que estaba ese truco.

¿Otro más? Uno todavía más amplio en el tiempo de la serie.

En el primer episodio, Jack le cuenta a Kate una historia. Resulta que una vez malogró torpemente una operación, así que se concedió unos segundos para sentir pánico y luego, gracias a su fuerza de voluntad, se concentró y salvó a la paciente. Al final de la quinta temporada descubrimos que no fue Jack el que resolvió esa situación, sino que fue su padre, Christian Shephard, el que le dijo lo que tenía que hacer. La historia de valor personal de un personaje que en ese momento desconocíamos y que iba a convertirse en líder, se transformó cinco años después en un ejemplo de orgullo mal medido. Minutos después Jack se pelearía con su padre y se encontraría con Jacob.

Ahora, casi seis años después, descubrimos que el Christian Shephard que se paseaba por la isla desde el primer momento era realmente el monstruo de humo, también conocido como hombre de negro. Era una sospecha más que razonable –aunque si realmente no puede ir sobre el agua, no se explica la aparición en el barco para despedir a Michael, como elucubré hace unos comentarios- cuya confirmación amplía considerablemente la mitología de la serie.

Ahora, un poco de la misma forma como al final de la segunda temporada vimos el pie de una estatua que nos daba a entender mucho más, no podremos volver a la primera temporada sin ver ahí al humo negro, ya presente manipulando o guiando a los personajes. Haciendo que Flocke confirme, respondiendo a una simple pregunta de Jack, las sospechas de millones de fans, los guionistas han añadido una capa más a la serie.

Por supuesto, eso sólo se puede hacer cuando uno tiene una serie que vale la pena ver varias veces. Como un buen libro, una serie así sólo se aprecia en su totalidad –o el sucedáneo que sea posible de la totalidad- una vez que podemos retomarla al completo. En el caso de una serie de televisión, tenemos además el problema añadido de su carácter serial. Es difícil juzgar una obra que no está terminada y sólo ahora, que se acerca el final, estamos en condiciones de determinar si Lost ha cumplido o no.

Y hablando de Christian. Eso de que es el monstruo de humo tiene una gracia adicional. Resulta que después de la tercera temporada, la serie produjo 13 mobisodios, episodios cortos que rellenaban huecos de la serie, por lo que se les llamó colectivamente “Missing Pieces”. En general son divertidos de ver –están incluidos en el DVD de la cuarta temporada- pero se puede vivir sin ellos. Pero uno de ellos, precisamente el último, es fascinante, sobre todo en el contexto actual. Lo importante, además, es que a efectos de la serie estos mobisodios se consideran canon y por tanto lo que se dice en ellos “sucedió” por lo que a la serie respecta.

Se llama “So It Begins” y está escrito por el genial Drew Goddard. Nos muestra un punto de vista casi a ras del suelo, que se va moviendo por la selva, encontrando maletas abiertas, ropas tiradas y demás. De pronto se gira y vemos los pies de un hombre vestido con traje pero calzado con zapatillas de deporte. Son Vincent, el perro de Walt, y Christian Shephard, el padre muerto de Jack. Christian le indica al perro que se acerque y le dice que vaya a despertar a su hijo, que está inconsciente muy cerca de allí. Porque, dice luego, “tiene trabajo por hacer”. Vincent va a lo suyo y ya la siguiente escena es el mismo comienzo de la serie, con Jack abriendo de pronto el ojo, apenas moviéndose entre el bambú, como si acabase de resucitar. Vincent pasa por allí, Jack lo ve y así acaba.

Y así empieza.

Con el monstruo de humo.

Me encanta cuando hacen eso. Me encanta cuando cogen las piezas y simplemente las reordenan un poco para producir algo totalmente nuevo. Estoy convencido de que el final de la serie, sea cual sea, irá por ahí. Nos darán todas las piezas y no las entenderemos, justo hasta el último momento, cuando las juntarán de cierta forma que no habíamos considerado y tendremos lo que pase por solución final en el caso de Perdidos.

Y hablando de técnicas de los guionistas…

En Lost hay un cierto tipo de episodio muy habitual, que se suele dar hacia el final de la temporada. Resulta que los personajes no están donde deberían estar, por lo que es preciso trasladarlos, por cualquier medio, al lugar final que deben ocupar antes de que se produzca el conflicto último. El caso más evidente es el de la cuarta temporada, donde prácticamente los tres últimos episodios estuvieron dedicados a esa operación de mantenimiento. Hay que entender que al contrario del recurso anterior -modificar y ampliar lo hecho en el pasado- lo de mover los personajes no es un requerimiento narrativo, sino digamos más bien una cuestión de contabilidad e inventario. Hay muchos personajes y no pueden estar todos haciendo cosas a la vez, por lo que es preciso mantener un orden: primero uno, luego otro y así sucesivamente (por ejemplo, Ben hace varios episodios que no se dedica a nada importante, limitándose a salir para recordarnos que está presente y que en cualquier momento se dedicará a una trastada de las suyas). Por desgracia, esa necesidad de orden implica que se produzcan desfases entre personajes que es preciso corregir poco antes del final.

Dicho lo cual, debo admitir que de entre los episodios de mover piezas éste ha sido el mejor. Tanto, que apenas se les notaba que eso era lo que estaban haciendo. La razón, claro, es la línea X y, sobre todo, los paralelismos entre la línea X y la acción de la isla. Y también, el continuo juego de referencias al pasado, la recuperación de tics de la serie, ya sea para repetirlos una vez más dejando claro que son conscientes de que eso hacen o para negarlos finalmente, como cuando Sawyer le dice a Kate que ya no van a regresar más en busca de Jack.

Un ejemplo, Jack se encuentra por primera vez con su hermana en la línea X. En la isla, Jack se encuentra por primera vez con Claire después de descubrir que es su hermana. En ambas líneas, Claire toma una decisión y la cambia tras la intervención de otro personaje. Paralelismos similares se dan con otros personajes y situaciones.

En la línea X claramente están juntando a los personajes, aunque todavía no se sepa para qué. Las conexiones entre Jin, Sawyer, Locke, Kate y Sun parecen ser producto de la casualidad. Sawyer habla con Kate –que nos revela por qué Sawyer no la detuvo en el ascensor- y le interrumpe Miles hablando del tiroteo de Sun y Jin. Sun grita algo con respecto a Locke cuando ambos entran simultáneamente en el hospital. La de Jack –que trabaja, como ya sabemos, en el único hospital que hay en todo Los Ángeles- con Locke era más de esperar desde el momento, allá en el aeropuerto, que se ofreció a operarle. Así mismo, la escena recuerda a la operación que le hizo a Ben. Además, justo antes de empezar la operación, los dos se reflejan en un espejo, una de las constantes de esta temporada. Lo que tiene su gracia, porque los dos acabarán el episodio juntos de la misma forma que juntos se reflejan.

En esta ocasión, Desmond interviene con Claire. En los comentarios de los lectores al episodio anterior se dijo que Desmond en esta línea actúa un poco como Jacob. Y así es, aunque no parece tener poderes de marcar a la gente –no de la misma forma que Jacob marcaba a su ganado- y debe conformarse con hablar y hablar hasta que la gente hace lo que quiere aunque sólo sea para que se calle. Al final resulta que guiaba a Claire hacia la lectura del testamento de Christian (las dos Claire saben que Christian es su padre, por cierto). También es un encuentro con su hermano y con su sobrino. Adicionalmente, asumo que así Desmond evita que Claire entregue a Aaron en adopción.

Antes de llegar al abogado, Jack habla con la madre de David, recordándonos que su identidad es un misterio de la línea X. Luego, ya en el hospital, se vuelven a referir a Christian Shephard, después de que hayan tenido que abandonar a toda prisa la lectura del testamento de este último. Y tuvieron que dejarlo precisamente para que Jack pudiese venir a operar a Locke, que es precisamente la forma que ha adoptado ahora la entidad que en su día adoptó la de su padre. No importa lo muerto que esté, Christian sigue siendo un personaje de referencia.

El encuentro de Jack y Flocke al principio del episodio es sintomático de esta temporada y completamente atípico en el resto de la serie. Una vez más, un personaje hace una pregunta directa y otro personaje ofrece una respuesta bastante razonable. Jack comenta que no tiene ni idea de qué es Flocke, a lo que Flocke responde que sí la tiene. Por supuesto, Jack ya sospecha que su padre muerto que veía en la isla es la misma entidad que tiene delante. A la pregunta de por qué el cuerpo de Locke, la respuesta es un desprecio a todo lo que Locke creía, que es realmente un desprecio al papel de Jacob, porque efectivamente la presencia de Locke en la isla es parte del plan. La posición de Flocke es negar incluso la existencia del plan, negando así la tarea de Jacob.

También le dice a Jack que estaba atrapado en la isla incluso antes de llegar a ella. Lo que retoma el tema del mundo como la isla y la vida de los personajes como preludio a la isla. Imagino que de esa forma se justifican las conexiones y relaciones entre ellos. Pero ahora que Jacob ha muerto, ya son libres.

Lo que choca un poco con la línea X. Si en la línea X no hay Jacob –por mucho que Desmond ahora ejerza un puesto similar-, ¿por qué los personajes siguen relacionados y conectados? ¿Por qué Sawyer detiene a Kate y luego va a detener a Sayid? ¿Por qué Ben y Locke vuelven a encontrarse? En la línea X el destino sigue pareciendo igual de controlado que en la isla. Aunque quizá varíe la identidad del controlador. Es un hecho que apunta a la irrealidad fundamental de la línea X –creada por unos guionistas del universo tan capaces como los de la serie que conocemos- o una vez más a la idea de que la isla es idéntica al universo y que por tanto no se puede huir de ella, porque no hay nada que no sea isla.

¿Por qué deben salir todos juntos? Tuvieron que regresar todos juntos y para salir pasa lo mismo, lo que manifiesta una llamativa simetría, una curiosa dualidad que se repite obsesivamente en la serie. Al principio, Jack y Locke formaban una dualidad de ese tipo, el hombre de ciencia frente al hombre de fe. Luego, Eko y Ana Lucia aparecieron repitiendo la misma dualidad, creando una simetría de la simetría. Widmore y Ben. Jacob y el hombre de negro. Y ahora, por supuesto, tenemos una nueva dualidad, la línea X, donde los personajes dejan de estar duplicados metafóricamente (Eko – Locke) y pasan a existir literalmente dos veces. Más aún, la propia serie se ha duplicado y se refleja sobre sí misma.

De morir todos los candidatos, ¿el hombre de negro podría huir solo? Parece que no. A Locke, a pesar de estar muerto, lo tuvieron que traer de vuelta –porque había salido de la isla-, así que quizá de morir todos el hombre de negro tendría que cargar con los cadáveres (lo que resultaría, como mínimo, incómodo). Sin embargo, no parecen que tengan que traer o llevar los restos de ningún otro candidato anterior, de todos los que ha habido. Por tanto, ¿en qué momento caduca la necesidad de mover personas? Quizá murieron todos en la isla y por eso no es necesario moverlos.

A Flocke se le ve además un poco inquieto. No sólo Widmore le lanza misiles a la cabeza (Widmore es un hombre que podría olvidar el móvil o las llaves, pero que jamás saldría de casa sin sus misiles) sino que los candidatos se le desmadran. Sawyer le organiza una huída secreta. Al menos es una huída física, que no necesariamente espiritual, porque Claire deja claro que si Flocke te habla ya eres suyo (¿es un truco que sólo funciona con candidatos?). Jack al menos siente le necesidad de volver. ¿Es porque todavía le queda algo por hacer en la isla o se trata de la perniciosa influencia de Flocke? Su enigmático argumento es que Flocke teme lo que pase si los candidatos se quedan: uno de ellos se convertiría en el nuevo guardián. Flocke insultó a Locke por creer en el destino dentro de la isla, y sin embargo Jack parece haber adoptado el mismo punto de vista (es además lo que le pregunta Ilana en la línea X, si cree en el destino, una repetición más de una pregunta habitual en la serie). Y, por cierto, para demostrar su entrega, Jack se arroja al agua, como en el agua han acabado otros muchos personajes a lo largo de esta temporada. Posteriormente, todos los demás candidatos conocidos salen también del agua. Ya los podemos dar a todos por bautizados.

Queda el pequeño problema de la ausencia de Jacob. Si la isla precisa rey, en algún momento uno de los candidatos ocupará el puesto. ¿Cuándo sucederá tal cosa? Aparentemente, hay un periodo de interregno en el que la isla se queda sin protector –si eso es lo que era Jacob- y las facciones pueden enfrentarse entre sí. Evidentemente Flocke lo sabe y está intentando aprovechar el tiempo. Aunque debo admitir que los misiles no parecen impresionar a Flocke, poniendo más bien cara de “¿esto es lo mejor que puedes hacer?”. Posiblemente esté siguiendo la misma teoría que Desmond: de qué le serviría sentir miedo.

Desmond en la isla, que pasa una temporada en el fondo de un pozo, usa sus poderes recién adquiridos de maestro Zen para enfrentarse a Sayid, que viene a matarle, como le ha ordenado Flocke ahora que es demasiado peligroso dejar que lo recupere Widmore. Desmond le pregunta qué opinará Nadia –sin mencionarse su nombre- al saber cómo le devolvió la vida. La respuesta lógica a esa pregunta es “me da igual siempre que esté viva”, que es básicamente la respuesta que dio Michael en su día al matar a Libby y a Ana Lucia, y la respuesta del propio Sayid al matar a Keamy y demás en la línea X. El fallo de Michael fue intentar que su hijo compartiese parte de esa culpa, mientras que Sayid X sabe perfectamente que hay cosas que es mejor no contar y está dispuesto a abandonar para siempre a Nadia para garantizar su seguridad.

Aunque, evidentemente, la pregunta de Desmond no tiene como destino el centro moral de Sayid, porque siendo zombi, es muy posible que no lo tenga (aunque el comentario de Hurley de que es posible volver del lado oscuro, como Anakin, deja entrever la posibilidad de recuperarle, como parece que pasa con Claire). En realidad, apela a su egoísmo. Es decir, usa la misma oferta de Flocke, sustentada en el egoísmo de Sayid al querer recuperar para él a Nadia, en su contra. Si Sayid quiere estar con Nadia, ¿cómo va a explicar lo sucedido? Si lo hace, no la tendrá para él. Por tanto…

Fue divertido que Sayid pusiese como excusa para su retraso el que acabase de disparar a un hombre desarmado, como si él alguna vez hubiese tenido reparos en disparar a un hombre armado o no. Pero justo antes de ese momento parecía estar buscando algo. ¿Algo con lo que sacar a Desmond? No creo, lo más probable es que Desmond ya estuviese fuera del pozo. Aunque conociendo a esta serie, no me sorprendería nada que dentro de tres capítulos sigua ahí, meditando sobre el loto.

Sawyer, en el barco, dice que usarlo para salir de la isla precisa de conocer una dirección concreta. Da a entender, al mencionar a la Iniciativa Dharma, que hacerlo por submarino –como también lo hacían los Otros- no tiene esa limitación. Deduzco que la dirección a seguir cambia periódicamente y que por tanto acercarse en barco precisa de cálculos previos. Por eso Widmore llega en submarino, porque ir bajo el agua sólo precisa de la posición de la isla. ¿Por qué? Ni idea. Tampoco me queda claro si esa situación es la actual o si siempre fue así. Es decir, el Black Rock pareció llegar sin problemas y, ya puestos, también Desmond con su barco. ¿Dieron casualmente con el punto de entrada? ¿Jacob podía suspender esa limitación?

El episodio termina con cada uno en su sitio. Casi todos los perdidos son ahora prisioneros de Widmore y la reunión pendiente entre Jin y Sun también se ha completado (que, por cierto, como reunión de pareja no puede hacer nada frente a Desmond y Penny o Libby y Hurley, por lo que los guionistas, sabiamente, no le dedican mucho tiempo. Sólo tuvo el momento de tensión –para los que no nos dimos cuenta de que la segunda al mando pedía que desactivasen la verja- de si se freirían al unirse). Mientras tanto, Jack queda con Flocke, como uno de los suyos. El principio del fin puede comenzar. A partir de ahora será revelación tras revelación hasta la revelación final, con bastantes sorpresas por el camino, asumo.

Pero lo curioso es como han ido dotando a la línea X de mayor entidad. Lo que sucede en ella parece estar intimamente ligado a lo que pasa en la isla, pero sin embargo no sabemos cómo. Podemos elucubrar todo tipo de cosas, y sin duda los guionistas pretenden que pensemos en todas ellas, pero no nos han dicho nada con claridad. Sólo sabemos que algunos personajes de la línea X “recuerdan” –si ésa es la palabra- su paso por la isla. Sun parece recordar justo antes de entrar en el hospital. Posiblemente Locke también recordase en el accidente. Sin embargo, no parece haber nadie –con la posible excepción de Desmond- que en la isla recuerde la línea X. Y no ha sido precisamente por falta de situaciones traumáticas de vida o muerte. Una vez más, se da a entender la irrealidad de la línea X a favor de la realidad fundamental de la isla. Pero tanto dar a entender puede significar justo lo contrario.

Los niños prácticamente indestructibles de la serie –Aaron se pasó días sin leche materna- reaparecen. Sun está embarazada –y sigue embarazada después de recibir un tiro-, se menciona a Aaron y tenemos a David con traje y corbata, ya tan reconciliado con su padre que ni siquiera quiere volver a las cinco con su madre. Y es también David el que traza el paralelismo entre Jack y Christian Shephard, ejerciendo de niño sabio. Además, podemos ver de nuevo a los niños perdidos del avión. Vamos, que por faltar, sólo faltaba el pastorcillo ése que se le aparece a Flocke de vez en cuando.

Lo de los niños y los muertos me resulta muy interesante. Con ellos se tocan temas de muerte y resurrección, paternidad y filiación, obsesivamente tratados en Lost. Pero mi duda es si se trata de un tema central de la serie, un elemento que ayudará a cimentar el mundo que se nos presente al final, o si es preparación para algo posterior. Es decir, ¿las referencias a los niños son una parte de la explicación final o es una forma de dotar a la narración de matices? Posiblemente lo segundo, porque no veo cómo podrían usarlo en la explicación sin que ésta no fuese claramente sobrenatural.

Pero tampoco sería la primera vez que me equivoco.

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