[Recibido] Yo, lo superfluo y el error de Jorge Wagensberg
Yo, lo superfluo y el error (Tusquets. ISBN: 978-84-8383-154-0. 288 pp. 19,00€) de Jorge Wagensberg (subtitulado, «Historias de vida o muerte sobre ciencia o literatura») me llama mucho la atención. Da la impresión de continuar el espíritu de su Ideas sobre la complejidad del mundo que me parece un gran libro de divulgación y reflexión.
De la contraportada:
¿Cómo pueden enriquecerse mutuamente dos ámbitos a primera vista tan alejados como la ciencia y la literatura? La ciencia, asegura Jorge Wagensberg, aspira a la objetividad, y el científico debe prescindir de su yo (su identidad, sus emociones, sus preferencias), concentrarse en lo esencial y desterrar el error. A su vez, la mejor literatura gira en torno al ego del autor y sus vivencias; lo superfluo es en ella excusa para recrearse en el matiz, y el «error» literario suele convertirse en una intuición genial sobre la realidad. Así, la fecundación recíproca entre la comprensión científica y la literaria suscita interesantes preguntas: ¿y si la ciencia recuperase el yo y lo superfluo, y hallase alguna forma de indultar el error? ¿Y si los escritores contemplasen la naturaleza exterior con la máxima objetividad posible? Tal vez entonces alguna idea científica ilumine algún aspecto de la condición humana, o una anécdota personal dé pie a una intuición científica.
Tras describir el método científico y exponer el posible nuevo género de literatura científica, el autor nos brinda una gozosa puesta en práctica de la teoría: ciento ocho relatos de ciencia (hay en ellos una observación objetiva e inteligible de la realidad) y de literatura (el narrador y su circunstancia personal son omnipresentes). Son relatos irónicos, hilarante, a veces angustiosos, pero siempre animados por el deseo de conjugar magistralmente comprensión y emoción.


Tyrex es un luchador de catch. Se llama así porque lleva en la cabeza una máscara de reptil que se la cubre por completo y que no se quita casi para nada. Vive en un piso con otros dos compañeros de profesión y con un tipo calvo. ¿A qué se dedica al tipo calvo? No sé. Si se dice, se me pasó.
Hace unos días paseaba por Coruña y paré frente a una librería muy pequeña. En el escaparate tenía un libro llamado El rival de Prometeo con el subtítulo de «Vida de autómatas ilustres». El libro me llamó mucho la atención no sólo por ese título, sino porque además su diseño resultaba muy curioso. Y eso que estaba parcialmente tapado por otro libro.