Nuevamente, voy a escribir sobre un libro con el que estoy prácticamente de acuerdo en todo. Por tanto, no tengo mucho que decir, sólo explicar un poco de qué va y luego recomendarlo. La verdad es que parece que se me da mal hablar de lo que me gusta.
El libro trata de la educación de los niños, contrastando una educación que defienda la libertad de pensamiento (que no de acción, como nos recuerda continuamente el autor) con una educación de corte más autoritario que le dice al alumno lo que debe creer. En el primer caso, puedes acabar con alumnos que opinen todo lo contrario de lo que tú querrías que pensasen. En el segundo, puedes acabar con alumnos que crean cosas erróneas. Básicamente el autor argumenta que el segundo peligro es mucho mayor que el primero. Es más, defiende que aunque creas que deben enseñarse ciertas cosas -por ejemplo, una religión en concreto- deberías defender la primera forma de educación, aunque sólo sea como defensa preventiva.
Stephen Law es un escritor muy claro, por lo que el libro se lee de un tirón. El grueso de la obra lo dedica a desmontar los mitos sobre los graves problemas de una educación liberal y también a explicitar por qué la opción más autoritaria no funcionaría. Todo mucho más matizado de lo que puedo resumirlo (por ejemplo, distingue entre varias formas de autoritarismo y liberalismo). Como dije, estoy básicamente de acuerdo, por lo que no tuvo demasiados problemas para convencerme. Eso sí, quizá ahora tengo más razones para estarlo.
En suma, una gran defensa del pensamiento crítico como valor educativo.
[50 libros] 2008