Lost, 6ª temporada, episodio 11, «Happily Ever After»

En serio, ésta es ya la décima entrada sobre este asunto. Seguro que ya te sabes la movida. ¿No? ¿En serio? Vale. Lo voy a explicar. Aquí voy a elucubrar sobre el onceno episodio de la sexta temporada de Lost. Y voy a destripar todo lo que considere conveniente destripar. Por tanto, si no te gusta que te cuenten lo que va a pasar en una serie antes de verlo, no deberías seguir leyendo

más o menos a partir de esta línea.

Gracias. Gracias. Gracias. Gracias.

No es que uno dude. Ni siquiera dudé en mitad de la quinta temporada, cuando todo me parecía tan mal. Lost nunca dejó de ser la mejor serie que veía, aunque en algún momento no llegase a la altura de sí misma. Y mi fidelidad se vio enormemente recompensada, por ejemplo, con el final de la quinta, que me hizo olvidar todo lo anterior.

Pero gracias, gracias, gracias por darme un episodio como éste. Uno al que puedo señalar y decir: «mira, Lost en su mejor momento. Si no te gusta, ya no puedo hacer más». Era un episodio de Desmond, tenía que ser bueno. Era un episodio escrito por Cuse y Lindelof –los responsables de la serie-, tenía que contar algo importante. Pero lo mejor es que funcionan casi a la perfección los dos grandes elementos de la serie: la sensación de una experiencia fantástica con una soberbia historia de personajes.

Pero antes de entrar ahí, me gustaría hablar de dos individuos.

Creo que podemos dar por seguro el proceso de reivindicación de Charles Widmore. Si este episodio no es un primer paso, no sé qué lo es. Se le ve decidido a cumplir con su misión, dispuesto a hacer lo que haga falta, pero también con la honradez suficiente para aceptar como un caballero el daño que está causando. Su interacción con Desmond es la de una persona a la que le gustaría que todo lo que tiene que pasar se pudiese hacer de una forma más civilizada. Ahora me queda claro que si humilló a Desmond en todas aquellas ocasiones, si intentó alejarle de Penny, fue precisamente para tenerle donde está ahora.

Si no están convencidos, les invito a examinar el momento en el que sacan al pobre camisa roja del interior del electroimán. Widmore hace parar el avance del cuerpo carbonizado y levanta la sábana que lo cubre. Desde un punto de vista puramente pragmático, es un gesto inútil, sin sentido. Cualquier otro, ante una situación similar, hubiese dejado avanzar el cadáver. Pero precisamente son esos gestos innecesarios –las disculpas a las que no estamos obligados, las cortesías demostradas voluntariamente- las que nos definen como personas. Widmore sabe que está haciendo daño y que acaba de matar a un individuo. Sabe que lo hace por una causa y todo eso, pero tiene las agallas de afrontar los hechos como son. E incluso, tiene la dignidad de no decir nada. Ni siquiera se justifica.

Widmore trae a Desmond a la isla porque sobrevivió a la explosión de la estación Swan. Ya dice él mismo que, por lo que sabe, es el único que ha sobrevivido a algo así (¿eso da a entender que hay más y que simplemente Widmore no los conoce?). Y por si no nos quedaba claro que la cosa es peligrosa, ya matan a uno justo antes. También, por si no nos quedaba claro que iba a pasar algo extraño, nos muestran al conejo blanco, el que guiará a nuestra Alicia a su extraño mundo de maravillas, al mundo al otro lado del espejo. O, quizá debería decir, al otro lado de la línea que marca la velocidad límite universal en un diagrama de cono de luz. Ya descubriremos en este episodio que hay cosas que pueden viajar más rápido que la luz.

Es una prueba.

Digamos que Desmond es un arma sin probar. Sobrevivió una vez, pero quizá fuese casualidad. La batalla final exige algo más. Exige una cierta seguridad. Lo que Widmore no sabe, ni siquiera es capaz de imaginar, es que la prueba convertirá a Desmond en un caballo de Troya, alguien que es capaz de superar una muralla que parecía infranqueable. Después de todo, Desmond es Ulises, deseoso de volver con su Penélope.

¿Quién es Eloise? Primero se sorprende al ver al Desmond X en su fiesta. De lo cual deduzco que el pobre Charles Widmore de la línea X no sabe nada, que simplemente vive allí como cualquier otro. Pero Eloise claramente reconoce a Desmond. Es más, no le gusta nada verlo allí y se lo quiere quitar de encima lo más rápidamente posible. Desmond, es evidente, no está donde tiene que estar o, mejor dicho, donde ella quiere que esté. Algo que la controladora Eloise, que como demiurgo estricta es incapaz de soportar un tenedor fuera de sitio, no puede permitir.

¿Pero dónde tendría que estar Desmond? Es la propia Eloise la que responde, después de que Desmond pregunte por Penny… tachán, tachán… Milton. Es que cuando te lo ponen tan fácil ya no sabes cómo seguir. Milton, el autor de El paraíso perdido, de Paradise Lost. Si eso no es una referencia con luces de neón, bombillas y un coro de musical, no sé lo que es.

(En la isla, Penny se apellida Widmore, mientras que Daniel se apellida Faraday. En la línea X, Penny se apellida Milton (un nombre que suena tan accidental como Faraday), mientras que Daniel se apellida Widmore. Claramente, el hundimiento de la isla ha tenido muchos efectos curiosos. Para Daniel no hay destino de ningún tipo, sus padres no tuvieron que llevar vidas separadas. Además, Widmore jamás fue expulsado, por lo que mantuvo la relación con Eloise, que acabó convertida en su esposa, en lugar de la madre de Penny en la línea de la isla).

Perdonen, me he distraído con una alusión literaria.

Eolise se lo dice. Desmond debería estar viviendo su vida y siendo feliz, porque vive en el mundo en el que tiene todo lo que quería, sobre todo la aprobación de Charles Widmore. Desmond está viviendo en el mejor de los mundos posibles, como pasa, la verdad, con muchos de los personajes (no creo que a Sun le haya hecho gracia lo de recibir un tiro). Pues eso, niño, vete a jugar con el mundo que te hemos construido, el cajón de arena está por ahí. No violes nada. ¿Violar qué? ¿Una de las reglas? ¿Cuál?

¿Y cómo sabe todo eso Eloise? Aunque quizá se trate de palabras perfectamente normales, que escuchadas en cualquier otro momento no provocarían la más mínima sorpresa. Pero en el contexto de la serie, donde sabemos que hay al menos dos universos, donde sabemos que Eloise ya guió una vez a Desmond hacia la isla –a cumplir su destino-, es difícil no pensar que Eloise sabe mucho, bastante, que no es un simple personaje paralelo, uno de muchos que se limita a tener versiones en líneas temporales diferentes. Da la impresión de que esta Eloise y la Eloise de la isla son la misma persona, no dos versiones viviendo vidas diferentes. Estrictamente la misma persona.

Las palabras de Eloise son inquietantes. Tomadas en el contexto de la serie, con esa referencia a «violation», considerando su insistencia en hacer que Desmond se marche lo antes posible, dan a entender que la realidad X está de alguna forma diseñada, que alguien la fabrico precisamente para ser como es. ¿Quién? ¿La propia Eloise? ¿Jacob? ¿Fueron los propios perdidos? ¿Qué daimon meticuloso decidió todos sus detalles?

¿Quién es Eloise Widmore? Cuando la conocimos era una jovencita armada con un rifle. Luego la vimos convertida en co-jefa de los Otros, embarazada, además. También la vimos cuidando de su hijo Daniel, preparándole para su destino fatal, negándole el piano. ¿Sabía ya que su recompensa sería una línea temporal donde el hijo no moriría? ¿Una línea donde Daniel se convertiría en músico y no en físico por obligación? En varias ocasiones la vimos sabiendo más de lo que parecía posible saber. Aquella vez en Londres, abortando el destino fatal de Desmond como marido feliz de Penny. De la misma forma, usando una estación Dharma cuyo control no se sabe bien cómo consiguió, guió a los perdidos regresados de vuelta a la isla de la que no debieron salir nunca. Y ahora la tenemos de nuevo contrariada por la actitud de Desmond, que le trastoca la vida que tan duramente se ha ganado. O se ha fabricado.

En su ser parecen confluir la ciencia y lo mitológico que tantas vueltas da por la serie. Es un poco como una Moira o Parca armada de superordenadores y un péndulo de Foucault. Una parca que en este episodio parece además haber recibido su merecido descanso y por tanto en lugar de controlar los destinos humanos se dedica a controlar la cubertería. En lugar de tejer el destino de los hombres, ahora se fija en el tejido de los manteles.

¿Cómo consiguió semejantes poderes? Me la imagino saltando alegremente por la isla cuando se encontró con Jacob (esa Muralla China porosa). Charlaron un rato. Ella comentó sin apenas pensar que le gustaría conocer el destino, todos los destinos posibles, y Jacob, tras poner cara de “te pillé”, le puso la mano en el hombro y la convirtió en observadora omnisciente, con la tarea de garantizar que las cosas no se desmadrasen. Sobre todo Desmond, que como no está sujeto a las reglas, lo puede todo.

Jacob tenía un plan, siempre tuvo un plan. Y si para convencer al hombre de negro de que el ser humano es fundamentalmente bueno debía permitir la posibilidad de su huida, pues que así fuese. Incluso si el plan incluía su propia muerte personal. Si estás dispuesto a pedir el sacrificio de los demás –y estoy usando la palabra pedir en el sentido más laxo posible-, ¿no deberías ser tú el primero en estar dispuesto a sacrificarte? Jacob es capaz de todo con tal de tener razón.

Aunque también es posible que Eloise haya existido siempre. Es decir, no ella, sino su puesto, aquello de los que ella es una manifestación. Quizá en el panteón de la isla hay un rango de observador, alguien que conoce el pasado y el futuro independientemente de en qué línea se encuentre. Alguien que es el mismo individuo en cualquier punto del multiverso. Aunque claro, si la naturaleza de Eloise está relacionada con la isla, ¿cómo sobrevivió a su hundimiento cuando da la impresión de que el propio Jacob ha desaparecido, si aparentemente el panteón está bajo el océano?

La relación entre Desmond y Penny es la central de la serie. Sí, Sun y Jin llevan más tiempo. Rose y Bernard son supertiernos. Pero la de Desmond y Penny tienen algo que no tienen las otras. Es una relación… cómo decirlo… una relación trascendente. Es una de esas relaciones que salen en los mitos, que cantaría gustoso cualquier poeta de la antigüedad, la relación de amor tan absoluto que supera cualquier límite del espacio y el tiempo. Piensa en cualquier pareja famosa de amantes y entre ellos puedes encajar a Desmond y Penny. No hay nada que los pueda separar. Su amor no sólo supera océanos de tiempo, sino también se ventila toda separación física y de espacio. Desmond y Penny se quieren, siempre se han querido y siempre se querrán. Y los intentos de Eloise por mantenerlos apartados por mucho que triunfen a corto plazo acaban fracasando miserablemente. Digamos que si el universo los quiere separados, lo siento por el universo.

Miremos la realidad X. Ese Desmond tiene una vida perfecta. Ni una sola atadura, dinero a espuertas, libertad total. Y además, el respeto de Charles Widmore, que como dice Eloise, es lo que Desmond siempre quiso. Pero debemos recordar que Desmond quería ese respeto para poder tener a Penny, considerando que era un paso necesario. Puso la obtención de ese respeto por delante de su amor, y ese fue su fallo, el talón de Aquiles del personaje. Su estancia en la isla, sus saltos en el tiempo y su vida en la línea X, vamos, la historia de Desmond en la serie ha sido el intento de corregir ese error.

Aquí queda claro que Eloise no lo sabe todo y ciertamente no sabe lo que quiere Desmond. Es posible que Desmond quiera racionalmente el reconocimiento de Charles Widmore, pero el corazón tiene razones que la razón desconoce. Si Eloise, o alguien, fabricó la línea X, al hacerlo olvidó ese detalle. Nosotros sabemos que Desmond acabará rebelándose. Sabemos que por mucho que Penny no se apellide como su padre, por mucho que esté separada de la vida de Desmond, éste acabará encontrándola.

Y lo sabemos porque así nos han construido los personajes. Es todo lo contrario que la historia de Richard Alpert y su amor, que tuvimos que aceptar como tal. En el caso de Penny y Desmond hemos tenido años para verles actuar. Y ninguno de los dos ha sido jamás pasivo. Desmond intentó una carrera a vela. Penny montó un sistema de vigilancia y luego se embarcó con la esperanza de dar con él. Durante años, en la distancia, sus vidas han estado entrelazadas. Lo hemos visto una y otra vez. Tanto, que los guionistas no tienen que decir apenas nada. Puede sacar a Penny durante cinco minutos al final y ya lo tenemos todo claro. Ulises siempre regresará con Penélope. Es así de simple.

En la línea X Desmond estaba en el avión. Acaban así semanas de elucubraciones. Y en realidad, siempre supimos que la solución al misterio no iba a ser tan simple como: Desmond se mueve con libertad. No iba a ser como si Desmond tuviese el poder de saltar de un línea a otra. Cuando le hemos visto saltar en el tiempo –ya fuese de presente a pasado o de pasado a presente- siempre fue por intermediación de algo. Una fuerza electromagnética en el primer caso, salir mal de la isla, en el segundo. Aunque sí tenemos esas desconcertantes visiones del futuro, como cuando se pegó un episodio intentando salvar a Charlie. ¿Es eso lo que le pasa a Eloise? ¿Estuvo demasiado cerca de una anomalía electromagnética y tiene recuerdos del porvenir?

Pero a lo que vamos. En la línea X Desmond sigue siendo un buen tío al servicio de Widmore. Widmore parece también un buen tío. Exigente, pero no tan serio como la versión de la isla. No es de extrañar. En esa realidad la isla está sumergida y el pobre se ha librado de esa responsabilidad. Tiene los mismos hijos, pero los tiene trocados. Desmond es su hombre de confianza, al que mandas cuando es preciso resolver una situación de lo más delicada. Y nada más bajar del avión, lo envían a recuperar a Charlie Pace, al que detuvieron ya en el mismo avión por posesión de drogas.

Después de que Desmond se refleje en la puerta de la comisaría –que es la marca recurrente de los personajes del mundo X, la indicación de las cosas no son lo que parecen- tiene que entrar en un bar siguiendo al Charlie zombie. Pero no es realmente zombie. Charlie es un iluminado. Cuando se moría atragantado, vio a su amor. A su amor de verdad. Él no sabe de quién se trata, ni siquiera sabe que la mujer iba en el avión, pero nosotros sabemos bien que es una visión de la isla, que brevemente las barreras entre realidades se han abierto y ha visto otro mundo. O quizá, más bien, sus recuerdos se hayan revelado. Quizá simplemente la cercanía a la muerte abriese su cerebro.

Saltemos un momento a la segunda epifanía del episodio; la de Daniel en el museo. Como dice que fue en el museo, y da un par de detalles más, sabemos que se refiere a Charlotte. Pero la naturaleza de la visión es la misma, el amor se revela. Un amor tan enorme que desnuda los secretos. No hay momento cercano a la muerte, pero quizá para Daniel no sea necesario. O simplemente, quizá Charlie hubiese reaccionado igual de haber visto a Claire.

Bien, ya tenemos una palabra de cuatro letras con una “o” que define a la isla.

Desmond le ofrece a Charlie un trato que no puede rechazar. Pero este Desmond, por muy feliz que afirme ser, sólo cree en lo que cree. El trato que le ofrece a Charlie es puramente materialista. Haz esto y las consecuencias materiales serán estas. Haz aquello y serán estas otras. Charlie, cuando ofrece su alternativa, no ofrece realmente nada. Quiere que Desmond vea lo que él vio, algo tan asombroso, tan tremendo, que ya no le importa nada más.

Y lo hace como sabe que le funcionó a él. Con una momento de tensión, con la posibilidad real de morir. Lanza el coche directamente contra el agua.

Sumergirse en el agua es uno de los temas de esta temporada. La isla está sumergida. Sayid y Dogen, acaban en la piscina. Jacob bautiza a Richard en el océano. Y aquí tenemos una secuencia todavía más interesante. Desmond se libera del cinturón de seguridad y sale a la superficie. En ese momento, decide sumergirse voluntariamente –como si fuese un candidato, vamos- a salvar a Charlie. Charlie hace un gesto, que no sabemos si es real o lo imagina, que recuerda a otro de la isla. Y Desmond sabe. Es el momento de la iluminación. Como quien contempla una flor y de pronto entiende la irrealidad fundamental de la realidad, maya se retira durante un momento. Y luego salva a Charlie. Un Desmond se sumerge en el agua y el que vuelve a salir a la superficie es un hombre diferente.

Más tarde en el hospital, después de la doctora comente que su cerebro es extraño, le hacen una resonancia. El campo magnético despierta todavía más recuerdos. Lo que resulta extraño, porque este Desmond no estuvo jamás sometido a ningún actividad anómala, nunca acabó en la isla. ¿Por qué iba a reaccionar así? Pero de la misma forma, el Desmond soldado tampoco pasó por esa experiencia y eso no le impidió saltar a su futuro. Supongo que la explosión de la Swan no le dio sus poderes, sino que activó las capacidades innatas de su cerebro. Posiblemente Desmond ya fuese así.

La conversación posterior con Charlie –previo encuentro fortuito con Jack, que debe salir en el episodio, porque claramente forma parte de la solución final- parece una charla con un iluminado. A Charlie sólo le faltó soltar lo de “the power of love, baby”. El desconcierto de Desmond es cada vez mayor. Además, tal y como yo entiendo el episodio, ese Desmond es el de la realidad X, que no tiene nada que ver –en principio, pero ya se verá cuando descubramos el origen de la línea- con el Desmond original. Es una persona con una vida hasta ese momento (aparentemente) normal que de pronto se topa de bruces con un hecho prácticamente fantástico.

Daniel, por cierto, está muerto en la línea de la isla. Lo digo porque Charlie también está muerto en la línea original e incluso la iluminación de Desmond incluye una repetición de la muerte del músico, un momento especialmente traumático. Eros y Tánatos. Amor y muerte combinados en el mismo episodio, muertos hablando de amor.

Daniel le cuenta lo de Charlotte, su gran revelación al encontrar el amor, su roce con una realidad diferente. Y el amor le sienta muy bien a Daniel, que ahora es músico pero por la noche se pone a garabatear diagramas de física. Lo que le muestra a Desmond parece un cono de luz más o menos modificado. Supongo que no se espera que signifiquen nada, excepto traer a colación a la ciencia, porque de nuevo tenemos esa situación: ciencia y trascendencia combinadas en un mismo personaje. Es más, el chofer de Desmond se llama Minkowski, el nombre del creador del espacio donde el tiempo y el espacio se unen íntimamente, una unión que acaba representando la realidad. Daniel intenta explicar la vida que viven, y su explicación se acerca mucho a la explosión de la bomba durante el incidente, lo que daría a entender, al contrario que Eloise, que la línea X no fue diseñada, sino que fue el resultado de ese proceso. Aunque esas contradicciones aparentes pueden ser dos simples aspectos de una explicación algo más compleja.

Por suerte para Desmond, Daniel no quiere separarle de Penny, más bien todo lo contrario. ¿Sabe Daniel quién es Desmond? Recordemos que en el universo de la isla, Desmond era precisamente la constante de Daniel, su ancla a un momento concreto del tiempo. ¿Sabe todo eso Daniel? Quizá. O quizá no. Después de todo, niega ser capaz de entender el diagrama que él mismo ha dibujado.

El encuentro se ha hecho esperar, pero no defrauda. Porque sabemos que no puede defraudar. Penny y Desmond forman una pareja cósmica. Y el encuentro –que se desarrolla en un espacio conocido, el lugar donde Desmond se entrenaba para dar la vuelta al mundo, un lugar especialmente simbólico para su historia de amor- es literalmente eléctrico. Los dos se dan la mano y entonces…

Y entonces se produce el episodio.

Lo digo literalmente. En ese momento se causa todo el episodio.

En cierta forma, el episodio es la historia de un regreso, de un reencuentro. De varios. Desmond regresa a la isla, a pesar de que Desmond ya había cumplido. Cuando giró la llave de la estación Swan, ya demostró que era el hombre que quería ser. Desde ese momento, sólo fue cuestión de encontrar la forma de volver con Penny. Desmond podría haber vivido tranquilo y feliz de no haber intervenido Daniel, Ben y finalmente Widmore. De la misma forma, el Desmond X regresa al mismo estadio para reencontrarse con el mismo amor. Ahora la situación está invertida, porque es él el que busca, no el objeto de la búsqueda.

Al Desmond de la isla lo meten en una caja que me recuerda mucho a la del origen del Doctor Manhattan. No quiere estar allí, encajado entre dos electroimanes, por lo que está atado y destroza la silla en un ataque de furia. Así debe ser, de la misma forma que atacó salvajemente a Widmore. Debe quedarnos claro el contraste con lo que sucederá después.

Uno esperaría que uno de los dos electroimanes le rompiese el corazón. Sin embargo, eso no es lo que sucede. Lo que sucede es algo más misterioso.

Se produce el instante del contacto.

El Desmond de la línea X, después de quedar con Penny, le pide a Minkowski el manifiesto del avión. ¿Para qué? ¿Qué planea hacerles a los otros perdidos? Mientras tanto, el Desmond de la isla acepta de inmediato colaborar con Widmore. Es más, ni siquiera pide explicaciones. Habiendo alcanzado la budidad, está claro que sabe exactamente qué hacer. Su plan ni siquiera parece depender de estar con Widmore. Irse con Sayid le resulta igual de conveniente. O quizá, sumando dos y dos a partir del episodio anterior, ya suponía que eso iba a pasar. Yo me inclino por pensar que hay algún detalle fundamental que Desmond, cualquiera de los dos, ha comprendido y que a nosotros todavía se nos escapa. Creo que ese detalle es el conocimiento cabal sobre la naturaleza de la línea X.

¿Qué ha pasado con nuestros Desmond? Bien, ahora Desmond es el punto de unión entre líneas. No se trata simplemente de que haya influencias de una línea sobre la otra. No, en este episodios hemos visto un contacto real entre las dos, en la persona de Desmond. ¿Cuál es la naturaleza de ese contacto? Pues yo tengo tres hipótesis, que les ofrezco para que decidan cual es la mejor, aunque conociendo la serie, lo más probable es que me equivoque en las tres. Ya veremos si tuve razón en algo:

1. Desmond X y Desmond de la isla han combinado recuerdos. Desmond X ya sabe quién es Penny, conoce a todos los perdidos y sabe exactamente qué sucedió en la isla. Lo mismo con el Desmond de la isla, que ha comprendido que la línea X posiblemente sea un regalo, o una recompensa. Cada uno por su lado va a colaborar en el plan.

2. Desmond X y Desmond de la isla se han intercambiado. En la línea X tenemos ahora al Desmond de la isla, mientras que el Desmond X está ahora en la isla. Posiblemente también haya compartido recuerdos. Por eso el Desmond que despierta en el estadio está tan absolutamente encantado de ver a Penny (apenas puede evitar la gran sonrisa, de la misma forma que el Desmond de la isla no pudo evitar un temblor en la mejilla antes de atacar a Widmore), y el Desmond del electroimán acepta sin problemas colaborar con el hombre en que confía y con el que lleva trabajando tanto tiempo. Como Desmond en la línea X conoce personalmente a los perdidos, su plan es ponerse en contacto con ellos, de ahí la petición del manifiesto.

3. Desmond X y Desmond de la isla son ahora la misma persona. Básicamente la misma situación que planteaba antes con Eloise. No hablo de un simple compartir recuerdos, sino de algo más fundamental en el contexto de la serie –y que nos quedará más claro en cuanto comprendamos totalmente su metafísica. Ahora los dos Desmond tienen la misma esencia (la misma alma). O quizá la tuvieron siempre, y la experiencia cercana a la muerte del Desmond de la isla (metido en un aparato capaz de freír a una persona) y el encuentro con el amor del Desmond X (amor y muerte es una combinación muy poderosa) han hecho que los dos despierten a esa realidad fundamental. El amor y la muerte nos han dejado a un único Desmond. No, no es exacto, porque siempre hubo uno solo, pero no lo sabíamos.

Esta última posibilidad es la que me resulta más interesante. Si Desmond es el primer perdido en encontrarse en esa situación, podría ser el primero de muchos. Es más, podría ser el final de la serie. Si se produce el gran reset que muchos vaticinan, podría ser que los personajes que conocemos acabasen viviendo en la línea X. Pero es poco consuelo pensar que una versión de ti vive en otro universo (aunque tenga tus recuerdos, cosa que tampoco me consuela demasiado). Pero si hay una esencia en los personajes capaz de coexistir entre universos. Bien, el final podría ser un baño de sangre.

Y a la vez un final feliz.

Amor y muerte.

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