Repito continuamente que no deberías leer lo que viene a continuación a menos que hayas visto el episodio. Pero hace poco pensé que seguro hay alguien que lo leerá a pesar de no haber visto el episodio. ¿Por qué? Ni idea. Es posible que seas una persona a la que no le molestan nada los espoileres. Es más, incluso es posible que disfrutes de lo que escribo, o, una hipótesis más débil, no disfrutes de lo que escribo pero te parezca interesante tenerlo en mente al ver el episodio. En ese caso:
No leer a menos que haya visto el episodio o no te importa que te lo destripe por completo.
Confieso libremente que en cierto momento de este episodio oí una voz interior que me decía “Numfar! Do the dance of joy”. Prontamente salté del sofá y baile por el salón aullando con todas mis fuerzas “La bruja ha muerto, la bruja ha muerto”. Diez o quince minutos después pude dejarlo y retomar el episodio. Admito que jamás habría supuesto que ver a Ilana volar por los aire pudiese llegar a ser tan satisfactorio. Pero así son las cosas. Se puso a manipular dinamita y acabó convertida en steak tartar de morena creída que se pensaba que Jacob la había elegido para un destino heroico. Y eso que estaba entrenada para esas cosas. Que si llega a ser una novata habría sido capaz de degollarse con un cortaúñas…
Poco después se produce otra explosión satisfactoria, cuando Hurley vuela por los aires los restos del Black Rock. Ahí tenemos un escenario generado por ordenador que no será nunca más. Además, es muy adecuado que lo haya hecho Hurley. En el episodio anterior sobre la reacción de la gente hacia él, “Everybody Hates Hugo”, Hurley pretendía volar la despensa. No lo hizo, así que está bien que en este episodio se le permita volar por los aire el famoso siniestro.
Nos pasó algo muy gracioso de camino al ágora
En este episodio hay al menos dos conexiones con Platón. Quizá más, dependiendo de cómo las cuentes.
La primera es la idea de la transmigración de las almas, según la cual, éstas van vagando de un cuerpo al otro. Sólo que en este caso, las almas acaban en el mismo cuerpo en una línea temporal paralela. Aunque quizá podríamos verlo desde la tradición hindú y considerar que se trata de una curiosa forma de reencarnación donde el karma tiene un papel bien importante. En la “otra” vida, las buenas acciones en el pasado –en la línea de la isla- se ven recompensadas. Quizá también las malas acciones tengan su castigo, y de ahí el destino de Keamy, por ejemplo.
Aunque también podríamos verlo desde otro punto de vista adicional, también de Platón (o de Sócrates, aunque yo de Sócrates prefiero olvidarme). Todo conocimiento es realmente recuerdo y cuando creemos aprender, o deducir, no hacemos más que recordar lo que sabíamos en el mundo de la ideas. Cuando un personaje de la línea X se topa con las circunstancias adecuadas –ya sea por accidente, ya sea por designio de Desmond- recuerda lo que siempre supo. Quizá de ese proceso debemos deducir que hay una jerarquía de mundos, que la línea X se encuentra mecha abajo con respecto al mundo superior de la isla. Es decir, la línea X existe porque existe previamente la realidad de la isla.
No he terminado, hay otra opción.
En la caverna, los prisioneros –obligados a mirar a la pared donde los fuegos a su espalda proyectaban imágenes e incapaces de mirar atrás ni de oler el humo (la verdad es que la analogía se vuelve bastante complicada a medida que se precisan condicionantes para sostenerla)- creen que el mundo que ven es el real. No saben que es un mundo creado, fabricado para su consumo, que ellos y el mundo que creen real está insertado en un mundo todavía mayor. Cuando el complejo mecanismo que sostiene esa realidad falla momentáneamente, los personajes pueden entrever el mundo real que los contiene.
En ese caso, ¿cuál es la caverna?
La otra idea platónica viene expresada en el Banquete, un diálogo de los más curiosos. Es una idea que ha llegado a nosotros en forma de la media naranja: en algún lugar hay una persona que nos complementa perfectamente, tanto que la unión de los dos es superior a la suma de sus partes (para nosotros el concepto tiene connotaciones heterosexuales que no estaban presentes en el diálogo, más bien todo lo contrario).
Aparentemente, en la línea X, el contacto con la persona amada es suficiente para provocar el recuerdo, para permitir que se abran las puertas de la percepción. Le pasa a Daniel con su Charlotte, le sucede parcialmente a Desmond con su Penny, y ahora le pasa a Hurley con su Libby. También parece funcionar igual de bien una experiencia cercana a la muerte, como le sucede a Charlie. Pero es bueno saber que no tienes que estar a punto de morir, o pasar por alguna experiencia traumática, para iluminarte. Basta con un beso, como un príncipe orondo que despierta de su sueño.
¿Es eso la realidad X, un sueño?
¿Y Locke?
Locke en la línea X está con su amada. Sin embargo, no ha recordado nada. Desmond al final del episodio y con algo de saña -después de todo, el Flocke lo arrojó al interior de un pozo- atropella a Locke para enfrentarlo a la muerte. Y aparentemente, el roce con el asfalto hace que Locke se ponga a recordar como un loco, como se da a entender en las últimas imágenes.
Quizá la cuestión es que el amor que te despierta debe ser un amor de la isla. Daniel se enamoró de Charlotte en la isla (o eso parece), aunque no está tan claro si Charlotte sentía lo mismo (¿vio Charlotte a Daniel y recordó?). De la misma forma, Hurley y Libby eran un amor de la isla. Quizá si no tienes amor en la isla o no entras en contacto con la persona amada, la única opción sea la experiencia de peligro.
Por desgracia para esa idea, Desmond y Penny ya estaban más que enamorados de antes. Quizá pueda decirse que Desmond ya había sufrido una experiencia traumática –la caída al agua- y ya recordaba. Y que en su caso pesó más el campo electromagnético que otra cosa. Pero no lo creo. Creo que hay algo más en ese mecanismo que se nos deberá explicar en algún momento.
Una temporada en el infierno
Resulta que lo muertos se quedan en la isla. Al menos, algunos muertos. Se ve que otros muertos hacen otra cosa. Pero los que han sido malos se quedan. No sé, de picnic o algo. Son ellos los que susurran entre la hierba, porque evidentemente, si eres un muerto en una isla llena de hierba qué vas a hacer. No es como que tengas muchos canales de televisión para entretenerte. Ni siquiera hay cine. De haber cine, Hurley se habría pasado allí media serie viendo repetidamente el mismo maratón de Star Wars.
El pobre Michael está atrapado en la isla. Digo pobre, porque al final de la cuarta temporada parecía que se le perdonaban los pecados. El propio Christian Shephard (¿se puede tener un nombre más simbólico?) le dijo que ya se podía ir, lo que daba a entender un “vale, por esta vez te lo vamos a perdonar”. Pero se ve que la cosa no fue así, o quizá se trate de un caso de “esto hay que explicarlo como sea y esta tontería de las almas que susurran vale igual que cualquier otra”.
Lo primero que pensé es que Libby no podía estar en la isla atrapada. Libby se murió y se fue al otro mundo o lo que sea que hacen las almas liberadas. La prueba principal es que nunca se le ha manifestado a Hurley, quien ha visto a gente como Eko –un asesino-, Ana Lucia –otra asesina- y a Charlie –que desafinaba, cosa que la isla no perdona fácilmente. Criminales todos ellos. Lo que me lleva a preguntarme si Keamy sigue por ahí en la isla, obligado a encorvarse para susurrar entre hierbajos.
La aparición de Michael es adecuadamente irónica. No esperábamos menos de Lost. En esta serie sólo pasan cosas que no acabas de esperar y que además sean como navajas clavadas en el corazón de los personajes. Los personajes de la serie tienen “sufro, luego existo” tatuado en la frente.
El pobre Hurley está en la tumba de Libby, quejándose de que la muy mala pécora nunca le ha visitado, mientras que ha tenido que hablar con todos los demás, cuando se le presenta Michael, precisamente el asesino de Libby. Vamos, es para pensar que el demiurgo tiene un enfermizo sentido del humor, lo que, conociendo a los guionistas, será cierto.
El mensaje de Michael es bien simple: no dejes que maten a los demás. Ahora tú eres líder y por una razón que no acabamos de entender –eso se llama tener confianza en alguien- la gente te sigue. Si vivieses en la línea X habrías llegado a ser alguien… No, eso último me lo he inventado. Pero bueno, eso, hazme al favor de evitar que los maten a todos.
¿Por qué Michael y no Jacob? Es decir, si es algo tan importante, ¿por qué no se lo dijo Jacob? Sí, vale, Jacob nunca te dice lo que tienes que hacer. No le dijo a Hurley que subiese al avión. No le dijo que fuese al faro. No le dijo a Ilana que viniese a la isla a proteger a los candidatos. Vamos, que el concepto que tiene Jacob de “no decir” es tirando a curioso, acercándose casi a lo contrario. Eso sí, recordemos que Hurley parece tomar una decisión definitiva cuando da con las cenizas de Jacob en la bolsita. Quizá fuese ése todo el papel de Ilana: meter puñados de ceniza en una bolsa para que Hurley la encontrase.
Pero vamos a aceptar barco y digamos que Michael viene a comunicar algo importante. Digamos que es el representante del comité de muertos o algo así (lo que me llevar a preguntarme quiénes eran los otros para que este individuo fuese le mejor opción). Lo que está claro es que Michael no es el humo negro, porque Flocke está fijo en su forma actual. Además, como luego descubrimos que los muertos en la isla allí se quedan si han sido niños malos, pues Michael es claramente Michael. Como está muerto, pues sabe. Y, como le dice luego Hurley a Miles, los muertos son más de fiar que los vivos.
Estamos ante un hombre que ha tenido malas experiencias con los vivos.
Entonces, ¿el plan de volar el avión era bueno o era malo? Eso de que Ilana vuele por los aires parece indicar que a la isla no le gustaba nada (o, alternativamente, que odiaba a Ilana tanto como yo). En ese caso, ¿por qué seguirlo? ¿Por qué hacer lo que dice Richard? ¿Qué tipo de instrucción es “Richard sabrá qué hacer”? Si el plan es una tontería peligrosa, entonces Richard no sabe qué hacer. Es decir, Richard es tan patético personaje como antes y su intervención fue puramente para despistar.
Pero claro, si volar el avión no es plan, ¿cuál es el plan? Michael no se lo dice. Pero en la media en la que le indica a Hurley el camino al campamento de Flocke, parece que la idea de Hurley de que hablando se entiende la gente le mola. Pero eso sí, Hurley lleva las cenizas…
¿Y Jacob qué piensa de todo esto? ¿Le mola a él también que Hurley hable con Flocke? No sabemos. Casi podría argumentarse cualquier cosa. Parecía que Jacob planteaba también una oposición contra Flocke, que defendía la necesidad de la guerra. Pero quizá no sea así, quizá siempre quiso esto. O mejor dicho, quizá quiera la guerra, pero quiere que Hurley y los demás candidatos hablen primero con Flocke. Vamos, que no se diga que nos negamos a charlar. Pero eso sí, Hurley lleva las cenizas…
O podría darse otra situación. Podría ser que Jacob tuviese sus planes, pero que Michael representase a otro. Podría ser que los muertos de la isla den voz a la propia isla. Es decir, Jacob tendría su opinión y sus planes. Flocke tendría su opinión y sus planes. Y finalmente, la isla también tendría su punto de vista y sus planes.
Como todavía no sabemos cuál es la relación de Jacob y Flocke con la isla, y la relación que mantienen entre ellos (es decir, qué representa concretamente cada uno dentro de la mitología), es difícil sabe cuál, de entre todos los que dicen defender los intereses de la isla, dice la verdad. Cabe incluso la posibilidad de que todos, desde su punto de vista, digan la verdad.
Y todo eso contando con que los intereses de la isla sean buenos o beneficiosos. Si la isla fuese realmente malvada, si lo más conveniente no fuese que se hiciese su voluntad, pues la situación podría ser muy diferente.
Pero la naturaleza fundamental del seguidor de Lost es que sabe más bien poco. Lo dejamos así hasta que tengamos más trasfondo.
Un muchacho y su dinosaurio
Hurley fue el que, en la primera temporada, preguntó si el monstruo de la isla era un dinosaurio. Es adecuado, por tanto, que aparezca con uno en las manos, aunque sea en la línea X.
En la línea X, Hurley es millonario. Es curioso, porque ya era millonario en la línea original. Es más, en “Everybody Hates Hugo”, eran sus millones lo que le ganarían, creía él, el odio de sus seres queridos. Hurley X, sin embargo, parece haber resuelto el problema con facilidad. Es tan millonario y tan benefactor que todos le aman. El Hurley original podría haber hecho lo mismo, pero no lo hizo. Le faltó quizá, la fuerza interior que ahora va descubriendo en la isla, la capacidad de ser un líder (o una bolsa de cenizas de un muerto. A veces las cosas son así de simples).
Digamos, por tanto, que Hurley X vive en un mundo donde su sueño se ha cumplido por completo, donde tiene justo lo que quería: millones y el amor de los demás. ¿No les suena? Al igual que Desmond, al igual que prácticamente todos los demás personajes, Hurley tiene una vida mejor. Le falta el amor, claro, al igual que le faltaba a Desmond, pero es que Hurley tiene lo que quería, no lo que necesitaba.
Hurley de la isla lleva dentro el mismo potencial. Ilana tenía que morir para que él se pudiese convertir en líder. Su deseo de volar la despensa nacía del egoísmo, del deseo de no ser odiado por hacer lo correcto. Ahora, vuela el Black Rock precisamente para hacer lo correcto, sacrificando el posible amor de los demás. Pero, paradójicamente, eso le gana el respeto de muchos de sus compañeros, de los que estaban con él desde el principio, más el piloto (lo que resulta muy conveniente, si planeas usar un avión para salir de la isla).
En muchos aspectos, Hurley fue siempre el alma de la serie. Y también, en otros muchos aspectos, su centro moral. Hurley siempre supo distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal, independientemente de las etiquetas de “buenos” o “malos” que se asignasen unos a otros. Es como si todavía fuese inocente. Aunque es capaz de mentir, como –creo ahora- le mintió a Richard al final del episodio que contaba la vida del chicharrero y como mintió a su grupo sobre sus intenciones con respecto al Black Rock. Pero sólo miente lo justo y admite la mentira en cuanto deja de ser necesaria. Es un líder renuente, que lidera porque no le queda más opción. A Hurley la grandeza le ha caído encima. Por suerte, tiene anchas espaldas para sostenerla.
Eso sí, es muy divertido ver el regreso de la gran excusa entre las excusas. Cuando quieres hacer algo pero no quieres o no sabes explicarte, dices simplemente «Me lo ha dicho Jacob» y ya vale. Si la excusa le valía a Richard Alpert, ¿por qué no le iba a servir a Hurley? Y mira a Richard, que de pronto se nos ha vuelto escéptico.
Libby, se nos dice, recuerda por haber visto a Hurley en la tele. Se ve que estando un poco loca no le hizo falta más (ni beso ni accidente de coche). Hurley sí que necesita más. Necesita un beso de amor, en la playa, con queso, para recordar. Pero sobre todo necesita la intervención de Desmond. ¿Cómo sabe Desmond tantas cosas? Es decir, creo que el Desmond X y el Desmond de la isla comparten al menos recuerdos –y defendería que comparten algo más- y por tanto es normal que conozca a Hurley y su relación con Libby. ¿Pero cómo sabe dar con ellos? ¿Conserva sus poderes de predecir el futuro? Es posible que sea todavía más simple. Desmond simplemente los estaría siguiendo, usando con cada uno el método más efectivo. Quizá de no haberle visto con Libby, el atropellado no habría sido Locke.
El camino de la iluminación
Desmond X y Desmond hacen buena pareja. Es como tener a James Bond por partida doble. Si James Bond fuese un buda y estuviese intentando que todos recordasen una realidad paralela. Pero esa cara con la que mira a Flocke, esa sonrisa torcida justo antes de atropellar a Locke… Superguay.
El Desmond X es extremadamente eficiente. Cosa que no sorprende, teniendo en cuenta que es hombre de confianza de Widmore y por tanto se le supone con habilidad y experiencia (hay quien lo considera un matón. Yo más bien creo que esa persona a la que envías cuando no puedes ir tú mismo). Usa el método más conveniente en cada ocasión. Con Hurley habla, a Locke lo atropella brutalmente. Posiblemente esto último no sea casualidad y el hombre de la silla de ruedas esté pagando el acto de Flocke. Es decir, tener una misión no quiere decir que no te lo puedas pasar bien.
¿Recuerda Desmond X? Ya he defendido que sí. Cuando Ben le pregunta por el nombre de su hijo, Desmond responde de inmediato con el nombre de su hijo en la línea de la isla. Podría argumentarse que simplemente está ofreciendo el nombre de Charlie, con el que acaba de interaccionar. Pero la respuesta me parece demasiado rápida, demasiado segura, como si ni siquiera tuviese que molestarse en mentir. Como si fuese sólo la verdad.
Lo que significaría, claro, que Desmond recuerda a Ben. Y Ben le pegó un tiro y, en cierta forma, amenazó a su familia en la línea de la isla. Pero no es el mismo Ben, dirán ustedes. Bien, si Ben X y el Ben de la isla comparten alma, sí que son el mismo, sólo que no lo saben todavía. Como Ben no estaba en el avión, no está claro por el momento si Desmond se molestará en hacerle recordar. Además, ¿harías tú que Ben recordase quién era en la isla? No, ya, yo tampoco. Pero Desmond está operando a otro nivel. Cualquiera sabe lo que necesita. Después de todo, Ben logró colarse en el avión de vuelta a la isla. Quizá él también sea necesario.
En la isla, Desmond no tiene problemas en mirar a Flocke a la cara. Es más, parece ser el único que ve a Flocke tal y como es. No manifiesta miedo, porque ahora Desmond, al haber alcanzado la budidad, es un iluminado, y para él el miedo es una emoción inútil. Si estás siguiendo un plan, el miedo sólo serviría para desviarte. El amor, que ahora guía a Desmond, es suficiente. Su tranquilidad es ciertamente envidiable.
Cuando Flocke le pregunta si sabe quién es, Desmond responde que es John Locke. Me fascina la respuesta, precisamente porque no creo que Desmond esté mintiendo o dándoselas de listo. Creo que dice la verdad, que en cierta forma la persona que tiene delante es John Locke. Ya sabemos que Flocke ha manifestado muchos rasgos de Locke. Se ve que tomar su forma le hizo traerse más cosas. ¿Hasta qué medida? ¿Hay algo del alma de Locke en el cuerpo de Flocke? ¿Se produjo una transmigración y el cuerpo que vimos en la isla no era más que un cascarón vacío?
Poco después se produce el encuentro con el niño en la jungla. En la medida en que esta temporada creo que va claramente de traumas de infancia, la aparición del niño sirve para recordarnos que ese tema sigue por ahí, de fondo. Pero, ¿quién es? Supongo que muchos asumirán que es Jacob. Yo no estoy tan seguro. Yo creo más bien que es el hombre de negro. Es simplemente una corazonada, sin mayor fundamento. Aunque me llama la atención el detalle de que el niño está agarrando el arbolillo de una forma muy similar a la que Flocke, en el campamento, agarraba el palo que tallaba. Además, en su aparición anterior le decía a Flocke que no podía matarle, refiriéndose a otra persona, posiblemente a Jacob. Si así fuese, no tendría sentido que fuese Jacob hablando como César.
Luego, Flocke tira a Desmond por un pozo. No voy a retomar el asunto del pozo como subsuelo, infierno, región de los muertos y demás. Ahora basta con preguntarse por qué lo ha hecho. Creo que la conversación de Flocke con Desmond le ha convencido de que Desmond es una variable demasiado impredecible, alguien que en su interacción con los candidatos no está sometido a las limitaciones del propio Flocke. Por tanto, lo mejor es tenerlo en un lugar controlado. Pero, ¿pretendía matarlo? Es decir, si quiere matar a alguien, pues mandas a zombi Sayid a hacerlo, que como profesional suele tener la precaución de asegurarse de que los muertos, muertos estén, y además no siente nada por dentro, lo que es un plus en cualquier apocalipsis. Si tiras a alguien por un pozo, ya sabes que va a sobrevivir. Es una ley de la televisión que en Lost se cumple especialmente.
Lo llamativo es que no es la primera vez que alguien se cae por un pozo. Locke en la quinta temporada también se cayó por uno –que creo que no era el mismo- y acabó topándose con la rueda. La rueda que controlaba el anclaje de la isla. Por tanto, al final de este pozo hay otra rueda o algún otro mecanismo. ¿Flocke pretende que Desmond lo encuentre? Ni idea. Lo que sí tengo claro es que Desmond está al fondo de ese pozo precisamente porque ahí es donde quiere estar, era el lugar a dónde quería llegar. ¿Cómo lo sabía? Ni idea.
De los orígenes de esto
Flocke cuenta más o menos la historia del pozo. Gente antigua con brújulas dieron con ese lugar. Como eran personas curiosas, se pusieron a excavar, sin usar máquinas –eran antiguos-, para dar con lo que hubiese abajo y alteraba las brújulas. Previsiblemente fueron las mismas personas que levantaron la estatua, el templo y otras de las muchas estructuras que hemos visto en la serie. Según Flocke, no encontraron lo que buscaban. Pero Desmond no es un candidato y Flocke podría estar mintiéndole. Porque vamos, posiblemente esas personas construyeron también la rueda que mueve la isla, lo que suena a encontrar algo.
Flocke dice que no es el único pozo. No especifica si no es el único pozo en la isla –éste parece ser el segundo que vemos- o no es el único pozo en el mundo. En este último caso, podría estar refiriéndose a la creencia mágica de líneas de energía que conectan puntos sagrados del mundo. Quizá en otros lugares hay otros tapones para botellas.
En cualquier caso, aquí hay dos historias diferentes. En una historia, tenemos una botella que contiene el mal y un tapón –la isla- que cierra esa botella. En la otra historia, tenemos un pueblo antiguo que llegó a la isla y se puso a cavar pozos como un loco, posiblemente construyendo las demás estructuras que hemos visto (incluyendo los mecanismos de baja tecnología como la rueda o el llamador del monstruo de humo que usó Ben en la cuarta temporada). Claramente, según la explicación de Flocke, son dos historias diferentes. La isla y la prisión son muy anteriores al descubrimiento de los antiguos. Si esa civilización antigua es el origen de los Otros, está claro que no «construyó» la isla.
Es decir, la isla ya estaba allí. Entonces, ¿quién la fabricó? Una prisión, para encerrar algo, suena a proceso volitivo. Es decir, un acto que alguien decide ejecutar. O al menos, parece que se nos presenta así. Aunque, podría ser simplemente una forma de contar la situación, un efecto producido por la necesidad humana de presentarlo todo como una historia. Jacob y Flocke podrían no ser representaciones de agentes con voluntad propia, sino las respectivas manifestaciones de fuerzas naturales. Quizá la isla no existe porque alguien la construyese, sino que existe porque su existencia es el estado de equilibrio que permite la existencia de todo lo demás. Un poco como el principio antrópico: si no tuviésemos la isla para contener el mal, entonces no habría un mundo en el que vivir.
Por desgracia, en la línea X la isla está en el fondo del mar y no parece estar cumpliendo con ninguna función de tapar nada. Pero esa realidad existe. ¿O no? ¿Es la inexistencia de la isla un factor que apunta a la irrealidad de la línea X? O al revés, ¿el que la isla esté sumergida en la línea X indica que su función no es tan fundamental como parece?
La levedad de la existencia
Volvamos un momento a la caverna y preguntémonos por los distintos grados de existencia. Vemos imágenes proyectadas que creemos reales, pero desde fuera –en el metamundo que contiene el mundo que creemos real- sabemos que se trata de una simple proyección, de un mundo virtual que no existe en el mismo grado metafísico que el metamundo.
Es fácil por tanto considerar que la línea X es falsa y que de alguna forma existe en la línea de la isla. De hecho, mucho de lo que hemos visto apunta en esa dirección. No sólo la línea X suena a irreal, suena a un mundo de fantasía donde todos tienen lo que querían, sino que ahora vemos a los personajes ir despertando progresivamente a la realidad de la isla. Es más, todo parece estar conectado directa o indirectamente con el Incidente y sabemos que hechos del pasado anteriores al Incidente parecen coincidir con la línea original.
Pero pensemos en la conversación entre Libby y Hurley. Libby le está contando todo el proceso de su despertar. Vio a Hurley en la tele y recordó la isla. Bien, mientras se produce esa conversación, detrás de Libby hay una pizarra con un enorme dibujo de una isla tropical (y poco antes, por cierto, en el despacho del psiquiatra se nos mostraba la fotografía de una isla). Mientras Libby habla, uno de los pacientes va retocando el dibujo de la isla, quizá perfilándolo, añadiéndole detalles o modificándolos. No dejo de pensar que es una indicación que apunta a que la línea de la isla es realmente la falsa, que la línea X es la real y que el proceso de despertar está creando la serie que conocemos.
(Otra posibilidad es considerar que el pabellón psiquiátrico es una metáfora de sala de guionistas y que el tipo retocando el dibujo nos indica que todavía ahora los guionistas están perfilando la serie).
Aunque queda una segunda opción, pero esta en plan subtexto de las otras dos. Podría ser que las dos líneas sean igualmente falsas. Es decir, nosotros consideramos la línea X como irreal porque estamos acostumbrados a la otra y porque al recordar los personajes consideran la línea original como la fundamental. Consideramos que la línea X es falsa porque todo es demasiado conveniente: Hurley se ha ganado la admiración de todos, Jack tiene un hijo con el que ha logrado relacionarse, Ben es buen tío, Locke tiene a Helen… Olvidamos, sin embargo, que en la línea de la isla todo es también extremadamente conveniente, que hay encuentros, casualidades y relaciones que no creeríamos en la vida real. Si la situación hubiese sido al revés, si la línea X fuese la serie que hemos seguido durante cinco temporadas, no tendríamos problema en pensar que la línea de la isla es falsa.
Creo que eso es algo con lo que los guionistas están jugando. Cada una de las líneas es un comentario sobre la otra, cada una es una serie posible. Asignar «realidad» a una de ellas es absurdo, porque las dos son realmente resultado de una serie de televisión, y una serie de televisión es «falsa» por definición. Están jugando al juego de oscilar entre una y otra, aprovechando nuestros mecanismos mentales que nos permiten contemplar lo que pasa en la pantalla y asignarle distintos grados de «realidad» o verosimilitud. Para mí, es uno de los grandes placeres de este episodio.
Cuando el diablo dice que tú eres peor que él
Pobre Charles Widmore, ni el diablo le respeta. O el que creemos el diablo, que nada está claro todavía. Flocke dice de él que sólo le interesa el poder. No es el primero. Ya lo dijo en su momento Ben Linus.
Si tanto el Flocke como Ben Linus te consideran malo, ¿eso te hace bueno automáticamente? No necesariamente, pero está bien saber que no tiene el aprecio de esos dos. O quizá si que tengan razón y a pesar de la aparente reivindicación del personaje en el episodio anterior, cabe la posibilidad que Widmore no tenga en mente lo mejor para nadie más.
Creo que no lo sabremos nunca. Es decir, seguro que veremos a Widmore hacer algo, pero que durante mucho tiempo debatiremos si el personaje era bueno o malo, más o menos como ahora debatimos si aquel general del pasado era buen tío o no. Gran parte del atractivo de la serie es que ha sabido pintar con una gran gama de grises. Widmore en ese aspecto no es muy diferente a Jacob, a Flocke, a Dogen o a Ben. Para juzgar cabalmente al personaje hay que ponerse a calcular en qué medida matar a una persona es conveniente o no. Y muchos preferimos no pensar en esos términos, lo que nos dificulta evaluar y juzgar decisiones de esa magnitud. Es decir, el hecho de que quizá no sean buenas persona no los hace necesariamente malos.
Vamos a huir de la realidad
¿Para qué quiere Desmond despertar a los perdidos en la línea X? Bien, hay una solución simple. De la misma forma que Flocke ahora los tiene a todos reunidos en el mismo sitio y necesita de todos para huir, de la misma forma que sólo pudieron regresar volviendo todos –incluyendo el cadáver de Locke-, es muy posible que la huida de la línea X –si de eso se trata- sólo se pueda producir de la misma forma: si todos recuerdan.
Aunque también la idea podría ser justo la contraria. Si de lo que se trata es de cerrar la línea de la isla, contener a Flocke definitivamente, quizá el plan consista precisamente en cimentar la línea X, en volverla totalmente real e independiente. Digamos que la línea X sería como una nube vaga, fundamentalmente insustancial, hasta que un acto de voluntad de los perdidos la vuelva definitiva.
Más de una persona ha expresado esa opción considerando que al final a los perdidos se les pedirá elegir. De hecho, si algo se nos ha dicho de los candidatos es que obran por voluntad propia, sin posibilidad de ser coaccionados o forzados a tomar una decisión. Como un consejo de ancianos, o un tribunal, al final podrían ser los encargados de escoger la mejor forma de resolver el problema.
¿Y Desmond? Bien, a Desmond no se le aplican las reglas. Son los candidatos los que tienen libertad de elección, pero ni siquiera uno de ellos podría influir en otro. Jack no podría obligar a Sawyer a hacer nada, ni viceversa. Pero Desmond claramente podría. De la misma forma que ahora, uno a uno, les está obligando a recordar. Quieran o no. Razón de sobra para tirarlo a un pozo.
Qué pensará Eloise de todo esto.
Anteriormente
- Lost, 6ª temporada, episodio 11, “Happily Ever After”
- Lost, 6ª temporada, episodio 10, “The Package”
- Lost, 6ª temporada, episodio 9, “Ab Aeterno”
- Lost, 6ª temporada, episodio 8, “Recon”
- Lost, 6ª temporada, episodio 7, “Dr. Linus”
- Lost, 6ª temporada, episodio 6, “Sundown”
- Lost, 6ª temporada, episodio 5, “Lighthouse”
- Lost, 6ª temporada, episodio 4, “The Substitute”
- Lost, 6ª temporada, episodio 3, “What Kate Does”
- Perdidos, sexta temporada, episodios 1 y 2