Dos camellos furiosos… en un coche
Aunque no sé, a lo mejor se lo están pasando de fábula.
Estas cosas sólo puede pasar en internet… y también, claro, en el lugar donde se les ocurrió meter a dos camellos en un coche.
(vía Boing Boing)
Aunque no sé, a lo mejor se lo están pasando de fábula.
Estas cosas sólo puede pasar en internet… y también, claro, en el lugar donde se les ocurrió meter a dos camellos en un coche.
(vía Boing Boing)
Como estamos en este fin de semana (e imagino que todos aprovecharán la oportunidad de leer el cómic), un par de curiosidades a propósito de Watchmen
En Wolverine Vs. Rorschach, cada personaje se mete con la película del otro, y luego los dos con una tercera.
La absoluta genialidad es Saturday Morning Watchmen (vía ADLO! Novelti Librari), una versión del cómic como si fuese una serie de dibujos animados de los ochenta:
Mientras tanto, en Pvp Online tenemos una divertida versión de Watchmen llamada Ombudsmen empleando a los personajes de las tiras de prensa americanas. Empieza así:
Are you following me on twitter? If not then you might be missing out. Other than posting here on the main page, Twitter has become the most immediate and effective conduit I have to my readership. It?s been a wonderful tool for staying connected and getting to hear from you guys. It?s done more to help me connect with readers than email and message boards combined. And it?s free for everyone to use (for now at least).
Comentario de Scott Kurtz, creador del cómic web PvP sobre la mejor forma de mantenerse en contacto con sus fans.
Charla de Evan Williams en TED sobre ese tema. Y la respuesta es bien simple. Tanto, que al hombre le sobra la mitad del vídeo. Pero se las resumo: Twitter es una forma fácil de comunicarse. Y las formas fáciles de comunicación se usan, y se usan para todo tipo de cosas. Es más, lo que se usa se acaba usando de forma ingeniosa y muy diferente a la que tú esperabas.
El gran atractivo de Twitter como herramienta de comunicación sigue siendo su extraordinaria facilidad de uso. Es por esa razón que estoy prácticamente en total desacuerdo con posturas como la expresada en 10 Features That Will Make Twitter Better. Muchas de esas supuestas mejoras no lo son en realidad. Introducirlas sólo beneficiaría a una minoría de usuarios de Twitter y para los demás complicaría el uso (un clic más del ratón es un clic más en el que tengo que pensar) y por tanto reduciría la simplicidad. Muchas de esas opciones adicionales se podrían implementar mucho mejor en alguno de los múltiples clientes que corren por ahí.
Y por cierto, si te animas a seguirme en Twitter, me puedes encontrar en http://twitter.com/pjorge.
Tweetleak: Un dispositivo instalado en un lugar público donde convergen el mundo digital y el real. El aparato va imprimiendo, en forma de pegatinas, tuís de gente de los alrededores (a los que se les informa, por supuesto, mediante Twitter). Los que pasan por allí pueden coger esos tuís y luego… bien, colocarlos en otro contexto.
Tweetleak, a monolithic anthracithe-colored pole, which is placed in a public place, aggregates tweets from nearby and «materializes» them. The collected fragments from people’s lives on the web leave the digital public space on adhesive paper strips. being taken away by other individuals, they are distributed in physical space, eventually being placed in another context in another environment.
default to public: tweetleak from sport4minus on Vimeo.
Es parte del proyecto Default to public: «interventions in the field of digital self-exposure and physical privacy using the example of twitter».
«default to public» is a project dealing with the discrepancy between people’s feeling of privacy on the web and the physical world. It consists of an ongoing series of objects and interventions linking the physical world to the online world in unexpected and narrative ways to create awareness for self-exposure.
La señal (Plaza y Janes. ISBN: 978-84-01-33690-4. 480 pp.) de Ángel Gutiérrez y David Zurdo parece una novela tremendamente ambiciosa.
De la contraportada:
Algo muy grave va a ocurrir justo después de Fin de Año. Un departamento del FBI especializado en detectar desastres mundiales antes de que sucedan capta, a través de los ordenadores de su red, la señal más grande generada hasta la fecha. Saben dónde se va a producir la catástrofe, saben cuándo, pero no saben qué: sólo tienen 26 horas para descubrirlo y neutralizarlo. Cíclope, director del proyecto y veterano de al guerra del Vietnam, envía a un pequeño pueblo situado en la frontera entre EE.UU. y Canadá a su mejor agente: su hija Maia Kensington. Junto a Ian Moone, un brillante informático que esconde un terrible secreto, Maia tendrá que averiguar qué es lo que va a provocar el fin del mundo, pero para ello deberá enfrentarse a las autoridades de la comunidad, a un asesino en serie, al mismísimo ejército norteamericano y a la peor tormenta de nieve del siglo.
Esta trepidante novela es un thriller de anticipación científica que gira en torno al proyecto Conciencia Global, un experimento real desarrollado por la Universidad de Princeton que ha logrado predecir desastres como el 11-S o el tsunami del sureste asiático. Con una trama adictiva y un ritmo narrativo que recuerdan a los de series televisivas de éxito como 24, Perdidos o Twin Peaks, La señal promete no da ni un respiro al lector desde su vertiginoso comienzo hasta su sorprendente final.
En mi cabeza la palabra «gepurtura» se refiere a algún tipo de transformación. No sé exactamente cuál; supongo que alguna transformación al estilo deconstrucción o similar. O quizá, mejor, como referencia a algo que me resulta difícil de explicar. Por esa razón, cuando me da por hacer algo raro o sin sentido –o que a mí me lo parece- tengo la tentación de usar esa palabra. Por ejemplo, un vídeo que he titulado «Lata en gepurtura» y que es puro fruto del «voy a hacerlo así».
Efectivamente, el párrafo anterior no está nada claro. Porque verán, hay un problema. Como comprobarán si buscan en Google, yo soy el único que usa la palabra «gepurtura», detalle que razonablemente te hace concluir que no existe y no ha existido nunca (hasta ahora).
Sin embargo, tampoco puedo decir que la haya inventado. Sé exactamente donde la oí por primera vez. Fue en un episodio de la serie Banacek –el detective polaco-americano- llamado «No Stone Unturned»: una enorme escultura de arte moderno –en piedra y muy pesada- desaparecía casi imposiblemente. La escultura se llamaba «Hombre en gepurtura» y de ahí me quedó la palabra y su asociación con las transformaciones.
Es decir, no es que la escultura ficticia se llamase realmente así –probablemente fuese «Hombre en sepultura» o cualquier cosa ura; tampoco me he molestado en buscar el episodio para ver qué decían- sino que eso oyeron mis oídos infantiles y de ahí pasó directamente a mi memoria a largo plazo. Se me quedó grabada y es una palabra que me ha asaltado periódicamente desde entonces.
Ya está. Admito que es una historia sin moraleja.
(Si no recuerdo mal, la escultura no era realmente de piedra, sino un enorme hinchable. Para robarla sólo hacía falta pincharla y llevársela desinflada. En otro episodio robaban un ordenador con un método similar.)
Me ha resultado gracioso encontrarme con la noticia de la próxima publicación de un juego de mesa «ambientado» en mi tierra: Islas Canarias. Creado por Leo Colovini, autor de un juego que me gusta mucho llamado Inkognito.
Eso sí, mirando de qué va el juego, da la impresión de que transcurre en Canarias como bien podría estar ambientado en Turquía. Pero ya veremos.
Elogio de la irreligión (Tusquets Editores. ISBN: 978-84-8383-133-5. 166 pp. 15,00€) de John Allen Paulos lleva el largo subtítulo de «Un matemático explica por qué los argumentos a favor de la existencia de Dios, sencillamente no se sostienen». Se refiere a los argumentos que apelan a razonamientos lógicos, causas primeras y demás. Tienden a ser muy poco convincentes y el libro va explicando la razón. Está contando con mucha sencillez y claridad, es realmente interesante y la lectura, efectivamente, es muy entretenida. Estará a la venta a principios de marzo.
¿Existen razones lógicas para creer en la existencia de Dios? A lo largo de los siglos, la humanidad ha tratado de formular argumentos supuestamente basados en la razón para fundamentar la fe en un ser a primera vista todopoderoso, máximamente bondadoso y omnisciente. El matemático John Allen Paulos, que en anteriores ensayo ya nos había guiado por el insondable mundo del analfabetismo numérico, se propone desenmascarar ahora los argumentos de los teístas, desde los clásicos de «toda la vida», basado en definiciones y primeras causas, hasta los que presentan un aspecto más moderno, centrados en la borrosa noción del «diseño inteligente».
Pero ¿por qué las reflexiones de este tipo tienen que ser siempre tan solemnes y grandilocuentes? Allen Paulos no sólo tritura las trampas y errores de razonamiento que se ocultan tras estas «pruebas» de la existencia de Dios, sino que lo hace con una ironía y un humor auténticamente contagiosos que, sin embargo, no nos llevan a olvidar aquella sentencia de Voltaire que afirmaba que quien nos hace creer en cosas absurdas pronto nos hará cometer atrocidades.
Obra publicada por la Fundación Anomalía y compilada por Ricardo Campo, Vida en el universo: del mito a la ciencia es una aproximación científica a la vida en el universo tratada en dos partes. La primera, habla de los extraterrestres como mitos modernos y la segunda de la astrobiología y los intentos científicos por encontrar vida extraterrestre. Se puede adquirir en Lulu tanto en papel como en versión electrónica.
De la descripción:
Los extraterrestres, como mito, acompañan al hombre desde la Antigüedad, pero sólo en los últimos tiempos su posible existencia ha sido objeto de análisis científico. Esta obra pretende acercar al lector una perspectiva general tanto de esa mitología ufológica como de los últimos avances de la Astrobiología.