An Evil Guest, de Gene Wolfe

An Evil Guest es una novela de Gene Wolfe. Eso significa varias cosas, pero especialmente significa que al terminar de leerla probablemente la hayas disfrutado muchos y probablemente no hayas entendido nada. Por no entender, probablemente ni siquiera hayas entendido qué ha pasado. Tales son los rigores de leer al mejor escritor vivo de ciencia ficción.

Por poner un ejemplo de la forma de trabajar de Gene Wolfe, imaginemos por un momento que él fuese el único guionista de Lost. En ese caso, los personajes de Perdidos no dejarían de hablar sobre lo que les pasa, se interrogarían por todos los misterios y se preguntarían unos a otros, y continuamente, todo lo que no entendiesen sobre la Isla y el comportamiento de los demás. Es decir, preguntarían todo lo que los espectadores se están preguntando. Y nada de eso serviría para nada, porque jamás preguntarían por lo realmente importante, porque ni espectadores ni personajes se darían cuenta, hasta que fuese demasiado tarde, de qué es lo verdaderamente importante.

Bien, ¿qué es An Evil Guest en primera aproximación? Pues es una novela de aventuras sobrenaturales, con bastantes elementos de la novela negra más clásica y, por si eso fuese poco, mitos de Lovecraft. Cien años en el futuro, hay un detective con poderes, adquiridos en un mundo alienígena, dispuesto a investigar a otro hombre misterioso, fabulosamente rico y con poderes probablemente del mismo origen (después, por cierto, de haber rechazado la oferta del presidente de Estados Unidos para investigar al mismo individuo). Como parte de su plan, logra la colaboración de una actriz (a la que enamora o quizá de la que se enamora), elevándola a un plano superior, quizá el de los ángeles, y despertando así toda una belleza interior que resulta irresistible.

A continuación el millonario financia de pronto una obra para la actriz e intenta seducirla. La seducción va bien y mal simultáneamente. El detective cambia de bando y el malo resulta no serlo. Ella se convierte en reina, presencia cosas que no creerías y luego… bien, no sigo.

Pero da un poco igual. Podría contarte todo el argumento completo de la novela, incluyendo con detalle lo que pasa al final, y no lograría explicar de qué va. Evidentemente no va de una actriz de un plano superior -cuyo apartamento, por cierto, no parece estar nunca en el mismo piso ni tener el mismo tamaño-, de una sirvienta que podría ser la protagonista, de viajes a planetas lejanos, de poderes mágica o de lo que quiere Cthulhu allá en el fondo del mar.

Y no es que la trama esté mal, todo lo contrario, la trama es muy entretenida. Pero es también un juego de despiste, algo que Gene Wolfe agita delante de ti para confundirte. No, no, no es así: Gene Wolfe te desafía a entender lo que no te está contando, a comprender el sentido real de la novela. En esta novela, todo lo realmente importante aparece de refilón, nunca con claridad. En una novela de Gene Wolfe, las criaturas están siempre en el umbral, las revelaciones nunca acaban de entrar. No es que Gene Wolfe crea tontos a sus lectores. Más bien, nos cree más listos de lo que somos.

¿He disfrutado de An Evil Guest? Sí, enormemente. Fue empezar y no no poder dejarla hasta acabar. La trama es divertida, las peripecias, aunque no parezcan seguirse unas de las otras, están repletas de la acción y poseen el cinismo de una buena novela negra. La prosa, como siempre, es diáfana y clara (sus frases parecen poseer una lógica de acero), y los diálogos rebosan inteligencia. Hay un proceso largo y complejo de transformación de la protagonista, que parece reflejo de toda vida humana, pero que también posiblemente tenga una lectura mística o religiosa que se me escapa. Pero lo importante no es si he disfrutado de leer An Evil Guest. Lo importante es que dentro de un tiempo la volveré a leer, como me suele pasar con las novelas de Gene Wolfe, y seguiré sin haberla entendido. Pero la volveré a disfrutar.

[50 libros] 2009

Continuar leyendoAn Evil Guest, de Gene Wolfe