Making Money, de Terry Pratchett
En una novela anterior –Going Postal– el señor Lipwig no se llamaba así. La verdad es que lo condenaron a la pena de muerte, solo para, después de la ejecución, ser salvado por el Patricio que le hizo una de esas ofertas que no se rechazan: dirigir la oficina de Correos o morir. Eligió Correos.
Ahora el Patricio de Ankh-Morpork tiene nuevos planes para Lipwig. Como sabe que se aburre, le ha encargado dirigir el banco nacional y la casa de la moneda, el lugar donde -con pérdidas- se fabrica el dinero del estado. Por supuesto, hay complicaciones. Para empezar, hay que encontrar un patrón para la moneda, hay que defenderse de las acciones hostiles de los otros accionistas, hay que cuidarse de un posible vampiro y periódicamente hay que sacar a pasear al presidente del banco, un encantador perrito. Incluso sale un ordenador hidráulico que hace predicciones económicas.
Making Money contiene, como era de esperar, un buen montón de chistes sobre el dinero, algunas reflexiones sobre el valor de las cosas y la utilidad del dinero y algunas interesantes decisiones personales. Por lo demás, Lipwig no es Vetinari, y por tanto la novela nunca se eleva por encima de un digno punto medio dentro de la serie siendo en ocasiones una especie de revisión de Going Postal.
