Archivos diarios: 29 de abril de 2009

Qué interesante me resulta este Perturbaciones: Antología del relato fantástico español actual (Salto de Página. ISBN: 978-84-936354-6-6. 20,95 €. 384 pp.). Y me resulta interesante porque reconozco algunos nombres, pero muchos otros me resultan desconocidos, y sopesando lo que sé con lo que no sé me sale que el resultado puede estar muy bien. La edición y el prólogo es de Juan Jacinto Muñoz Rengel.

De la contraportada:

En el interior de este volumen hay anomalías y perturbaciones para todos los gustos. Prueben a abrirlo. Lean sobre la muerte y la vida después de la muerte, la inmortalidad, el paraíso, el limbo, el infierno, los resucitados, y los espectros. Lean sobre Dios y el Diablo, el origen y el fin. Lean acerca de mundos paralelos, de bucles temporales, de la predeterminación encerrada en los espejos, o de las necrológicas inversas que publican algunos periódicos. Lean en torno al doble, a la identidad y a las conexiones invisibles; sobre las interacciones entre realidad y ficción, metaficción y metaliteratura. O incluso sobre la absoluta desaparición de la ficción en los libros. Indaguen sobre los sueños y las pesadillas. Sobre las transformaciones imposibles de sujetos, objetos y animales. Lean acerca de la presciencia, la telepatía, la telequinesia, y todas las perturbaciones de la personalidad, la memoria y la percepción.

Lean. Pasen de la mano de los mejores cultivadores contemporáneos del relato fantástico español, y disfruten del cosquilleo y el vértigo de asomarse a los bordes del abismo.

Sé que es absurdo, pero me ha costado parar de reír. En riguróso inglés, lo siento:

¿Qué escribirían los supehéroes en sus lápidas? Pues el bueno de Jotace nos lo muestra. Mi favorita:

Uno de sus deliciosos comentarios:

I don’t think that comic books grew up in the mid-1980s.

I do think that the population, many of whom had deep nostalgia for comic books they had read as children, but were ashamed of being seen reading them on the subway, think that what happened in the mid-1980s with books like Watchmen gave them an excuse to carry on reading Green Lantern, because whereas while previously people might have looked at them as though they were subnormal for reading a superhero comic, now that superhero comics had been rebranded as «Graphic Novels,» it was considered sophisticated and cutting-edge to be seen reading a comic, even if it was just a bunch of old superhero stories put together in a slicker format. It looked more grown-up; it wasn’t necessarily more grown-up, but it was put together in a way that looked more socially acceptable.

I think that mid-80s period, if you look at the 20-something years since then, we’ve seen a rise in that comic-book mindset throughout most of our media. We’ve seen programs on television that are kind of reminiscent of a 1980s comic book. We’ve seen an awful lot of films that are kind of reminiscent of a 1980s comic book.

And I think it wasn’t so much that comic books grew up back then. I think it was that the rest of culture grew down. Or, it had a thing like Watchmen as an alibi, to pursue its guilty pleasures, because it wanted to be free to read the superhero comics it had grown up with, but it wanted to be seen as an adult at the same time. And I think that Watchmen and books like it provided the key.

Parte de esta interesante entrevista: Mondo Moore: Alan Moore on the League, Watchmen, & More.

(vía io9)